TEOLOGIA DE LA ADORACION.
Tomo prestado de una sesión didáctica por Jack Hayford para ofrecer una versión condensada, al estilo de la revista Selecciones, de lo que es una teología de adoración.
1.Como Dios de todo, el Señor Todopoderoso es nuestro Creador, Protector, Redentor; y como Soberano del universo es digno de nuestra adoración y merecedor de nuestra alabanza.
2. El objetivo de nuestra adoración no es solamente cumplir con un requisito, reconocer nuestro lugar en el orden de la creación, sino que también es un medio orientado por Dios para avanzar nuestra restauración y reinstalación en ese orden.
3. La adoración es don de Dios para nosotros, más para nuestra bendición que para Él. Su objetivo no es asegurarse de nuestra adulación, sino que descubramos y nos demos cuenta del avance de su propósito para nuestra satisfacción.
4. La adoración no es solamente un medio de reafirmar la relacional dependencia de, sumisión a, y obediencia ante Dios del hombre; es el medio (a través de la gracia) para volver a establecer la sociedad del hombre con Dios para regir la tierra —una que comienza en una realización presente práctica, aunque parcia— y que será, después de la venida de Cristo, una total y plena realización.
5. Para el redimido, la adoración es la clave esencial para recibir la regla del reino de Dios en la experiencia humana: V.g., en nuestros asuntos diarios, nuestros hogares, nuestras congregaciones, nuestros negocios, y nuestras ciudades y naciones.
6. La adoración es el principal medio para establecer un ambiente (a) para la entrada transformadora de la presencia de Dios; (b) para la clara entrada de la Palabra de Dios; (c) para la amorosa entrada del Espíritu de Dios; y (d) para la dinámica entrada de las obras de poder de Dios.
7. Así mismo, los líderes necesitan aproximarse a la adoración con la convicción de que no estamos ofreciendo un momento opcional sino determinando uno fundamental.
8. Con este entendimiento, debemos aceptar el hecho de que la adoración bíblica (a) siempre exigirá que el orgullo humano se humille por medio de la adoración; (b) debe conducirse correctamente según los patrones divinos para la adoración; y (c) regularmente se manifestará en el transformador gozo y humildad que se distila de la adoración.
H. Robert Rhoden, D.Min., Fairfax, Virginia, es superintendente del Concilio del Distrito Potomac de Las Asambleas de Dios y presbítero ejecutivo del área Noroeste.
Adoración
Forma de Vida
desde 1985 hasta hoy
INTRODUCCIÓN
En los días que vivimos, existe un renacer de la Adoración. Pero, ¿será esto cierto, que la adoración no se practicaba en la liturgia de la Iglesia en el pasado..?
El propósito del seminario "", es el de dar luz sobre lo que es la verdadera adoración. Es importante estudiar esto con atención, pues como veremos en las siguientes páginas, la Adoración juega un papel muy importante en la vida de la Iglesia del Señor. He integrado a este estudio las "Lecciones para los Ministros de Música y Adoración" del Rvdo. David Richards - en el Apéndice -, con el cual tuve el placer de trabajar en calidad de intérprete al enseñar estas productivas lecciones. Deseo de todo corazón que todo este material didáctico, sea de gran provecho espiritual para tu vida...
Hamilton Tovar, de Venezuela
PRESENTACIÓN
I. ¿Qué es la Adoración?
"Es el culto o reverencia que se rinde a Dios por Sus obras (Sal. 92: 1-5) y por ser Quien Es (Sal.100: 1 – 4). Se expresa mediante à oración (Gn.12:8; Neh. 9), Sacrificio (Gn.8:20), Ofrenda (Gn. 4: 3,4; Is. 1:3; Dt. 26:10; 1º Cr. 16:29), à Alabanza (2º Cr. 7:3; Sal. 29:1,2; 86:9; 138:1,2) à canto (Sal.66:4).
Adoración viene de la palabra griega proskuneséis /proskuneseis/ que significa <>. En el Sal. 95:6 se nos exhorta a hacerlo; entonces, adorar es ‘inclinarse tanto física, figurativa, como espiritualmente ante Dios’. Él es el único que merece nuestra adoración. Darle adoración a otro ser ú objeto sería abominable idolatría.
A. Ejemplos Bíblicos de Adoración
Cuando el centurión se inclinó ante Pedro para adorarle, éste lo reprendió: ¡Levántate, pues yo mismo también soy hombre! (Hchs. 10: 25,26).
El que había sido ciego de nacimiento se encontró con Jesús, y le adoró (Jn. 9: 38).
Gedeón adoró cuando creyó que Dios habría de darle la victoria (Jue. 7: 15).
Los padres de Sansón adoraron al ángel de Jehová, pre-figura de Cristo Jesús. (Jue. 13: 15-23).
Los discípulos adoraron al Cristo resucitado (Mt. 28:17).
II. Aspectos Importantes acerca de la Adoración
Dios busca adoradores no <>.
La Adoración à OBEDIENCIA (1º S. 15:22; Ecl. 5: 1-5)
Cuando adoramos a Dios debemos ser expresivos. No tengas miedo de de expresar tus sentimientos. David exteriorizaba sus sentimientos: Alegría (Sal. 30: 11,12); tristeza (Sal. 51); Ira (Sal.52)...
Los directores de música y adoración cristianos deben tener las siguientes aptitudes, según 1º S. 16: 18
Saber ejecutar bien (su instrumento o su voz)
Ser valiente y vigoroso...
Prudente en sus palabras
Hermoso(a), espiritualmente hablando
E. Hablemos de la Música...
¿Qué es música? "
Es el arte de combinar bien los sonidos y el tiempo de modo que sean agradables al oído". La música fue creada por Dios para la alabanza de Su gloria. En la adoración debe ser usada para honrarle y agradarle. Este es el fin primario de ésta. A continuación, algunos aspectos de la música que son en extremo relevantes al hablar de adoración.
1. Tipos de Música (Direccional):
Para la Creación: Es admisible usar la música para exaltar la naturaleza, es decir, las aves, las montañas, las llanuras...
Patriótica: Los himnos nacionales son el símbolo de cada patria, se nos manda a honrarlos y la Biblia lo apoya (Ro. 13: 1,2,7). Existen también otros cantos alusivos que no implican faltar a Dios en ninguna manera, ejemplo: Los himnos culturales; el "Alma Llanera" (Considerado el segundo himno de la República Venezuela); los himnos y cantos de algunas instituciones, como universidades, asociaciones y compañías.
Mundana: Las anteriores clasificaciones no pueden ser consideradas como ‘música mundana’. Lo verdaderamente mundano sería aquello directamente opuesto a la santidad, descrito claramente en 1ª de Jn. 1: 15-17. Entonces aquellas melodías que exalten los "deseos de la carne y de los ojos" (como la "salsa erótica" y otras por el estilo); "la vanagloria de la vida" (el YO). Melodías con estos énfasis NO son de Dios y tampoco deben estar en nuestros labios. En este mismo grupo se alinean los mensajes subliminales que van directamente al subconsciente. Estemos alertas: La música con letra repetitiva tiene generalmente horribles mensajes subliminales, cuyo origen es el mismo infierno.
Diabólica: Es aquella dirigida expresamente al príncipe de la potestad del aire que ahora opera en los hijos de desobediencia. Grupos de rock se declaran a sí mismos "adoradores de satanás": <> (kings in service of satan, que quiere decir "reyes al servicio de satanás"), el Heavy Metal, Iron Maiden, y así por el estilo (esto y el tema acerca de los "mensajes subliminales", ameritaría un estudio aparte...)
2. La música tiene 3 (tres) niveles importantes:
El Ritmo: Éste tiene que ver con lo sensorial externo, es decir, el cuerpo.
La Armonía: Ésta tiene que ver con el alma.
La Melodía: Ésta tiene que ver con el espíritu.
III. Aplicación de Filtros Teológicos para una Adoración
de Excelencia
¿Por qué deben aplicarse filtros teológicos a la adoración?
Porque la adoración debe ser dirigida hacia Él. Vertical y no Horizontal.
Porque la Doctrina es el fundamento de nuestra fe
El canto muchas veces está dirigido a nuestros semejantes con el fin de dirigirlos hacia Dios, con propósitos específicos.
Salvación, cuando no conocen aún al Señor. El tema de las canciones exaltará la obra redentora de nuestro Señor y Salvador Jesucristo (Hchs. 4:12; 1ª a Ti. 2: 5)
Exhortación, con el fin de animar, insistir y ayudar a perseverar en el Camino (Fil. 4:13)
Consolación, para
Edificación, ayudando a construir el Edificio de Dios (1ª de Pedro 2: 1,2)
APÉNDICE
LECCIONES PARA LOS MINISTROS DE MÚSICA Y ADORACIÓN.
Por Rev. David E. Richards (Lakeview Temple, Indianápolis, IN, USA)
[Revisado y adaptado por Rvdo. Hamilton E. Tovar G.]
LECCIÓN 1
Las Cualidades de un Líder de Música Cristiana
I. Tener Confianza en sí mismo
Ora por Visión y Provisión
Sé valiente, pero también apacible
Ten fe en la gente y sé fiel, asimismo ellos (Mt. 25: 14-30; 2ª Ti. 2:2)
Usa TODO lo que Dios te ha dado.
II. Establecer Objetivos de Alcance Razonable
Cada uno es parte vital
Planea Bien y Organiza
Cada uno necesita sentir que puede contribuir
III. Guiar sin dominar...
Obtén respeto de todos aquellos con quienes trabajas
Sé un Modelo para ellos (1ª Co. 1:10-13; 4:16,17; 11:1)
Está siempre deseoso de hacer las cosas
Motiva a otros
Utiliza a todos los que trabajan contigo
IV. Tener una Relación Profunda con el Señor
Sé sensible al Propósito y Planes Divinos tanto para ti como para tu grupo
Establece objetivos personales
V. Ser un siervo de todos: Marcos (10:44)
Ama a los demás tal como Dios te ama (1ª Co. 12:25; Jn. 13:34,35)
Manifiesta el Fruto del Espíritu Santo (Gá. 5:22,23)
No Intimides a tus compañeros (Fil. 2:5)
LECCIÓN 2
Dios nos ha dado la música, ¡Vamos a usarla..!
I. ¿Qué hace la Música?
Llama a la adoración y a la libertad
Dios mismo se acompaña de cantores angélicos (Job 38)
Generalmente, usando la música, la expresión de mayor plenitud se encuentra adorándole
II. La Música juega un papel vital en la expresión de Gozo
ó adoración a Dios
David, el músico, se expresa en los Salmos
Las palabras se dicen mejor a Dios cuando se cantan
La Música nos hace <> en la dimensión de la adoración.
III. Dios ama la Música
La Música será usada en la Eternidad (Ap.)
Dios quiere oír tu música HOY
IV. ¿Qué y cuánto vamos a invertir?
Tiempo
Talento
Recursos
V. Disciplina: Sé mejor – Practica - Adiéstrate
Forma buenos hábitos con el talento que Dios te dio
Disciplina: Un proceso de toda la vida...
VI. Se exige mucho de ti como director de música o de adoración
Tú has sido puesto sobre el servicio del canto (1º Cr. 6:31,32)
Tienes que ser consagrado en lo que haces (1º Cr. 5:11-14)
Usa tu talento y Dios te usará (1º Cr. 29: 27,28)
Termina la carrera y completa tu trabajo (Hch. 20:24)
NOTA: Jesús nos ha mandado a usar nuestros Talentos para Llevar a feliz Término y con Excelencia la Gran Comisión
LECCIÓN 3: Adoración
I. Lo que Dios odia de los que le "adoran" o ejecutan la Música
Presumir y hacer espectáculo. (Am. 7:14,15)
La Hipocresía
II. "Rebosa mi corazón palabra buena" (Sal. 45:1)
A Dios le gusta la adoración en "espíritu y en verdad" (Jn.4:23,24)
Las técnicas y la ejecución son secundarias: ¡La adoración es primero...!
En la Verdadera adoración está la Gloria.
III. Dios odia cuando la adoración es sensual en vez que espiritual
¿Gozamos adorando a Dios..?
¿Es nuestro objetivo obtener beneficio personal al ministrarle al Señor...?
C. Dios no bendice algo Hoy porque lo haya hecho antes (Estereotipos)
D. Dios nos quiere preparados, entonces, le pedimos y Él nos da Su unción y bendición
IV. Dios odia la adoración cuando la música es más importante
que la moral
El adulterio espiritual y la indiferencia ocasionaron la Ira de Dios sobre Su pueblo en la antigüedad.
Un ejemplo que Dios ama: Mr. 7: 6,7
V. ¿Cuándo se adora de verdad?
Cuando se tiene las manos limpias y el corazón puro (Sal.24:3,4)
Cuando estamos <> con el Espíritu Santo, tenemos motivos puros.
VI. Entonces, ¿Qué es adoración?
Nuestra obligación: Derramemos entonces nuestros deseos y sentimientos delante de nuestro Señor y Salvador.
Someternos a Dios, viviendo vidas victoriosas, listas para el servicio a Dios. Esta es la verdadera razón para vivir...
LECCIÓN 4: Progresión de la adoración
I. Modelo Divino para entrar en la presencia de Dios
Unir nuestros corazones en un pacto de fe y de amor.
