Verso de Hoy

NTS-404 EPISTOLAS GENERALES




EPÍSTOLAS GENERALES – BI 426
NOTAS DE LA LECCIÓN 1
INTRODUCCIÓN A LAS EPÍSTOLAS GENERALES
Las siete cartas de este estudio se encuentran en el Nuevo Testamento entre la epístola a los
Hebreos y el Apocalipsis. Se conocen como “Epístolas Generales”. Estas siete cartas son:
Santiago, 1ª de Pedro, 2ª de Pedro, 1ª de Juan, 2ª de Juan, 3ª de Juan y Judas. Observen que no
llevan el nombre de los receptores de la carta, como es el caso de las Epístolas Paulinas, sino el
nombre de sus autores. Esto significa que no fueron escritas para una iglesia o una persona en
particular, sino para la Iglesia como un todo. En algunos escritos se incluye el libro de Hebreos
dentro de las Epístolas Generales, ya que su autor no lo firma ni menciona los destinatarios.
Muchos creen que fue el apóstol Pablo quien escribió Hebreos, aunque esto no se ha podido
determinar definitivamente. Este libro tampoco fue escrito en forma de carta circular para ser
leída en varias iglesias, como es el caso de las demás Epístolas Generales. Sus muchas
exhortaciones dan la idea de que se trata de un sermón. De los libros del Nuevo Testamento,
Hebreos es el que con mayor profundidad habla del sacerdocio y sacrificio de Cristo. Nos reta a
todos a vivir fielmente incluso en medio de las dificultades. La salvación sólo viene por medio de
Jesús. Por Su gracia podemos y debemos perseverar. Ahora bien, puesto que Hebreos se estudia
como un curso separado, no incluimos ese libro en el presente estudio. Iniciaremos este curso con
la epístola de Santiago.
LA EPÍSTOLA DE SANTIAGO
Introducción
Si deseamos conocer cuáles son los principios de la ética cristiana, buscamos en tres fuentes del
Nuevo Testamento: el Sermón del Monte, las secciones de cierre de las epístolas paulinas y el
libro de Santiago, que tiene un gran parecido con la literatura de sabiduría hebrea, de la cual
algunos ejemplos son Proverbios y Eclesiastés. La carta a Santiago se basa mucho en el concepto
de la sabiduría para señalar cuál debe ser la forma de vivir la fe. Santiago es en gran medida una
serie de exhortaciones para lograr una verdadera santidad de vida y un perfecto amor para con
Dios y los semejantes. En la doctrina de Juan Wesley sobre la perfección cristiana vemos un
sinónimo del uso que Santiago le da al adjetivo “perfecto”, que es su adjetivo favorito.
El fin de esta epístola es eminentemente práctico. Hay poca doctrina en esa carta, la cual abunda
en imperativos—hay 60 en 108 versículos. Aunque Santiago no le resta importancia al aspecto de
“la fe” del evangelio, su interés principal es obviamente el aspecto de “la práctica”. Santiago se
dirige “a las doce tribus que están en la dispersión”. La índole general de esta carta confirma la
creencia de que fue escrita para judíos. Pero lo que esta carta dice es de profunda importancia
para los cristianos de hoy. Una de las desafortunadas tendencias del fundamentalismo del siglo
veintiuno es ser generosos en cuanto a conformidad doctrinal, pero escasos en cuanto a
consistencia ética.
En la vida cristiana, tanto la fe como la experiencia son importantes. Pero ambas cosas tienen
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poco valor si no nos llevan a tener una vida consecuente. La verdad es que el mundo a nuestro
alrededor está poco interesado en saber lo que creemos, mientras que observa de lleno la forma
en que vivimos.
Por consiguiente, Santiago tiene mucho que decirle a la Iglesia del siglo veintiuno, al igual que
tuvo mucho que decirle a la Iglesia del primer siglo. Las condiciones de la vida son distintas,
pero lo esencial no cambiado del todo.
Autor y fecha
Al leer la introducción de cualquier comentario estándar, observamos que hay incertidumbre
sobre cuál Santiago fue el que escribió esta carta. En el Nuevo Testamento aparecen cinco
hombres con ese nombre. Los dos más famosos son Santiago, el hermano de Juan, y Santiago, el
hermano del Señor. Herodes Agripa I condenó a muerte a Santiago, el hermano de Juan,
alrededor del año 44 después de Cristo. No es necesario conocer todos los detalles de la discusión
sobre cuál es el hombre que en esta epístola se presenta simplemente como “Santiago, siervo de
Dios y del Señor Jesucristo”. La opción más plausible es la tradicional, según la cual el autor de
esta carta es Santiago, el hermano de nuestro Señor. Santiago no fue llamado “discípulo” del
Señor sino hasta después de Su resurrección, aunque probablemente estuvo entre los primeros
discípulos que acataron la orden de Jesús de esperar en el Aposento Alto a ser investidos por el
Espíritu Santo. Parece ser que cuando Pedro dejó Palestina, Santiago se convirtió en el líder de la
iglesia en Jerusalén. Es natural que nos preguntemos por qué Santiago no se identificó como
hermano de Jesús. Podemos dar dos razones. Una fue la modestia—el no querer reclamar más
autoridad por tener una relación familiar con Jesús. El que Pablo insistiera en su autoridad
apostólica fue por motivos distintos, ya que Pablo fue llamado a ser apóstol por decisión divina y
su insistencia en que eso fuera reconocido era tan natural como la reticencia de Santiago a utilizar
sus lazos familiares.
Otra posible razón por la que Santiago no se identificó mejor es que quizás era tan conocido que
no era necesario hacerlo. Si el autor de esta carta—lo cual es lo más probable—fue el Santiago
que fue cabeza de la iglesia de Jerusalén y moderador del Concilio de Jerusalén, entonces la frase
“Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo” era toda la identificación que necesitaba.
Santiago era conocido como un hombre excepcionalmente bueno. Sus compatriotas lo apodaron
“el Justo”. Se dice que pasaba tanto tiempo de rodillas en oración que éstas se llenaron de callos,
como las rodillas de un camello. Se cree que estuvo casado y que tuvo buena reputación tanto
entre los judíos como entre los hermanos cristianos. Pedro se reportó a él cuando fue liberado de
prisión. Pablo, siendo un judío sumamente estricto, siguió sus consejos y escribió una tolerante
carta a los gentiles convertidos. Santiago respaldó el trabajo de Pablo entre los gentiles, pero él
mismo se dedicó principalmente a los judíos. La obra de su vida era ganar a los judíos y “suavizar
su tránsito hacia el cristianismo”.
Según Josefo y Hegesipo, dos historiadores cristianos del segundo siglo cuyos escritos son
aceptados por Eusebio, Santiago fue martirizado. Poco antes de que Jerusalén fuera destruida por
el ejército romano en el año 70, época en que muchos judíos seguían el cristianismo, el sumo
sacerdote Anano, los escribas y los fariseos se reunieron en el Sanedrín en algún momento entre
el año 62 y 66 y le ordenaron a Santiago, “el hermano de Jesús que era llamado Cristo” que
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proclamara desde una de las terrazas del Templo que Jesús no era el Mesías. En lugar de ello,
Santiago proclamó que Jesús era el Hijo de Dios y Juez del mundo. Entonces sus enemigos
enfurecidos lo tiraron al suelo y lo empezaron a apedrear, hasta que un hombre caritativo acabó
con sus sufrimientos dándole por la cabeza con una batana mientras el santo de rodillas oraba:
“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.”
La mayoría de los estudiosos del Nuevo Testamento se frustran al intentar hacer un bosquejo
temático de la epístola de Santiago. El libro ha sido comparado con una cadena, cuyos aros no
guardan relación entre sí. También se ha comparado con un puñado de abalorios puestos en un
hilo, o como dijo un escritor, “un puñado de perlas que caen una por una en la mente del oyente.”
Aunque el bosquejo no sea muy claro, no hay duda sobre los temas que le interesan a Santiago:
(1) la tentación, (2) los ricos y los pobres, (3) la fe y las obras, (4) el uso y el abuso de la lengua,
y (5) la paciencia y la oración.
BOSQUEJO TEMÁTICO DE SANTIAGO
1. El examen de las pruebas y tentaciones
a. Las pruebas y su propósito (1:1-12)
i. La distinción entre pruebas y tentaciones
ii. La prueba desarrolla fe para perseverar
iii. Ayuda para el examen—pedirle sabiduría a Dios
iv. La promesa para los que perseveran
b. Las tentaciones y su fuente (1:13-18)
v. Nunca vienen de Dios
vi. Los deseos—la vía por la que entran las tentaciones
vii. Dios es autor de todo bien; nunca cambia
c. Las tentaciones se superan con los medios adecuados (1:19-26)
i. Escuchen bien—hablen con cuidado
ii. Estudien la Palabra de Dios subjetivamente (1:21-25)
iii. Apliquen la Palabra de Dios objetivamente (1:26-27)
2. El examen de la verdadera fe
a. El examen de la religión práctica
i. No hay que mostrar parcialidad (2:1-8)
ii. Hay que vivir por la ley real del amor (2:8-13)
b. El examen de las buenas palabras como evidencia de la fe (2:14-26)
i. La verdadera ver produce amor
ii. El verdadero amor se manifiesta en compasión
iii. La fe y las obras no se pueden separar
3. El examen de gobernar la lengua
a. El examen para maestros—ser perfectos
b. El asombroso poder de la lengua
c. El hombre de doble ánimo
d. El examen de la sabiduría celestial
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4. El examen de un corazón puro
a. La naturaleza carnal de las contiendas y divisiones
b. La naturaleza carnal de los motivos impuros al orar (4:2-3)
c. La naturaleza carnal del amor por el mundo (4:4-6)
d. La cura para la naturaleza carnal (4:7-12)
5. El examen de las actitudes correctas
a. El examen de la vida misma como mayordomía (4:13-17)
b. El examen de la actitud correcta hacia las riquezas (5:1-6)
c. El examen de las actitudes manifiestas en la perseverancia (5:7-12)
d. El examen de la fe en oración (5:13-20)
1. La tentación
Santiago explica en forma práctica la naturaleza de la tentación y sus efectos. En ninguna otra
parte de las Escrituras aparecen tan bien desarrollados estos temas. Todo lo relacionado con la
conducta cristiana debe tener muy presente cuáles son los retos que la tentación le pone a la
integridad personal. La tentación es inevitable en esta vida. Es más, lo más peligroso de la
tentación es no tener conciencia de ella. Pero la tentación no deja de tener su valor. Es lo que
permite comprobar el compromiso y purificar el propósito. “Tened por sumo gozo cuando os
halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia” (vs. 1:2-3).
La fe no probada es una fe vacilante. La fe vacilante corre el peligro de colapsar durante una
crisis. La tentación produce fe en quienes la resisten.
La tentación tiene que ver con lo correcto e incorrecto de la justicia y el pecado. Pero la tentación
en sí misma no es pecado. Es simplemente “pasión que después de que ha concebido, da a luz el
pecado” (v. 1:15). Estar claros sobre estos puntos es importante para todos los cristianos, sean
jóvenes o viejos.
2. Los ricos y los pobres
Desde sus inicios, el cristianismo ha tenido discípulos adinerados. Basta con pensar en José de
Arimatea y Bernabé, como también en los prósperos comerciantes Aquila y Priscila. Sin
embargo, Santiago deja en claro el otro lado de la moneda. La mayoría de los seguidores de
Cristo de aquel tiempo, al igual que hoy, era pobre.
Santiago no objeta la riqueza. Tampoco lo hacen Jesús y Pablo. Los problemas de la riqueza son
de orden práctico y tienen dos lados. Los ricos tienden a confiar en sus riquezas y suelen usar el
poder de la riqueza para aventajar a los pobres. Santiago da un punto particular sobre la
preocupación de Dios por los que están en desventaja. Esta preocupación es evidente no sólo en el Nuevo
Testamento, sino en el Antiguo también. La afluencia, contrario a lo que se cree popularmente,
no es una prueba del favor de Dios.
3. La fe y las obras
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La enseñanza sobre la fe y las obras han dado pie para que la epístola de Santiago sea mal
interpretada y criticada. Martín Lutero, por ejemplo, será recordado por haber dicho de esta
epístola que “Es una epístola demasiado liviana, sin una pizca del evangelio”.
Las dudas de Lutero sobre esta carta se fundamentan en la aparente contradicción entre el énfasis
que Santiago hace de las obras y la doctrina paulina de la justificación por la fe, que fue lo que
Lutero usó para liberarse del ritualismo formal de su vida anterior.
Algunos han dicho que Santiago fue un “judaizante” que atacó deliberadamente la enseñanza de
Pablo sobre la salvación por gracia mediante la fe, separada de las obras. Pero Santiago (si
aceptamos que el hermano de nuestro Señor fue el autor de esta epístola) respaldó resueltamente
a Pablo y Bernabé en el Concilio de Jerusalén. Lo que Santiago ataca no es la doctrina de Pablo.
En palabras de un estudioso del Nuevo Testamento: “Santiago simplemente exige, en una forma
directa y no teológica, que la fe no debe distorsionarse en un substituto de las obras”. Santiago
insiste en que la fe tiene resultados. Debe aplicarse a toda la gama de experiencias y relaciones de
la vida. Lo que a Santiago le preocupa es contrastar la “fe en acción” contra la fe que se aísla y
enclaustra.
La queja de Santiago es que hay algunos que hablan de fe pero no la demuestran. Mientras que
unos usan el término fe para describir el consentimiento mental de la verdad sin darle importancia
alguna a su significado, Santiago subraya que el Nuevo Testamento insiste una y otra vez en que
la fe de una persona se evidencia no por lo que dice, sino por lo que hace. Se ha cuestionado si
Santiago estaba en desacuerdo con Pablo sobre el asunto de la fe y las obras, y aunque a simple
vista pareciera que lo está, si se analiza el todo queda claro que en realidad no lo está. Porque
ambos autores, al hablar de fe y obras, se refieren a cosas distintas. La fe que Santiago critica es
la que es puramente de labios—no la confianza total en una Persona viva, que es el nervio del
cristianismo según San Pablo. Más aún, las “obras” Pablo son “las obras de la Ley”, mientras que
para Santiago son las maravillosas obras de la religión puesta en práctica. No hay contradicción
esencial entre ellos, pues Santiago concordaría con Pablo en que “la fe opera mediante el amor” y
Pablo concordaría con Santiago en que “la fe sin obras es muerta”. Ambos estarían de acuerdo en
que “lo primero que hay que hacer con la fe es vivirla”.
4. El uso y abuso de la lengua
Ningún estudio de la ética cristiana está completo si no incluye el poder y los problemas de la
comunicación. El habla humana es una evidencia primordial de que el hombre fue hecho “a
imagen de Dios”. Fue creada con grandes posibilidades y grandes peligros. Al hablar sobre el uso
y el abuso de la lengua, Santiago nos recuerda casi todo el Libro de Proverbios, del cual
aparentemente toma varias citas (Cf. Santiago 3:2 con Proverbios 21:23; Santiago 3:6 con
Proverbios 16:27). Para Santiago, una boca de la cual proceden “la bendición y la maldición” es
tan incongruente como la fe sin las obras (Cf. 3:10).
5. La paciencia y la oración
El interés del autor por los aspectos prácticos de la vida cristiana lleva a enfatizar por igual la
paciencia y la oración. Ninguna virtud cristiana tiene valor salvo si se mantiene en la práctica.
Santiago es un enemigo acérrimo de la vida religiosa que “sube y baja” con la que muchas
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personas parecen estar contentas. Observa también que las mejores respuestas de Dios no llegan
por la acción sino por la actitud de oración y la paciencia que todo lo soporta a pesar de las
negaciones. Santiago desea que aprendamos que Dios retrasa pero no niega. La “paciencia de
Job” y el ejemplo de los profetas, que hablaron “en nombre del Señor” (5:10-11) deben ser
nuestra fuente de inspiración.
SANTIAGO 1:1-11
“Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión:
Salud.” (1:1) La epístola empieza con el estilo típico de una carta. Primero aparece el nombre y
título del autor, muy parecido a los membretes de la correspondencia moderna. Santiago se
identifica simplemente como “un siervo de Dios y del Señor Jesucristo”. “Siervo” era uno de los
títulos favoritos de Pablo (Romanos 1:1; Gálatas 1:10; Filipenses 1:1; Tito 1:1). Pedro también la
usa (2ª de Pedro 1:1). Era la palabra común para indicar “esclavo” y refería a la persona que era
propiedad absoluta de otra y cuyo tiempo y fuerza le pertenecían por completo al amo.
Pero “siervo” era también un título que usaban en el Antiguo Testamento los verdaderos profetas
de Dios. Ser siervo del Señor era algo muy demandante, aunque también de gran honor. El
hombre no puede recibir nada más grande que ser siervo del Dios viviente.
El que Santiago reconociera que Dios y el Señor Jesucristo eran iguales, es una admisión clara de
la deidad de Jesús. En la traducción griega del Antiguo Testamento, el título “Señor” era el
término para el nombre sagrado del verdadero Dios. Los escritores del Nuevo Testamento lo
aplicaron universalmente para referirse a Jesús, lo cual es la prueba más segura de que tenían
plena fe en la deidad de Cristo.
En los tiempos del Nuevo Testamento, el pueblo judío estaba dividido en dos grandes grupos.
Estaban los judíos palestinos, que eran básicamente granjeros, pescadores y pastores. Su lengua
era el arameo. El otro grupo era conocido como el de la “diáspora” o “dispersión”, palabra que
provenía del verbo griego “diseminar”. Los judíos de la dispersión eran en su mayoría
comerciantes y profesionales. Los que vivían en el occidente, tenían como lengua el griego y los
que vivían al este, el arameo y el sirio. Esta carta está dirigida a los judíos de la dispersión—“las
doce tribus que fueron diseminadas”.
“Salud” viene de la palabra griega charein. Esta forma de saludar aparece miles de veces en los
papiros del primer siglo, pero en el Nuevo Testamento sólo aparece en Santiago. El que aparezca
en la carta de la iglesia en Jerusalén (Hechos 15:23), de la cual probablemente Santiago fue el
autor, y en Santiago 1:1 da pie para creer que el escritor de la epístola fue realmente Santiago,
hermano de Jesús y anciano gobernante de la iglesia palestina.
ALGUNOS ASPECTOS BÁSICOS DE LA VERDADERA RELIGIÓN
(SANTIAGO 1:2-27)
El contenido de la epístola de Santiago carece de orden lógico. Tiende a repetir los mismos temas
y las transiciones entre los temas son abruptas con frecuencia. Pero el primer capítulo trata en
general de los aspectos básicos de una vida santa.
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1. La fe y la sabiduría (vs. 1:2-8)
El cuerpo de la carta inicia con una afirmación que pretende conmover e intrigar al lector:
“Gozaos profundamente cuando os halléis en diversas pruebas.” Ningún escritor del Nuevo
Testamento sugiere nunca que la vida cristiana sea fácil y serena. Jesús mismo habló de negarse a
uno mismo, de dejar a padre y madre, de no tener hogar y de sufrir persecución. Pablo les dijo a
los creyentes que era por medio de mucha tribulación que se ingresaba al Reino. Pedro habló de
fuertes pruebas. La paradoja de todo es que la Cruz lleva a la Corona. La muerte lleva a la vida.
El llanto se torna en gozo. Incluso en la pesadez y la prueba de la fe hay “gozo inefable y
glorioso” (1ª de Pedro 1:6-9).
La palabra “tentaciones” es la traducción de peirasmos, término que tiene dos significados. Uno
es “tentación” en el sentido común de seducción al mal, como en el versículo 1:14. Pero también
significa “prueba”, cuyo propósito y resultado puede ser bueno. Las pruebas son la base para
probar la vida cristiana. Lo que se pone a prueba es nuestra fe. Una fe que no es probada es una fe
insegura. De manera que un resultado de las pruebas es el gozo. Jesús le advirtió a Pedro que
Satanás intentaría vencerlo. “Pero”, dijo el Señor, “he rogado por ti, para que tu fe no falte”
(Lucas 22:31-32). En esencia, la fe es confianza en la verdad y la seguridad de Dios. Es un
compromiso con la persona y la voluntad de Cristo.
