LUCHA CONTRA EL RACISMO.
En un avión, iniciado el vuelo, una "señora" oprime insistentemente el
timbre para llamar a la azafata
¿Cuál es el problema, Sra.? - Pregunta la azafata
¿Es que no lo ve? - Responde la dama
Me colocaron junto a un sucio indígena. No soporto estar al lado de
uno de estos seres repugnantes. ¿¿¡¡No tiene otro asiento!!??
Por favor, cálmese… -dice la azafata- Casi todos los asientos están
ocupados. Pero, voy a ver si hay un lugar disponible
La azafata se aleja y vuelve de nuevo algunos minutos más tarde:
Sra., como yo pensaba, ya no hay ningún lugar libre en la clase
económica. Hablé con el comandante y me confirmó que no hay más sitios
disponibles en la clase económica. No obstante, tenemos aún un lugar
en primera clase.
Antes de que la dama pudiera hacer el menor comentario, la azafata sigue:
Es del todo inusual permitir a una persona de la clase económica
sentarse en primera clase. Pero, dadas las circunstancias, el
comandante encuentra que sería escandaloso obligar a alguien a
sentarse junto a una persona tan repugnante.
Todos los pasajeros alrededor, observaban la escena, indignados.
Entonces, la azafata, dirigiéndose al indígena, le dice:
Si el Sr. lo desea, tome su equipaje de mano, ya que un asiento en
primera clase le espera.
Y los pasajeros, que sorprendidos, presenciaban la escena, se
levantaron y aplaudieron..
Santiago 2:1 Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas.
2:2 Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso,
2:3 y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado;
2:4 ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos?
2:5 Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?
2:6 Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales?
2:7 ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros?
2:8 Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis;
2:9 pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores.
2:10 Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.
timbre para llamar a la azafata
¿Cuál es el problema, Sra.? - Pregunta la azafata
¿Es que no lo ve? - Responde la dama
Me colocaron junto a un sucio indígena. No soporto estar al lado de
uno de estos seres repugnantes. ¿¿¡¡No tiene otro asiento!!??
Por favor, cálmese… -dice la azafata- Casi todos los asientos están
ocupados. Pero, voy a ver si hay un lugar disponible
La azafata se aleja y vuelve de nuevo algunos minutos más tarde:
Sra., como yo pensaba, ya no hay ningún lugar libre en la clase
económica. Hablé con el comandante y me confirmó que no hay más sitios
disponibles en la clase económica. No obstante, tenemos aún un lugar
en primera clase.
Antes de que la dama pudiera hacer el menor comentario, la azafata sigue:
Es del todo inusual permitir a una persona de la clase económica
sentarse en primera clase. Pero, dadas las circunstancias, el
comandante encuentra que sería escandaloso obligar a alguien a
sentarse junto a una persona tan repugnante.
Todos los pasajeros alrededor, observaban la escena, indignados.
Entonces, la azafata, dirigiéndose al indígena, le dice:
Si el Sr. lo desea, tome su equipaje de mano, ya que un asiento en
primera clase le espera.
Y los pasajeros, que sorprendidos, presenciaban la escena, se
levantaron y aplaudieron..
Santiago 2:1 Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas.
2:2 Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso,
2:3 y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado;
2:4 ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos?
2:5 Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?
2:6 Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales?
2:7 ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros?
2:8 Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis;
2:9 pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores.
2:10 Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.
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