Libertad emocional
Guiar a la gente a entrar en la presencia de Dios
II. Primer paso: Acción de Gracias.
En Su presencia, con acción de gracias y alabanzas
El propósito de reunirnos es para adorar a Dios
Hay más de un paso del Atrio al lugar Santo y Santísimo. Las emociones se manifiestan.
El primer paso es "Entrad por Sus puertas con acción de gracias..." (Sal.100: 4)
III. Segundo paso: "Por Sus atrios con alabanza" (Sal. 100: 4)
Hay que alabar para pasar más allá de los atrios.
Sólo los sacerdotes tenían derecho a acceder al lugar Santo
Jesús nos da libre acceso al Lugar Santísimo (Heb.10: 24,25; Ef. 3:12)
IV. Tercer paso: Cantar a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo
A este nivel estamos adorando con profundidad y devoción
Saboreamos a plenitud la Presencia de Dios
No se necesita a este nivel ni hablar ni pedir respuesta de la gente. Queremos que la gente adore, pues lo están haciendo
V. La adoración es el Honor más alto
Una vida de adoración es lo que Dios desea
La belleza de Dios nos arroba y embelesa
Dios quiere un corazón que le adore con todas las fuerzas (Jn. 4: 23,24). Él busca ADORADORES
LECCIÓN 5: La Adoración Definida
I. La Adoración es una Celebración
Ejemplos en el Antiguo Testamento: 2º Cr. 5:13,14.
Dios envía Su Gloria en forma continua
Nuestras experiencias de adoración deben ser continuas y ascendentes.
Nuestra actitud es muy importante, cómo asumimos la celebración.
II. La Adoración es un Sacrificio de Acciones de Gracias
y Alabanzas.
Ofrezcamos alabanzas con voces e instrumentos (Sal. 150; Ef. 5:19,20)
NADIE debe dejar de ofrecer alabanza
III. La Adoración es Acción Obediente
Adorar es un verbo, no un sustantivo. La Adoración es activa no pasiva.
Junto al temor de Dios, la alabanza, la adoración y la acción de gracias va la confesión de pecado, escuchar la Palabra de Dios y finalmente la consagración personal a los trabajos a los que Él nos está llamando.
IV. La Adoración es una Acción Recíproca entre el hombre y Dios
Dios actúa primero, pero el hombre lo hace simultáneamente cuando sus acciones toman varias formas personales y conjuntas
La adoración reconoce la Soberanía y Majestad de Dios así como el Señorío de Jesucristo
El Espíritu Santo honra nuestros esfuerzos creativos al proveer para cada necesidad individual y congregacional durante la experiencia de la adoración
V. La adoración es Reacción
La Adoración que es honrada, sincera, creativa y fundada sobre la fe, resultará no solamente en acción sino también en reacción fiel.
La Respuesta puede tomar muchas formas: Eso justamente es lo mejor
LECCIÓN 6
Equilibrio entre Música y Adoración
I. Hay que hacer un equilibrio en la música que usamos
Debemos usar una gran variedad de música con el fin de hacer nuestro programa más consistente y agradar nuestra congregación
La Adoración NO debe ser adorada
II. En nuestra cultura se habla mucho de la Adoración,
de cómo lo hacemos
La música que usaremos para la adoración no debe presentar choque con nuestra cultura, es decir, debemos emplear música con la que nos identifiquemos fácilmente.
Como conductores de música, usemos nuestro juicio al planificar nuestros programas de música; de esta manera, hagámoslo lo mejor que podamos, honrando a Dios en todo lo que hacemos.
III. La Habilidad Técnica será ungida en la Adoración
Usemos todos nuestros recursos en la producción, así como también nuestra capacidad creadora
Seamos disciplinados. La disciplina no está reñida con la unción
IV. La Adoración verdadera viene del corazón
¿Cómo sabemos si, en un servicio, la adoración es buena o no?
Da oportunidad a la gente y confía a Dios los resultados
No juzgues por las apariencias...
V. ¿Cuándo podemos adorar y usar nuestra música?
La Adoración es lo que somos
Guía a tu gente a usar su música todo el tiempo
Enseña a tu gente a adorar toda la semana
Confíe que Él guiará sus pasos así como le guía en la adoración, y también le usará para traer los perdidos a Su reino...
La esencia de la adoración pentecostal
Hay siete axiomas que toda iglesia pentecostal debe adoptar para ayudarse a lograr su máximo potencial en la adoración.
por H. Robert Rhoden
Harvey Cox, en Fire From Heaven [Fuego del Cielo], identifica un ingrediente indispensable de la adoración pentecostal. “Un domingo por la mañana en septiembre de 1993, yo asistí a una avivada iglesia pentecostal latina ubicada en una anterior sinagoga, en la que una vez había sido la sección alemana judía de Chicago. Mientras los feligreses, en su mayoría puertoriqueños, se mecían y cantaban‘Dios Está Aquí’ , observé una pequeña pegatina, o calcomanía. Estaba pegada en los flamantes tambores de percusión de madreperla que un joven devoto golpeaba con una asombrosa serie de estrepitosas palmadas y redobles. Desde donde yo me encontraba, como a un tercio del último banco, podía ver que la primera palabra en la pegatina era ‘Música’ y que la última era ‘Jesús’. Pero las otras palabras entre las dos estaban en letras más pequeñas, y por más que torciera los ojos, no podía leerlas. Mi curiosidad se había despertado, así que después del culto me acerqué al área de la banda para verlas de cerca. Ahora podía ver todo el mensaje. Decía “La música me trajo a Jesús’”1
En el Día de Pentecostés el apóstol Pedro predicó un sermón en respueta a la pregunta: “¿Qué quiere decir esto?” Es significante que la palabra traducida como “les habló” en Hechos 2:14 es la misma que “les daba” en Hechos 2:4. El sermón de Pedro, exactamente como el hablar en lenguas, fue obra del Espíritu.
Pedro citó a Joel para indicar que el derramamiento del Espíritu era una señal de que habían comenzado los últimos días. El restante 75 por ciento de su sermón se concentró en la vida, ministerio, crucifixión, resurrección, y exaltación de Jesús a la diestra de Dios. Este sermón evocó una pregunta de parte de los oyentes: “¿Qué haremos?”
Pedro contestó: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38). ¿El resultado? “Los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas” (Hechos 2:41).
La historia de Harvey Cox y el sermón del apóstol Pedro identifican dos salientes componentes de la adoración pentecostal – la música y la predicación. Si definimos la adoración pentecostal como una auténtica expresión de amor, que emana directamente del corazón, a nuestro Padre Celestial y que es avivada por el Espíritu Santo, entonces adoración es más bien verbo y no sustantivo. El vocabulario de adoración en la Biblia es extenso, pero la principal palabra hebrea en el Antiguo Testamento que se usa para adoración quiere decir “inclinarse”. La misma idea está implicada en la palabra del Nuevo Testamento para adoración, que quiere decir “servir”.
Cómo puede extrapolar esto la iglesia pentecostal de modo que el culto del domingo por la mañana encarne la esencia de la adoración pentecostal? Antes de responder a esta pregunta, examinemos las bases del concepto de la adoración.
Hacia una teología de adoración
Una breve teología de la adoración es esencial par dar un marco a nuestro camino. Tomo prestado de una sesión didáctica por Jack Hayford2 para ofrecer una versión condensada, al estilo de la revista Selecciones, de lo que es una teología de adoración.
1.Como Dios de todo, el Señor Todopoderoso es nuestro Creador, Protector, Redentor; y como Soberano del universo es digno de nuestra adoración y merecedor de nuestra alabanza.
2. El objetivo de nuestra adoración no es solamente cumplir con un requisito, reconocer nuestro lugar en el orden de la creación, sino que también es un medio orientado por Dios para avanzar nuestra restauración y reinstalación en ese orden.
3. La adoración es don de Dios para nosotros, más para nuestra bendición que para Él. Su objetivo no es asegurarse de nuestra adulación, sino que descubramos y nos demos cuenta del avance de su propósito para nuestra satisfacción.
4. La adoración no es solamente un medio de reafirmar la relacional dependencia de, sumisión a, y obediencia ante Dios del hombre; es el medio (a través de la gracia) para volver a establecer la sociedad del hombre con Dios para regir la tierra —una que comienza en una realización presente práctica, aunque parcia— y que será, después de la venida de Cristo, una total y plena realización.
5. Para el redimido, la adoración es la clave esencial para recibir la regla del reino de Dios en la experiencia humana: V.g., en nuestros asuntos diarios, nuestros hogares, nuestras congregaciones, nuestros negocios, y nuestras ciudades y naciones.
6. La adoración es el principal medio para establecer un ambiente (a) para la entrada transformadora de la presencia de Dios; (b) para la clara entrada de la Palabra de Dios; (c) para la amorosa entrada del Espíritu de Dios; y (d) para la dinámica entrada de las obras de poder de Dios.
7. Así mismo, los líderes necesitan aproximarse a la adoración con la convicción de que no estamos ofreciendo un momento opcional sino determinando uno fundamental.
8. Con este entendimiento, debemos aceptar el hecho de que la adoración bíblica (a) siempre exigirá que el orgullo humano se humille por medio de la adoración; (b) debe conducirse correctamente según los patrones divinos para la adoración; y (c) regularmente se manifestará en el transformador gozo y humildad que se distila de la adoración.
Períodos bíblicos de adoración
En los tiempos de los patriarcas existían tanto la privacidad de oración (Génesis 18:16-33) como el acto público de preparar el altar (Génesis 12:7). Desde los patriarcas en adelante, la Biblia está dividida en cuatro períodos. Primero, bajo Moisés, el tabernáculo era el punto principal de la adoración pública. El segundo período se hizo altamente organizado, y los sacerdotes, ayudados por los levitas, dirigían el rito del templo. Incluía un complejo sistema de sacrificios. La tercera etapa se centraba en la sinagoga, que fue desarrollada por los que permanecieron en el exilio. En la sinagoga el énfasis era más en la instrucción que en la adoración. La cuarta etapa fue la primera iglesia cristiana.
¿Qué es adoración?
Adoración es conversación entre Dios y el hombre, un diálogo que debe tener lugar constantemente en la vida del cristiano.
1. Adoración es dar a Dios y tiene que ver con una vida de rendir a Él el sacrificio que pide: Nuestro ser total.
2. Adoración es nuestra respuesta afirmativa a la revelación de sí mismo que hace el Trino Dios. Para el cristiano, todo acto de vida es un acto de adoración cuando se hace con un amor que responde al amor del Padre. La vida debe ser una constante adoración, siendo que se puede decir que la adoración ofrece el metabolismo para la vida espiritual.
3. Adoración fue el resultado de la comunión de amor entre el Creador y el hombre y es el punto más sublime que el hombre puede alcanzar en respuesta al amor de Dios. Es el primer y principal propósito del llamado eterno del hombre.
4. Adoración es la expresión de amor y alabanza a Dios del corazón del hombre que va acompañada de una actitud que reconoce su supremacía y señorío.
5. Adoración es un acto llevado a cabo por un hombre redimido, la criatura, hacia Dios, su Creador, por lo que su voluntad, intelecto, y emociones responden con agradecimiento en reverencia, honor, y devoción a la revelación de Jesucristo.
6. Adoración quiere decir “sentir en el corazón”. Adoración también es expresar debidamente lo que sentimos.
7. La verdadera adoración y la alabanza son amor asombroso y abrumador ante la presencia de nuestro Dios.
8. Adoración es la habilidad para magnificar a Dios con todo nuestro ser – cuerpo, alma, y espíritu.
9. El corazón de la verdadera adoración es derramar sin ninguna vergüenza nuestro ser interior sobre el Señor Jesucristo en afectuosa devoción.
10. Adoración es fundamentalmente el Espíritu de Dios dentro de nosotros poniéndose en contacto con el Espíritu de la Trinidad.
11. Adoración es la respuesta del Espíritu de Dios en nosotros a ese Espíritu en Él por lo que nosotros respondemos: “Abba, Padre”, lo profundo llamando a lo profundo.
12. Adoración es la idealmente normal actitud de una criatura racional debidamente relacionada con el Creador.
13. Adoración es amor extravagante y obediencia extrema.
—Sacado de Exploring Worship: A Practical Guide to Praise & Worship por Bob Sorge, Oasis House Publishers, www.oasishouse.net. Usado con permiso.
Respecto al Nuevo Testamento, nuestra información sobre la adoración cristiana es vaga. Claramente el día de adoración era el primer día de la semana (Hechos 20:7), aunque al principio había cultos diarios (Hechos 2:46). La adoración se llevaba a cabo en los hogares de los creyentes. La sencillez marcaba los cultos de adoración de la iglesia en los hogares. En su mayoría consistían de alabanza (Efesios 5:19; Colosenses 3:16), oración, lectura y exposición de las Escrituras, profesía y lenguas, y otros dones espirituales. La fiesta de amor seguida por la Santa Cena (1 Corintios 11:23-28) también era un aspecto común de la adoración cristiana. Pero en todo, el énfasis era en el Espíritu y en el interno amor y devoción del corazón.
Siete axiomas de la adoración pentecostal
Hay siete axiomas que toda iglesia pentecostal debe abrazar para ayudarse a lograr su máximo potencial en la adoración.