Cuando salimos victoriosos de la prueba de la fe, obtenemos paciencia. Esta palabra también
tiene dos significados. Pasivamente significa soportar—sostenernos lo suficiente aunque la
presión sea grande. Activamente significa perseverar—perseverancia en lo bueno. Es más que la
simple paciencia. Es la capacidad de convertir los obstáculos en peldaños que nos ayuden a subir.
Cuando vencemos las pruebas, obtenemos tres resultados:
a. El vencedor se perfecciona. En la Biblia, la perfección no es un absoluto estático, ni algo que
se estropea al cambiar. Más bien describe aquello que ha alcanzado su fin o propósito
inherente—aquello que está completo, terminado y listo para imprimirse. Cuando se usa para
referirse al carácter del cristiano en el Nuevo Testamento, lo cual se hace frecuentemente
(Mateo 5:48, Hebreos 6:1, etc.), no implica una humanidad libre de errores, sino la relación
redentora con un perfecto Salvador.
b. El vencedor se completa. La palabra griega aquí es holokleros, que significa “firme en cada
parte”, “sin daño”, “intacto” o “libre de impurezas”. Es la palabra que se usa en 1ª de
Tesalonicenses 5:23: “Que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro
ser (holokleros)—espíritu, alma y cuerpo—sea guardado irreprochable para la venida de
nuestro Señor Jesucristo”.
c. Al vencedor no le hace falta nada. El verbo “hacer falta” es el mismo que usa para indicar la
derrota de un ejército, la rendición en una batalla, o el fracaso de lograr un estándar que
debería haberse alcanzado. Una canción resume esta condición con la frase: “Toda gracia
necesaria ha sido suplida, todo anhelo ha sido satisfecho”.
Como si estuviera consciente de la paradoja de sus palabras, Santiago pasa a asegurar que Dios
suplirá generosamente toda falta de sabiduría sin reprocharnos por no tenerla. En el Antiguo
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Testamento la sabiduría se considera un don de Dios. Es más que simple conocimiento. Es la
capacidad de usar el conocimiento en buena forma. Se dice que en cada cárcel estatal hay
suficientes hombres con doctorados como para cubrir la necesidad de profesores en cualquier
gran universidad. Una persona puede tener mucho conocimiento pero ser muy poco sabia.
La oración—para pedir sabiduría o cualquier otra cosa—debe hacerse sin dudar. El término
“dudar” se ha traducido como “vacilar” en otras partes del Nuevo Testamento. Proviene de un
verbo que conlleva la idea de una mente dividida en sí misma. La duda nos hace ser como la
basura que se tira al mar, que va y viene a la orilla. Sólo se pueden acercar a Dios con éxito los
que creen que “Él existe y que recompensa a los que lo buscan” (Hebreos 11:6).
El hombre de doble ánimo es un término de Santiago para indicar al cristiano que Pablo llama
“carnal” (1ª de Corintios 3:1-3). La palabra para doble ánimo literalmente significa “de dos
almas”. Este tipo de persona tiene la mente de Cristo pero es impelido por la mente de la carne
(Romanos 8:5-8; Gálatas 5:17, 24). Es como los que se describen en Oseas 10:2: “Su corazón
está dividido; ahora serán hallados culpables”. No ha recibido la respuesta a la oración que hace
el salmista: “Afirma mi corazón para que tema tu nombre” (Salmos 86:11). No puede cantar con
Charles Wesley, “Descansa ahora, o corazón mío siempre dividido, arraigado en este bendito
Centro descansa”.
Un resultado del doble ánimo es la inestabilidad. El término griego aquí significa “inseguro”,
“veleidoso”, “vacilante”, “bamboleante como un borracho”. Describe un tipo de existencia que
“sube y baja”, “entra y sale”, “va y viene” que es tan característico en demasiados creyentes. El
remedio para el doble ánimo está en el versículo 4:8: “Vosotros los de doble ánimo, purificad
vuestros corazones”. La “mente de la carne” es toda tendencia y disposición en la naturaleza
humana que no provienen de Dios. Deben morir para que la mente de Cristo reine internamente.
Esto es una parte importante de la gracia que lleva a una santificación completa del corazón del
cristiano.
2. El hombre pobre y el hombre rico (vs. 1:9-11)
Aquí se introduce uno de los temas insistentes de esta carta. El hermano de humilde condición es
“un cristiano que no es considerado gran cosa en este mundo”. Su condición humilde es un
asunto de estatus social y posesiones limitadas. Pero a los ojos de Dios es exaltado. Aunque los
cristianos no siempre han vivido a la altura de este ideal, desde sus inicios el cristianismo ha
puesto un gran énfasis en el valor de las personas. Aparte de los talentos, la educación, los bienes
o las capacidades que tenga, todo ser humano tiene un valor infinito porque es el objeto del amor
infinito de Dios. Aunque una adecuada humildad es una gracia cristiana, la baja autoestima no lo
es. El que desprecia al que Dios ama y ha hecho a Su imagen, no es amigo de Dios. La psicología
que procura que la persona se considere un “pobre y débil gusano del polvo” no tiene cabida en la
actitud de un creyente.
No podemos amar a los otros como a nosotros mismos (Marcos 12:31) si no nos amamos a
nosotros en forma adecuada. La auto-aceptación no es lo mismo que la complacencia o la autosatisfacci
ón. Pero para estar a derecho con Dios y con nuestros congéneres, debemos estar a
derecho con nosotros mismos. Sólo si nos aceptamos tal como Dios nos ha aceptado podemos
aceptar adecuadamente a los demás. Es más, los ricos deben recordar que su valor personal no se
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mide por lo que poseen, sino por aquello que los posee. Una pregunta que se suele hacer
comúnmente es: “¿Cuánto vale esa persona?” La respuesta que se suele esperar es una
declaración del valor económico de los bienes que tiene esa persona. Pero el cristianismo insiste
en que la verdadera medida para estimar el valor de un individuo no es lo que tiene, sino lo que
es.
La vida nos recuerda en todo momento que la riqueza es pasajera. Una grave enfermedad, un
desplome de la bolsa de valores, la pérdida del trabajo o mil y una situaciones de la vida puede
despojar al hombre adinerado de su seguridad. Lo mejor es no confiar en ella. La vida humana en
esta tierra es como el rápido crecimiento de las flores en el desierto después de que llueve. Tan
rápido como brotan, se marchitan y desaparecen.
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EPÍSTOLAS GENERALES – BI
PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 1
1. ¿Cuáles son los siete libros que reciben el nombre de Epístolas Generales?
2. ¿Por qué se les llama epístolas “generales”?
3. ¿Cuáles tres fuentes del Nuevo Testamento nos enseñan sobre los principios de la ética
cristiana?
4. ¿Cuál es el adjetivo favorito de Santiago?
5. ¿Cuál es una de las desafortunadas tendencias del fundamentalismo del siglo veintiuno?
6. ¿Cuál es la relación de Santiago con Jesús?
7. ¿Cuáles son dos razones posibles por las que Santiago no usó esta relación para identificarse?
8. ¿Cómo murió Santiago?
9. ¿Cuáles son los cinco temas principales del libro de Santiago?
10. ¿Cuáles tres resultados obtenemos cuando vencemos las pruebas?
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NOTAS DE LA LECCIÓN 2
SANTIAGO 1:12-2:13
Cuando iniciamos el estudio de Santiago, vimos primero el saludo a la usanza común de las
cartas de ese tiempo. El autor se identificaba, indicaba quiénes eran los destinatarios y los
saludaba. Repasando este inicio, es bueno indicar que “Santiago” es la traducción inglesa del
nombre griego y hebreo “Jacob”, padre de los doce hijos que representan las tribus de Israel. El
nombre mismo les recuerda de inmediato a los lectores que el autor está siguiendo algún modelo
del Antiguo Testamento. En Génesis 49 hay una serie de bendiciones que Jacob, ya anciano,
pronuncia para cada uno de sus doce hijos. Aunque la carta se parece un tanto a estas
bendiciones, esta similitud apunta a una conexión intencional. Quizás el autor deseaba sugerir
que, así como el antiguo Jacob se dirigió a sus doce hijos que representaban las tribus de Israel,
ahora así un “patriarca cristiano” con el mismo nombre le escribe a la Iglesia que es el nuevo
Israel. Los lectores originales entendieron claramente que las “doce tribus” era una alusión a la
nación de Israel. Entendieron también que “dispersión” era el grupo de judíos que habían sido
diseminados a los distintos puntos del mundo fuera de su tierra natal de Palestina. Para los
cristianos, sin embargo, las “doce tribus de la dispersión” significarían claramente que la carta
estaba dirigida a la Iglesia, el nuevo Israel, y a todos los seguidores de Cristo diseminados por
todo el mundo. Aparte de este versículo introductorio hay poco en esta carta que parezca una
comunicación personal. El autor no parece conocer en persona a sus lectores. No les habla de
problemas o preocupaciones de los creyentes de un determinado lugar, como hizo Pablo en forma
personal con los cristianos de Corinto, Tesalónica y Filipo. Más bien, la serie de enseñanzas
refleja principios morales aceptados en general, que debían ser aplicados en cualquier iglesia.
La primera gran sección consiste en una serie de exhortaciones misceláneas. Los temas de las
distintas enseñanzas parecen no tener relación entre sí y están organizadas libremente. El autor
pasa abruptamente de un tema al otro sin una transición aparente. Sin embargo, hay palabras que
conectan los distintos temas—por ejemplo, “paciencia” en los versículos 3 y 4, “faltar” en los
versículos 4 y 5, “pedir” en los versículos 5 y 6. Esto sugiere que las exhortaciones fueron
recopiladas oralmente y estas palabras ayudaron a que se memorizaran y recitaran.
En el capítulo 1 el énfasis principal recae sobre los aspectos básicos de una vida santa. En
Santiago 1:2-8 se toca la fe y la sabiduría, y en los versículos 9 a 11, Santiago les habla a los
creyentes sobre el hombre rico y el hombre pobre. Luego regresa al tema del inicio: la tentación y
la prueba.
La tentación y la prueba (vs. 1:12-15)
Anteriormente, Santiago ha hablado de gozarse en la prueba, porque produce resultados en el
carácter cristiano en esta vida. Ahora menciona la recompensa eterna que se obtiene tras superar
exitosamente la prueba: “Recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a los que lo aman”
(v. 12). La corona aquí significa recompensa—el laurel que recibía el vencedor de las justas
olímpicas en la antigua Grecia.
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Aquí, “prueba” significa tentación. Es en el campo del conflicto moral donde se gana la corona
de la vida. Nadie puede pensar propiamente que Dios es la fuente de la provocación al mal.
Cuando la versión Reina Valera indica que “Dios tentó a Abraham”, lo que quiere decir
claramente es que Dios, para probar su fe y obediencia, puso a Abraham a prueba, no que lo
provocó a hacer el mal. Por tanto, debemos diferenciar entre los distintos usos de “tentar” y
comprender la diferencia entre “prueba” y “tentación”, tal como se usaban las palabras en esos
tiempos.
El punto de entrada es el propio deseo del ser humano. “Cada uno es tentado, cuando de su propia
pasión es atraído y seducido. Entonces, la pasión, después que ha concebido, da a luz el pecado, y
el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte” (vs. 14-15). El pecado nace, progresa y culmina
en un movimiento descendente. Primero vienen los pensamientos, seguidos por los deseos; luego
viene la aceptación seguida de la acción, y finalmente viene la muerte. El deseo en sí no es
pecado. Puede brotar de los instintos o necesidades del ser humano. Las tentaciones del corazón
vienen por medio de deseos que son legítimos y naturales a nuestra humanidad. Esa fue la forma
en que Jesús fue tentado. Pero cuando la voluntad de la persona cede al deseo y la persona deja
de obedecer la voluntad de Dios, se concibe y nace el pecado. El resultado del pecado
“crecido”—es decir, que se ha aceptado como un principio de acción—es la muerte espiritual.
La forma de lidiar con la tentación es la que Jesús usó cuando enfrentó al tentador en el desierto
(Mateo 4:1-11; Lucas 4:1-13). Estaba espiritualmente preparado—ungido por el Espíritu de Dios
y fortalecido por la oración y el ayuno. Enfrentó cada sugerencia de Satanás con la Palabra de
Dios. Pero lo fundamental fue que Jesús rechazó la tentación de inmediato. El mejor momento
para matar serpientes es cuando son pequeñas. El deseo que se entretiene y con el que se juega en
la imaginación puede llegar a ser irresistible.
La tentación es algo que todos enfrentamos. Nos llega a todos. Ciertamente, la tentación más
peligrosa de todas es no tener conciencia de ella. Pero en todas nuestras batallas con el deseo
tenemos la seguridad de que “no os ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana; pero fiel
es Dios que no os dejará ser probados más de lo que podéis resistir, sino que dará juntamente con
la prueba la salida, para que podáis soportarla” (1ª de Corintios 10:13).
Nuestra respuesta a la fidelidad de Dios (vs. 1:16-21)
Las traducciones más antiguas de Santiago 1:16 dicen “no erréis”, lo cual es una mejor
traducción que la que aparece en la versión Dios Habla Hoy “no se engañen”. El peligro de ser
engañados siempre nos acecha. Satanás es conocido como el “engañador” (Apocalipsis 12:9,
20:10). Viene como ángel de luz y sus agentes se presentan como ministros de justicia (2ª de
Corintios 11:14-15). Su propósito es engañar incluso a los elegidos. Los cultos que proliferan en
nuestros tiempos convulsos dan testimonio de la importancia que tiene la advertencia de
Santiago.
En especial, corremos el peligro de ser engañados sobre quién es Dios y cuál es Su propósito para
el ser humano. Dios es la fuente de toda buena dádiva y de todo don perfecto (v. 1:17). Él es el
gran dador. Él otorga sabiduría (v. 1:5) y gracia (v. 4:6), así como dones que son más indirectos y
por tanto quizás no los percibamos como tales: vida, salud, prosperidad y amigos—la lista de
Epístolas Generales 21
esos dones no tiene fin. Y por encima de todo, otorga vida en el sacrificio de Su Hijo (v. 1:12).
Dios es el inmutable Padre de las luces. “Mudanza” y “sombra de variación” son traducciones de
dos términos astronómicos. Hablan de los movimientos relativos de los planetas, el sol y la tierra,
las “sombras que se mueven”, que se generan por el amanecer y el atardecer y por las distintas
estaciones del año. La traducción que hace Moffatt del versículo 17 va así: “Quien no conoce el
cambio del amanecer y el atardecer, aquel cuya sombra no cae sobre la tierra”. Esta es una forma
vívida de expresar cuán absolutamente podemos depender de Dios. Sus propósitos no cambian
como las sombras que produce el movimiento del sol. Sus promesas siempre son verdaderas.
Puesto que Dios es inmutable, Su voluntad y Su palabra (v. 1:18) no cambian. En ello radica
nuestra seguridad. Los traductores difieren en la comprensión de este versículo. Algunos creen
que hace referencia a la creación original, cuando la voluntad de Dios se expresó en las palabras:
“Hágase” y el hombre pasó a ser las primicias o corona de la creación. Una perspectiva mejor y
más común de este versículo es que tiene en mente la nueva creación (2ª de Corintios 5:17).
Nacemos de Dios por medio de Su voluntad de manera que ninguno perece en el pecado. Y el
instrumento de nuestro nuevo nacimiento es la palabra de verdad, o sea, el evangelio.
Es difícil sobreestimar el poder redentor de la palabra de verdad. Por su predicación, Dios se
place en salvar los que creen (1ª de Corintios 1:21). Es el medio tanto para nuestro nuevo
nacimiento (1ª de Pedro 1:23) como para nuestra santificación (Juan 17:17). La palabra de Dios
es “viva y eficaz” (Hebreos 4:12).
El versículo 19 inicia con la práctica frase de “por eso”. Debemos ser “prontos para oír”, rápidos
para escuchar. Escuchar la palabra del Señor siempre conlleva la idea de obedecer lo que se ha
escuchado, un punto que se desarrolla en el versículo 22. Junto con la prontitud para oír está el
“ser tardos para hablar”—es decir, debemos ser prontos para escuchar lo que Dios dice en lugar
de forzar nuestras propias ideas y opiniones.
Debemos controlar el enojo porque no produce el tipo de vida que Dios desea. El hombre que es
iracundo, incluso si su enojo es “justo”, pierde totalmente el control en ese momento. Utiliza sólo
parte de su naturaleza. Reacciona a nivel “visceral” en lugar de evidenciar un dominio propio
pleno. La justa indignación tiene su lugar en una vida santa. Pero no puede salirse de la mano y
jamás debe llegar a convertirse en un resentimiento humeante (Efesios 4:26).
Debemos “poner a un lado toda impiedad y todo exceso de maldad” eliminando todo hábito,
pensamiento o acción que quede de la vieja vida de pecado. Por el contrario, debemos recibir con
humildad la palabra implantada que es capaz de salvar nuestras almas. La palabra “implantar” se
usa para ilustrar la acción de la semilla que echa raíces en la tierra (Mateo 13:21, 15:13). Esta
palabra es la verdad de las Escrituras que comprendemos gracias al Espíritu y aceptamos como el
fundamento de nuestra vida. Cuando esta palabra pasa a ser parte de nuestro pensamiento y
elección, se convierte en el medio para nuestra salvación completa y final.
No basta con escuchar (vs. 1:22-25)
Santiago regresa al pensamiento del versículo 19. No basta con “ser oidor de la palabra” (v. 23).
Uno debe oír antes de poder hacer, pero oír sin hacer es caer en el autoengaño (v. 22). Una
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persona que piensa así es como el que se mira en un espejo, ve que tiene la cara sucia y sabiendo
que se la debe lavar, no hace nada para remediar la situación.
Santiago expresa aquí una de sus ideas más características. La teoría sin la práctica, el escuchar
sin el hacer, la fe sin las obras, son anatema para él. Sólo si miramos “en la perfecta ley de la
libertad y permanecemos en ella” podemos liberarnos de la compulsión de la ley escrita y del
poder del pecado.
La “perfecta ley de la libertad” es una descripción acertada de la ley moral que el cristiano guarda
como ofrenda de su amor hacia su Señor (Juan 14:15). No es una ley que limita. Es una ley que
libera. Nos libera para vivir como lo demandan nuestros mejores intereses. Señala el peligro que
debemos evitar. No rompemos la ley de Dios. Rompemos con las realidades sobra las que ésta
nos advierte. El hombre que se lanza por la ventana de un décimo piso no “rompe” la ley de la
gravedad. Sólo la ejemplifica.
La verdadera religión (vs. 1:26-27)
“Religión” (threskela) es una palabra que se usa raras veces en el Nuevo Testamento. A
excepción de este pasaje en Santiago, siempre se utiliza en el sentido de “falsa religión”.
Representa la piedad en su manifestación externa. Ser “religioso” en el sentido griego era ser
cuidadoso de mostrar externamente el servicio divino.
Santiago utiliza aquí los términos “religioso” y “religión” en el sentido de una expresión externa
adecuada y necesaria de la devoción interna hacia Dios. “Religión” tiene dos lados: uno interno,
subjetivo, relativo al corazón; otro externo, objetivo, visible en la vida. Ignorar las demandas
internas de la piedad es caer en el fariseísmo o el legalismo. Ignorar las demandas externas de la
piedad es caer en el sentimentalismo y la irrealidad.
Al igual que las alas de un ave, o las piernas de un hombre, tanto lo interno como lo externo son
necesarios. Dios los ha “unido” y el hombre no los debe separar. Santiago enfatiza que es
necesario armonizar la vida y el corazón. Nos da tres señales de esa armonía.
1. Una lengua controlada. En el tercer capítulo, Santiago vuelve a este tema con más énfasis.
Una lengua sin riendas deja ver los defectos del corazón. El cristiano que ventila su amargura,
un espíritu crítico y en general su falta de amor—evidenciada en actitudes como hallarle
defectos a todo, ser cínicos, andar en chismes y ser respondón—sólo deja ver su propia
necesidad espiritual.
2. Cuidado por los que sufren. “Visitar huérfanos y viudas” es “ir” a ayudar los que no pueden
cuidar de sí mismos. En relación con lo que sigue inmediatamente, Santiago deja en claro que
él no participaría nunca en la actitud moderna de “dividir” el evangelio en un “evangelio
social” y un “evangelio individual”. No hay dos evangelios. Sólo hay uno que trabaja tanto
con el individuo como con la sociedad para resolver las necesidades humanas tanto del alma
como del cuerpo. Santiago vuelve a este punto en el 2:15-17 con una ilustración aplastante
sobre la necedad de separar los aspectos sociales de los personales en la fe cristiana.