Hacer preparación espiritual.
Al nivel primario, todo culto de adoración debe ser interconectado con la oración. El sermón de Pedro el Día de Pentecostés fue precedido por 10 días en el Aposento Alto. Cuando yo pastoreaba en West End Assembly of God en Richmond, Virginia, nos reuníamos para orar todos los sábados por la noche. Preparábamos nuestros corazones para el culto del domingo por la mañana e intercedíamos por todas las personas que asistirían, especialmente los que no eran cristianos. Yo raramente aceptaba una invitación para asistir a funciones los sábados por la noche. Sí, era un sacrificio, pero creíamos que la oración era endémica para el éxito del culto de adoración. Una evidencia es la larga lista de personas que fueron salvas durante nuestros 22 años ahí.
Nombrar a un líder de adoración que sea un adorador.
Encontrar a una persona para dirigir los cánticos no es difícil, pero encontrar a alguien que pueda dirigir a la gente mientras canta es esencial. Esta persona debe ser un adorador si es que ha de dirigir a los demás en la adoración. Judson Cornwall3 tiene tres preguntas que todo el que dirige la adoración debe hacerse.
Primero, ¿dónde comenzamos? Para dirigir a las personas es imprescindible comenzar donde ellas se encuentran. La mayoría de la gente llega al culto con un mínimo de conciencia de Dios y con mucha conciencia de sí misma. El comenzar con cánticos de experiencia personal o de testimonio recibe a las personas exactamente donde ellas se encuentran y les da algo con lo que se pueden identificar a comienzos del culto.
Segundo, ¿adónde vamos? Deje que la congregación se goce cantando cánticos de testimonios hasta que esté lo suficiente unida como para comenzar a acercarse a Dios. Los cánticos de testimonio con frecuencia abren el paso a los cánticos de agradecimiento. El que dirige la adoración debe pesar cuidadosamente sus palabras en la transición. En más de una ocasión, un líder de adoración demasiado solícito ha hablado tanto que ha matado el culto de adoración. Los cánticos de agradecimiento con frecuencia son más capaces de llevarnos a los majestuosos himnos, que dan expresión a los conceptos de Dios más elevados, que los coros más sencillos.
Tercero, ¿cómo sabemos cuándo hemos llegado? Si el líder ha logrado su propósito, el espíritu humano responderá con profundidad y devoción. La adoración se toma tiempo, de modo que es importante no apurar a la congregación. Repita el verso o el coro del himno que parezca dar la más sincera expresión a lo que la congregación está sintiendo en ese momento. Simplemente alaben. Las ideas ingeniosas están fuera de orden. Hablar no es necesario. Se debe considerar que cantar es el propósito principal. Se debe dar lugar al Espíritu Santo en una expresión de adoración. Es necesario llevar a la gente de lo natural a lo espiritual y de la expresión de necesidad propia a la de adoración al Espíritu. Este es el propósito del líder de adoración—ser más bien un líder de adoradores antes que un líder de cánticos.
Incluir a todas las generaciones.
Si usted quiere comunicar a los jóvenes el mensaje de que ellos no son importantes, elimine su música. Si usted quiere marginar a los santos mayores, deshágase de su música. En su libro titulado Build To Last, Jim Collins dice que las compañías que duran adoptan más bien una actitud de ambos/y antes que una de uno/u otro. La iglesia debe abrazar este concepto en preparación para un preferido futuro en la adoración. Si los hijos e hijas están profetizando, si los jóvenes están viendo visiones y los ancianos soñando sueños bajo el mismo Espíritu, seguramente podemos encontrar un culto de adoración que conecte y no que divida a las generaciones opuestas.
Cambiar, no eliminar, el pasado.
A través de los tiempos Dios siempre ha levantado a individuos para influenciar a la iglesia en la adoración. La década de los 1960 produjo a Chuck Smith y el Movimiento de Jesús. El segundo capítulo de Hechos y Bill y Gloria Gaither tuvieron influencia en la década de los 1970. Carol Cymbala y el Tabernáculo de Brooklyn dieron un nuevo sonido a la de los 1980. Al mismo tiempo, la música de Hosanna e Integridad se convirtieron en nombres conocidos. Lindell Cooley surgió a mediados de los 1990. Hoy Darlene Zschech y Hillsong están haciendo un impacto mundial. Ninguna de estas dotadas personas sugeriría que su música tiene la intención de competir con, o eliminar, la música del pasado. De hecho, siempre existe una delicada tensión entre poner la música diacrónica (a través del tiempo), como los himnos clásicos que expresan la teología del sonido, con la música sincrónica (con o en el tiempo) que surge y luego se desvanece. Incorporemos el cambio y lo nuevo al mismo tiempo que abrazamos y mantenemos lo importante del pasado.
¿Adoración o adorar; sustantivo o verbo?
Cuando la adoración se percibe más como sustantivo que como verbo, tendemos a buscar una experiencia de adoración. La congregación se convierte más bien en audiencia y no en actores. Sin embargo, la realidad en la verdadera adoración es que Dios es la audiencia. La pregunta en camino a la iglesia el domingo por la mañana no es: “¿Qué hay en ello para mí?” sino más bien, “¿Qué tengo yo que dar?” La Escritura está clara sobre nuestro lugar en la adoración.
1. Participación. “Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación” (1 Corintios 14:26).
2. Expresión física. Se nos instruye que aplaudamos, que aclamemos a Dios con voz de júbilo (Salmo 47:1), y que levantemos manos santas en oración (1 Timoteo 2:8).
3. Alabanza. “Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre” (Salmo 100:4). “Todo lo que respira alabe a JAH” (Salmo 150:6).
4. Oración. “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados” (Santiago 5:16).
Esta lista ilustrativa, aunque no exhaustiva, hace obvio que se trata de un verbo, alabar.
—H. Robert Rhoden, D.Min., Fairfax, Virginia.
Escoger substancia antes que estilo.
Yo no tengo ninguna idea del estilo de adoración que experimentaban en Hechos 13:2,3 cuando el Espíritu Santo dijo: “Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.” Lo que sí sé es que la substancia es más importante que el estilo. Era un ambiente en el que el Espíritu Santo podía seleccionar a los llamados. Esta reunión no se trataba de lo que el filósofo danés Kierkegaard llamó el nivel estético o “que se siente bien” de adoración, ni tan siquiera el nivel ético de “un código de reglas.” Era una adoración a un nivel espiritual que creaba una disposición para entregarse confiada y totalmente a Dios. Todo culto de adoración debe tener el potencial y la expectación para experimentar los substantivos actos de Dios en nuestra vida.
Estar abierto a lo milagroso.
Mark Batterson, un amigo pastor en Washington, D.C., predicó un sermón titulado “El milagro de la música”. A mí me encanta su descripción de la experiencia en la cárcel que tuvieron Pablo y Silas:
Adoración es cuando suceden los puntos de penetración. Fue a medianoche en una celda de una cárcel en el Medio Oriente cuando Pablo y Silas comenzaron a alabar a Dios. Con el cuerpo encadenado, su espíritu se elevaba. Mientras cantaban hubo un violento terremoto. Hechos 16:26 dice que las puertas de la cárcel se abrieron, y las cadenas de todos se soltaron. Eso es lo que sucede cuando alabamos. La adoración prepara el escenario para lo milagroso.4
Aunque nosotros no nos enfocamos en los milagros, es importante ver el culto de adoración como un lugar que singularmente nos abre a lo milagroso. Después que se abrieron las puertas de la cárcel, el carcelero y su casa fueron salvos. Dios ejerce su poder con un propósito – salvar a los perdidos. Los testimonios en un culto de adoración del milagroso poder de Dios con frecuencia serán el catalizador que lleva a la gente a Jesús.
Promover la libertad en la adoración.
La expresión más común que yo oía de los nuevos que venían a West End sobre el culto de adoración era “hay tanta libertad, pero segura”. Pablo declaró: “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17).
La expresión más común que yo oía de los nuevos que venían a West End sobre el culto de adoración era “hay tanta libertad, pero segura”. Pablo declaró: “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17).
La libertad encuentra su mayor expresión donde los límites están claramente establecidos. La sensibilidad y el respeto hacia los demás es una clara enseñanza bíblica (1 Corintios 12). No es un oxímoron planear un culto de adoración pentecostal, esperar excelencia de los músicos, y tener momentos para enseñar, especialmente cuando las lenguas y su interpretación son parte del culto. Como regla general, yo explicaba con las Escrituras lo que estábamos experimentando después de un mensaje en lenguas y su interpretación. También imprimíamos y verbalizábamos la base bíblica para acompañar con palmadas y levantar las manos en adoración. La buena enseñanza y la activa dirección pastoral fomentarán en el culto de adoración pentecostal un ambiente de libertad que incitará a mayor participación. No todos se sentirán cómodos con las expresiones de un culto de adoración pentecostal. Aceptamos eso. Pero debemos estar seguros de que su incomodidad no se debe a nuestro mal uso de la libertad.
Conclusión
El año pasado un artículo en el Washington Times dijo: “La razón más común que la gente da por dejar una iglesia es que es demasiado parecida a su vida diaria.”5 La gente busca una comunidad espiritual que sea radicalmente distinta al ambiente de su trabajo. Toda iglesia pentecostal se debe proponer ser un lugar en el que el culto de adoración es una experiencia transformadora al adorar “en espíritu y en verdad” (Juan 4:24).
Hacia una teología de la adoración
Enric Capó, España
Teología es una reflexión sobre Dios; por tanto, toda reflexión sobre Dios es teología. Quizás esto sea una perogrullada, pero nos sirve para sacar la teología del campo de la especialización académica y de las garras de los teólogos profesionales, para devolverla al campo que le es más propio: el de la reflexión personal. Todo el mundo puede hacer teología y, de hecho, la hace; pero deberíamos hacer una distinción radical entre la teología como disciplina académica, que evidentemente es necesaria e imprescindible para la Iglesia, y la reflexión teológica del creyente, que la elabora en el ámbito de la fe. Éste tiene, probablemente, muchos más peligros de equivocarse en sus formulaciones doctrinales que profesores universitarios que conocen a fondo la materia, saben lo que se ha dicho en el pasado y tienen mucha más capacidad de reflexión. Pero, fundamentalmente, el terreno propio de la teología es el individual del creyente, porque la teología auténtica es una reflexión hecha desde la fe. Es reflexión y, al mismo tiempo, experiencia. Es decir, no es, en primer lugar, un reflexión en el campo del saber humano, que la acerca mucho a la filosofía, sino que se trata de descubrir y describir -hasta donde sea posible- el Dios en el que creo.
Por esto es muy apropiado hablar de la teología de la adoración o, como dice Moltmann, de la teología de la doxología. Es en el encuentro personal con Dios que el creyente se descubre a si mismo como el adorador de un Dios que le confronta en la vida de cada día. No ha sido él que lo ha encontrado, sino que ha sido objeto de una iniciativa divina y, ante ello, lo busca para entrar en comunión con él y conocerle más y mejor. Es importante que este encuentro se dé en el campo de las Escrituras, ya que creemos que en ellas Dios se nos revela; pero no puede consistir en una simple exégesis bíblica, sino en una puesta a prueba de la experiencia personal en su confrontación con aquellas otras que hallamos en la Palabra de Dios.
En toda reflexión teológica, hay un elemento personal, subjetivo, imprescindible, que debe ser siempre asumido. Y esto es muy importante que lo acentuemos, ya que cuando la teología se convierte en dogma o en “verdad” definitiva, empezamos el camino de la corrupción. La teología se convierte en una ideología y entonces entramos en el campo de la lucha ideológica, es decir, la lucha por establecer mi “verdad” frente a la “verdad” de los demás. Es el problema de pensar que hemos llegado, que ya lo sabemos todo, que estamos de vuelta de todas las otras opciones. El creyente entonces se fanatiza en su propio sistema teológico y se convierte en su defensor frente a cualquier otro sistema. Dios queda al margen, ya no importa; lo que importa es lo que yo digo de Dios.
Este fue el gravísimo error de la iglesia de los primeros siglos que se empeñó en redactar una formulación de la fe infalible e inatacable. El error no fue intentarlo, sino creer que lo había conseguido y que podía imponerlo como un dogma imprescindible para la salvación. Se llegó a extremos increíbles. ¡Cuántos fueron cruelmente perseguidos porque en su confesión de la fe sobraba o faltaba un “i”! Todo despendía de si decías, con referencia a Cristo, homoousios o homooiusios! En ello te podía ir la vida. Y ¡cuántos otros ejemplos, a lo largo de la historia y hasta nuestros días! La obcecación por lo objetivo, lo infalible, lo ortodoxo, ha llevado –y lleva todavía- a los cristianos a aberraciones absurdas.
La teología de la adoración, aquella que se formula en nuestra contemplación de Dios y no busca “verdades”, sino la única Verdad que nos puede hacer libres (Jn 8,32), no es jamás agresiva, porque no se formula delante de otros, ni frente a terceros, sino solamente ante Aquel que es el centro de nuestra reflexión. Jamás pretende ser objetiva ni que sea de validez general para todos. Hacer teología es crecer en el conocimiento de Dios, pero no en un conocimiento intelectual de Dios que trata de encontrar definiciones doctrinales definitivas. La reflexión teológica, cuando es auténtica, consiste en un descubrimiento de Dios y un crecimiento en el conocimiento empírico de este Dios que se nos ha manifestado en Cristo, que nos habla a través de su Palabra, y día a día nos muestra nuevos caminos y nuevos horizontes de la fe. Es siempre subjetiva. Jamás puede encerrarse plenamente en definiciones, porque Dios siempre nos transciende. Tratar, por ejemplo, de hacer una definición de la trinidad es una empresa fuera de nuestro alcance. Calvino y Servet, a pesar de sus definiciones diferentes, eran igualmente cristianos. Sus diferencias ideológicas no les separaban del Dios del amor y la misericordia en el que creemos. Estarían más o menos acertados en sus definiciones, pero nunca debieran haberlos llevado a los extremos a que llegaron. Una falsa comprensión de la teología fue la causa del conflicto.
Creer esto, saber esto, es un conocimiento que salva, ya que nos libra de las tiranías de las ideologías y de los dogmatismos, nos muestra que todos estamos todavía en el camino y que el conocimiento pleno –el ver a Dios cara a cara- sólo será posible más allá de nuestra temporalidad, cuando entremos de lleno en el mundo de lo eterno.
Esta reflexión de hoy, no pretende ser la verdad. Todo lo contrario, niega la existencia de la verdad como definición. No pretende ahondar el abismo entre liberales y conservadores, ni afirmar que unos están en los cierto y los otros, no; sino decir que todos somos aprendices en la escuela del Señor y que la reflexión teológica ha de ser siempre un proceso continuo y libre en el que nos reconozcamos los unos a los otros simplemente como buscadores de la verdad de Dios. Reflexionar teológicamente es ir avanzando hacia Dios, según las luces y los dones que Él nos ha dado, dándonos la mano y ayudándonos en nuestra empresa. No buscamos nuestras “verdades”, que siempre están contaminadas con nuestros errores, sino la Verdad. Y ésta sí la conocemos: Yo soy el Camino y la Verdad y la Vida. (Jn 14,6)
Enric Capó
Introduccion de la breve teología de la ADORACIÓN
El punto de partida de nuestra filosofía acerca del culto y la adoración debe ser la Biblia.[1] Andrew H. Blackwood menciona que para estudiar el culto público o corporativo debemos hacerlo enfocados en el mejor texto, que es la Biblia.[2] Ya el profeta Juan en la isla de Patmos vio claramente este asunto: “…y adorad a aquél que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.” [3]
El asunto de la adoración no es meramente un asunto liviano ni superfluo, sino más bien un asunto de vida o muerte, eso en el sentido de que no hay teologías de adoración sino una teología y ella se basa y centra únicamente en la Biblia.
La Biblia y sólo la Biblia, la Palabra de Dios, las Sagradas Escrituras están plagadas de material rico acerca del cómo debe ser la verdadera adoración y su teología. Encontramos en realidad un rico material acerca del culto corporativo o público y el personal o privado, todo ello ayuda a la iglesia a estructurar una teología respecto al tema, llámese Teología de la adoración.
“Venid, adoremos y postrémonos; doblemos la rodillas ante el Señor nuestro Hacedor. Porque El es nuestro Dios, y nosotros el pueblo de su prado y las ovejas de su mano. Si oís hoy su voz.”[4] Este texto muestra básicamente cuatro puntos importantes acerca de la adoración: Quién es digno de recibir adoración, quién debe adorar, porqué y cómo hacerlo.[5] En el desarrollo de este trabajo de investigación presentaremos, en lo posible en forma detallada estos asuntos.
Sin embargo, en un mundo postmoderno y neoliberal en casi todos los aspectos de la humanidad, la adoración ha venido siendo corrompida por muchos factores y la verdadera teología de la adoración que se registra en la Biblia es reemplazada por costumbres y tradiciones o hermenéuticas a la carta. César A. Henríquez M. menciona algo interesante: Esta imagen hace del evangelio un producto, convierte la iglesia en un gran supermercado, al ser humano en un consumidor y al pastor en un gerente. Dentro de esta cultura la principal preocupación de la iglesia es como vender ese producto.[6] Y es por ello que alguna vez se ha escuchado decir: “Nosotros tenemos el mejor producto, con la mejor garantía, sólo nos falta aprender a venderlo.”[7]
[1]Horne P. Silva, “Un modelo de culto” Ministerio Adventista, Mayo (2000): 21. En adelante: Horne P. Silva.
[2]Citado por Horne P. Silva, 21.
[3]La Biblia de las Américas (California: The Lokman Foundatión, 2001), Apocalipsis 14:7.
[4]Ibíd., Salmo 95:6,7.
[5] Daniel Luka T., “¿Cómo debemos adorar?” Revista Adventista, Octubre (2002): 9.
[6] César A. Enríquez M. “Culto, Teología y Postmodernidad” Ponencia presentada en la Consulta teológica: “La iglesia ante los desafíos de la postmodernidad”, convocada por el Seminario Evangélico Asociado del 4 al 7 de abril de 2002.
[7] Barbosa Ricardo, “La iglesia en el mercado y el profesionalismo religioso” Revista signos de vida. Nro. 4. Junio 1997. Pág. 15
Publicado por Pr. Heyssen Cordero Maraví en 11:35
Instruir al Ministerio Musical en Teología de la Adoración.
El Espíritu Santo es el primer interesado en que volvamos nuestros ojos al Señor, en que volquemos nuestra alegría en un torrente de melodías como nunca antes nuestras gargantas lo han expresado, que no solo se escuche nuestra voz, sino también el sonido de nuestro corazón...
Herman Gajardo Pastén
Los mejores ejemplos de instrucción teológica a los ministerios musicales no los encontramos por los frutos de excelencia musical, demostrada por ciertos ministerios existentes hoy en día y que, siendo muy populares, además han sido de mucha inspiración para aquellos en formación y motivadores para aquellas congregaciones en que no existen, tampoco los encontramos en los Institutos Bíblicos pues es muy poco lo que allí se imparte a este respecto, aunque, si bien es cierto, no ha sido dejada de lado y, talvez por ser éste un mover, aparentemente motivado por el Espíritu Santo previo a un gran avivamiento que esperamos, y no una doctrina bíblica, sea la razón por la cual ha sido dejada en un segundo plano. Pero la Biblia, nos avala con creces acerca de esta necesidad, muy propicia para los días que estamos viviendo, el Espíritu Santo es el primer interesado en que volvamos nuestros ojos al Señor, en que volquemos nuestra alegría en un torrente de melodías como nunca antes nuestras gargantas lo han expresado, que no solo se escuche nuestra voz, sino también el sonido de nuestro corazón, de nuestro sentir, de nuestro existir, todo unido en expresiones de loor para nuestro creador.
Cuando el Señor me salvó, el año 1972, jamás pasó por mi mente los alcances que Dios tenía proyectado para mi vida, siempre pensé que ofreciéndole alabanzas, a través de diferentes grupos musicales en los que participé, era mi ministerio, mi servicio para con Él, pero lo que yo tenía en mente era tan poco, era tan insignificante, que el Señor permitió que por muchos años, talvez para que adquiriera experiencia en lo relativo a este oficio, para moldearme, para probarme, para conocer lo que sienten y piensan los cantores, solo Él sabe el porqué, pero no fue sino hasta el año 1987, ¡15 años después!, que el Señor me reveló su plan para mi vida.
El pastor de la Iglesia a la cual pertenecía, me pidió en aquella oportunidad que preparara un estudio relacionado con "Adoración", para ser presentado en uno de los días de estudio bíblico de la Iglesia. Como yo estaba muy relacionado con lo musical, y la música era mi recurso para adorar a Dios, entonces el pastor pensó que yo sería el más apropiado para exponer dicho tema. Nunca pensé lo que Dios me iba a mostrar al preparar ese material, comencé a descubrir lo que era la alabanza, lo que era la verdadera adoración, comencé a entender el porqué Jesús dijo que Dios buscaba adoradores que le adoraran en Espíritu y en verdad, comenzó en mi vida tal revolución, que hasta tuve problemas con mi pastor, al exponer en el tema que la adoración era el primer ministerio en nuestra vida, pues él no concebía que la adoración fuese primero que la predicación, él siempre sostuvo que nuestra gran comisión era el predicar el evangelio a toda criatura, incluso me advirtió que estas eran doctrinas contrarias a la Palabra y que muchos se habían apartado de nuestra organización eclesiástica al poner en práctica dichas enseñanzas, por lo cual me solicitó que no siguiera con este asunto para no verme expuesto a situaciones complicadas.
Obviamente estas revelaciones en mi vida habían encendido una mecha que no era fácil de apagar. Fue tanto que dejé de lado el pertenecer a grupos musicales y comencé a dedicarme de lleno a la ministración de la alabanza y adoración congregacional, ya no más cantos especiales, ya no más cantatas, ya no más hacerme el "lindo", Dios había comenzado a enrielarme en lo que Él había planificado para mi vida. Año 1987, año en que después supe que Dios comenzó no solo en mí sino también en muchos países de habla hispana a llamar a personas para esta renovación. Yo, un insignificante tipo, de unaPUBLICIDAD
pequeña iglesia, de no mayor de 100 personas, sin embargo Dios comenzó a sembrar ¿o a cosechar? con mi vida, el verdadero significado de lo que es la alabanza y la adoración. Pero no fue sino hasta que me vi en la obligación de escudriñar en su Palabra lo que Dios pensaba y quería de la adoración, que Él pudo revelarme su voluntad.
Si solo dedicamos nuestra vida a lo musical, porque según pensamos Dios nos dio ese talento, la labor que Dios necesita hacer a través de nosotros se verá truncada, si ignoramos lo que su Palabra nos revela, entonces solo seremos bocinas que resuenan, pero sin melodía, músicos sin saber música, cantores sin saber cantar, ¿puede ser así?, por supuesto, ¿acaso no hay cristianos que no conocen a Cristo?, también los hay. A veces están a nuestro lado, a veces han trabajado con nosotros, pero al entrar en guerra con nuestro adversario, se desmoronan como arena seca, se desvanecen ante la adversidad, se desinflan, jamás han tenido una base sólida de lo que creen, solo aparecen en momentos de alegría, aparecen cuando algo está pasando, pero no son comprometidos. Son aquellos músicos o cantores que aparecen en la iglesia solo cuando tienen alguna participación. Son aquellos que se enojan y piensan que con su ausencia castigan a quién no los ha considerado. Son como los niños que se amurran porque no los dejan ganar. Son aquellos que nunca se han sometido a alguna autoridad, porque ellos no se dejan mandar por nadie. Son aquellos que jamás se han levantado a orar. Son aquellos que solo leen la Biblia en los cultos. Son aquellos que nunca asisten a las reuniones de estudio bíblico. Son aquellos que nunca han sentido un llamado para la obra del ministerio. Son aquellos que nunca han sido instruidos. ¡Señor,... necesitamos instrucción!. ¡Señor, te necesitamos!.
No piense que esto de la instrucción es cosa de algunos fanáticos que les gusta estar apegados a los estudios bíblicos, ni es porque el pastor llevado por sus ideas y por molestar insiste en que todos asistan a los estudios bíblicos, pero no es así, en Oseas 4:6 dice: "Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos". ¡Ayayay!. "Pero es que los estudios son aburridos, complicados difíciles de entender...es que...", ¡es que nada!. Somos o no somos.
Hay algunos ministerios musicales que entre sus reglamentos internos está el orar en conjunto, especialmente previo a cada participación en cualquier tipo de culto o reunión especial, y quién no esté presente en la oración, no puede participar de la ministración, aunque haya estado ensayando fielmente. Pero a la mayoría de los ministerios les falta comprometerse en el área de buscar una más estrecha relación con nuestro Dios a través de la Palabra, aún no han comprendido el valor de escudriñar las escrituras, aún no se han visto reflejados en las escrituras, aún no han confrontado sus vidas y ministerios frente a ellas, aún están en pañales, aún "tienen necesidad de leche", aún "no les ha amanecido". Es posible que incluso algunos ministerios, en su afán de mejorar su relación con el Señor, tengan estudios bíblicos entre sus actividades periódicas, pero no todos asisten, pero no todos vibran de igual forma que con la música que sí los motiva y para lo cual son fieles y activos. Creo de verdad, que una de las facetas de un Levita es ser un estudioso de la Palabra, si no es así, entonces podemos llegar a dudar de su llamado a este ministerio, o a cualquier otro. Quién no guste o no participe de estudios bíblicos, aduciendo cualquier excusa, entonces también es hora de excusarlo o privarlo de ministrar. Si pasa la prueba, cólmelo de bendiciones. Si no, deséele éxito en sus nuevas actividades.
A través de la Palabra nos hacemos fuertes, a través de la Palabra aprendemos a alabar, aprendemos a adorar, aprendemos a conocer a nuestro Creador, la Palabra nos encauza, nos encamina, nos alumbra nuestro andar, y no solo en lo relativo a nuestro ministerio, sino en forma global a todo cuanto nuestra vida aquí en la tierra necesita saber. No dude en instaurar estudios bíblicos periódicos, serán de mucha bendición. Compruébelo.