3. Mantenerse sin mancha del mundo. Esto refiere a la importancia de no permitir que el espíritu
Epístolas Generales 23
pecador del mundo nos mancille, contamine o manche. Santiago utiliza aquí la palabra
“mundo” en el sentido de “humanidad sin Dios”, que vive por la ley del pecado y la muerte.
Los cristianos tienen la obligación de vivir “en el mundo” sin ser “del mundo”. Deben
relacionarse con los que los rodean en forma redentora, reteniendo una integridad que no los
comprometa con la maldad del mundo o con los estándares mundanos. Deben protegerse de la
mancha del mundo sin aislarse de su necesidad. Al igual que el Maestro, deben ser amigos de
publicanos y pecadores, siendo al mismo tiempo “santos, inocentes, sin mancha y apartados de
los pecadores” (Hebreos 7:26).
CÓMO LLEVAR UNA VIDA CONSECUENTE CON LA FE
SANTIAGO 2:1-26
El pecado del esnobismo (vs. 2:1-13)
Este capítulo introduce otro gran tributo de la persona de Jesús. “Nuestro Señor Jesucristo” recibe
el nombre de “glorioso”. En el griego, la expresión es simplemente “Señor Jesucristo de gloria”,
y es una reminiscencia de la caracterización que hace Simeón de Jesús como “la gloria de tu
pueblo Israel” (Lucas 2:32). La “gloria” siempre se identifica con el Dios viviente del Antiguo
Testamento.
Santiago habla de que es incongruente profesar la fe cristiana sin respetar a las personas. Esta
frase viene del término griego que significa “mostrar favoritismo”, “ser parcial”. Se menciona
frecuentemente en la Biblia que “Dios no hace acepción de personas” (Hechos 10:34, Romanos
2:11, Gálatas 2:6, Efesios 6:9, etc.). Por tanto no es correcto que Su pueblo haga acepciones. No
hay lugar en la vida cristiana para el esnobismo. Dios respeta el propósito y el carácter, pero no
está interesado en el estatus o la riqueza.
1. Una ilustración del esnobismo (vs. 2-4). Santiago presenta de inmediato una ilustración. Si
entran al mismo tiempo dos hombres, uno obviamente adinerado y bien vestido y otro
pobremente vestido y de una condición social inferior, la preferencia que se le muestre al
hombre de mejor apariencia es el tipo de parcialidad que Santiago condena. La frase “jueces
con malos pensamientos” (v. 4) debiera traducirse como “jueces cuyos pensamientos son
malos”—es decir, jueces “prejuiciados”, que juzgan con “falsos estándares”, que critican
“con malos motivos”, que hacen juicios “basados en malos motivos”. Si maltratamos a las
personas por su apariencia externa, mostramos parcialidad. Un comportamiento así se debe a
que nos creemos mejores que los demás por causa de nuestras circunstancias. Nace de malos
motivos.
Si somos honestos, debemos admitir que el pecado del esnobismo es casi universal en la
Iglesia hoy día. Ejemplo muy evidente es que la iglesia evangélica se ha trasladado del centro
de la ciudad a los suburbios de clase media; que hemos pasado de iglesias grandes tipo
catedral a iglesias modestas o incluso iglesias en casas. Por tanto, suelen ser olvidados los que
están “abajo y afuera”, los grupos socio-económicamente pobres e inferiores. Santiago no
duda en llamar “maldad” a este tipo de discriminación. Utiliza el término más fuerte en la
lengua griega para este mal tan pernicioso en su influencia y efecto.
EPÍSTOLAS GENERALES
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2. El carácter es independiente de las posesiones (vs. 5-7). Después de ilustrar la verdad,
Santiago procede a mostrar la razón para ello. Dios acepta al pobre de este mundo que es rico
en fe (v. 5). En estos versículos se contrasta al hombre rico que es pobre, con el hombre pobre
que es rico. Los que tienen poco pueden aún así ser ricos en el favor de Dios y heredar el
reino—son herederos de Dios y coherederos con Cristo (Romanos 8:17). Para vergüenza
suya, las personas a quienes Santiago les escribió habían despreciado (v. 6) a aquellos a
quienes el mismo Dios había honrado.
Por otro lado, estos cristianos habían sido oprimidos y llevados a la corte por estas personas a
quienes ahora mostraban favoritismo. Aunque algunos cristianos del Nuevo Testamento
fueron ricos (por ejemplo, José de Arimatea, Bernabé, Lidia, Aquila, Priscila y Filemón), es
igualmente cierto que “ni muchos poderosos ni muchos nobles” (1ª de Corintios 1:26) habían
aceptado el llamado. Más bien, el interés de muchos ricos por mantener su estatus quo los
llevó a blasfemar el buen nombre (v. 7) del cual proviene el término “cristiano”.
La riqueza es una bendición complicada. Wesley comentó hace mucho sobre el hecho extraño
de que los frutos del avivamiento tienden a destruir el avivamiento. Cuando los hombres se
convierten dejan los pecados que agotaron sus medios y se vuelven honestos y trabajadores.
Como resultado, empiezan a prosperar. Pero cuando empiezan a prosperar tienden a confiar
en su prosperidad más que en Dios. Por tanto, los frutos del avivamiento consumen el
avivamiento.
La solución a esta paradoja es, en palabras de Wesley, que los cristianos “ganen y ahorren
todo lo que puedan” a fin de “dar todo lo que puedan”. Cuando un hombre de Dios empieza a
prosperar, siempre surge la pregunta de si el reino ganará una fortuna o perderá a un hombre.
Porque siempre será o una cosa o la otra. La riqueza es una bendición sólo si se visualiza
como algo que debe ser administrado para la gloria de Dios.
3. Debe guardarse toda la ley de Dios (vs. 8-13) La ley real es “amar al prójimo como a uno
mismo”. Puesto que la discriminación y la parcialidad violan esa ley, ambas son actitudes
pecaminosas. Los que las tienen son transgresores de la Ley (v. 9).
Esto no se debe tomar a la ligera. Santiago arguye que romper un mandamiento de la ley es
igual a romper toda la ley. La razón es que el Dios que dio un mandamiento, dio todo el resto.
“No hay pecados pequeños”, decimos, “porque no hay un Dios pequeño contra el cual
pecamos”.
El obispo William Taylor solía ilustrar esta verdad comparando la ley con una cerca que tenía
diez puertas. Salir por alguna de esas puertas era salirse de la ley. El que sale por la puerta de
no consagrar el día de descanso, sin duda estará tan afuera como el que salga por la puerta del
adulterio. El que sale por la puerta del falso testimonio sin duda estará tan afuera como el que
sale por la puerta del asesinato.
Esto no significa que la consecuencia de un pecado sea tan grave como la de otro en términos
de sus efectos en los demás. Lo que significa es que no considerar la voluntad de Dios en
cualquier punto trae condenación y culpa al alma, sin importar de qué asunto se trate. La
voluntad de Dios es una cadena de oro que tiene muchos anillos. Romper uno de ellos es
Epístolas Generales 25
romper toda la cadena.
Por tanto, debemos hablar y actuar como “los que serán juzgados por la ley de la libertad” (v.
12). En el 1:25, Santiago la llama la “perfecta ley de la libertad”. El argumento termina con la
solemne verdad de el que no muestre misericordia será juzgado sin misericordia (v. 13).
En ninguna otra parte de las Escrituras aparece esta verdad final tan fuertemente manifestada
como en la parábola de Jesús sobre los dos deudores (Mateo 18:23-35). El rey le perdonó diez
millones de dólares a un hombre, pero cuando éste no mostró misericordia para con otro que
le debía sólo veinte dólares, le reinstaló la deuda completa. Jesús dijo: “Así también mi Padre
celestial hará con vosotros, si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus
ofensas” (Mateo 18:35).
“La misericordia triunfa sobre el juicio” (v. 13). “Bienaventurados los misericordiosos,
porque alcanzarán misericordia” (Mateo 5:7). El cristiano que conoce la verdadera
misericordia no juzgará a los demás. Sabe que él mismo será juzgado con el juicio que le
imponga a los otros (Mateo 7:1-2, Romanos 2:1). El sólido principio psicológico sobre el cual
se fundamenta esto es que los errores que vemos en los demás usualmente son los errores que
escondemos en nosotros mismos.
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PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 2
1. Cuando la versión Reina Valera menciona que “Dios tentó a Abraham”, ¿qué quiere decir?
2. ¿Cuál es la fuente de la tentación?
3. ¿Cuáles son los cinco pasos descendentes desde la tentación hasta el pecado?
4. ¿En qué formas enfrentó Jesús la tentación?
5. ¿En qué radica nuestra seguridad?
6. ¿Cuándo se convierte la Palabra en el medio para nuestra salvación plena y final?
7. ¿Cuáles son las tres señales de la armonía interna y externa?
8. ¿Qué quiere decir la frase “los frutos del avivamiento consumen el avivamiento”?
9. Según Wesley, ¿cuál es la solución a la paradoja de “los frutos del avivamiento consumen el
avivamiento”?
10. ¿Cuál es la pregunta que surge cuando un hombre de Dios empieza a prosperar
materialmente?
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NOTAS DE LA LECCIÓN 3
SANTIAGO 2:14-3:18
El pasaje de Santiago 2:14-26 ha hecho que Santiago sea el refrán de quienes consideran que el
cristianismo da permiso perpetuo para pecar perpetuamente. En realidad, es un llamado a ser
realistas en la religión.
Una de las frases favoritas de los tiempos de la Reforma fue sola fide, que significa “sólo por la
fe”. La verdad que Santiago desea aclarar aquí es que la fe siempre viene acompañada. Afirmar
que se tiene fe para la salvación sin expresar al mismo tiempo un amor obediente, es engañarse a
uno mismo.
Lo que el estudio moderno del Nuevo Testamento ha dejado en claro más allá de toda posibilidad
de duda razonable, es que la fe y la obediencia al evangelio son los dos lados de la misma
moneda. Sin duda es posible aceptar intelectualmente la verdad del evangelio sin mostrar el fruto
de una vida transformada. Pero este tipo de aceptación intelectual está muy lejos de lo que el
Nuevo Testamento llama fruto.
El griego tiene una palabra para la incredulidad y la desobediencia. “El que cree en el Hijo tiene
vida eterna; pero el que rechaza al Hijo no sabrá lo que es esa vida, sino que permanecerá bajo el
castigo de Dios” (Juan 3:36, NVI). La fe y la desobediencia son verdaderas contradicciones.
La profunda preocupación de Santiago por el lado práctico de la fe cristiana parece oponerse a la
tesis de Paulo de que la salvación ocurre sólo por fe. No obstante, la postura de Santiago no ataca
el concepto de la salvación por fe, sino que protesta contra la hipocresía. Desea que el mundo
sepa que la fe es una fuerza transformadora. La salvación por fe lleva a una vida santa. Esto no
contradice la enseñanza de Pablo, sino que la complementa. Los dos énfasis son dos facetas de
una fe cristiana íntegra—redención y vida santa. Pablo y Santiago están muy de acuerdo en lo
que Pablo, en su gran carta sobre la justificación por la fe, llama la “la obediencia de la fe”
(Romanos 1:5), utilizando la frase “obedecer al evangelio” como equivalente a “creer en el
evangelio”. Santiago no contradice el mensaje de Pablo de que la salvación es sólo por fe (véase
Romanos 3:28-31). Más bien, enfatiza que la fe que no lleva a buenas obras es una fe muerta. El
creyente se salva por tener fe en Cristo, pero la fe genuina vendrá acompañada de obras.
Santiago da otra ilustración directa. Si un hermano es pobre y el cristiano se compadece de él sin
aliviarle su necesidad, ¿qué valor tiene su compasión? Baron von Hugel es famoso por su
definición de cristiano: “Cristiano es aquel que cuida de los demás”.
E. Stanley Jones dijo: “Los cristianos son sensibles a la necesidad humana. Esto es importante
porque ‘la vida es sensibilidad’. La vida inferior es sensible sólo hacia sí misma. Mientras más
alto en la escala de la existencia estemos, mayor será nuestro rango de sensibilidad y más
profunda será su profundidad. Cuando nos acercamos a la vida más alta que jamás se haya vivido
en este planeta—la vida de Jesús—hallamos una sensibilidad completa. (“En cuanto lo hicisteis a
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uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”.) Jesús tuvo hambre con el
hambriento, fue preso con el prisionero y vivió la soledad de ser extranjero.”
Santiago lo dice sin rodeos: “Así también la fe, si no tiene obras, está completamente muerta.”
Las “obras” es el signo en taquigrafía que utiliza Santiago para todo lo que el cristiano hace por
Cristo y los demás. Es imposible mostrar fe sin las obras que son su fruto. Incluso los demonios
creen en Dios y tiemblan por esa creencia. Pero su creencia no los hace dejar de ser demonios. Al
hombre “vano” (“necio”, “jactancioso”) se le debe decir de frente y sin rodeos que la fe sin obras
está muerta.
Santiago pasa luego a dos ejemplos del Antiguo Testamento. Son opuestos en su experiencia y
contrastan vívidamente entre sí. Sin embargo, ambas personas muestran con claridad la necesidad
de unir la verdadera fe con la obediencia amorosa. Abraham, el padre de los judíos y de todo el
pueblo fiel de Dios, probó su fe cuando se dispuso a sacrificar a su único hijo porque Dios se lo
había pedido. Sin la obediencia esa fe habría estado incompleta.
La fe de Abraham se describe en los versículos 21 a 24. Ningún otro nombre era tan importante
para los judíos como el nombre de Abraham. El patriarca era respetado universalmente como el
padre de la nación. Su disposición de ofrecer a Isaac es un claro ejemplo de la acción refleja de
las obras como fruto de la fe, y la fe que se perfecciona en las obras (2:1-23).
Esta relación de doble vía entre la fe y la obediencia tiene una gran importancia práctica. La fe
lleva a la obediencia, pero la obediencia a su vez fortalece la fe. “El que quiera hacer la voluntad
de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios o si yo hablo por mi propia cuenta”, dijo Jesús en Juan
7:17. Agustín escribió: “La Palabra de Dios les pertenece a quienes la obedecen.” Tanto la
comprensión como la fe dependen de la obediencia.
Hay en verdad problemas intelectuales reales en la fe cristiana. Sin embargo, en muchos casos la
causa del problema “no es con el Credo de los Apóstoles, sino con los Diez Mandamientos”. La
desobediencia produce duda. La obediencia elimina la duda.
Santiago no discute el texto de Génesis 15:6 ni la aplicación que Pablo hizo de la misma verdad
en Romanos 4:1-3: “Creyó Abraham a Dios y le fue contado por justicia”. Simplemente señala
que una fe que no tiene obediencia, no es fe del todo. La única forma en que la Escritura dice que
Abraham creyó en Dios y le fue contado por justicia, es que la fe de Abraham fue tanto genuina
como completa. La justificación no viene por una fe truncada que no lleva a la obediencia. La
justificación es por una fe que actúa. Pablo dice esto mismo en Gálatas 5:6.
La fe de Rahab se menciona en los versículos 25 y 26. El segundo ejemplo de la fe es Rahab, la
mujer cananea que escondió a dos espías de Israel (Josué 2). La fe movió a Rahab a arriesgar su
vida para proteger a los espías hebreos que llegaron a Jericó. Santiago aprueba las su acciones
que se basaron en su fe—no la forma en que vivía. La fe cristiana genuina debe conducir hacia
una vida santa visible. Algunos han querido suavizar el término “ramera” cuando se aplica a
Rahab (Josué 2:1) aduciendo que el mismo término puede simplemente significar “anfitriona”.
Pero la palabra que utiliza Santiago (porne) no se puede suavizar. Significa prostituta, mujer
inmoral.
Epístolas Generales 29
La fe de Abraham, el peregrino de Ur, fue la fe que halla verdad y justicia por medio de la
obediencia. La fe de Rahab, la prostituta, fue la fe que redime y levanta al caído. ¡Cuán completo
es el testimonio de la redención que da Mateo en su genealogía de Jesús (Mateo 1:5-6)! Un
hombre de la tribu de Judá con el nombre de Salmón se casó con Rahab. Tuvieron un hijo
llamado Booz (Rut 4:21-22) quien desposó a Rut, la viuda moabita. Su hijo Obed fue el padre de
Isaí y abuelo del Rey David, de quien desciende Jesús el Mesías.
Santiago concluye su discusión con una analogía que ya ha presentado antes al decir que “así
como el cuerpo sin el espíritu está muerto, también la fe sin obras está muerta”. Una religión
externa es como un espíritu (fantasma) sin cuerpo. Pero una fe subjetiva sin una obediencia
amorosa a la voluntad de Dios es un cuerpo. Lo primero no tiene utilidad. Lo segundo está vacío.
Lo que nuestros tiempos—y todos los tiempos—demandan es que una fe íntegra se exprese en
amor y obediencia.
LA LENGUA Y LA VERDADERA SABIDURÍA
SANTIAGO 3:1-18
El capítulo 3 toca dos de los temas principales y los relaciona estrechamente. En los versículos 1
al 12, Santiago habla del control de la lengua. En los versículos 13 a 18, contrasta la sabiduría
falsa con la verdadera. Los maestros y predicadores cristianos serán llamados a cuentas porque la
forma en que hablen tiene gran influencia sobre los demás. Es tan fácil pecar en nuestro hablar y
una palabra pecadora tiene consecuencias de largo alcance. Por nosotros mismos no podemos
controlar lo que hablamos, y seguimos mezclando hipócritamente bondad y maldad. Sólo la
gracia de Dios—la sabiduría que se menciona en el versículo 17—nos puede ayudar a controlar
nuestra maledicencia.
Santiago abre con una advertencia sobre desear con ansia el puesto de maestros. La advertencia
de que “no haya muchos maestros” se traduce como “no os hagáis maestros”. La razón es que los
que deciden enseñarles a otros serán juzgados más estrictamente. “En muchas cosas
tropezaremos”.
Es particularmente difícil evitar usar mal la lengua. El habla es uno de los mejores dones que
Dios le dio al hombre. Pero como todos los demás dones, está sujeto a ser muy mal empleado. El
que puede controlar su lengua, puede controlar el resto de su cuerpo.
Se dan cuatro ilustraciones para mostrar la tremenda importancia de hablar bien:
1. La lengua es como el freno en la boca del caballo (v. 3) que controla al animal entero.
2. La lengua es como el timón de un barco (v. 4). Comparado con el gran tamaño de la nave es
muy pequeño, pero determina el camino que seguirá el buque.
3. La lengua es una chispa que inicia un fuego forestal (vs. 5-6). No sólo deja una marca en la
vida del individuo, sino que también inflama las relaciones con los demás. Una lengua llena
de maldad es una chispa de los fuegos del infierno—el Gehenna del fuego eterno
4. La lengua es un animal no domesticado (vs. 7-9). Casi todos los animales pueden
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domesticarse. Pero la lengua es como una serpiente venenosa. No se sujetará a la voluntad del
hombre.
Otra característica de la lengua no domesticada es que no es consecuente. Con la lengua
bendecimos a Dios (literalmente, “hablamos bien de Dios”), pero también con la lengua
maldecimos a los hombres (literalmente “hablamos mal de ellos”), quienes fueron creados a
imagen de Dios (v. 9). Estas cosas son una contradicción, lo cual es característico en la
literatura por hebrea.
El versículo 10 lo debemos entender como lo traduce Phillips: “¡Esta clase de cosa no debe
suceder jamás!” La incongruencia es como una fuente o naciente que echa agua dulce y
salada a la vez (v. 11), o como una higuera o un viñedo que dan una mezcla de frutos (v. 12).
Santiago aquí ejemplifica y hace eco de lo que afirmó Jesús: “De la abundancia del corazón
habla la boca” (Mateo 12:34). “Por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás
condenado” (Mateo 12:37). Uno podría justamente decir que estos interdictos en la Escritura
son unos de las más ampliamente honrados y respetados.