Herman Gajardo Pastén, es Ministro Ordenado de Las Asambleas de Dios de Chile, pastor del Templo de Adoradores CORBÁN (www.corban.cl.kz), maestro de Teología de la Adoración en el Centro de Estudios Teológicos y en el Instituto de Formación Ministerial y por muchos años ha trabajado en Chile en Seminarios y Eventos relacionados con la música cristiana.
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1.Como Dios de todo, el Señor Todopoderoso es nuestro Creador, Protector, Redentor; y como Soberano del universo es digno de nuestra adoración y merecedor de nuestra alabanza.
2. El objetivo de nuestra adoración no es solamente cumplir con un requisito, reconocer nuestro lugar en el orden de la creación, sino que también es un medio orientado por Dios para avanzar nuestra restauración y reinstalación en ese orden.
3. La adoración es don de Dios para nosotros, más para nuestra bendición que para Él. Su objetivo no es asegurarse de nuestra adulación, sino que descubramos y nos demos cuenta del avance de su propósito para nuestra satisfacción.
4. La adoración no es solamente un medio de reafirmar la relacional dependencia de, sumisión a, y obediencia ante Dios del hombre; es el medio (a través de la gracia) para volver a establecer la sociedad del hombre con Dios para regir la tierra —una que comienza en una realización presente práctica, aunque parcia— y que será, después de la venida de Cristo, una total y plena realización.
5. Para el redimido, la adoración es la clave esencial para recibir la regla del reino de Dios en la experiencia humana: V.g., en nuestros asuntos diarios, nuestros hogares, nuestras congregaciones, nuestros negocios, y nuestras ciudades y naciones.
6. La adoración es el principal medio para establecer un ambiente (a) para la entrada transformadora de la presencia de Dios; (b) para la clara entrada de la Palabra de Dios; (c) para la amorosa entrada del Espíritu de Dios; y (d) para la dinámica entrada de las obras de poder de Dios.
7. Así mismo, los líderes necesitan aproximarse a la adoración con la convicción de que no estamos ofreciendo un momento opcional sino determinando uno fundamental.
8. Con este entendimiento, debemos aceptar el hecho de que la adoración bíblica (a) siempre exigirá que el orgullo humano se humille por medio de la adoración; (b) debe conducirse correctamente según los patrones divinos para la adoración; y (c) regularmente se manifestará en el transformador gozo y humildad que se distila de la adoración.
H. Robert Rhoden, D.Min., Fairfax, Virginia, es superintendente del Concilio del Distrito Potomac de Las Asambleas de Dios y presbítero ejecutivo del área Noroeste.
Adoración
Forma de Vida
desde 1985 hasta hoy
INTRODUCCIÓN
En los días que vivimos, existe un renacer de la Adoración. Pero, ¿será esto cierto, que la adoración no se practicaba en la liturgia de la Iglesia en el pasado..?
El propósito del seminario "", es el de dar luz sobre lo que es la verdadera adoración. Es importante estudiar esto con atención, pues como veremos en las siguientes páginas, la Adoración juega un papel muy importante en la vida de la Iglesia del Señor. He integrado a este estudio las "Lecciones para los Ministros de Música y Adoración" del Rvdo. David Richards - en el Apéndice -, con el cual tuve el placer de trabajar en calidad de intérprete al enseñar estas productivas lecciones. Deseo de todo corazón que todo este material didáctico, sea de gran provecho espiritual para tu vida...
Hamilton Tovar, de Venezuela
PRESENTACIÓN
I. ¿Qué es la Adoración?
"Es el culto o reverencia que se rinde a Dios por Sus obras (Sal. 92: 1-5) y por ser Quien Es (Sal.100: 1 – 4). Se expresa mediante à oración (Gn.12:8; Neh. 9), Sacrificio (Gn.8:20), Ofrenda (Gn. 4: 3,4; Is. 1:3; Dt. 26:10; 1º Cr. 16:29), à Alabanza (2º Cr. 7:3; Sal. 29:1,2; 86:9; 138:1,2) à canto (Sal.66:4).
Adoración viene de la palabra griega proskuneséis /proskuneseis/ que significa <
A. Ejemplos Bíblicos de Adoración
Cuando el centurión se inclinó ante Pedro para adorarle, éste lo reprendió: ¡Levántate, pues yo mismo también soy hombre! (Hchs. 10: 25,26).
El que había sido ciego de nacimiento se encontró con Jesús, y le adoró (Jn. 9: 38).
Gedeón adoró cuando creyó que Dios habría de darle la victoria (Jue. 7: 15).
Los padres de Sansón adoraron al ángel de Jehová, pre-figura de Cristo Jesús. (Jue. 13: 15-23).
Los discípulos adoraron al Cristo resucitado (Mt. 28:17).
II. Aspectos Importantes acerca de la Adoración
Dios busca adoradores no <
La Adoración à OBEDIENCIA (1º S. 15:22; Ecl. 5: 1-5)
Cuando adoramos a Dios debemos ser expresivos. No tengas miedo de de expresar tus sentimientos. David exteriorizaba sus sentimientos: Alegría (Sal. 30: 11,12); tristeza (Sal. 51); Ira (Sal.52)...
Los directores de música y adoración cristianos deben tener las siguientes aptitudes, según 1º S. 16: 18
Saber ejecutar bien (su instrumento o su voz)
Ser valiente y vigoroso...
Prudente en sus palabras
Hermoso(a), espiritualmente hablando
E. Hablemos de la Música...
¿Qué es música? "
Es el arte de combinar bien los sonidos y el tiempo de modo que sean agradables al oído". La música fue creada por Dios para la alabanza de Su gloria. En la adoración debe ser usada para honrarle y agradarle. Este es el fin primario de ésta. A continuación, algunos aspectos de la música que son en extremo relevantes al hablar de adoración.
1. Tipos de Música (Direccional):
Para la Creación: Es admisible usar la música para exaltar la naturaleza, es decir, las aves, las montañas, las llanuras...
Patriótica: Los himnos nacionales son el símbolo de cada patria, se nos manda a honrarlos y la Biblia lo apoya (Ro. 13: 1,2,7). Existen también otros cantos alusivos que no implican faltar a Dios en ninguna manera, ejemplo: Los himnos culturales; el "Alma Llanera" (Considerado el segundo himno de la República Venezuela); los himnos y cantos de algunas instituciones, como universidades, asociaciones y compañías.
Mundana: Las anteriores clasificaciones no pueden ser consideradas como ‘música mundana’. Lo verdaderamente mundano sería aquello directamente opuesto a la santidad, descrito claramente en 1ª de Jn. 1: 15-17. Entonces aquellas melodías que exalten los "deseos de la carne y de los ojos" (como la "salsa erótica" y otras por el estilo); "la vanagloria de la vida" (el YO). Melodías con estos énfasis NO son de Dios y tampoco deben estar en nuestros labios. En este mismo grupo se alinean los mensajes subliminales que van directamente al subconsciente. Estemos alertas: La música con letra repetitiva tiene generalmente horribles mensajes subliminales, cuyo origen es el mismo infierno.
Diabólica: Es aquella dirigida expresamente al príncipe de la potestad del aire que ahora opera en los hijos de desobediencia. Grupos de rock se declaran a sí mismos "adoradores de satanás": <
2. La música tiene 3 (tres) niveles importantes:
El Ritmo: Éste tiene que ver con lo sensorial externo, es decir, el cuerpo.
La Armonía: Ésta tiene que ver con el alma.
La Melodía: Ésta tiene que ver con el espíritu.
III. Aplicación de Filtros Teológicos para una Adoración
de Excelencia
¿Por qué deben aplicarse filtros teológicos a la adoración?
Porque la adoración debe ser dirigida hacia Él. Vertical y no Horizontal.
Porque la Doctrina es el fundamento de nuestra fe
El canto muchas veces está dirigido a nuestros semejantes con el fin de dirigirlos hacia Dios, con propósitos específicos.
Salvación, cuando no conocen aún al Señor. El tema de las canciones exaltará la obra redentora de nuestro Señor y Salvador Jesucristo (Hchs. 4:12; 1ª a Ti. 2: 5)
Exhortación, con el fin de animar, insistir y ayudar a perseverar en el Camino (Fil. 4:13)
Consolación, para
Edificación, ayudando a construir el Edificio de Dios (1ª de Pedro 2: 1,2)
APÉNDICE
LECCIONES PARA LOS MINISTROS DE MÚSICA Y ADORACIÓN.
Por Rev. David E. Richards (Lakeview Temple, Indianápolis, IN, USA)
[Revisado y adaptado por Rvdo. Hamilton E. Tovar G.]
LECCIÓN 1
Las Cualidades de un Líder de Música Cristiana
I. Tener Confianza en sí mismo
Ora por Visión y Provisión
Sé valiente, pero también apacible
Ten fe en la gente y sé fiel, asimismo ellos (Mt. 25: 14-30; 2ª Ti. 2:2)
Usa TODO lo que Dios te ha dado.
II. Establecer Objetivos de Alcance Razonable
Cada uno es parte vital
Planea Bien y Organiza
Cada uno necesita sentir que puede contribuir
III. Guiar sin dominar...
Obtén respeto de todos aquellos con quienes trabajas
Sé un Modelo para ellos (1ª Co. 1:10-13; 4:16,17; 11:1)
Está siempre deseoso de hacer las cosas
Motiva a otros
Utiliza a todos los que trabajan contigo
IV. Tener una Relación Profunda con el Señor
Sé sensible al Propósito y Planes Divinos tanto para ti como para tu grupo
Establece objetivos personales
V. Ser un siervo de todos: Marcos (10:44)
Ama a los demás tal como Dios te ama (1ª Co. 12:25; Jn. 13:34,35)
Manifiesta el Fruto del Espíritu Santo (Gá. 5:22,23)
No Intimides a tus compañeros (Fil. 2:5)
LECCIÓN 2
Dios nos ha dado la música, ¡Vamos a usarla..!
I. ¿Qué hace la Música?
Llama a la adoración y a la libertad
Dios mismo se acompaña de cantores angélicos (Job 38)
Generalmente, usando la música, la expresión de mayor plenitud se encuentra adorándole
II. La Música juega un papel vital en la expresión de Gozo
ó adoración a Dios
David, el músico, se expresa en los Salmos
Las palabras se dicen mejor a Dios cuando se cantan
La Música nos hace <
III. Dios ama la Música
La Música será usada en la Eternidad (Ap.)
Dios quiere oír tu música HOY
IV. ¿Qué y cuánto vamos a invertir?
Tiempo
Talento
Recursos
V. Disciplina: Sé mejor – Practica - Adiéstrate
Forma buenos hábitos con el talento que Dios te dio
Disciplina: Un proceso de toda la vida...
VI. Se exige mucho de ti como director de música o de adoración
Tú has sido puesto sobre el servicio del canto (1º Cr. 6:31,32)
Tienes que ser consagrado en lo que haces (1º Cr. 5:11-14)
Usa tu talento y Dios te usará (1º Cr. 29: 27,28)
Termina la carrera y completa tu trabajo (Hch. 20:24)
NOTA: Jesús nos ha mandado a usar nuestros Talentos para Llevar a feliz Término y con Excelencia la Gran Comisión
LECCIÓN 3: Adoración
I. Lo que Dios odia de los que le "adoran" o ejecutan la Música
Presumir y hacer espectáculo. (Am. 7:14,15)
La Hipocresía
II. "Rebosa mi corazón palabra buena" (Sal. 45:1)
A Dios le gusta la adoración en "espíritu y en verdad" (Jn.4:23,24)
Las técnicas y la ejecución son secundarias: ¡La adoración es primero...!
En la Verdadera adoración está la Gloria.
III. Dios odia cuando la adoración es sensual en vez que espiritual
¿Gozamos adorando a Dios..?
¿Es nuestro objetivo obtener beneficio personal al ministrarle al Señor...?
C. Dios no bendice algo Hoy porque lo haya hecho antes (Estereotipos)
D. Dios nos quiere preparados, entonces, le pedimos y Él nos da Su unción y bendición
IV. Dios odia la adoración cuando la música es más importante
que la moral
El adulterio espiritual y la indiferencia ocasionaron la Ira de Dios sobre Su pueblo en la antigüedad.
Un ejemplo que Dios ama: Mr. 7: 6,7
V. ¿Cuándo se adora de verdad?
Cuando se tiene las manos limpias y el corazón puro (Sal.24:3,4)
Cuando estamos <
VI. Entonces, ¿Qué es adoración?
Nuestra obligación: Derramemos entonces nuestros deseos y sentimientos delante de nuestro Señor y Salvador.
Someternos a Dios, viviendo vidas victoriosas, listas para el servicio a Dios. Esta es la verdadera razón para vivir...
LECCIÓN 4: Progresión de la adoración
I. Modelo Divino para entrar en la presencia de Dios
Unir nuestros corazones en un pacto de fe y de amor.
Libertad emocional
Guiar a la gente a entrar en la presencia de Dios
II. Primer paso: Acción de Gracias.
En Su presencia, con acción de gracias y alabanzas
El propósito de reunirnos es para adorar a Dios
Hay más de un paso del Atrio al lugar Santo y Santísimo. Las emociones se manifiestan.
El primer paso es "Entrad por Sus puertas con acción de gracias..." (Sal.100: 4)
III. Segundo paso: "Por Sus atrios con alabanza" (Sal. 100: 4)
Hay que alabar para pasar más allá de los atrios.
Sólo los sacerdotes tenían derecho a acceder al lugar Santo
Jesús nos da libre acceso al Lugar Santísimo (Heb.10: 24,25; Ef. 3:12)
IV. Tercer paso: Cantar a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo
A este nivel estamos adorando con profundidad y devoción
Saboreamos a plenitud la Presencia de Dios
No se necesita a este nivel ni hablar ni pedir respuesta de la gente. Queremos que la gente adore, pues lo están haciendo
V. La adoración es el Honor más alto
Una vida de adoración es lo que Dios desea
La belleza de Dios nos arroba y embelesa
Dios quiere un corazón que le adore con todas las fuerzas (Jn. 4: 23,24). Él busca ADORADORES
LECCIÓN 5: La Adoración Definida
I. La Adoración es una Celebración
Ejemplos en el Antiguo Testamento: 2º Cr. 5:13,14.
Dios envía Su Gloria en forma continua
Nuestras experiencias de adoración deben ser continuas y ascendentes.
Nuestra actitud es muy importante, cómo asumimos la celebración.
II. La Adoración es un Sacrificio de Acciones de Gracias
y Alabanzas.
Ofrezcamos alabanzas con voces e instrumentos (Sal. 150; Ef. 5:19,20)
NADIE debe dejar de ofrecer alabanza
III. La Adoración es Acción Obediente
Adorar es un verbo, no un sustantivo. La Adoración es activa no pasiva.
Junto al temor de Dios, la alabanza, la adoración y la acción de gracias va la confesión de pecado, escuchar la Palabra de Dios y finalmente la consagración personal a los trabajos a los que Él nos está llamando.
IV. La Adoración es una Acción Recíproca entre el hombre y Dios
Dios actúa primero, pero el hombre lo hace simultáneamente cuando sus acciones toman varias formas personales y conjuntas
La adoración reconoce la Soberanía y Majestad de Dios así como el Señorío de Jesucristo
El Espíritu Santo honra nuestros esfuerzos creativos al proveer para cada necesidad individual y congregacional durante la experiencia de la adoración
V. La adoración es Reacción
La Adoración que es honrada, sincera, creativa y fundada sobre la fe, resultará no solamente en acción sino también en reacción fiel.
La Respuesta puede tomar muchas formas: Eso justamente es lo mejor
LECCIÓN 6
Equilibrio entre Música y Adoración
I. Hay que hacer un equilibrio en la música que usamos
Debemos usar una gran variedad de música con el fin de hacer nuestro programa más consistente y agradar nuestra congregación
La Adoración NO debe ser adorada
II. En nuestra cultura se habla mucho de la Adoración,
de cómo lo hacemos
La música que usaremos para la adoración no debe presentar choque con nuestra cultura, es decir, debemos emplear música con la que nos identifiquemos fácilmente.
Como conductores de música, usemos nuestro juicio al planificar nuestros programas de música; de esta manera, hagámoslo lo mejor que podamos, honrando a Dios en todo lo que hacemos.
III. La Habilidad Técnica será ungida en la Adoración
Usemos todos nuestros recursos en la producción, así como también nuestra capacidad creadora
Seamos disciplinados. La disciplina no está reñida con la unción
IV. La Adoración verdadera viene del corazón
¿Cómo sabemos si, en un servicio, la adoración es buena o no?
Da oportunidad a la gente y confía a Dios los resultados
No juzgues por las apariencias...
V. ¿Cuándo podemos adorar y usar nuestra música?
La Adoración es lo que somos
Guía a tu gente a usar su música todo el tiempo
Enseña a tu gente a adorar toda la semana
Confíe que Él guiará sus pasos así como le guía en la adoración, y también le usará para traer los perdidos a Su reino...
La esencia de la adoración pentecostal
Hay siete axiomas que toda iglesia pentecostal debe adoptar para ayudarse a lograr su máximo potencial en la adoración.
por H. Robert Rhoden
Harvey Cox, en Fire From Heaven [Fuego del Cielo], identifica un ingrediente indispensable de la adoración pentecostal. “Un domingo por la mañana en septiembre de 1993, yo asistí a una avivada iglesia pentecostal latina ubicada en una anterior sinagoga, en la que una vez había sido la sección alemana judía de Chicago. Mientras los feligreses, en su mayoría puertoriqueños, se mecían y cantaban‘Dios Está Aquí’ , observé una pequeña pegatina, o calcomanía. Estaba pegada en los flamantes tambores de percusión de madreperla que un joven devoto golpeaba con una asombrosa serie de estrepitosas palmadas y redobles. Desde donde yo me encontraba, como a un tercio del último banco, podía ver que la primera palabra en la pegatina era ‘Música’ y que la última era ‘Jesús’. Pero las otras palabras entre las dos estaban en letras más pequeñas, y por más que torciera los ojos, no podía leerlas. Mi curiosidad se había despertado, así que después del culto me acerqué al área de la banda para verlas de cerca. Ahora podía ver todo el mensaje. Decía “La música me trajo a Jesús’”1
En el Día de Pentecostés el apóstol Pedro predicó un sermón en respueta a la pregunta: “¿Qué quiere decir esto?” Es significante que la palabra traducida como “les habló” en Hechos 2:14 es la misma que “les daba” en Hechos 2:4. El sermón de Pedro, exactamente como el hablar en lenguas, fue obra del Espíritu.
Pedro citó a Joel para indicar que el derramamiento del Espíritu era una señal de que habían comenzado los últimos días. El restante 75 por ciento de su sermón se concentró en la vida, ministerio, crucifixión, resurrección, y exaltación de Jesús a la diestra de Dios. Este sermón evocó una pregunta de parte de los oyentes: “¿Qué haremos?”
Pedro contestó: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38). ¿El resultado? “Los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas” (Hechos 2:41).
La historia de Harvey Cox y el sermón del apóstol Pedro identifican dos salientes componentes de la adoración pentecostal – la música y la predicación. Si definimos la adoración pentecostal como una auténtica expresión de amor, que emana directamente del corazón, a nuestro Padre Celestial y que es avivada por el Espíritu Santo, entonces adoración es más bien verbo y no sustantivo. El vocabulario de adoración en la Biblia es extenso, pero la principal palabra hebrea en el Antiguo Testamento que se usa para adoración quiere decir “inclinarse”. La misma idea está implicada en la palabra del Nuevo Testamento para adoración, que quiere decir “servir”.
Cómo puede extrapolar esto la iglesia pentecostal de modo que el culto del domingo por la mañana encarne la esencia de la adoración pentecostal? Antes de responder a esta pregunta, examinemos las bases del concepto de la adoración.
Hacia una teología de adoración
Una breve teología de la adoración es esencial par dar un marco a nuestro camino. Tomo prestado de una sesión didáctica por Jack Hayford2 para ofrecer una versión condensada, al estilo de la revista Selecciones, de lo que es una teología de adoración.
1.Como Dios de todo, el Señor Todopoderoso es nuestro Creador, Protector, Redentor; y como Soberano del universo es digno de nuestra adoración y merecedor de nuestra alabanza.
2. El objetivo de nuestra adoración no es solamente cumplir con un requisito, reconocer nuestro lugar en el orden de la creación, sino que también es un medio orientado por Dios para avanzar nuestra restauración y reinstalación en ese orden.
3. La adoración es don de Dios para nosotros, más para nuestra bendición que para Él. Su objetivo no es asegurarse de nuestra adulación, sino que descubramos y nos demos cuenta del avance de su propósito para nuestra satisfacción.
4. La adoración no es solamente un medio de reafirmar la relacional dependencia de, sumisión a, y obediencia ante Dios del hombre; es el medio (a través de la gracia) para volver a establecer la sociedad del hombre con Dios para regir la tierra —una que comienza en una realización presente práctica, aunque parcia— y que será, después de la venida de Cristo, una total y plena realización.
5. Para el redimido, la adoración es la clave esencial para recibir la regla del reino de Dios en la experiencia humana: V.g., en nuestros asuntos diarios, nuestros hogares, nuestras congregaciones, nuestros negocios, y nuestras ciudades y naciones.
6. La adoración es el principal medio para establecer un ambiente (a) para la entrada transformadora de la presencia de Dios; (b) para la clara entrada de la Palabra de Dios; (c) para la amorosa entrada del Espíritu de Dios; y (d) para la dinámica entrada de las obras de poder de Dios.
7. Así mismo, los líderes necesitan aproximarse a la adoración con la convicción de que no estamos ofreciendo un momento opcional sino determinando uno fundamental.
8. Con este entendimiento, debemos aceptar el hecho de que la adoración bíblica (a) siempre exigirá que el orgullo humano se humille por medio de la adoración; (b) debe conducirse correctamente según los patrones divinos para la adoración; y (c) regularmente se manifestará en el transformador gozo y humildad que se distila de la adoración.
Períodos bíblicos de adoración
En los tiempos de los patriarcas existían tanto la privacidad de oración (Génesis 18:16-33) como el acto público de preparar el altar (Génesis 12:7). Desde los patriarcas en adelante, la Biblia está dividida en cuatro períodos. Primero, bajo Moisés, el tabernáculo era el punto principal de la adoración pública. El segundo período se hizo altamente organizado, y los sacerdotes, ayudados por los levitas, dirigían el rito del templo. Incluía un complejo sistema de sacrificios. La tercera etapa se centraba en la sinagoga, que fue desarrollada por los que permanecieron en el exilio. En la sinagoga el énfasis era más en la instrucción que en la adoración. La cuarta etapa fue la primera iglesia cristiana.
¿Qué es adoración?
Adoración es conversación entre Dios y el hombre, un diálogo que debe tener lugar constantemente en la vida del cristiano.
1. Adoración es dar a Dios y tiene que ver con una vida de rendir a Él el sacrificio que pide: Nuestro ser total.
2. Adoración es nuestra respuesta afirmativa a la revelación de sí mismo que hace el Trino Dios. Para el cristiano, todo acto de vida es un acto de adoración cuando se hace con un amor que responde al amor del Padre. La vida debe ser una constante adoración, siendo que se puede decir que la adoración ofrece el metabolismo para la vida espiritual.
3. Adoración fue el resultado de la comunión de amor entre el Creador y el hombre y es el punto más sublime que el hombre puede alcanzar en respuesta al amor de Dios. Es el primer y principal propósito del llamado eterno del hombre.
4. Adoración es la expresión de amor y alabanza a Dios del corazón del hombre que va acompañada de una actitud que reconoce su supremacía y señorío.
5. Adoración es un acto llevado a cabo por un hombre redimido, la criatura, hacia Dios, su Creador, por lo que su voluntad, intelecto, y emociones responden con agradecimiento en reverencia, honor, y devoción a la revelación de Jesucristo.
6. Adoración quiere decir “sentir en el corazón”. Adoración también es expresar debidamente lo que sentimos.
7. La verdadera adoración y la alabanza son amor asombroso y abrumador ante la presencia de nuestro Dios.
8. Adoración es la habilidad para magnificar a Dios con todo nuestro ser – cuerpo, alma, y espíritu.
9. El corazón de la verdadera adoración es derramar sin ninguna vergüenza nuestro ser interior sobre el Señor Jesucristo en afectuosa devoción.
10. Adoración es fundamentalmente el Espíritu de Dios dentro de nosotros poniéndose en contacto con el Espíritu de la Trinidad.
11. Adoración es la respuesta del Espíritu de Dios en nosotros a ese Espíritu en Él por lo que nosotros respondemos: “Abba, Padre”, lo profundo llamando a lo profundo.
12. Adoración es la idealmente normal actitud de una criatura racional debidamente relacionada con el Creador.
13. Adoración es amor extravagante y obediencia extrema.
—Sacado de Exploring Worship: A Practical Guide to Praise & Worship por Bob Sorge, Oasis House Publishers, www.oasishouse.net. Usado con permiso.
Respecto al Nuevo Testamento, nuestra información sobre la adoración cristiana es vaga. Claramente el día de adoración era el primer día de la semana (Hechos 20:7), aunque al principio había cultos diarios (Hechos 2:46). La adoración se llevaba a cabo en los hogares de los creyentes. La sencillez marcaba los cultos de adoración de la iglesia en los hogares. En su mayoría consistían de alabanza (Efesios 5:19; Colosenses 3:16), oración, lectura y exposición de las Escrituras, profesía y lenguas, y otros dones espirituales. La fiesta de amor seguida por la Santa Cena (1 Corintios 11:23-28) también era un aspecto común de la adoración cristiana. Pero en todo, el énfasis era en el Espíritu y en el interno amor y devoción del corazón.
Siete axiomas de la adoración pentecostal
Hay siete axiomas que toda iglesia pentecostal debe abrazar para ayudarse a lograr su máximo potencial en la adoración.
Hacer preparación espiritual.