Santiago no amplía estas verdades. Sin embargo, es muy probable que tuviera al menos dos cosas
en mente:
1. Pensaba en lo que comúnmente llamamos “chisme”, es decir, diseminar conjeturas que
manchan el buen nombre de otros. El chisme generalmente viene disfrazado. Se racionaliza
fácilmente. El poeta cristiano Ken Anderson escribió los siguientes versos jocosos: “Escuché
de una fuente confiable / Así que no hay por qué dudar / Y sólo te lo cuento ahora, por
supuesto / Para que por ello puedas orar.”
2. Pensaba también en lo que podría llamarse “crítica destructiva”. Ciertas evaluaciones de las
personas y situaciones son constructivas y necesarias. Pero hay más crítica de la que se
requiere y que además de no tener un propósito, es perjudicial.
Algunas de estas críticas negativas revelan el sentido de inferioridad o inadecuación que tiene
el mismo crítico. Algunas personas que siempre se descalifican internamente con frecuencia
descalifican a los demás.
En algunos casos, la crítica negativa es como una “seguridad substituta”. Cuando una persona
hace que otros se vean peor, se ve a sí misma mejor. Supone que la censura implica
superioridad. Pero Disraeli, el destacado estadista inglés, dijo una vez que “es mucho más
fácil ser crítico que ser correcto.”
La crítica es aún peor cuando se reviste de un manto de piedad religiosa. Un gran líder dijo
que “Cristo no derramó Su sangre para que podamos pasar nuestros días como buitres
espirituales, alimentándonos de la carne muerta de las debilidades de los demás”. El escritor
Bruce Larson, en Ya no somos extranjeros (No Longer Strangers) escribe: “¡Con cuánta
frecuencia suponen los cristianos que nuestra labor es subrayar los problemas, pecados y
errores de las demás personas! Si creemos realmente en el Espíritu Santo y en la obra que
Dios dijo que haría en cada corazón, sabemos que nuestra labor no es criticar. Es Dios quien
Epístolas Generales 31
deja que Su pueblo sepa cuándo está equivocado y cuándo debe cambiar […] Los cristianos
no deben ocupar el lugar del Espíritu Santo ni convertirse en súper detectives, hurgando y
puntualizando los pecados y debilidades de la gente. Si empleamos esa clase de estrategia, no
debe extrañarnos que la gente no logre descubrir que la gracia de Dios se expresa en nosotros
y por medio de nosotros.”
Sabiduría: Falsa y verdadera
El capítulo tres termina con un contraste entre la sabiduría falsa y la sabiduría verdadera. El
pensamiento se parece al que expresa Pablo en 1ª de Corintios 1:17-31. El contraste se presente
en la forma vehemente que caracteriza a Santiago (Santiago 3:13-18). La prueba del hombre
sabio es la misma que la prueba del hombre de fe. El hombre sabio que es digno de ser escuchado
como maestro, “muestra por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre” (v. 13). Al
igual que en el caso de la fe, no es lo que uno dice sino el estilo y el espíritu de su vida lo que
mide su sabiduría.
a. Santiago describe la naturaleza, el origen y los resultados de la sabiduría falsa (vs. 14-16).
b. La sabiduría falsa tiene una naturaleza terrenal, animal y diabólica (v. 15). Su fuente no viene
de arriba. No viene de Dios. “Animal” es el mismo término que utiliza Pablo para describir al
hombre “natural” o no regenerado (1ª de Corintios 2:14). Es la persona sin el Espíritu de Dios
que no puede entender las cosas del Espíritu. “Diabólico” proviene de daimoniodes que en el
original significa literalmente “al estilo de los demonios”.
c. A nivel individual, los resultados de la falsa sabiduría son los celos y la ambición egoísta, y a
nivel grupal, son las prácticas malvadas. “Rivalidad” (vs. 14 y 16) viene de eritheia y
significa “ambición”, “egoísmo”, “la manifestación de la terca voluntad personal”. Se asocia
adecuadamente con la envidia y los celos—el deseo de tener lo que tienen otros, incluso al
punto de arrebatárselo. La falsa sabiduría coloca al yo en el centro de la vida. El Espíritu
Santo no tolera en ningún cristiano los así llamados pecados del yo: la auto-conmiseración, el
egoísmo, la auto-confianza, la auto-justificación y el auto-engrandecimiento. El deseo de
siempre tener la razón, de siempre de salirse con la suya, no es una fortaleza sino una
debilidad. Samuel Young, ex-Superintendente General de la Iglesia Nazarena, comentó: “El
hombre que trabaja para sí mismo tiene el peor patrono del mundo.” La única vez en que
algunas personas ven a su dios, ¡es cuando se ven en el espejo! La falsa sabiduría no implica
estupidez, simpleza, falta de intelecto o ignorancia. Es posible que por ser astutos, seamos
poco sabios. La falsa sabiduría es en esencia, un problema espiritual y moral; se corrige no
con educación sino con revelación, no con un título universitario sino con la gracia de Dios.
Contrastando con la falsa sabiduría está la sabiduría verdadera (vs. 17-18). Es diferente tanto en
su origen como en su naturaleza y resultados. La verdadera sabiduría proviene de lo alto,
proviene de Dios (v. 1:5). Tiene siete características y todas se comparan con los nueve frutos del
Espíritu que menciona Pablo en Gálatas 5:22-23.
a. Es pura. Esto es lo primero. El término en griego es hagne, que comparte la raíz con hagios,
que se traduce como “santo”. Significa sin contaminación, libre de contaminación. Santiago
pone esto de primero probablemente porque el don proviene de Dios que es santo. Esta
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pureza divina se considera a veces como el equivalente a la sencillez de corazón—una
sinceridad que excluye el doble ánimo, el corazón dividido y el ojo maligno. Como resultado
de esta pureza, la naturaleza del hombre se asemeja a la de Dios en la medida en que es
posible que lo finito se asemeje a lo infinito.
b. Es pacífica—literalmente, “que ama la paz, llena de paz”. El término original implica
relaciones armoniosas, que el orden correcto prevalece, que hay quietud. Esta cualidad mira
desde adentro la vida llena del Espíritu, describe la condición mental interna del cristiano,
mientras que el resto de las características mencionadas son lo que pueden observar los que
están fuera.
c. Es amable, es decir, “considerada, temerosa, equitativa, justa, moderada, que no insiste en la
letra de la ley, que no es contenciosa”. La amabilidad no es tanto ternura como un espíritu de
justicia que contrasta con la falta de razón.
d. Es benigna, es decir, es “conciliatoria, abierta a razonar, dispuesta a ceder”, literalmente,
“dispuesta a obedecer, a complacer”. Esta virtud significa estar abierto a la persuasión y por
tanto, estar dispuesto a recibir guía. Algunos ven en esta virtud algo aún más positivo, pues
describe al hombre que logra lo que desea por medio de la gentileza.
e. Está llena de misericordia y de buenos frutos, es decir, “llena de compasión y produce una
cosecha de buenas obras”. El hombre de Dios que tiene esta cualidad contrasta con “toda obra
de maldad” que es producto de una sabiduría carnal.
Las últimas dos características están en forma negativa:
f. No tiene incertidumbre. La palabra que se traduce como “incertidumbre” no aparece en
ninguna otra parte del Nuevo Testamento. Significa “sin ambigüedad”, “sincero”. En nuestra
relación con los demás debemos ser sinceros, sin un asomo de deshonestidad y sin esconder
los hechos.
g. No tiene hipocresía, es decir “no es pretenciosa, sino sincera”. La palabra para “hipocresía”
se usó originalmente para referirse a los actores que participaban en un drama. Luego se usó
para indicar las máscaras que utilizaban esos actores y finalmente, llegó a usarse para
mencionar cualquier tipo de pretensión.
Así como la verdadera sabiduría contrasta con la sabiduría falsa en cuanto a su origen y
naturaleza, así contrasta en los resultados. En lugar de “perturbación y toda obra perversa” (v. 16)
la verdadera sabiduría produce el fruto de “justicia” que “siembran en paz” los que trabajan por la
paz (vs. 18).
La “sabiduría de lo alto” es otro término para indicar la vida plena de Dios en el alma. Adam
Clarke la llama “la religión pura del Señor Jesús, comprada con Su sangre e infundida por Su
Espíritu”. Estas actitudes son el fruto del Espíritu de Dios y están plenamente evidentes en la vida
que está totalmente santificada. “Pura” (es decir, “no mezclada con el mal”) se menciona de
primero porque esta sabiduría viene de Dios que es santo. La persona que hace la paz demuestra
las actitudes de Cristo hacia los demás. Este tipo de vida lleva a una creciente justicia tanto en la
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persona como en los demás. En el verso final del capítulo 3, el autor promete una bendición para
los que sirven a Dios y a Su causa sin egoísmo ni rivalidad. El lenguaje es difícil y las
traducciones varían, pero una traducción que se suele aceptar por ser bastante clara y certera es la
siguiente: “Los pacificadores que siembran en paz, cosecharán justicia”. La justicia es el fruto de
la semilla que se siembra en paz. El espíritu de nuestro testimonio cristiano es casi tan importante
para el progreso del Reino como la verdad que proclamamos. Santiago hace eco de la enseñanza
del Señor sobre los pacificadores: “Bienaventurados los pacificadores, porque serán llamados
hijos de Dios” (Mateo 5:9).
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PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 3
1. ¿Cuáles son los mensajes de Pablo y Santiago, y en qué forma concuerdan?
2. ¿Cuál es el signo en taquigrafía que usa Santiago para todo lo que un cristiano hace por Cristo
y los demás?
3. ¿Cuál es la relación de doble vía entre la fe y la obediencia?
4. ¿Qué provoca duda y qué la elimina?
5. ¿Cuáles son los dos temas vitales que trata el capítulo 3?
6. ¿Qué nos ayuda a dominar la maledicencia?
7. ¿Por qué nos advierte Santiago que no debemos procurar con ansia el puesto de maestros?
8. ¿Cuáles son los cuatro ejemplos que se dan para mostrar cómo es la lengua?
9. ¿Qué revela la crítica negativa?
10. ¿Cuáles son las diferencias entre la sabiduría verdadera y la falsa sabiduría?
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NOTAS DE LA LECCIÓN 4
SANTIAGO 4:1-5:20
La nota con que Santiago abre el capítulo 4 contrasta agudamente con el cierre del capítulo 3.
Santiago ha venido hablando de la paz de la sabiduría celestial; pero ahora pasa a hablar de la
lucha del conflicto carnal. En la Biblia de Moffatt esta fuerte transición se expresa así: “Pero,
¿cómo puedo hablarles de paz a ustedes”, les dice Santiago a sus iglesias, “si son una turba
mundana y de camorra? ¡Doblen sus rodillas delante de Dios!” El trueno de su llamado al
arrepentimiento se extiende a lo largo de los versículos 1 al 10.
El capítulo 4 considera tres temas, todos relacionados con los peligros que enfrenta el cristiano en
la vida: (1) las fuentes de la derrota en la vida cristiana, (2) el pecado de juzgar y (3) el futuro
incierto.
Las fuentes de la derrota en la vida cristiana
1. Una vida centrada en el yo (vs. 1-3). Santiago menciona algunos de los desórdenes que había
en la Iglesia. Su acusación es que las guerras y las luchas entre ellos son la expresión externa
de “las pasiones que combaten en vuestros miembros”. Los conflictos externos revelan los
problemas internos.
El cuadro no es bonito. A pesar de su egoísmo sin conciencia, se sienten frustrados y
derrotados. Por tomar las riendas de las cosas, fallan en lograr lo que desean, porque no le
piden ayuda a Dios. Incluso cuando oran, sus oraciones no son respondidas porque sus
motivos están equivocados. Buscan los dones de Dios sólo para consumirlos en sus propios
deseos. La petición de “bendíceme, Señor” es básicamente inmoral a menos que junto con
ella, tanto de palabra como de intención, oremos: “y hazme una bendición”.
2. Compromiso con el espíritu del mundo. El motivo que busca el placer lleva a que la persona
se comprometa con el mundo. A este tipo de personas, Santiago las llama adúlteras,
“infieles”. Coquetear con el mundo es infidelidad espiritual. Deben saber que la amistad con
el mundo es enemistad con Dios. El “mundo” se usa aquí no con el sentido de la frase “De tal
manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito” (Juan 3:16). Su sentido es más bien
el de un mundo apartado de Dios—un mundo sin Dios, un mundo que no toma en cuenta a
Dios, un mundo que resiente los estándares de Dios, un mundo cuya intención es seguir su
propio camino y por tanto rechaza los caminos de Dios.
El espíritu del mundo es insidioso. Se filtra en la Iglesia sin que nadie lo note. En su libro La
conquista divina, (The Divine Conquest) Tozer hace un sondeo en la conciencia del cristiano
con una serie de preguntas: “¿Qué podemos decir cuando los cristianos compiten entre sí por
un lugar y una posición? ¿Qué podemos contestar cuando vemos que buscan
hambrientamente la alabanza y el honor?”
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¿Cómo podemos excusar esta pasión por el reconocimiento público que es tan evidente entre
los líderes cristianos? ¿Y qué hay de la ambición política en los círculos de la Iglesia? ¿Qué
de la mano febril que se extiende para pedir más y mayores “ofrendas de amor”? El Dr.
Tozer responde a estas preguntas con un comentario que provoca la reflexión: “Sólo hay una
respuesta a estas preguntas: en esas manifestaciones vemos el mundo y nada más que el
mundo. Ninguna profesión apasionada de amor por las ‘almas’ puede cambiar el mal en algo
bueno. Estos son los mismos pecados que crucificaron a Jesús.”
3. Las luchas de un corazón carnal. El versículo 5 es sin duda el más difícil de esta epístola. Se
presenta como si fuera un dicho de las Escrituras, aunque no hay un pasaje bíblico que sirva
de fuente. Es posible que Santiago haya resumido lo que entendía como todo el alcance de la
Escritura. La afirmación misma es incluso difícil de interpretar. No hay consenso entre los
traductores y comentaristas sobre lo que significa en realidad. Algunos creen que “el espíritu
que habita en nosotros” hace referencia al Espíritu Santo, el cual lucha dentro de nosotros
para mantenernos leales a Dios. Otros creen que este versículo significa que Dios anhela una
lealtad completa del espíritu humano que ha puesto en nosotros. El remedio para la condición
de la “mente carnal” que “es enemiga de Dios” es recibir una gracia mayor de Dios. Esta
gracia no la conoce el orgulloso ni el autosuficiente. Es dada en abundancia al humilde. Es la
“gracia santificadora”, la “gracia en la cual estamos firmes y nos gloriamos en la esperanza
de la gloria de Dios” (Romanos 5:2).
La forma de obtener una mayor gracia es “someternos a Dios”. La palabra “someter” es en su
esencia un término militar. Significa sujetarse, obedecer. Es casi un sinónimo para el término
paulino de “ceder” o “presentar”, palabras del Nuevo Testamento que contienen el
significado que ordinariamente le adjudicamos a “consagrar” y “consagración”.
4. Resistir al mal. La secuencia que aquí aparece es la correcta. Antes de poder resistir con éxito
al diablo debemos someternos a Dios. Muchos han resistido al diablo sin entregarse a Dios y
han descubierto que éste no huye. Nuestra victoria radica en ponernos “toda la armadura de
Dios”. Satanás cae derrotado sólo ante aquel que se ha entregado a Dios.
5. “Manos limpias y corazón puro.” En este versículo, Santiago hace un paralelo con el Salmo
24:4: los que pueden subir al monte del Señor y estar de pie en Su santo lugar son los que
tienen “manos limpias y corazón puro”. Las manos limpias representan una vida limpia de la
culpa de los pecados cometidos. Un corazón puro resuelve el problema del doble ánimo. La
pureza del corazón es desear sólo una cosa. Internamente, ¡todo está del lado de Dios!
6. La recompensa de la verdadera humildad. Santiago se dirige ahora a una audiencia más
amplia. El primer paso en la vida cristiana es la experiencia humilde del arrepentimiento. Las
primeras dos bienaventuranzas son: “Bienaventurados los pobres en espíritu porque de ellos
es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque recibirán consolación.”
Hay una falsa humildad que lleva a la actitud del “pobre de mí, débil gusano del polvo” o a la
del “perdónenme porque vivo”. Este tipo de actitudes con frecuencia lo que buscan es atraer
la atención y la simpatía de los demás, y esconde una actitud exactamente opuesta a lo que se
profesa. La humildad que proviene de Dios es un reconocimiento profundo de que
dependemos de Él. Toda nuestra autosuficiencia jactanciosa se deja de lado. Cuando nos
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humillamos delante del Señor, Él nos exalta.
El pecado de juzgar
Santiago regresa nuevamente al pecado de la maledicencia. La palabra que utiliza significa
literalmente “hablar contra” otros. En otras partes del Nuevo Testamento (versión Reina Valera)
se traduce también como “murmurar”. Su significado es hablar mal de otra persona cuando ésta
no está presente, es decir, “morder por detrás” cuando la persona no está allí para defenderse.
Hablar mal y juzgar es romper la ley que dice: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. El que
rompe la Ley se coloca por encima de ésta. En realidad lo que hace es juzgar y hablar contra esa
Ley. Juzgar a otros es colocarse en el lugar de Dios, el dador de la Ley y el único capaz de salvar
o destruir. ¿Quién es capaz de creer que puede sentarse en el trono de juicio de Dios?
El incierto futuro
La mayoría de las veces, es una bendición que Dios nos esconda el futuro. Estamos llamados a
vivir un día a la vez. Planear el futuro sin tener en cuenta el “si Dios quiere”, aún cuando no se
diga, es al igual que juzgar, adjudicarse la prerrogativa de Dios. La única predicción
absolutamente cierta que podemos hacer ¡es que la mayoría de nuestras predicciones estarán
equivocadas!
En el mejor de los casos, la vida humana es algo pasajero, como una nube mañanera que aparece
por un momento y desaparece rápidamente. No sabemos lo que el futuro nos depara. Sólo
conocemos a Aquel que tiene el futuro en sus manos. El verdadero camino cristiano no es
aterrorizarse o paralizarse al punto de la inacción por causa de la incertidumbre del futuro, sino
colocar el futuro y todos los planes en manos de Dios, recordando siempre que nuestros planes
quizás no estén dentro del propósito de Dios.
El versículo 17 no debe sacarse de contexto y generalizarse como un principio de que cada ideal
no realizado es pecado. Santiago simplemente está llamando la atención de que no es suficiente
conocer el camino correcto. Es necesario seguirlo. Una cosa es tener el plano, pero otra muy
distinta es construir el edificio. Una cosa es tener el mapa del camino, pero otra muy distinta es
realizar el viaje.
Santiago presenta la verdad sobre la vida cristiana y sus obligaciones. Sus lectores saben lo que
es correcto. Ahora deben hacerlo. Hay muchos cuyos pecados son pecados de comisión. Hacen lo
que a otros han prohibido hacer. Hay muchos más cuyos pecados son pecados de omisión. No
hacen lo que a otros han mandado a hacer. Ambas clases de pecado son muerte para el alma y
caen bajo la condenación de Dios.
CAPÍTULO 5
El capítulo 5 inicia con una sección donde habla del juicio de Dios sobre los ricos, luego de lo
que previamente ha comentado sobre hacer negocios y obtener ganancias sin incluir a Dios en los
planes. Sin embargo, hay un marcado cambio en la atmósfera de la epístola. En otra parte la
epístola se dirige a los “hermanos” cristianos, mientras que aquí obviamente se dirige a los que
no tienen a Dios.
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En el capítulo 5 aparecen cinco temas. Luego de advertir nuevamente sobre los ricos que no
conocen a Dios, el autor escribe sobre la necesidad de tener paciencia, el valor de la oración y la
recuperación de los que se han extraviado.
Otra advertencia sobre los ricos
En este último capítulo aparece el ataque más fuerte de Santiago contra los pecados de los ricos.
Con toda justicia podemos preguntarnos si Santiago esperaba que muchos ricos leyeran estas
palabras. Es más probable que su fin fuera advertirles a los cristianos humildes y pobres que era
una completa necedad confiar en las riquezas y que la riqueza representaba un gran peligro para
el carácter de quienes la poseyeran.
La riqueza es flor de un día. El carácter temporal de los tesoros terrenales es el tema de los
versículos 1 al 3. En la tierra, dijo Jesús “el moho y la polilla destruyen, y los ladrones entran y
hurtan”. Un tesoro sujeto a estas condiciones es algo poco digno de confianza.