Al nivel primario, todo culto de adoración debe ser interconectado con la oración. El sermón de Pedro el Día de Pentecostés fue precedido por 10 días en el Aposento Alto. Cuando yo pastoreaba en West End Assembly of God en Richmond, Virginia, nos reuníamos para orar todos los sábados por la noche. Preparábamos nuestros corazones para el culto del domingo por la mañana e intercedíamos por todas las personas que asistirían, especialmente los que no eran cristianos. Yo raramente aceptaba una invitación para asistir a funciones los sábados por la noche. Sí, era un sacrificio, pero creíamos que la oración era endémica para el éxito del culto de adoración. Una evidencia es la larga lista de personas que fueron salvas durante nuestros 22 años ahí.
Nombrar a un líder de adoración que sea un adorador.
Encontrar a una persona para dirigir los cánticos no es difícil, pero encontrar a alguien que pueda dirigir a la gente mientras canta es esencial. Esta persona debe ser un adorador si es que ha de dirigir a los demás en la adoración. Judson Cornwall3 tiene tres preguntas que todo el que dirige la adoración debe hacerse.
Primero, ¿dónde comenzamos? Para dirigir a las personas es imprescindible comenzar donde ellas se encuentran. La mayoría de la gente llega al culto con un mínimo de conciencia de Dios y con mucha conciencia de sí misma. El comenzar con cánticos de experiencia personal o de testimonio recibe a las personas exactamente donde ellas se encuentran y les da algo con lo que se pueden identificar a comienzos del culto.
Segundo, ¿adónde vamos? Deje que la congregación se goce cantando cánticos de testimonios hasta que esté lo suficiente unida como para comenzar a acercarse a Dios. Los cánticos de testimonio con frecuencia abren el paso a los cánticos de agradecimiento. El que dirige la adoración debe pesar cuidadosamente sus palabras en la transición. En más de una ocasión, un líder de adoración demasiado solícito ha hablado tanto que ha matado el culto de adoración. Los cánticos de agradecimiento con frecuencia son más capaces de llevarnos a los majestuosos himnos, que dan expresión a los conceptos de Dios más elevados, que los coros más sencillos.
Tercero, ¿cómo sabemos cuándo hemos llegado? Si el líder ha logrado su propósito, el espíritu humano responderá con profundidad y devoción. La adoración se toma tiempo, de modo que es importante no apurar a la congregación. Repita el verso o el coro del himno que parezca dar la más sincera expresión a lo que la congregación está sintiendo en ese momento. Simplemente alaben. Las ideas ingeniosas están fuera de orden. Hablar no es necesario. Se debe considerar que cantar es el propósito principal. Se debe dar lugar al Espíritu Santo en una expresión de adoración. Es necesario llevar a la gente de lo natural a lo espiritual y de la expresión de necesidad propia a la de adoración al Espíritu. Este es el propósito del líder de adoración—ser más bien un líder de adoradores antes que un líder de cánticos.
Incluir a todas las generaciones.
Si usted quiere comunicar a los jóvenes el mensaje de que ellos no son importantes, elimine su música. Si usted quiere marginar a los santos mayores, deshágase de su música. En su libro titulado Build To Last, Jim Collins dice que las compañías que duran adoptan más bien una actitud de ambos/y antes que una de uno/u otro. La iglesia debe abrazar este concepto en preparación para un preferido futuro en la adoración. Si los hijos e hijas están profetizando, si los jóvenes están viendo visiones y los ancianos soñando sueños bajo el mismo Espíritu, seguramente podemos encontrar un culto de adoración que conecte y no que divida a las generaciones opuestas.
Cambiar, no eliminar, el pasado.
A través de los tiempos Dios siempre ha levantado a individuos para influenciar a la iglesia en la adoración. La década de los 1960 produjo a Chuck Smith y el Movimiento de Jesús. El segundo capítulo de Hechos y Bill y Gloria Gaither tuvieron influencia en la década de los 1970. Carol Cymbala y el Tabernáculo de Brooklyn dieron un nuevo sonido a la de los 1980. Al mismo tiempo, la música de Hosanna e Integridad se convirtieron en nombres conocidos. Lindell Cooley surgió a mediados de los 1990. Hoy Darlene Zschech y Hillsong están haciendo un impacto mundial. Ninguna de estas dotadas personas sugeriría que su música tiene la intención de competir con, o eliminar, la música del pasado. De hecho, siempre existe una delicada tensión entre poner la música diacrónica (a través del tiempo), como los himnos clásicos que expresan la teología del sonido, con la música sincrónica (con o en el tiempo) que surge y luego se desvanece. Incorporemos el cambio y lo nuevo al mismo tiempo que abrazamos y mantenemos lo importante del pasado.
¿Adoración o adorar; sustantivo o verbo?
Cuando la adoración se percibe más como sustantivo que como verbo, tendemos a buscar una experiencia de adoración. La congregación se convierte más bien en audiencia y no en actores. Sin embargo, la realidad en la verdadera adoración es que Dios es la audiencia. La pregunta en camino a la iglesia el domingo por la mañana no es: “¿Qué hay en ello para mí?” sino más bien, “¿Qué tengo yo que dar?” La Escritura está clara sobre nuestro lugar en la adoración.
1. Participación. “Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación” (1 Corintios 14:26).
2. Expresión física. Se nos instruye que aplaudamos, que aclamemos a Dios con voz de júbilo (Salmo 47:1), y que levantemos manos santas en oración (1 Timoteo 2:8).
3. Alabanza. “Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre” (Salmo 100:4). “Todo lo que respira alabe a JAH” (Salmo 150:6).
4. Oración. “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados” (Santiago 5:16).
Esta lista ilustrativa, aunque no exhaustiva, hace obvio que se trata de un verbo, alabar.
—H. Robert Rhoden, D.Min., Fairfax, Virginia.
Escoger substancia antes que estilo.
Yo no tengo ninguna idea del estilo de adoración que experimentaban en Hechos 13:2,3 cuando el Espíritu Santo dijo: “Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.” Lo que sí sé es que la substancia es más importante que el estilo. Era un ambiente en el que el Espíritu Santo podía seleccionar a los llamados. Esta reunión no se trataba de lo que el filósofo danés Kierkegaard llamó el nivel estético o “que se siente bien” de adoración, ni tan siquiera el nivel ético de “un código de reglas.” Era una adoración a un nivel espiritual que creaba una disposición para entregarse confiada y totalmente a Dios. Todo culto de adoración debe tener el potencial y la expectación para experimentar los substantivos actos de Dios en nuestra vida.
Estar abierto a lo milagroso.
Mark Batterson, un amigo pastor en Washington, D.C., predicó un sermón titulado “El milagro de la música”. A mí me encanta su descripción de la experiencia en la cárcel que tuvieron Pablo y Silas:
Adoración es cuando suceden los puntos de penetración. Fue a medianoche en una celda de una cárcel en el Medio Oriente cuando Pablo y Silas comenzaron a alabar a Dios. Con el cuerpo encadenado, su espíritu se elevaba. Mientras cantaban hubo un violento terremoto. Hechos 16:26 dice que las puertas de la cárcel se abrieron, y las cadenas de todos se soltaron. Eso es lo que sucede cuando alabamos. La adoración prepara el escenario para lo milagroso.4
Aunque nosotros no nos enfocamos en los milagros, es importante ver el culto de adoración como un lugar que singularmente nos abre a lo milagroso. Después que se abrieron las puertas de la cárcel, el carcelero y su casa fueron salvos. Dios ejerce su poder con un propósito – salvar a los perdidos. Los testimonios en un culto de adoración del milagroso poder de Dios con frecuencia serán el catalizador que lleva a la gente a Jesús.
Promover la libertad en la adoración.
La expresión más común que yo oía de los nuevos que venían a West End sobre el culto de adoración era “hay tanta libertad, pero segura”. Pablo declaró: “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17).
La expresión más común que yo oía de los nuevos que venían a West End sobre el culto de adoración era “hay tanta libertad, pero segura”. Pablo declaró: “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17).
La libertad encuentra su mayor expresión donde los límites están claramente establecidos. La sensibilidad y el respeto hacia los demás es una clara enseñanza bíblica (1 Corintios 12). No es un oxímoron planear un culto de adoración pentecostal, esperar excelencia de los músicos, y tener momentos para enseñar, especialmente cuando las lenguas y su interpretación son parte del culto. Como regla general, yo explicaba con las Escrituras lo que estábamos experimentando después de un mensaje en lenguas y su interpretación. También imprimíamos y verbalizábamos la base bíblica para acompañar con palmadas y levantar las manos en adoración. La buena enseñanza y la activa dirección pastoral fomentarán en el culto de adoración pentecostal un ambiente de libertad que incitará a mayor participación. No todos se sentirán cómodos con las expresiones de un culto de adoración pentecostal. Aceptamos eso. Pero debemos estar seguros de que su incomodidad no se debe a nuestro mal uso de la libertad.
Conclusión
El año pasado un artículo en el Washington Times dijo: “La razón más común que la gente da por dejar una iglesia es que es demasiado parecida a su vida diaria.”5 La gente busca una comunidad espiritual que sea radicalmente distinta al ambiente de su trabajo. Toda iglesia pentecostal se debe proponer ser un lugar en el que el culto de adoración es una experiencia transformadora al adorar “en espíritu y en verdad” (Juan 4:24).
Hacia una teología de la adoración
Enric Capó, España
Teología es una reflexión sobre Dios; por tanto, toda reflexión sobre Dios es teología. Quizás esto sea una perogrullada, pero nos sirve para sacar la teología del campo de la especialización académica y de las garras de los teólogos profesionales, para devolverla al campo que le es más propio: el de la reflexión personal. Todo el mundo puede hacer teología y, de hecho, la hace; pero deberíamos hacer una distinción radical entre la teología como disciplina académica, que evidentemente es necesaria e imprescindible para la Iglesia, y la reflexión teológica del creyente, que la elabora en el ámbito de la fe. Éste tiene, probablemente, muchos más peligros de equivocarse en sus formulaciones doctrinales que profesores universitarios que conocen a fondo la materia, saben lo que se ha dicho en el pasado y tienen mucha más capacidad de reflexión. Pero, fundamentalmente, el terreno propio de la teología es el individual del creyente, porque la teología auténtica es una reflexión hecha desde la fe. Es reflexión y, al mismo tiempo, experiencia. Es decir, no es, en primer lugar, un reflexión en el campo del saber humano, que la acerca mucho a la filosofía, sino que se trata de descubrir y describir -hasta donde sea posible- el Dios en el que creo.
Por esto es muy apropiado hablar de la teología de la adoración o, como dice Moltmann, de la teología de la doxología. Es en el encuentro personal con Dios que el creyente se descubre a si mismo como el adorador de un Dios que le confronta en la vida de cada día. No ha sido él que lo ha encontrado, sino que ha sido objeto de una iniciativa divina y, ante ello, lo busca para entrar en comunión con él y conocerle más y mejor. Es importante que este encuentro se dé en el campo de las Escrituras, ya que creemos que en ellas Dios se nos revela; pero no puede consistir en una simple exégesis bíblica, sino en una puesta a prueba de la experiencia personal en su confrontación con aquellas otras que hallamos en la Palabra de Dios.
En toda reflexión teológica, hay un elemento personal, subjetivo, imprescindible, que debe ser siempre asumido. Y esto es muy importante que lo acentuemos, ya que cuando la teología se convierte en dogma o en “verdad” definitiva, empezamos el camino de la corrupción. La teología se convierte en una ideología y entonces entramos en el campo de la lucha ideológica, es decir, la lucha por establecer mi “verdad” frente a la “verdad” de los demás. Es el problema de pensar que hemos llegado, que ya lo sabemos todo, que estamos de vuelta de todas las otras opciones. El creyente entonces se fanatiza en su propio sistema teológico y se convierte en su defensor frente a cualquier otro sistema. Dios queda al margen, ya no importa; lo que importa es lo que yo digo de Dios.
Este fue el gravísimo error de la iglesia de los primeros siglos que se empeñó en redactar una formulación de la fe infalible e inatacable. El error no fue intentarlo, sino creer que lo había conseguido y que podía imponerlo como un dogma imprescindible para la salvación. Se llegó a extremos increíbles. ¡Cuántos fueron cruelmente perseguidos porque en su confesión de la fe sobraba o faltaba un “i”! Todo despendía de si decías, con referencia a Cristo, homoousios o homooiusios! En ello te podía ir la vida. Y ¡cuántos otros ejemplos, a lo largo de la historia y hasta nuestros días! La obcecación por lo objetivo, lo infalible, lo ortodoxo, ha llevado –y lleva todavía- a los cristianos a aberraciones absurdas.
La teología de la adoración, aquella que se formula en nuestra contemplación de Dios y no busca “verdades”, sino la única Verdad que nos puede hacer libres (Jn 8,32), no es jamás agresiva, porque no se formula delante de otros, ni frente a terceros, sino solamente ante Aquel que es el centro de nuestra reflexión. Jamás pretende ser objetiva ni que sea de validez general para todos. Hacer teología es crecer en el conocimiento de Dios, pero no en un conocimiento intelectual de Dios que trata de encontrar definiciones doctrinales definitivas. La reflexión teológica, cuando es auténtica, consiste en un descubrimiento de Dios y un crecimiento en el conocimiento empírico de este Dios que se nos ha manifestado en Cristo, que nos habla a través de su Palabra, y día a día nos muestra nuevos caminos y nuevos horizontes de la fe. Es siempre subjetiva. Jamás puede encerrarse plenamente en definiciones, porque Dios siempre nos transciende. Tratar, por ejemplo, de hacer una definición de la trinidad es una empresa fuera de nuestro alcance. Calvino y Servet, a pesar de sus definiciones diferentes, eran igualmente cristianos. Sus diferencias ideológicas no les separaban del Dios del amor y la misericordia en el que creemos. Estarían más o menos acertados en sus definiciones, pero nunca debieran haberlos llevado a los extremos a que llegaron. Una falsa comprensión de la teología fue la causa del conflicto.