Aún más peligroso es lo que el dinero provoca en quienes se obsesionan por él (vs. 4-6). Mamón
es un dios que incita a sus seguidores a conseguir riquezas por cualquier medio posible. Los ricos
dejan de pagarles el salario a los que trabajan para ellos. Se permiten placeres y deleites.
Persiguen a los justos que no los pueden enfrentar. La corrosión de las ganancias mal habidas
roerá como fuego la carne de quienes las posean.
Es necesario ver cuál es el principio que opera aquí. Lo que cuenta no es lo que poseamos, sino lo
que nos posea a nosotros. Incluso los que tienen moderados montos de bienes de este mundo se
ven constantemente tentados a gastar lo que no tienen para adquirir cosas que no necesitan, a fin
de impresionar a personas con las que no simpatizan.
Paciencia
En la versión Reina Valera, la palabra “paciencia” se usa cinco veces en Santiago 5:7-12. El
término griego que se traduce como “paciencia” significa literalmente “de gran temple”—lo
opuesto a la expresión común “de poco temple”. Usualmente se traduce como “paciencia”. Es
una especie de límite que nos ponemos a nosotros mismos cuando nos provocan. Es una cualidad
que nos impide rendirnos a las circunstancias o caer en la prueba. Es lo opuesto a la desesperanza
y usualmente se asocia con la esperanza.
• La paciencia espera la cosecha. La fe y la esperanza se unen para justificar la paciencia con
la que el agricultor espera que la semilla germine, crezca y madure. La preocupación y la
inquietud no apresuran la cosecha ni siquiera un día. Cada obrero del Reino debe aprender
que no es sólo el trabajo lo que cansa, sino la preocupación.
• La venida del Señor se acerca (vs. 8-9). El retorno de Cristo se menciona tres veces en los
versículos 7 al 9. Los primeros cristianos recordaban que Jesús les había prometido que
volvería nuevamente y los llevaría con Él. Vivían preparándose y esperando constantemente
Su venida. Los que vivimos más de 1900 años más cerca del evento también debemos
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prepararnos, porque no sabemos cuándo es el día o la hora en que el Hijo del Hombre vendrá.
“No os quejéis” (v. 9) significa “no murmurar”. Hacerlo es correr el riesgo de ser juzgados y
el Juez está a la puerta.
• Nuestro ejemplo (vs. 10-11). Se nos anima a que sigamos el ejemplo de los profetas. Ellos
son dichosos porque no se rindieron cuando vivieron problemas. La fiel paciencia de Job y el
resultado de su prueba demuestra que nuestro Dios es compasivo y misericordioso.
• Nuestras palabras son tan fuerte como ataduras. La palabra del cristiano debe ser tan sólida
como una atadura. Este versículo es una referencia directa a Mateo 5:34-37 en el Sermón del
Monte. El mandato aquí no refiere a juramentos legales, sino simplemente a que debemos
tener la reputación de ser veraces, de manera que cuando digamos “sí” se acepte como un
“sí” sin necesidad de recurrir a un juramento.
Oración y sanidad
Santiago da consejos para las condiciones contrastantes de la vida. Los que estén en problemas
deben orar. Los que están contentos deben cantar salmos—literalmente, “canciones de alabanza”.
1. La enfermedad permite que la comunidad cristiana muestre una atención especial. Los
enfermos deben llamar a los ancianos de la iglesia, que no necesariamente deben ser los
ministros. Los laicos mayores también eran llamados “ancianos” en el Nuevo Testamento.
Eran personas de fe y experiencia que oraban por los enfermos. Ungir con aceite se ha
entendido no sólo como un rito religioso, sino como la aplicación de remedios médicos
apropiados. Por ejemplo, Lucas 10:34 habla del uso medicinal del aceite y del vino para tratar
las heridas. Es interesante notar el uso de la palabra “salvar” en relación con la sanidad. El
Nuevo Testamento suele usar “salvar” como sinónimo de “sanar” o “hacer que algo sea
completado”. La salvación y la sanidad se relacionan estrechamente. La salvación libera de
los pecados que destruyen el cuerpo y la mente. Para muchos es también es el camino hacia
la sanidad física. Los doctores saben que dos tercios de nuestros síntomas físicos y
emocionales son causados por emociones carnales tales como los celos, la envidia, el
egocentrismo, el resentimiento, el enojo y la culpa. En su libro La práctica de la psiquiatría,
(The Practice of Psychiatry) el Dr. William Sadler dice: “Si se aceptaran sinceramente los
principios y enseñanzas de Cristo que llevan a una vida de paz y gozo mental, una vida de
pensamientos no egoístas y una vida limpia, se eliminaría al instante más de la mitad de las
dificultades, enfermedades y dolores de la raza humana.”
Cuando la enfermedad nos golpea, lo cual es cierto hasta para el más sincero de los hijos de
Dios, muchos experimentan una sanidad divina. Otros reciben la gracia necesaria para vivir
adecuadamente a pesar de las limitaciones físicas. Afirmar que todos pueden ser sanados si
tienen suficiente fe, no es bíblico. Por otro lado, también es cierto que muchos cristianos
sufren innecesariamente porque no siguen las directrices de la Biblia en cuanto a la oración
de sanidad.
Tampoco es bíblico afirmar todas las enfermedades se deben al pecado. Si el pecado ha sido
la causa, el pecado será perdonado. Pero la frase inicia con un “si” condicional, lo cual deja
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bien en claro que las condiciones individuales de la enfermedad pueden provenir de otras
fuentes aparte del pecado personal.
2. Se insta a que los cristianos confiesen sus pecados los unos a los otros y que oren unos por
otros para “ser sanados”. Esto no debe llevar a hacer confesiones públicas
indiscriminadamente en la iglesia. Los pecados secretos deben confesarse específicamente a
Dios solamente. Los pecados contra las personas deben ser confesados a esas personas,
siempre que sea posible. Los pecados públicos deben confesarse en público. La confesión no
debe usarse nunca como ocasión para lastimar. Si surge una duda, la persona debe buscar el
consejo de pastores llenos de Dios o de cristianos más ancianos y más maduros.
3. Se afirma e ilustra el poder de la oración. La oración sincera de un hombre bueno le abre la
puerta a un tremendo poder. La oración de Elías pidiendo primero sequía y luego lluvia es un
ejemplo clásico. Elías fue un hombre frágil como nosotros. No hubo en él había nada único o
diferente que permita explicar los resultados que logró al orar. Por tanto, los hombres de fe
del día de hoy también tienen a su alcance un poder parecido.
Esta es la clase de oración que modifica condiciones y circunstancias. Se fundamenta en una
vida de devoción. Se ha dicho que los únicos que saben cómo orar sobre la marcha son los
que han conocido a Dios en la quietud de estar sentados a Su lado. Le pedimos ayuda a
nuestro amigo cuando éste pasa frente a nuestra casa. Pero él no viene porque sea nuestro
amigo, sino porque lo llamamos. La amistad está allí, así que lo podemos llamar y hacerlo
nuestro confidente. En igual forma, podemos orar sobre la marcha, pero sólo si ya conocemos
a Dios gracias a una comunión personal con Él.
Recuperar a los que se han extraviado
Santiago termina la epístola bastante abruptamente con una nota positiva. Desde el inicio ha
condenado la laxitud en la fe y la práctica de la comunidad cristiana. Santiago es enemigo de
todas las tendencias y actitudes que no reflejan a Cristo.
Pero la intención de todo esto no es condenar, sino recuperar. Estas últimas palabras piden que
haya un interés supremo por los que se han extraviado. La “verdad” es uno de los términos que
usa Santiago para referirse al “evangelio” (1:18, 3:14). Es una expresión que también usan Juan
(1:17; 5:23; 8:32) y Pablo (Romanos 1:18,25). Santiago no se hace ilusiones de que si un
cristiano recae en el pecado pueda aún así ser salvado de la muerte. Estos creyentes que yerran
deben convertirse, es decir, literalmente deben “volverse del error de su camino.”
El resultado de recuperar al que se ha extraviado es “salvar de la muerte un alma y cubrir
multitud de pecados”. La multitud de pecados no refiere sólo a los pecados, ya cometidos, del que
se ha extraviado, sino también a los pecados que ocurrirán por la influencia que éste ha tenido en
otros.
Santiago es uno de los tres libros del Nuevo Testamento que no terminan con un “amén” (los
otros dos son Hechos y 3ª de Juan). Esto se debe al cierre abrupto de la carta. Esto se ha
explicado diciendo que los problemas con los que Santiago trata en su carta jamás lograrán
resolverse. ¡Estarán con nosotros hasta que Jesús regrese!
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PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 4
1. De acuerdo con Santiago, ¿cuál es la causa de las guerras y luchas en la iglesia?
2. ¿Cuál es el camino para obtener una mayor gracia?
3. ¿Qué nos lleva a comprometernos con el mundo?
4. ¿Qué es lo que hacemos cuando juzgamos a otros?
5. ¿Esperaba Santiago que muchos ricos leyeran sus palabras? Si no lo esperaba,¿cuál fue su
propósito al escribirlas?
6. ¿Cuál es la traducción griega para la palabra “paciencia”?
7. ¿Qué significa “no os quejéis”?
8. ¿Sobre qué se fundamenta la oración que puede modificar condiciones y circunstancias?
9. ¿Qué es lo que Santiago condena a lo largo de toda su epístola?
10. ¿Cuáles son dos posibles razones por las que Santiago no concluye su carta con un “amén”,
como hacen otros escritores del Nuevo Testamento?
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NOTAS DE LA LECCIÓN 5
ESBOZO TEMÁTICO DE 1ª DE PEDRO
1. Introducción a 1ª de Pedro
2. La santidad es el propósito (1:2-12)
a. La participación de la Divina Trinidad (1:2)
b. Una esperanza sólida y viva (1:3)
c. Una herencia gloriosa (1:4-5)
d. Paciencia en las pruebas (1:6-9)
e. Un reto para hombres y ángeles (1:10-12)
3. La santidad es un mandato (1:13-14)
a. Un mandato que exige atención (1:13-14)
b. Un mandato exigido por los más altos motivos (1:16)
4. La santidad provista (1:17-21)
a. Un estándar para el juicio (1:17-18)
b. Un costo infinito (1:18-19)
c. Un plan eterno (1:20)
d. La apropiación por la fe (1:21)
5. La santidad en la experiencia (1:22-25)
a. La pureza al obedecer la verdad (1:22)
b. La pureza por la operación del Espíritu (1:23-25)
6. La santidad ejemplificada (2:1-3:17)
a. Todas las cosas puestas a un lado (2:1)
b. El deseo por la Palabra de Dios (2:3)
i. El secreto del crecimiento—deseo espiritual
ii. La fuente del crecimiento—la Palabra de Dios
c. Ofrecer sacrificios espirituales (2:4-5)
d. El carácter transformado (2:6-10)
e. La abstinencia del deseo carnal (2:11-12)
f. La sumisión a la autoridad civil (2:13-16)
g. El cumplimiento de obligaciones morales (2:17)
h. La paciencia durante el sufrimiento inmerecido (2:18-
20)
i. La imitación de Cristo (2:21-25)
j. Lo correcto en la relación matrimonial (3:1-7)
k. La liberación de toda obligación social (3:8-14)
l. Un testimonio constante (3:15-17)
7. La santidad triunfa en el sufrimiento (3:18-22)
a. El sufrimiento no frustra el propósito de Dios (3:18)
b. Paréntesis: El descenso de Cristo al Hades (3:19-20)
c. Del sufrimiento a la gloria (3:21-22)
8. Una santidad superior (4:1-19)
Epístolas Generales 43
a. Dedicación a la voluntad de Dios (4:1-2)
b. Cómo vencer el malentendido (4:3-6)
c. Ser sobrios y velar (4:7)
d. Compartir el sufrimiento de Cristo (4:12-16)
e. El estándar y propósito de Dios en el juicio (4:14-19)
9. La santidad en acción (5:1-14)
a. Los ancianos y su encargo (5:1-5)
b. De relaciones personales a comunión completa (5:6-7)
c. Resistencia constante al adversario (5:8-14)
10. La santidad y la gloria eterna (5:10-14)
Introducción
La primera epístola de Pedro ha sido llamada “la epístola de la esperanza”, “la epístola del valor”
y “la epístola de la esperanza y la gloria”. También puede ser llamada “la epístola de la vida
santa” pues enfatiza que la santidad es más importante que ser librado del sufrimiento. Sus
lecciones más dominantes son las siguientes: (a) los verdaderos hijos de Dios están expuestos a
sufrimientos inmerecidos, pero a pesar de esas persecuciones, por la gracia y poder de Dios son
fieles; (b) los verdaderos hijos de Dios se deben comportar santamente sin importar la situación
que enfrenten. Pedro nos recuerda que el camino cristiano es el de la santidad, tal como la
ejemplificó Cristo durante Su peregrinaje por la tierra.
Autor
La epístola dice que fue escrita por el apóstol Pedro y esto lo aceptó universalmente la Iglesia
Primitiva. Tal como es el caso con las otras Epístolas Generales, la autoría de 1ª y 2ª de Pedro ha
sido motivo de debate. Las introducciones de los comentarios comunes mencionan los
argumentos a favor y en contra. Aquí debe bastarnos que ninguna de las objeciones pareciera ser
exacta. Hay buenas razones para defender la perspectiva tradicional de que estas cartas son obra
de Simón Pedro, hijo de Jonás, uno de los Doce. Los que dudan que Pedro escribiera estas cartas
afirman que no es posible que un pescador galileo tuviera tan buen estilo y un vocabulario
literario tan extenso. Sin embargo, el escriba de Pedro, Silvano (5:12) pudo ser el responsable del
estilo y el vocabulario. Probablemente utilizó sus destrezas editoriales para transmitir el mensaje,
la personalidad y la autoridad apostólica del apóstol Pedro. La epístola contiene referencias de
eventos de la vida de Jesús y de Sus palabras. Los estudiosos han señalado también que hay
similitudes entre 1ª de Pedro y los sermones de Pedro en Hechos. 1ª de Pedro tiene semejanzas
también con el Evangelio de Marcos, el cual quizás se basó en la predicación de Pedro en Roma.
Es natural identificar que Silvano, el escriba de Pedro, es el Silvano de las cartas de Pablo. El
“Silvano” en latín y el “Silas” en griego provienen del mismo nombre arameo. Probablemente es
el Silas que acompañó a Pablo y que se menciona en Hechos 15 a 18.
Receptores
Esta carta iba dirigida evidentemente a todo el cuerpo de cristianos que habitaban la región de
Asia Menor, al norte de la cordillera del Tauro. Eran personas que probablemente se habían
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convertido con Pablo, de las cuales algunas eran judías y otras gentiles. Algunos creen que eran
mayormente judíos, pero otros opinan que había más gentiles que judíos. Los gentiles que se
convertían al cristianismo adquirían siempre alguna familiaridad con las enseñanzas del Antiguo
Testamento y algún conocimiento de sus personajes. Incluso se puede aceptar como cierto que la
carta fue dirigida a todos los cristianos que en las regiones nombradas. También se puede aceptar
como cierto que las iglesias cristianas de esos distritos estaban compuestas de gentiles y judíos.
Algunas autoridades declaran que 1ª de Pedro fue dirigida a las mismas personas a quienes
Santiago escribió, puesto que habían sido dispersadas y estaban rodeadas de crueles pruebas y
terribles tentaciones. Esta epístola quizás se escribió antes de las persecuciones dirigidas
oficialmente por el estado, pero durante un tiempo en que los cristianos enfrentaron un
ostracismo social azuzado por judíos fanáticos y paganos hostiles. Parece que estos creyentes
sufrían por (1) ser judíos, (2) ser cristianos y (3) ser considerados apóstatas por los otros judíos.
Fecha y lugar en que se escribió
En cuanto al tiempo y lugar en que se escribió esta epístola hay muchísimas opiniones
divergentes. Sin embargo, se ha concluido que la fecha probablemente fue entre el año 64 y 66
después de Cristo, y que fue escrita en Roma.
El objetivo de la epístola
En un tono muy sincero, Pedro urge a los cristianos dispersados a que sean fuertes, pacientes,
llenos de esperanza y santos frente al maltrato hostil de sus enemigos. El objetivo fue mostrarles
cómo vivir su redención en medio de un mundo hostil, lo cual implicaba cumplir con todas las
obligaciones personales, civiles y religiosas. Sólo así podrían disfrutar de la aprobación de Dios y
refutar las acusaciones falsas y calumniadoras que sus enemigos les imputaban por no participar
en las prácticas idólatras comunes de aquellos entre quienes vivían.
Seguir los principios de Cristo provoca inevitablemente que los cristianos sean perseguidos en
cierto grado, y que en ocasiones la persecución se torne muy severa. Pedro, sabiendo cuán feroz y
terrible sería la persecución, les insiste a que ante la luz de la gloria asegurada más allá del
sufrimiento, mantengan su fe cristiana a pesar de recibir inmerecidamente reproches, persecución
e incluso la muerte. Los cristianos pueden triunfar en medio de los problemas.
Pedro sabía esto de primera fuente. Deseaba que sus amigos cristianos en Asia Menor también lo
supieran y lo demostraran. La fidelidad a los principios de Cristo en medio de sus feroces pruebas
los afirmaría en santidad y los ayudaría a apreciar su herencia futura, que es radiante por la gloria
visible de Cristo. Pedro no pretendió negar la persecución, sino recordarles que la persecución
que se soportaba pacientemente producía bendición y gloria.
Teología
La teología de 1ª de Pedro es muy sencilla y tiene una marcada semejanza con los sermones
registrados en Hechos y con la teología de los primeros días de la Iglesia Primitiva. La cristología
de la epístola es clara. Enfatiza el motivo del “siervo” que se presenta en Isaías 53, pero a la vez
enfatiza la exaltación de Cristo. La esperanza escatológica queda en claro, donde el horizonte de
gloria otea sobre los santos sufrientes a lo largo de su peregrinaje. Hay algunos “misterios
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profundos” en esta epístola, pero no obscurecen la admirable belleza de sus enseñanzas cristianas
que prueban que el evangelio recibido es la gracia verdadera de Dios por la cual podemos
mantenernos fieles.
Saludos (1ª de Pedro 1:1-2)
Para iniciar su epístola, Pedro utiliza el formato de una carta familiar. Primero vienen el nombre
y título del escritor, que equivalen al encabezado impreso que se emplea hoy día. Pedro se
identifica simplemente como un apóstol de Jesucristo, título que el apóstol Pablo también usaba
normalmente. El término “apóstol” viene de dos palabras griegas que significan “de” y “enviar”.
Significa “embajador”, “mensajero” o “enviado”, es decir, uno que representa oficialmente al
remitente. El término se emplea de dos formas en el Nuevo Testamento. Identifica a uno de los
Doce originales escogidos por Jesús, grupo en el cual Pablo siempre se incluía. Un criterio para
poder ser de los Doce era haber visto al Señor resucitado y Pablo ciertamente lo había visto. El
término “apóstol” aplica también a los mensajeros oficiales o voceros de la Iglesia. En este
segundo sentido, Bernabé, Andrónico y Junias, Silas y Timoteo y otros también eran llamados
“apóstoles”.
Así como hacen nuestras cartas hoy día, las cartas de antaño solían luego indicar la persona o
personas a quienes iban dirigidas. En este caso, se trata de los expatriados de la dispersión. Esta
frase significa literalmente “peregrinos” de la dispersión o diáspora, término que se usaba para
describir a los judíos que no estaban en Palestina. Las referencias en la carta misma muestran que
Pedro no usó esta palabra en un sentido limitado. La usó para describir a toda la comunidad
cristiana que habitaba en las áreas que menciona.
Estos expatriados habían sido elegidos de acuerdo con el conocimiento previo de Dios el Padre.
El concepto de elección en la Escritura ha sido muy mal interpretado. Se ha empleado para
enseñar una predestinación total. Pero la elección bíblica va ligada a conocer de antemano a Dios
(Romanos 8:29). La predestinación, correctamente entendida, es la provisión de gracia que hace
Dios para salvar a aquellos que creen en Cristo. Los elegidos son los que reciben esa provisión.
La Biblia enseña que sin duda hay elección, pero no la clase de predestinación que defiende el
hípercalvinismo o el calvinismo modificado. Hay tres clases de elección en las Escrituras: (1) la
elección de una persona para realizar un servicio particular o especial (Cf. Deuteronomio 21:5; 1ª
de Samuel 2:27-28; Jeremías 1:5; Lucas 6:13; Hechos 9:15); (2) la elección de una nación o
grupo de personas para recibir privilegios religiosos (Cf. Deuteronomio 4:37, 7:6, 10:15; Isaías
41:8-9); y (3) la elección de una persona para ser hijo de Dios y heredero de la gloria eterna (Cf.
2ª de Tesalonicenses 2:13-14). Esta última clase no implica “que los demás no tengan acceso a
bendiciones preciosas similares, ni implica tampoco que su propia salvación final esté
irrevocablemente segura, ya que todavía están a prueba y si caen en incredulidad… su elección
será nula y terminará en nada” (Field, citado en el Comentario Bíblico Beacon, pág. 264).
La elección ocurre por la “santificación del Espíritu”. La santificación es un término teológico
complejo que representa la interiorización de la salvación—la renovación de la naturaleza moral
del hombre a imagen de Dios. Es la obra del Espíritu Santo que es posible gracias a que Cristo se
dio a sí mismo en la cruz siguiendo la voluntad del Padre. La santificación inicia en el nuevo
nacimiento o regeneración, que es una “santificación inicial”. Se completa en una crisis
subsiguiente de fe (1ª de Tesalonicenses 5:23-24).
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Los resultados de la santificación del Espíritu son la obediencia y el rociamiento de la sangre de
Jesucristo. Es la misma combinación de ideas que se expresa en 1ª de Juan 1:7: “Si andamos en
luz, la sangre de Jesucristo el Hijo nos limpia de todo pecado”. El rociamiento de la sangre hace
referencia al rito de la purificación de leprosos que se hacía en el Antiguo Testamento. Se
remojaba un hisopo en la sangre de un animal sacrificado y se rociaba sobre la persona para que
fuera limpiada. Significa limpieza, purificación, liberación de la contaminación.
La santificación del Espíritu inicia y se completa en tiempos de crisis en la vida de un creyente.
Pero encamina al creyente hacia una relación continua con Dios. La obediencia (andar en luz) es
el requisito para una limpieza continua de todo pecado, que es la obra plena de la santificación.
Pero ninguna crisis—sin importar cuán bella sea—puede substituir al aprender a caminar con el
Señor día a día, viviendo por la fe, la oración, el estudio de la Biblia y el testimonio y servicio en
el Reino. Las “acciones de gracia” deben venir después de las “obras de gracia” para hacerlas
efectivas.
La gracia y la paz son expresiones típicas de saludo en las cartas del Nuevo Testamento. “Gracia”
es una bella palabra que indica el ayuda y favor inmerecido de Dios. “Paz” es el equivalente
griego para el “shalom” hebreo, una palabra de saludo y bendición. No sólo significa armonía y
serenidad, sino también plenitud y salud. La gracia y la paz no se sólo se suman, sino que se
multiplican y se hacen abundar.
EL PODER SALVADOR DE DIOS
(1ª DE PEDRO 1:3-12)
En los primeros párrafos de esta carta aparece uno de los grandes resúmenes del evangelio en el
Nuevo Testamento. Se centra en tres temas: la base de nuestra fe, la prueba de nuestra fe y el
cumplimiento de la fe.
La base de nuestra fe
Este párrafo, que incluye los versículos 3 a 5, está escrito en forma de doxología—una
dedicatoria de alabanza a Dios. Como se dirige a Dios, su fin es alabarlo, reconocer Su bondad y
desear Su gloria. La frase “Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo” es una breve y bella
descripción del Dios verdadero y vivo de la Biblia. En el Antiguo Testamento Dios era conocido
como el Señor que había liberado a Su pueblo de la esclavitud de Egipto. En el Nuevo
Testamento se le conoce más como el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por medio de Cristo
podemos ir a Dios. En Cristo, sabemos cómo es Dios.
Es la misericordia de Dios que se expresa en la muerte y resurrección de Jesucristo de entre los
muertos, la que nos ha hecho renacer a una esperanza viva. “Renacer” significa literalmente
“regenerar”. Significa “nacer de nuevo”. Es la dación de una vida nueva y espiritual. Inicia la
“nueva creación” y es el primer paso de la salvación personal.
Al igual que otros escritores del Nuevo Testamento, Pedro enfatiza con fuerza la resurrección de
Cristo. En el Nuevo Testamento, el Cristo crucificado que se había levantado de entre los muertos
por el poder de Dios no era un tema reservado solamente para la Pascua. Era un elemento de cada
Epístolas Generales 47
sermón. Para los primeros cristianos la cruz no era un crucifijo con la forma de un Salvador
moribundo pegado a él. La cruz no era una cruz vacía. Tenían muy cerca la tumba vacía. Todo lo
que la cruz significaba estaba garantizado por el Redentor Resucitado, el Cristo contemporáneo,
el Señor Viviente de Su Iglesia.
Nacemos de nuevo a una esperanza viva. Esta esperanza es la expectativa confiada de que
tenemos una herencia incorruptible, incontaminada e inmarchitable—una herencia perfecta más
allá del cambio y el deterioro. El cuadro es el de un tesoro que se coloca en un lugar seguro fuera
del alcance de los ladrones.
Hay una salvación que es un hecho logrado en la vida de los que reciben al Salvador. Hemos sido
salvados por gracia por medio de la fe (Efesios 2:8). Hay una salvación que es un proceso
continuo. Estamos siendo salvados. Pero hay una salvación que aún no ha venido. Está “más
cerca que cuando creímos” (Romanos 13:11). Cuando Jesús vuelva, en esa segunda vez vendrá
sin pecado (y sin ofrenda por el pecado) para salvar. La salvación es tridimensional: es gratuita
en justificación, plena en santificación y final en glorificación, en la resurrección de entre los
muertos.
La prueba de nuestra fe
La fe que salva y guarda también es puesta a prueba. El Nuevo Testamento menciona con
frecuencia que la fe debe ser probada. Una fe no probada es una fe insegura. Sólo en los tiempos
de prueba halla la fe una base segura en la gracia inagotable de Dios. 1ª de Pedro 1:6-9 nos dice
que los cristianos tienen derecho de regocijarse en el poder de Dios que los guarda, y en la
esperanza que les está reservada en los cielos. Sin embargo, muchas veces se sienten afligidos por
las muchas pruebas (v. 6), lo cual literalmente significa “estar llenos de pena y dolor”. Es la
reacción natural de todo corazón creyente frente a las pruebas y tribulaciones que le sobrevienen
tanto de parte de otros como de parte de las circunstancias de la vida.
Hay tres consideraciones que hacen soportable el dolor:
Primero, el dolor es sólo “por un poco de tiempo”, por un ratito.
Segundo, la actitud negativa y los sentimientos depresivos son males necesarios que no
entendemos plenamente. A veces necesitamos aprender a no depender demasiado de los gozos
naturales de la vida. Parece que hay algún ritmo profundo en nuestra configuración emocional.
No podemos disfrutar dos experiencias en las alturas sin que medie un valle entre ellas. A las
alturas de la bendición les siguen las estaciones del abatimiento.
Tercero, la fe que “se prueba por fuego” lleva a una fe confirmada o probada que hallará
alabanza, honor y gloria cuando Jesucristo regrese. Otra nota que se repite a lo largo del Nuevo
Testamento es la segunda venida de Cristo. En tiempos de terribles pruebas, el valor y la fe de la
comunidad cristiana se impulsan por la esperanza del regreso del Señor. “Consolarse unos a
otros” hablando de la Segunda Venida significaba literalmente “fortalecerse y poner todo el
corazón” los unos en los otros.
El poder que sustenta la vida cristiana es el amor por el Salvador invisible. Aunque nuestros ojos
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nunca lo han visto, “lo amamos, porque él nos amó primero”. En este amor nos gozamos con
gozo inefable y glorioso, es decir, con un “placer glorioso e inexpresable”.
A primera vista, el “abatimiento” de las muchas tentaciones y el “gozo inefable y glorioso”
parecen ser dos cualidades contradictorias. Sin embargo son compatibles. El hijo de Dios, aunque
esté en momentos de gran tormenta, se sostiene porque siente profundamente que está a derecho
con Dios y ese sentimiento le produce bienestar interno.
El resultado de la salvación del alma (v. 9) es el objetivo de nuestra fe. Significa no sólo “fin” en
el sentido de terminación, sino “fin” en el sentido de meta, objetivo o potencial interno. El
destino del creyente no es un hoyo en la tierra y una eternidad sin esperanza. Es participación en
la victoria y la gloria del Cristo que volverá.
El cumplimiento de la fe
En 1ª de Pedro 1:10-12, Pedro menciona una de las cosas más consistentes en el Nuevo
Testamento. La salvación que Cristo trajo es el cumplimiento de la esperanza de las edades, tal
como la expresaron los profetas del Viejo Pacto. El Espíritu que inspiró a los profetas es el
Espíritu de Cristo (v. 11). Él dio a conocer los sufrimientos de Cristo en el ritual de sacrificios del
Antiguo Testamento. Pero el Antiguo Testamento no sólo reveló la cruz del Mesías, sino también
Su gloria.
Esta esperanza de las edades halla su cumplimiento en el evangelio predicado por medio del
Espíritu Santo derramado desde los cielos (v. 12). La “edad del Espíritu” había sido predicha en
el Antiguo Testamento. Esa edad había llegado ahora. Incluso los ángeles anhelaban entender los
misterios revelados al pueblo de Dios en el Nuevo Pacto.
Nadie podría negar la verdadera piedad que mostraron patriarcas, salmistas y profetas antes de
Cristo. Pero sus privilegios fueron menores que los nuestros. Vivieron en el tiempo de la
predicción. Nosotros nos gozamos que la predicción se cumplió. El resultado de esto es que el
pueblo de Dios está unido a lo largo de las edades. Dios “ha reservado algo mejor para nosotros,
para que no sean ellos perfeccionados aparte de nosotros”. El cumplimiento hace perfecta la
predicción. Los santos del Antiguo Testamento son hechos perfectos en la realidad que Dios ha
provisto por medio de Cristo.
Los versículos 10 a 12 captan en forma eficaz el llamado del apóstol a ser constantes y a tener
paciencia gozosa durante las pruebas. La salvación era algo que había valido la pena esperar, ser
testigos de ella había sido la realización de la enseñanza de los profetas y había despertado un
interés intenso tanto en profetas como en ángeles. Los cristianos podrán ser perseguidos y
despreciados, pero eran “los herederos de todos los tiempos”, por quienes hombres inspirados
habían pasado trabajos en siglos anteriores y en sus propios días. Habían sufrido por un tiempo,
sin saber cuánto durarían sus pruebas o cuánto habrían de esperar antes de ser librados por la
nueva revelación de Cristo. Los cristianos entonces también podían soportar pacientemente la
incertidumbre de los tiempos y estaciones, viendo que compartían esta ignorancia con ángeles
que sabían incluso menos del evangelio que los lectores de esta epístola.
Pero de esto estaban seguros: que sus presentes sufrimientos darían paso a glorias futuras si con
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paciencia seguían teniendo fe en Jesucristo, su Salvador y Ejemplo.
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PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 5
1. ¿Por qué se le llama a 1ª de Pedro “la epístola de la vida santa”?
2. ¿Cuáles son las lecciones más dominantes en 1ª de Pedro?
3. ¿Quién creemos era el escriba de Pedro y qué hizo para ayudar al apóstol?
4. ¿Por qué parece que los creyentes a los que Pedro les escribió estaban sufriendo?
5. ¿Dónde se cree que se escribió 1ª de Pedro?
6. ¿Cuál fue el objetivo de la epístola?
7. ¿Cuáles son los dos significados de la palabra “apóstol” que se emplean en el Nuevo
Testamento?
8. ¿Cuál es el requisito para ser limpiados continuamente de todo pecado, lo cual es la labor
plena de la santificación?
9. ¿Cuáles son los tres temas que se presentan en los párrafos iniciales de esta carta, los cuales
resumen el evangelio?
10. ¿Cuáles son las tres consideraciones que hacen soportable el dolor?
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NOTAS DE LA LECCIÓN 6
EL LLAMADO A LA SANTIDAD
(1ª DE PEDRO 1:13-2:10)
La segunda gran división de la primera carta de Pedro (1:13 -2:10) es un llamado fervoroso a ser
santos de corazón y en la vida. Viene precedido de un “por tanto” (1:13). La fe implica
obligación. El indicativo de Dios es nuestro imperativo. El amor por Él nos impele a obedecerlo
(Juan 14:15).
La motivación suprema (1ª de Pedro 1:13-16)
El versículo 13 es el preámbulo para lo que sigue. En vista de lo que Cristo ha hecho por
nosotros, debemos “ceñir los lomos del entendimiento”. La idea es la de una persona que se ciñe
el abrigo o la bata con un cinturón, para dejar libres las extremidades ya sea para trabajar o
correr. Sería mejor decir: “Arremángense las mangas” o “quítense el abrigo”.
La Biblia siempre deja en claro que “la salvación es del Señor”. Sin embargo también tenemos
parte en ella. Nuestra responsabilidad es “responder a Su capacidad”. Porque Dios así lo ha
querido, es necesario responder para que la capacidad divina sea haga efectiva.
Debemos ser sobrios en el sentido de tener juicio sólido, firme y balanceado. El Espíritu Santo es
el Espíritu “de poder, de amor y de dominio propio” (2ª de Timoteo 1:7). Esto se opone
totalmente a la inestabilidad que hace que se deje el sólido núcleo de la fe cristiana para caer en
los cultos y corrientes del momento.
No debemos poner nuestra esperanza en la gracia final que nos llegará cuando Jesús regrese. Al
igual que la salvación, la gracia es una palabra tridimensional. Hemos sido salvados por gracia
(Efesios 2:8), hemos sido santificados por gracia (Tito 2:11-14) y también seremos glorificados
por gracia.
Cuenta una historia que un anciano ministro estaba cerca del fin de su vida. Una persona que lo
visitó un día le dijo: “Supongo que usted yace allí pensando en todos los sermones que ha
predicado y en todo el bien que ha hecho durante su vida.” “O no”, le replicó el hombre de Dios,
“hace mucho hice un paquete con mis sermones y buenas obras y lo lancé por la borda. Ahora
voy a ir a nadar en la gloria tirándome por el trampolín de la gratuita gracia.” Y así lo haremos
todos.
Pedro nos da el abecé de la santidad cristiana:
a. Debemos responderle a Dios “como hijos obedientes” (v. 14). No podemos devolvernos a la
antigua vida. William Barclay da una traducción ampliada de estas palabras: “No deben
permitir que sus vidas sean moldeadas por la influencia de las pasiones que solían dominarlos
en los días de su ignorancia.” Dios llama a Sus hijos obedientes a santidad.
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b. “Sed santos” (v. 15). Así como Quien nos llamó es santo, así debemos nosotros también ser
santos. Esto no significa que podamos ser tan santos como Dios, pues seguimos siendo seres
humanos frágiles y falibles. Significa que debemos compartir Su imagen moral en la medida
de nuestra capacidad para compartirla. Debemos ser “participantes de la naturaleza divina”
(2ª de Pedro 1:4). Así como una sola taza de agua del océano comparte las propiedades
químicas del océano entero, nuestros seres finitos deben volverse a la pureza y santidad de
Dios.
c. La conversación, o todo el estilo de vida que vivimos, es la esfera en la que debemos ser
santos. El mandato del Antiguo Testamento (Levítico 11:44, 19:2, 20:25) que se cita en el
versículo 16 está colocado firmemente en la arena de la vida; no es algo ritual. Nuestra
santidad es más que un asunto de “reputación”. Es un asunto de “condición” espiritual. Debe
reflejarse en toda nuestra conducta. La santidad del Antiguo Testamento era, en gran medida,
un asunto ritual y ceremonioso. La santidad en el Nuevo Testamento es espiritual y ético
(Romanos 6:19-22, 1ª de Tesalonicenses 4:3-8).
Vale la pena notar que el llamado a la santidad no se basa en cosas como la tradición, la
costumbre o la conveniencia. Se basa firmemente en la santidad de Dios. Los cristianos pueden
buscar santidad por otros motivos secundarios. Pero la motivación suprema—que jamás debe
perderse—es el simple hecho de que Dios es santo y los que lo sirven deben parecerse a Él.
El precio de nuestra redención (1ª de Pedro 1:17-21)
Un ingrediente esencial de la vida santa es el asombro reverente que la versión Reina Valera
describe con la palabra “temor”. Otras traducciones explican el versículo 17 como una referencia
al Padrenuestro: “Si le dices ’Padre nuestro’ al que juzga a cada hombre imparcialmente con base
en el registro de sus obras, debes vivir en asombro delante de Él todo el tiempo que vivas en la
tierra”. No es un temor servil ante un Dios tirano, sino una profunda reverencia propia de los
hombres que usan el nombre santo de su Dios.
No hay favoritismo en Dios. Él no se impresiona por los aires o las pretensiones. Las credenciales
no cuentan para Él. Lo que Él ve es la calidad de nuestro servicio en términos del potencial que
tenemos. De aquellos a quienes les ha dado cinco talentos, espera un rendimiento de cinco
talentos. De los que tienen dos, espera un servicio de dos talentos. E incluso del hombre que sólo
tiene un talento, espera que gane la misma suma. “Bien hecho, buen siervo y fiel”—siempre y
cuando use el talento en la medida de su capacidad (Cf. Mateo 25:14-30).
No hay plata ni oro que nos redima de la “vana manera de vivir”, de nuestros caminos
tradicionales (v. 18). El precio está más allá de todo cálculo, pues fue la sangre del Cordero de
Dios, quien es el único que puede quitar el pecado del mundo (Juan 1:29). El diseño de Dios para
la redención del hombre data desde antes de la fundación del mundo, aunque fue dado a conocer
en los tiempos de este evangelio (v. 20). Pedro dice nuevamente que compartimos en esa
redención por medio de la fe en Dios, quien levantó a Cristo de entre los muertos y le dio gloria
(v. 21). Por esta razón, nuestra fe y esperanza deben ser en Dios, no en nuestros propios méritos o
de acuerdo con lo que podríamos merecer.
Epístolas Generales 53
Éste es otro breve resumen de todo el evangelio: “Nuestra esperanza se yergue nada más y nada
menos que sobre la sangre y la justicia de Jesús... No nos atrevamos a confiar en el dulce marco
[de nuestros sentimientos], sino apoyémonos por completo en el nombre de Jesús”. Todo lo que
tenemos y somos depende de Aquél que nos ha redimido con Su propia sangre.
El conde Nicolás von Zinzendorf es conocido en la historia de la Iglesia como un gran líder
cristiano, donador del estado Herrnhut, que fue la sede en Europa para los Hermanos Moravos.
Pero el conde Zinzendorf no siempre fue conocido por su devoción. Creció como aristócrata y
fue entrenado para una carrera diplomática al servicio de la corte de Dresden. Joven, noble, rico y
talentoso, el joven conde había sido desde muy atrás un cristiano profeso.
El punto real del cambio en su vida ocurrió durante un viaje a París, cuando el conde paró en
Dusseldorf para que sus caballos descansaran. Estando allí visitó la galería de arte donde estaba
en exposición el cuadro de Steinberg sobre la crucifixión. El artista había titulado su cuadro
“Contemplen al Hombre” y debajo de él había inscrito dos frases: “Esto hice por vosotros; ¿qué
habéis hecho por Mí?” Los ojos del joven noble se encontraron con los del Salvador y lo inundó
una gran vergüenza y una profunda convicción. No pudo responder a la pregunta del cuadro.
Quedó allí traspasado. Pasaron las horas, se desvaneció la luz y llegó la noche antes de que
Zinzendorf pudiera dejar esa galería.
Pero vino un nuevo día para él. Desde ese momento, su corazón y vida, su riqueza y fama, todo
pasó al servicio del Salvador. “Tengo sólo una pasión”, declaró él, “y es Jesús, sólo Jesús”. Así
debería ser para todos nosotros.
Un amor puro (1ª de Pedro 1:22-25)
La piedad que se manifiesta en un asombro reverente hacia Dios debe evidenciarse en un amor
puro hacia los demás. Subjetivamente, la santidad es la purificación del alma que viene cuando
“se obedece la verdad por medio del Espíritu”. Del alma purificada fluye un amor genuino y
ferviente, que es la más fina evidencia de que el Espíritu mora allí. La base para esta nueva vida
divina y para el amor puro que engendra, es “renacer no de simiente corruptible, sino de
incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre” (v. 23).