Creer esto, saber esto, es un conocimiento que salva, ya que nos libra de las tiranías de las ideologías y de los dogmatismos, nos muestra que todos estamos todavía en el camino y que el conocimiento pleno –el ver a Dios cara a cara- sólo será posible más allá de nuestra temporalidad, cuando entremos de lleno en el mundo de lo eterno.
Esta reflexión de hoy, no pretende ser la verdad. Todo lo contrario, niega la existencia de la verdad como definición. No pretende ahondar el abismo entre liberales y conservadores, ni afirmar que unos están en los cierto y los otros, no; sino decir que todos somos aprendices en la escuela del Señor y que la reflexión teológica ha de ser siempre un proceso continuo y libre en el que nos reconozcamos los unos a los otros simplemente como buscadores de la verdad de Dios. Reflexionar teológicamente es ir avanzando hacia Dios, según las luces y los dones que Él nos ha dado, dándonos la mano y ayudándonos en nuestra empresa. No buscamos nuestras “verdades”, que siempre están contaminadas con nuestros errores, sino la Verdad. Y ésta sí la conocemos: Yo soy el Camino y la Verdad y la Vida. (Jn 14,6)
Enric Capó
Introduccion de la breve teología de la ADORACIÓN
El punto de partida de nuestra filosofía acerca del culto y la adoración debe ser la Biblia.[1] Andrew H. Blackwood menciona que para estudiar el culto público o corporativo debemos hacerlo enfocados en el mejor texto, que es la Biblia.[2] Ya el profeta Juan en la isla de Patmos vio claramente este asunto: “…y adorad a aquél que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.” [3]
El asunto de la adoración no es meramente un asunto liviano ni superfluo, sino más bien un asunto de vida o muerte, eso en el sentido de que no hay teologías de adoración sino una teología y ella se basa y centra únicamente en la Biblia.
La Biblia y sólo la Biblia, la Palabra de Dios, las Sagradas Escrituras están plagadas de material rico acerca del cómo debe ser la verdadera adoración y su teología. Encontramos en realidad un rico material acerca del culto corporativo o público y el personal o privado, todo ello ayuda a la iglesia a estructurar una teología respecto al tema, llámese Teología de la adoración.
“Venid, adoremos y postrémonos; doblemos la rodillas ante el Señor nuestro Hacedor. Porque El es nuestro Dios, y nosotros el pueblo de su prado y las ovejas de su mano. Si oís hoy su voz.”[4] Este texto muestra básicamente cuatro puntos importantes acerca de la adoración: Quién es digno de recibir adoración, quién debe adorar, porqué y cómo hacerlo.[5] En el desarrollo de este trabajo de investigación presentaremos, en lo posible en forma detallada estos asuntos.
Sin embargo, en un mundo postmoderno y neoliberal en casi todos los aspectos de la humanidad, la adoración ha venido siendo corrompida por muchos factores y la verdadera teología de la adoración que se registra en la Biblia es reemplazada por costumbres y tradiciones o hermenéuticas a la carta. César A. Henríquez M. menciona algo interesante: Esta imagen hace del evangelio un producto, convierte la iglesia en un gran supermercado, al ser humano en un consumidor y al pastor en un gerente. Dentro de esta cultura la principal preocupación de la iglesia es como vender ese producto.[6] Y es por ello que alguna vez se ha escuchado decir: “Nosotros tenemos el mejor producto, con la mejor garantía, sólo nos falta aprender a venderlo.”[7]
[1]Horne P. Silva, “Un modelo de culto” Ministerio Adventista, Mayo (2000): 21. En adelante: Horne P. Silva.
[2]Citado por Horne P. Silva, 21.
[3]La Biblia de las Américas (California: The Lokman Foundatión, 2001), Apocalipsis 14:7.
[4]Ibíd., Salmo 95:6,7.
[5] Daniel Luka T., “¿Cómo debemos adorar?” Revista Adventista, Octubre (2002): 9.
[6] César A. Enríquez M. “Culto, Teología y Postmodernidad” Ponencia presentada en la Consulta teológica: “La iglesia ante los desafíos de la postmodernidad”, convocada por el Seminario Evangélico Asociado del 4 al 7 de abril de 2002.
[7] Barbosa Ricardo, “La iglesia en el mercado y el profesionalismo religioso” Revista signos de vida. Nro. 4. Junio 1997. Pág. 15
Publicado por Pr. Heyssen Cordero Maraví en 11:35
Instruir al Ministerio Musical en Teología de la Adoración.
El Espíritu Santo es el primer interesado en que volvamos nuestros ojos al Señor, en que volquemos nuestra alegría en un torrente de melodías como nunca antes nuestras gargantas lo han expresado, que no solo se escuche nuestra voz, sino también el sonido de nuestro corazón...
Herman Gajardo Pastén
Los mejores ejemplos de instrucción teológica a los ministerios musicales no los encontramos por los frutos de excelencia musical, demostrada por ciertos ministerios existentes hoy en día y que, siendo muy populares, además han sido de mucha inspiración para aquellos en formación y motivadores para aquellas congregaciones en que no existen, tampoco los encontramos en los Institutos Bíblicos pues es muy poco lo que allí se imparte a este respecto, aunque, si bien es cierto, no ha sido dejada de lado y, talvez por ser éste un mover, aparentemente motivado por el Espíritu Santo previo a un gran avivamiento que esperamos, y no una doctrina bíblica, sea la razón por la cual ha sido dejada en un segundo plano. Pero la Biblia, nos avala con creces acerca de esta necesidad, muy propicia para los días que estamos viviendo, el Espíritu Santo es el primer interesado en que volvamos nuestros ojos al Señor, en que volquemos nuestra alegría en un torrente de melodías como nunca antes nuestras gargantas lo han expresado, que no solo se escuche nuestra voz, sino también el sonido de nuestro corazón, de nuestro sentir, de nuestro existir, todo unido en expresiones de loor para nuestro creador.
Cuando el Señor me salvó, el año 1972, jamás pasó por mi mente los alcances que Dios tenía proyectado para mi vida, siempre pensé que ofreciéndole alabanzas, a través de diferentes grupos musicales en los que participé, era mi ministerio, mi servicio para con Él, pero lo que yo tenía en mente era tan poco, era tan insignificante, que el Señor permitió que por muchos años, talvez para que adquiriera experiencia en lo relativo a este oficio, para moldearme, para probarme, para conocer lo que sienten y piensan los cantores, solo Él sabe el porqué, pero no fue sino hasta el año 1987, ¡15 años después!, que el Señor me reveló su plan para mi vida.
El pastor de la Iglesia a la cual pertenecía, me pidió en aquella oportunidad que preparara un estudio relacionado con "Adoración", para ser presentado en uno de los días de estudio bíblico de la Iglesia. Como yo estaba muy relacionado con lo musical, y la música era mi recurso para adorar a Dios, entonces el pastor pensó que yo sería el más apropiado para exponer dicho tema. Nunca pensé lo que Dios me iba a mostrar al preparar ese material, comencé a descubrir lo que era la alabanza, lo que era la verdadera adoración, comencé a entender el porqué Jesús dijo que Dios buscaba adoradores que le adoraran en Espíritu y en verdad, comenzó en mi vida tal revolución, que hasta tuve problemas con mi pastor, al exponer en el tema que la adoración era el primer ministerio en nuestra vida, pues él no concebía que la adoración fuese primero que la predicación, él siempre sostuvo que nuestra gran comisión era el predicar el evangelio a toda criatura, incluso me advirtió que estas eran doctrinas contrarias a la Palabra y que muchos se habían apartado de nuestra organización eclesiástica al poner en práctica dichas enseñanzas, por lo cual me solicitó que no siguiera con este asunto para no verme expuesto a situaciones complicadas.
Obviamente estas revelaciones en mi vida habían encendido una mecha que no era fácil de apagar. Fue tanto que dejé de lado el pertenecer a grupos musicales y comencé a dedicarme de lleno a la ministración de la alabanza y adoración congregacional, ya no más cantos especiales, ya no más cantatas, ya no más hacerme el "lindo", Dios había comenzado a enrielarme en lo que Él había planificado para mi vida. Año 1987, año en que después supe que Dios comenzó no solo en mí sino también en muchos países de habla hispana a llamar a personas para esta renovación. Yo, un insignificante tipo, de unaPUBLICIDAD
pequeña iglesia, de no mayor de 100 personas, sin embargo Dios comenzó a sembrar ¿o a cosechar? con mi vida, el verdadero significado de lo que es la alabanza y la adoración. Pero no fue sino hasta que me vi en la obligación de escudriñar en su Palabra lo que Dios pensaba y quería de la adoración, que Él pudo revelarme su voluntad.
Si solo dedicamos nuestra vida a lo musical, porque según pensamos Dios nos dio ese talento, la labor que Dios necesita hacer a través de nosotros se verá truncada, si ignoramos lo que su Palabra nos revela, entonces solo seremos bocinas que resuenan, pero sin melodía, músicos sin saber música, cantores sin saber cantar, ¿puede ser así?, por supuesto, ¿acaso no hay cristianos que no conocen a Cristo?, también los hay. A veces están a nuestro lado, a veces han trabajado con nosotros, pero al entrar en guerra con nuestro adversario, se desmoronan como arena seca, se desvanecen ante la adversidad, se desinflan, jamás han tenido una base sólida de lo que creen, solo aparecen en momentos de alegría, aparecen cuando algo está pasando, pero no son comprometidos. Son aquellos músicos o cantores que aparecen en la iglesia solo cuando tienen alguna participación. Son aquellos que se enojan y piensan que con su ausencia castigan a quién no los ha considerado. Son como los niños que se amurran porque no los dejan ganar. Son aquellos que nunca se han sometido a alguna autoridad, porque ellos no se dejan mandar por nadie. Son aquellos que jamás se han levantado a orar. Son aquellos que solo leen la Biblia en los cultos. Son aquellos que nunca asisten a las reuniones de estudio bíblico. Son aquellos que nunca han sentido un llamado para la obra del ministerio. Son aquellos que nunca han sido instruidos. ¡Señor,... necesitamos instrucción!. ¡Señor, te necesitamos!.
No piense que esto de la instrucción es cosa de algunos fanáticos que les gusta estar apegados a los estudios bíblicos, ni es porque el pastor llevado por sus ideas y por molestar insiste en que todos asistan a los estudios bíblicos, pero no es así, en Oseas 4:6 dice: "Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos". ¡Ayayay!. "Pero es que los estudios son aburridos, complicados difíciles de entender...es que...", ¡es que nada!. Somos o no somos.
Hay algunos ministerios musicales que entre sus reglamentos internos está el orar en conjunto, especialmente previo a cada participación en cualquier tipo de culto o reunión especial, y quién no esté presente en la oración, no puede participar de la ministración, aunque haya estado ensayando fielmente. Pero a la mayoría de los ministerios les falta comprometerse en el área de buscar una más estrecha relación con nuestro Dios a través de la Palabra, aún no han comprendido el valor de escudriñar las escrituras, aún no se han visto reflejados en las escrituras, aún no han confrontado sus vidas y ministerios frente a ellas, aún están en pañales, aún "tienen necesidad de leche", aún "no les ha amanecido". Es posible que incluso algunos ministerios, en su afán de mejorar su relación con el Señor, tengan estudios bíblicos entre sus actividades periódicas, pero no todos asisten, pero no todos vibran de igual forma que con la música que sí los motiva y para lo cual son fieles y activos. Creo de verdad, que una de las facetas de un Levita es ser un estudioso de la Palabra, si no es así, entonces podemos llegar a dudar de su llamado a este ministerio, o a cualquier otro. Quién no guste o no participe de estudios bíblicos, aduciendo cualquier excusa, entonces también es hora de excusarlo o privarlo de ministrar. Si pasa la prueba, cólmelo de bendiciones. Si no, deséele éxito en sus nuevas actividades.
A través de la Palabra nos hacemos fuertes, a través de la Palabra aprendemos a alabar, aprendemos a adorar, aprendemos a conocer a nuestro Creador, la Palabra nos encauza, nos encamina, nos alumbra nuestro andar, y no solo en lo relativo a nuestro ministerio, sino en forma global a todo cuanto nuestra vida aquí en la tierra necesita saber. No dude en instaurar estudios bíblicos periódicos, serán de mucha bendición. Compruébelo.
Herman Gajardo Pastén, es Ministro Ordenado de Las Asambleas de Dios de Chile, pastor del Templo de Adoradores CORBÁN (www.corban.cl.kz), maestro de Teología de la Adoración en el Centro de Estudios Teológicos y en el Instituto de Formación Ministerial y por muchos años ha trabajado en Chile en Seminarios y Eventos relacionados con la música cristiana.
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