El Nuevo Testamento le da un gran lugar a la Palabra de Dios para que sea semilla divina que
engendra vida espiritual. En un contexto distinto, Jesús habló de la Palabra de Dios como semilla
que se tira en el campo y de la cual brota la cosecha (Mateo 13:3-23; Marcos 4:1-12; Lucas 8:4-
10). Juan contrasta la vida que resulta si se sigue la voluntad del hombre, con la vida que resulta
si se sigue la voluntad de Dios (Juan 1:11-13). La palabra que es verdad santifica (Juan 17:17,
Hechos 20:21). Como veremos más adelante, es por la Palabra de Dios que crecemos (2:2).
A diferencia de todo lo humano, la Palabra de Dios es eterna y no cambia. La gloria humana
brota como las flores silvestres del campo que rápidamente desaparecen. Confiar sólo en la
sabiduría humana es confiar en un guía defectuoso. Sólo la Palabra del Señor contenida en el
evangelio nos da un marco de referencia fijo por el cual podemos apreciar la escena temporal.
Cómo crecer en gracia (1ª de Pedro 2:1-3)
EPÍSTOLAS GENERALES
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Crecer hacia la madurez espiritual, dice Pedro, exige dos clases de acción de parte nuestra. La
primera es negativa—lo que debemos evitar. La segunda es positiva—lo que debemos hacer. Lo
negativo es importante, pero no por sí mismo solamente, sino porque allana el camino para las
acciones positivas que edifican el alma.
Lo que debemos evitar (v. 1). Debemos evitar cinco trampas comunes que amenazan la
integridad cristiana. El término griego original para “desechar” es una palabra llena de vida.
Significa “arrancar, así como uno arrancaría una vestimenta sucia”. Es el término que Pablo
utiliza en Romanos 13:12 (“desechemos, pues, las obras de las tinieblas”) y en Efesios 4:22
(“despojaos del viejo hombre, que está corrompido por los deseos engañosos”.)
Debemos arrancar toda “malicia”. La palabra es kakia, que significa “conducta maliciosa y
torcida” (Barclay), porque la nueva vida exige cambiar radicalmente las antiguas formas de vivir.
1. Hay que desechar toda malicia. La palabra original aquí significa “engaño, doble cara”.
Proviene del verbo que significaba “cazar aves con carnada”. Toda clase de insinceridad o
motivo cuidadosamente disfrazado no tiene parte en la santidad.
2. Hay que abandonar toda hipocresía. Al igual que “engaño”, “hipocresía” proviene de un
término que se emplea para un actor que desempeña un papel. Rápidamente pasó a ser
utilizado en un mal sentido, para describir a las personas que esconden su carácter y
sentimientos reales y ponen una máscara para obtener alguna ventaja personal. No hay cosa
que haya sido más frecuentemente objetada contra los cristianos que la acusación de la
hipocresía. Es justo decir que la hipocresía no se limita a la esfera de la religión. Muchas
personas pasan toda la vida actuando un papel, jugando juegos psicológicos. Toda tendencia a
la hipocresía en la Iglesia de Jesucristo debe ser arrancada de cuajo.
3. Hay que rechazar las envidias. Se ha dicho que probablemente la envidia será el último
pecado en morir. Mientras el yo siga activo dentro del corazón humano habrá envidia en esta
vida. La envidia fue la causa de la mayor tensión en el grupo de apóstoles de Cristo, que
buscaron ser los primeros en el Reino (Marcos 10:41) y en la Última Cena discutieron entre sí
sobre quién tendría los asientos de honor (Lucas 22:24).
4. Debe morir toda clase de maledicencia, palabra que proviene de katalalia que literalmente
significa “hablar en contra de”. Incluye la calumnia, el chisme malicioso, el menosprecio y la
denigración. Es difícil hallar otro pecado que cause más dolores de cabeza y sentimientos
heridos que éste tanto dentro como fuera de la Iglesia. No hay otro que destruya tan
rápidamente la unidad en el cuerpo de Cristo.
Lo que debemos hacer (vs. 2-3). Todo lo deseable y que edifica Pedro lo resume en la sincera
leche de la palabra. “Sincero” es la traducción de dos palabras griegas, logikon adolon. Adolon
significa “puro, sin adulterar” y logikon es difícil de explicar en español. Suele traducirse como
“razonable”, puesto que logos es la palabra griega típica para “razón” o “inteligencia”. Otros lo
traducen como “espiritual”, puesto que logos también se aplica a la Razón divina que gobierna
todas las cosas. Logos también significa “palabra”, como se traduce en Juan 1:1 y ss., y por tanto
se puede usar aquí para hacer referencia a la Palabra de Dios descrita en el 1:24-25. Obviamente,
las tres aplicaciones tienen importancia. La Palabra de Dios es espiritual y también razonable.
Epístolas Generales 55
Esto no significa que la Escritura sea algo que el hombre pueda escribirla sin ayuda y sólo con su
razón. Significa que, sin importar cuánto sobrepase la Biblia a la razón, jamás será irrazonable ni
estará fuera de armonía con la estructura racional de la realidad.
La Palabra de Dios es a nuestras almas como la leche a un cuerpo joven. Sin intención de jugar
con las palabras, debe notarse que la leche “descremada” no es lo más saludable para los niños.
La leche íntegra es la que aporta todos los nutrientes necesarios. Son demasiados los cristianos
que subsisten con “leche descremada”. “Descreman” la Escritura sin jamás intentar llegar a sus
profundidades. Ninguna parte de la Biblia es en forma exclusiva la totalidad de la Palabra de
Dios. Es la Biblia entera la que nos aporta la revelación completa de Dios sobre Él mismo. Por
tanto, no debemos rechazar ninguna de sus partes.
Haber probado cuán lleno de gracia es el Señor (v. 3) es lo que nos abre el apetito por más. Los
apetitos son cosas que adquirimos. Es raro que uno tenga hambre o sed de algo que no ha
probado antes. La palabra para “lleno de gracia” es chrestos y se usa en la traducción griega del
Antiguo Testamento en el Salmo 34:8 con la alusión de “O prueba y ve qué bueno es el Señor”.
Una de las primeras señales de enfermedad espiritual es la pérdida de apetito por las cosas de
Dios. Un buen apetito va de la mano con una salud robusta, tanto a nivel físico como espiritual.
Un fundamento seguro (1ª de Pedro 2:4-8)
Cambiando de metáfora, Pedro pasa a hablar de los cristianos como individuos y los retrata como
piedras vivas que edifican un templo espiritual asentado sobre “la piedra angular”. Esta
ilustración es una de las favoritas de Pablo (1ª de Corintios 3: 10- 11), quien usa las mismas citas
del Antiguo Testamento (1ª de Pedro I 2:6—Isaías 28:16 [Cf. Romanos 9:33 y Efesios 2:20]; 1ª
de Pedro 2:8—Isaías 8:14 [Cf. Romanos 9:33]).
El fundamento. El Señor bueno o lleno de gracia es “piedra viva, desechada ciertamente por los
hombres, pero para Dios escogida y preciosa” (v. 4). Estas palabras resumen las citas de Isaías
28:16 y Salmo 118:22 que aparecen en los versículos 6 y 7. El fundamento escogido y provisto
por el Padre, precioso a Sus ojos, fue rechazado por los hombres. El mismo Jesús utilizó el Salmo
118:22 para hablar del rechazo que sufriría de manos de los gobernantes de Su pueblo: “¿No
habéis leído en las Escrituras que la pierda que los edificadores rechazaron se ha convertido en la
piedra angular: esto es obra del Señor y es maravillosa a sus ojos?” (Mateo 21:42, Marcos 12:10-
11, Lucas 20:17).
Aquel a quien los hombres rechazaron, Dios ha honrado en lo alto. Él es la principal piedra del
ángulo (v. 6). Toda la estructura de la Iglesia y del Reino descansa sobre Él. Los que creen en Él
no serán confundidos—“avergonzados” (“no se decepcionarán” como traduce Weymouth).
Pero la piedra angular también es una piedra de tropiezo y roca que hace caer (v. 8) para quienes
son desobedientes e incrédulos. El evangelio que es palabra de vida para los que creen, es
también sentencia de muerte para quienes lo rechazan (Juan 3:17-20, 2ª de Corintios 2:15-16). La
frase al final del versículo 8—“¡Ese es su destino!”—ha confundido a algunos. Los que son
desobedientes no están destinados a ser desobedientes, sino que están destinados a tropezar.
El edificio. Los que reciben a Cristo como su Salvador y por tanto reconocen la preciosa piedra
EPÍSTOLAS GENERALES
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56
angular que Dios ha colocado, se convierten a su vez en piedras vivas y edifican una casa
espiritual, un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio
de Jesucristo (v. 5). Pablo utiliza la misma metáfora en Efesios 2:20-22. El Templo de Dios en
Jerusalén era el símbolo visible de la presencia de Dios con Su pueblo. Esa estructura de piedra y
madera había sido destruida hacía mucho. Sin embargo, Dios tiene un templo en la tierra. Esa
estructura es ahora la Iglesia, una estructura espiritual en la que se ofrecen sacrificios espirituales.
Estos sacrificios espirituales son las vidas de los hijos de Dios: “Por lo tanto, hermanos, s ruego
por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo y
agradable a Dios, que es vuestro verdadero culto” (Romanos 12:1).
Un pueblo nuevo (1ª de Pedro 2:9-10)
Pedro retoma la idea del sacerdocio santo que ha mencionado en el versículo 5. Los cristianos no
sólo son piedras vivas que conforman el templo de Dios, sino “linaje escogido, real sacerdocio,
nación santa, pueblo adquirido por Dios” (v. 9). Dios todavía tiene un templo en la tierra;
también tiene un pueblo escogido en el cual los ideales espirituales que no se lograron
plenamente en la nación de Israel, son ahora una realidad. Al igual que Pablo (Romanos 2:25-29,
4:16-17, Gálatas 3:16-17) y el autor de Hebreos (caps. 8-10), Pedro visualiza la Iglesia como el
cumplimiento del pacto de Dios con Israel.
La “peculiaridad” del pueblo de Dios no es ser distinto o extraño. El término griego es
peripoiesin que en realidad significa “para la posesión de uno mismo”. Peculiar significa único,
distintivo, propiedad personal de Dios. Al igual que en Tito 2:14, donde la peculiaridad del
pueblo de Dios es su celo por las buenas obras, aquí Pedro identifica que la profesión cristiana se
distingue por “anunciar las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a Su luz admirable”.
La maravilla de la gracia es que ha tomado a un pueblo que en el pasado no era pueblo, que era
ajeno a la misericordia, y lo ha convertido en pueblo de Dios, receptor de Su misericordia y Su
gracia (v. 10). En el Nuevo Testamento, “pueblo” es el término griego laos, del derivan las
palabras “laico” y “laicado”. El punto es que todos los que son de Dios son sacerdotes reales. La
distinción aguda entre clero y laicado al que estamos acostumbrados no se encuentra en el Nuevo
Testamento. Lo que hallamos es que todos los miembros del pueblo de Dios son ministros
(siervos). Dios “ha nombrado a algunos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, y a otros
pastores y maestros. Esto lo hizo para preparar al pueblo de Dios para la obra del servicio
cristiano, para edificar el cuerpo de Cristo” (Efesios 4:11-12).
Epístolas Generales 57
EPÍSTOLAS GENERALES - BI426
PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 6
1. ¿Cuál es el llamado de la segunda gran división de la primera carta de Pedro (1:13-2:10)?
2. Según Pedro, ¿cuál es el abecé de la santidad cristiana?
3. ¿Cuál debe ser la suprema motivación para buscar la santidad?
4. Puesto que no hay favoritismo en Dios, ¿cómo nos mira Él?
5. ¿Cuáles son los dos tipos de acción que debemos realizar para crecer hacia la madurez
espiritual?
6. ¿Cuáles son las cinco trampas comunes que amenazan la integridad cristiana?
7. Aunque la Biblia supera a la razón, ¿qué podemos saber?
8. ¿Qué es la piedra angular para quienes desobedecen y no creen?
9. ¿En qué nos convertimos si recibimos a Cristo como Salvador y reconocemos que Él es la
preciosa piedra angular?
10. ¿Qué significa que “todo el pueblo de Dios es sacerdocio real”?
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EPÍSTOLAS GENERALES – BI426
NOTAS DE LA LECCIÓN 7
1ª DE PEDRO 2:11-3:22
La ética cristiana
Aunque la idea de obligación no está enteramente ausente en los comentarios de Pedro hasta este
punto, el principal énfasis ha sido doctrinal y teológico hasta aquí. Ahora, y muy parecido al
estilo de Pablo, Pedro pasa de la doctrina a la ética, del “creer” al “comportarse”. Su transición
“Amados, os ruego como a extranjeros y peregrinos” (v. 2:11) es casi igual a la que hace Pablo
en un punto parecido en Romanos 12:1.
La teología y la ética, la doctrina y el deber, jamás están muy separados en el Nuevo Testamento.
La interacción es una calle de dos vías. La creencia afecta inevitablemente el comportamiento.
Por otro lado, el comportamiento tiene una acción refleja sobre la creencia. Ambas cosas son
como las alas de un ave que vuela o las piernas de un hombre que camina. Ambas son esenciales
y “lo que Dios por tanto ha unido, ningún hombre lo separe”.
El llamado a una vida santa (1ª de Pedro 2:11-12)
En términos generales, Pedro reitera la obligación que tiene el cristiano de ser santo “en toda la
manera de vivir” (v. 1:15). Advierte contra el peligro de ceder a los deseos de la carne (en griego,
sarx). Aunque “la carne” tiene el significado de “físico” o “corporal”, es un término mucho más
amplio en la ética neotestamentaria. Pablo incluye entre las “obras de la carne” doce de diecisiete
pecados que no tienen una base corporal o física del todo, como por ejemplo, la hechicería, los
pleitos, las contiendas, las envidias, los arrebatos de ira, la ambición egoísta, la disensión, las
orgías, etc. (Cf. Gálatas 5:19-21). Pablo dibuja la tensión que hay entre “la carne” y “el Espíritu”
como algo que hace que el creyente haga lo que no debe hacer (Gálatas 5:17). Esta pugna
continúa hasta que la carne con sus pasiones y deseos sea crucificada (Gálatas 5:24, Cf. Romanos
6:6).
Abstenerse de los deseos carnales ayuda a tener una buena conducta (el significado oirignal en
inglés del v. 12 es “para la conversación honesta”) delante de los gentiles—literalmente, “entre
las naciones”. Una “buena conducta” conlleva el pensamiento de un estilo de vida que es
atractivo. Aunque los cristianos sean acusados falsamente por vecinos incrédulos, pueden
defender su profesión llevando una vida consecuente y santa. “El mejor argumento para el
cristianismo es un cristiano verdadero… La fuerza misionera más fuerte en el mundo es una vida
cristiana” (Barclay).
Las buenas obras de la comunidad cristiana serán reconocidas aún por sus adversarios en el día
de la visitación. El significado ordinario de esta última frase es “en el día del juicio”, cuando
Cristo regrese. Algunos opinan que esto significa la visitación de Dios en misericordia y perdón
para con los que son convencidos por la vida santa de sus vecinos cristianos y por tanto, se
vuelven al Señor. Ese es el resultado que glorifica a Dios y vindica el evangelio.
Epístolas Generales 59
Deberes para con el Estado (1ª de Pedro 2:13-17)
Después de su exhortación general, Pedro da aplicaciones específicas. Se vuelve primero hacia la
responsabilidad que tiene el cristiano para con el gobierno civil, un pasaje que tiene su paralelo
en Romanos 13:1-7. Los cristianos deben ser ciudadanos que respeten la ley.
Vale la pena notar que en ese momento de la historia neotestamentaria, las autoridades civiles
toleraban a los cristianos. Las persecuciones que habían ocurrido habían sido orquestadas por
líderes religiosos y no por gobernadores civiles. Esto se observa más claramente en Hechos,
donde queda claro que la autoridad del gobierno civil estaba del lado de la Iglesia y contra las
acusaciones de los líderes religiosos.
Todo esto cambiaría pronto y dramáticamente cuando Nerón lanzara su sangrienta persecución
contra los cristianos en Roma. Hay indicios de ese futuro cambio en 1ª de Pedro. Pero al presente,
al menos, la Iglesia podía buscar en el Estado protección contra las acciones ilegales de quienes
se oponían al cristianismo por motivos puramente religiosos.
Al igual que Pablo, Pedro opina que la obediencia a la autoridad civil legalmente constituida es
un asunto de conciencia cristiana—por causa del Señor (2:13, Cf. “para el bien de la conciencia”,
Romanos 13:5). Supone, naturalmente, que no hay conflicto directo entre los requerimientos del
gobierno civil y la obligación del hombre para con Dios. Cuando surge un conflicto así—como
en efecto ocurrió pronto después cuando el emperador romano se declaró “señor” o “dios”—
todos los cristianos deben seguir el principio que Pedro había adoptado treinta años antes cuando
se le ordenó no predicar en el nombre de Cristo: “Obedecer a Dios y no a los hombres” (Hechos
5:29, Cf. 4:19-20).
La preocupación de Pedro aquí es la misma que se expresa en el versículo 12: que haciendo el
bien uno silencia la ignorancia de los hombres necios (v. 15). El Nuevo Testamento revierte casi
todas las evaluaciones de la vida. La vida mundana se considera “sofisticada” e “inteligente”,
cuando en realidad es el resultado de la ignorancia y la necedad. Las vírgenes que estaban
preparadas para el novio fueron “prudentes”. Las que no estaban preparadas fueron “insensatas”
(Mateo 25:1-11). El Antiguo Testamento había dicho lo mismo: “El temor del Señor es el
principio de la sabiduría” (Proverbios 1:7, 9:10, Cf. 1ª de Corintios 1:17-19).
Los cristianos son libres. Pero no deben abusar de su libertad y convertirla en una racionalización
para una mala conducta (v. 16). La libertad no es una licencia. La libertad siempre implica
responsabilidad. Tal como se le recordó al hombre tosco, beligerante y peleador: “Tu libertad
para usar los puños acaba donde comienza mi nariz.” La más alta expresión de la libertad
cristiana es, aunque suene contradictorio, convertirnos en siervos de Dios.
Los cristianos también deben honrar a todos los hombres (v. 17) en el sentido de reconocer que
todo hombre ha sido creado a imagen de Dios. Los hombres son fines en sí mismos, jamás los
medios para los fines de otros. Los cristianos deben amar la hermandad. Aunque honramos a
todos, nuestra actitud hacia nuestros compañeros cristianos es más cercana y cálida. Debe haber
“un lazo que una nuestros corazones en amor cristiano”.
EPÍSTOLAS GENERALES
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60
Los cristianos deben temer a Dios, no con un temor servil, sino con reverencia y asombro.
Los cristianos deben honrar al rey. Esto no significa iniciar un incesante bombardeo de críticas
negativas contra las instituciones de la sociedad—policía, corte, congreso, parlamento—ni contra
las personas que están en altos puestos—gobernadores, alcaldes, presidentes, reinas.
Desafortunadamente, algunos que afirman con fuerza ser bíblicamente ortodoxos suelen romper
más que guardar este mandato particular.
Los criados deben seguir al Siervo (1ª de Pedro 2:18-25)
Después de hablar del deber que tienen todos los cristianos con el gobierno, Pedro se vuelve a
una clase especial de creyentes. Los “criados” (v. 18) eran en realidad esclavos. Se ha dicho que
había al menos 60 millones de esclavos en el Imperio Romano, muchos de los cuales eran
prisioneros de guerra. Un gran número de ellos se hicieron cristianos. Aunque los principios del
cristianismo acabaron finalmente por destruir la institución de la esclavitud humana, los
escritores del Nuevo Testamento trabajaron dentro de las realidades de la situación humana en la
que vivieron.
La vida de un esclavo siempre reflejaba el carácter de su amo. Un amo bondadoso o un amo
cristiano solía darles a sus esclavos una vida razonablemente tolerable (Cf. Filemón). Un amo
díscolo (“deshonesto” o “perverso”) podía hacer que la vida de sus esclavos fuera un infierno en
la tierra.
Incluso el esclavo que ha sufrido indignidades y maltratos por parte de un amo grosero—y
particularmente si le ha servido bien—puede reanimarse por el ejemplo de Cristo. Nadie sufrió
más y mereció menos. Sufrimos con Cristo, pero Él sufrió por nosotros, dándonos el ejemplo de
seguir sus pasos (v. 21).
Lo que aplicó para los criados o siervos en el primer siglo aplica para todos los criados o siervos
de Dios en todas las generaciones. El término que Pedro usó de ejemplo es particularmente
vívido. Es un término que describe la escritura en un cuaderno. Los niños aprendían a escribir
imitando lo que se había escrito al principio de la página. Así es como nosotros debemos escribir
en nuestras propias vidas las actitudes y acciones de nuestro divino Ejemplo, quien dejó Sus
huellas para que las siguiéramos.
En una bella descripción del sacrificio y muerte de Jesús en los versículos 22 a 24, el
pensamiento de Pedro se parece al de Isaías en el capítulo 53. Su referencia a los siervos le
recuerdan la “cuarta canción del siervo” en el libro de Isaías (52:13-53:12). Hay seis referencias a
Isaías 53 en esta parte:
1. Jesús no pecó (Isaías 53:9). Puesto que Jesús llevó una vida sin pecado es imposible hacer
una aplicación humanista de esta verdad. Un hombre fue a su pastor con un reto directo: “No
me gusta su predicación sobre la cruz de Cristo. Usted debe hablar de Jesús en términos del
ejemplo que debemos seguir”. A esto, el ministro replicó: “De acuerdo. El primer punto en el
ejemplo de Jesús es que Él no pecó. ¿Puede usted dar ese primer paso?” El hombre era
honesto, así que respondió: “No. Creo que ni siquiera puedo dar el primer paso”.
Epístolas Generales 61
2. Jesús no tuvo engaño (Isaías 53:9). “Engaño” es la palabra que ya vimos en el versículo 1. Es
la actitud de doble cara, de “atrapar aves con carnada”. Jesús fue el Hombre más
transparentemente honesto que jamás haya vivido.
3. Jesús fue denigrado sin retribución (Isaías 53:7): “Angustiado él, y afligido”, dice Isaías, “no
abrió su boca; como un cordero fue llevado al matadero; como una oveja de sus
trasquiladores, enmudeció, no abrió su boca”.
4. Jesús llevó nuestros pecados en su propio cuerpo (Isaías 53:6,12). Él es “el Cordero de Dios,
que quita (literalmente “se lleva”) el pecado del mundo” (Juan 1:29). La majestad y el
misterio de la Cruz es que “Cristo murió por nuestros pecados” (1ª de Corintios 15:3), de
forma que por Su muerte expiatoria podemos tener vida.
5. Por sus llagas fuimos sanados (Isaías 53:5). No hay una declaración más grande del
sufrimiento vicario como el que está escrito en Isaías 53, y Pedro hace aquí un paralelo.
Cristo sufrió en nuestro lugar y por Su resurrección somos sanados—tanto espiritual como
físicamente.
6. Éramos como ovejas descarriadas que ahora hemos regresado al Pastor y Obispo de nuestras
almas (Isaías 53:6). La comparación aquí se usa frecuentemente en la Biblia. El Salmo 21 es
el pasaje principal del Antiguo Testamente en este punto, así como lo es Juan 10 en el Nuevo
Testamento.
Con la idea de Cristo como Pastor, Pedro pasa a otra verdad. Cristo es el Obispo de nuestras
almas. La palabra griega para eso es episkopos, que literalmente significa “supervisor” y ha sido
traducida como “guardián” o “el que hace guardia” (Knox). Este es el único lugar del Nuevo
Testamento donde este término particular se aplica a Cristo. Se suele usar para los ministros de
Cristo (Filemón 1:1, 1ª de Timoteo 3:1, Tito 1:7) y se identifica con la función de los “ancianos”
en Hechos 20:17 y 28 (“supervisores” en la RV).
Los deberes en la familia (1ª de Pedro 3:1-7)
Pedro continúa esta gran sección ética con una advertencia a los esposos.
El lugar de la esposa (vs. 1-6). El interés de Pedro es que las esposas cristianas vivan de tal
forma que sus esposos incrédulos sean ganados para Cristo. Aquí hay otro testimonio del poder
del ejemplo y la influencia. Los esposos que no obedecen la Palabra quizás vengan a Cristo no
por ella, sino por la “manera de vida” (“conversación”) de sus esposas (v. 1). Esa manera de vivir
no minimiza el testimonio oral. Pero dentro del hogar, evita toda noción de majadería y al final es
más eficaz que las palabras.
Las directrices de Pedro sobre el atuendo de las mujeres se parecen a las de Pablo en 1ª de
Timoteo 2:9-10. En ambos casos, el énfasis es que la verdadera belleza es interior. Para escribir
sobre esto, Pedro usa el contraste, una forma típica del Nuevo Testamento. Jesús dijo: “Trabajad,
no por la comida que perece, sino por la comida que permanece para vida eterna” (Juan 6:27).
Esto no prohíbe que uno trabaje por el pan diario. Simplemente enfatiza la importancia de la
comida espiritual. Igualmente, el adorno externo es menos importante que el ornato incorruptible
EPÍSTOLAS GENERALES
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de un espíritu humilde y quieto, que a los ojos de Dios es de gran estima (v. 4).
Un ejemplo de una conducta santa es la sujeción de Sara a Abraham (v. 6). La esposa que imita
este tipo de ejemplo no debe temer ni asombrarse de una frase que se ha traducido: “No dejen que
pensamientos ansiosos los moleste”.
El deber del esposo (v. 7). De igual manera, los esposos deben vivir con sus esposas teniéndoles
consideración y comprensión. Deben tratar a sus esposas con un respeto especial, porque son “el
sexo débil”. Los cónyuges cristianos son “herederos ambos de la gracia de la vida—el don de
Dios de la vida eterna” (Barclay). Deben, por tanto, mantener las cosas en orden entre ellos y con
Dios. Si no logran un respeto adecuado en el hogar, sus oraciones se verán obstaculizadas.
Los deberes dentro de la Iglesia (1ª de Pedro 3:8-12)
De la familia en el hogar, Pedro pasa a la familia extendida de Dios en la Iglesia. Aunque las
palabras aquí parecen aplicar a todas las relaciones humanas, tienen una aplicación especial para
las relaciones dentro de la familia de la fe.
Los cristianos deben ser de un mismo sentir (v. 8), literalmente, “tener una misma disposición”,
en lugar de “una misma opinión”. El sentimiento que debe gobernarlos es la comprensión
compasiva. La palabra griega es sympatheis, “sentir con”, de la cual proviene “simpatía”. Los
cristianos deben amar como hermanos, philadelphoi y ser bondadosos y corteses. Si son tratados
mal, no deben vengase, sino “devolver bien por mal”. Este tipo de espíritu magnánimo es posible
porque viven conscientes de que están destinados para la eternidad, y que Dios les recompensará
todo lo que hayan sufrido por su relación con Él (v. 9).
Pedro enfatiza este último punto citando el Salmo 34:12-16. Este salmo describe el tipo de
carácter que Dios desea que tengan quienes lo sirven. El punto es que debemos vivir con un
espíritu perdonador, confiando en que Dios defenderá lo correcto y recompensará al justo.
Es de lamentar que mucho de la vida de la iglesia moderna está tan lejos del patrón que se expone
aquí. Una iglesia local llena de unidad, simpatía, amor fraternal, bondad, cortesía y perdón sería
el grupo más atractivo de la tierra. Pero no podemos tener en la iglesia aquello que no tenemos
como personas. Debemos luchar para que todo lo que hay en nosotros ejemplifique este tipo de
vida.
El ejemplo de Cristo en el sufrimiento (1ª de Pedro 3:13 -4:19)
Esta sección nos recuerda de nuevo la amenaza de persecución que pesaba sobre los creyentes a
quienes Pedro les escribió. Aunque nosotros no experimentemos el sufrimiento que viene de la
oposición humana, “todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán
persecución” (2ª de Timoteo 3:12). El sufrimiento es un indicador común para todos los
humanos. Nadie puede evitarlo por completo. Lo que importa no es que suframos, sino cómo
llevemos el sufrimiento. Así pues, las palabras de Pedro aplican a nuestras vidas en la misma
forma en que lo hicieron para las personas de su tiempo.
Epístolas Generales 63
El sufrimiento por causa de la justicia (1ª de Pedro 3:13-22)
La respuesta cristiana al sufrimiento (vs. 13-17). La pregunta del versículo 13 parece estar fuera
de lugar si consideramos que la palabra “daño” implica daño temporal. El punto aquí, sin
embargo, es que ningún mal esencial llega al hombre que es apasionadamente devoto del bien. El
sufrimiento no puede dañar su alma. El mal no puede penetrar su espíritu. Cuando sufre por causa
de la justicia, Dios le compensa con una bendición que hace que todo valga la pena. La referencia
a la octava bienaventuranza (“Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la
justicia, porque de ellos es el reino de los cielos”, Mateo 5:10) es mucho más clara en el original,
porque Pedro utiliza la misma palabra griega makarios—“felices” o “benditos”.
La frase “santificad a Dios el Señor en vuestros corazones” (v. 15) se traduce como
“Conságrense a Cristo el Señor de corazón” o “Sean reverentes a Cristo de corazón y háganlo su
Señor”. La idea es poner a Cristo en primer lugar como el verdadero Señor de la vida.
También debemos estar listos para responder a aquel que pregunte sobre la esperanza que hay en
nosotros, y hacerlo “con mansedumbre y respeto”. Esta forma de testificar es la más eficaz pues
la iniciativa es de la otra persona, a quien no le queda más que escuchar cuando se le responda la
pregunta que ha hecho.
Esta forma de testificar es posible sólo si los creyentes viven en buena conciencia, dependiendo
más de su atractiva actitud y buena vida para responder a toda falsa acusación, en lugar de
depender de sus palabras (v. 16). Naturalmente, siempre se entiende que el sufrimiento de los
cristianos es el que les sobreviene a pesar de llevar una vida buena, no el que es causado por una
mala conducta (v. 17). Algunos de nosotros sufrimos más por nuestras necedades que por la
justicia. Ese sufrimiento no tiene recompensa, pues es algo que merecemos.
El sufrimiento de Cristo por nosotros (vs. 18-22). Pedro da otro resumen sobre el significado de
la muerte expiatoria de Cristo. Sufrió por nosotros, el justo por el injusto, para podernos llevar a
Dios (v. 18). Fue puesto físicamente a muerte, pero fue vivificado por el Espíritu—un punto que
también enfatiza Pablo (Romanos 1:4, 8:11).
Los versículos 19 y 20 han dado pie a mucho debate. Junto con el versículo 4:6, Hechos 2:27 y
Efesios 4:8-10, este pasaje en el Nuevo Testamento es la fuente de lo que se ha llamado “la
doctrina del descenso”. Se ha conservado en una frase del Credo de los Apóstoles: “Descendió a
los infiernos”—o como debió haberse traducido, “al Hades”, el lugar de los muertos. Aunque las
interpretaciones de los datos bíblicos difieren, la enseñanza general es que “Sheol” o “Hades” era
un estado intermedio en el que existían los muertos. Los muertos que habían sido justos
esperaban la crucifixión y resurrección de Jesús. Los muertos que habían sido malvados
esperaban la resurrección final y el juicio de todos delante del gran trono blanco de Apocalipsis
20:11-15.
En el intervalo entre Su crucifixión y Su resurrección se implica que Jesús descendió al lugar de
los muertos y allí proclamó Su victoria sobre el pecado y la muerte. Luego “llevó cautiva la
cautividad” (Efesios 4:8) llevando consigo al cielo a los muertos que habían sido justos. La
resurrección de Cristo parece haber dado fin a la espera de los justos en el Hades. Los malvados,
sin embargo, aún esperan el último gran juicio, después del cual “la muerte y el infierno (hades)”
EPÍSTOLAS GENERALES
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serán “echados en el lago de fuego. Esta es la segunda muerte” y llegará a todos aquellos cuyos
nombres “no estén escritos en el libro de la vida” (Apocalipsis 20:14-15).
Así como Noé y su familia se salvaron y fueron llevados a lugar seguro a través de las aguas del
diluvio, así somos llevados a una salvación espiritual a través del agua del bautismo. Pedro deja
en claro que la simple aplicación del agua no es suficiente. Nuestro problema no es el tipo de
suciedad (v. 21) que el agua puede lavar. Nuestro problema es espiritual. El bautismo es “la
promesa de una buena conciencia para con Dios” (Barclay).
La palabra que se traduce como “aspiración” en la Reina Valera es eperotema. Era un término
legal y de negocios. Era la promesa que uno hacía firmando un contrato según el cual uno
cumpliría con sus términos. El bautismo se define como “la señal y sello del nuevo pacto de la
gracia”.
Es la resurrección de Jesucristo (v. 21) la que hace posible nuestra salvación. Jesús ha partido
ahora al cielo y está a la diestra de Dios (v. 22) intercediendo por nosotros (Hebreos 7:25-26).
Los ángeles, las autoridades y los poderes están sujetos a Él. Aunque el Nuevo Testamento
reconoce que hay “principados y potestades” que aún están en rebelión contra Cristo (Efesios
6:12), su derrota es algo seguro (Colosenses 2:10-15). “Por eso Dios también lo exaltó sobre
todas las cosas y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se
doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra, y toa lengua
confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:9-11).
Epístolas Generales 65
EPÍSTOLAS GENERALES – BI 426
PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 7
1. ¿Cuál es la relación entre creencia y comportamiento en el Nuevo Testamento?
2. ¿Cuál es la diferencia entre cómo entendemos “carne” ahora y cómo se entiende en el Nuevo
Testamento?
3. ¿Qué quiere decir “buena conducta”?
4. ¿Cuál es el resultado que glorifica a Dios y defiende el evangelio?
5. ¿Qué sucede cuando surge un conflicto entre un requerimiento del gobierno civil y la
obligación del hombre para con Dios?
6. ¿Cuál es la más alta expresión de la libertad cristiana?
7. ¿Cuáles son las seis referencias que hace Pedro de Isaías 53?
8. ¿Cómo deben relacionarse las esposas cristianas con sus esposos incrédulos y por qué deben
hacerlo?
9. ¿Cuál es la intención de Pedro al citar el Salmo 34:12-16?
10. ¿Qué significa la palabra que se traduce como “aspiración” en 1ª de Pedro 3:21?
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EPÍSTOLAS GENERALES – BI 426
NOTAS DE LA LECCIÓN 8
1ª DE PEDRO 4:1-5:14
El valor del sufrimiento (1ª de Pedro 4:1-6)
En los versículos 1 y 2 Pedro hace un paralelo de la enseñanza de Pablo en Romanos 6:4-6 y 10-
11. El sufrimiento de Cristo por nosotros fue Su muerte en la cruz. Él nos llama a compartir ese
sufrimiento y esa muerte (Mateo 16:24). Cuando nos identificamos con Cristo y Su cruz,
morimos al pecado (Romanos 6:1-2) y ya no podemos vivir más en él. Ya no podemos vivir en la
carne (nuestra humanidad lejos de Dios) sino sólo en el Espíritu (Romanos 8:9). La consagración
y la renovación de nuestra mente nos ha llevado a la “buena, agradable y perfecta voluntad de
Dios” (Romanos 12:1-2).
Estos cristianos ya han pasado suficiente tiempo en el pasado “andando en lascivias, placeres,
borracheras, orgías, disipación y abominables idolatrías”. Han dejado estos caminos y eso ha
sorprendido a sus amigos impíos. Pero esas mismas personas incrédulas le rendirán cuentas a
Dios quien juzgará a los vivos y a los muertos.
Las palabras de Pedro sobre predicar el evangelio “a los muertos” han dado pie a mucha
especulación. Ha servido de base para teorías de “una segunda oportunidad” después de la
muerte, particularmente para aquellos que no escucharon el evangelio en vida. Al menos es
posible suponer que Pedro estaba pensando en aquellos que ya habían muerto en su época pero
que habían escuchado el evangelio en vida—ya fuera en prospecto, de boca de los profetas o
durante los primeros años de la predicación del cristianismo. La muerte había reclamado sus
cuerpos a consecuencia del pecado original, pero ellos vivían en el espíritu compartiendo la vida
eterna de Dios.
No hay salvación aparte de Cristo. Cristo es “la luz verdadera, que alumbra a todo hombre” (Juan
1:9). Cristo tiene más formas de llegar a los hombres de las que conocemos. Ciertamente el Juez
de toda la tierra hará lo correcto (Génesis 18:25). Su juicio será por la ley escrita en los corazones
de los hombres, así como por la ley escrita en las Escrituras (Romanos 2:12-16). Esto no
minimiza en forma alguna el mandato misionero que tiene la Iglesia. Pero sí afirma la justicia y el
amor de Dios.
Versículo 1— Cristo padeció y murió para liberarnos del pecado. Cuando los resultados de Su
sufrimiento se hacen realidad en nuestra vida, dejamos de ser controlados por el pecado.
Versículo 2—Ya no debemos vivir el resto de nuestra vida terrenal según los placeres de los
hombres descritos en este versículo, sino en la voluntad de Dios, que es santidad de corazón y de
vida.
Versículo 3—Nuestra vida pasada abarca el tiempo antes de ser salvos, junto con todas las listas
de pecados sexuales y todos los tipos de excesos y adoración a dioses falsos.
Epístolas Generales 67
Versículos 4 y 5—Los incrédulos no pueden entender a los cristianos cuando sus disipadas
costumbres cambian. Pueden hablar mal de los cristianos ahora, pero darán cuenta a Dios en el
último día cuando Él nos juzgue a todos.
Versículo 6—Las personas que recibieron el evangelio en vida pero ya han muerto, serán
juzgadas igual que lo serán todos, pero como creyeron, Dios les dará vida eterna.
Gracias cristianas en tiempos de problemas (1ª de Pedro 4:7-11)
Mucho del Nuevo Testamento insta a los cristianos a cumplir sus obligaciones porque se acerca
el fin de todas las cosas. Hay poca duda de que los primeros cristianos esperaban que el Señor
regresara durante su época. Algunas han afirmado que en esto ellos “se equivocaron”.
Sin embargo, no debemos pasar por alto que la Biblia expresa frecuentemente que lo que es
absolutamente cierto está cerca o ya ha sucedido. Es decir, que la “inminencia” (cercanía) suele
ser lógica y no cronológica. Esto se observa claramente en al así llamado “presente profético” del
Viejo Testamento. Un ejemplo importante está en Isaías 9:6-7, donde se reporta el nacimiento del
Mesías 700 años antes de que ocurriera. Un ejemplo en el Nuevo Testamento es Romanos 8:30,
donde Pablo proclama la glorificación del pueblo de Dios como un hecho ya consumado. Está tan
seguro de ello que puede hablar sobre eso como si ya hubiera ocurrido.
Sin embargo, para nosotros hoy día las palabras de Pedro adquieren un nuevo significado.
Estamos 1900 años más cerca del final que el tiempo en que escribió el apóstol. Lo que sirvió de
base para exhortar en esos tiempos es aún más importante ahora. En vista de la pronta venida de
Cristo, emergen algunos mandatos importantes:
1. “Sed, pues, sobrios y velad en oración” (v. 7). El llamado es a ser serios en nuestros
propósitos y a mantener una vigilia en oración. No tener interés y ser irresponsables son
traiciones a la fe que profesamos.
2. “Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor, porque el amor cubrirá multitud de
pecados” (v. 8). La esencia de la divinidad es el amor ágape, el tipo de amor de Dios. Es un
amor que perdona y por tanto cubre multitud de pecados. Cuando amamos al prójimo y lo
perdonamos, también somos perdonados.
3. “Hospeados los unos a los otros sin murmuraciones” (v. 9). El deber de hospedar a los
hermanos cristianos tenía una importancia especial en los tiempos neotestamentarios, porque
con frecuencia los cristianos eran despreciados por sus familias. No es menos importante hoy
día como un medio para fortalecer las relaciones que forjan puentes para dar testimonio. El
“evangelismo de la hospitalidad” tiene mucho valor en nuestros días también, porque los
lazos familiares tienden a ser débiles.
4. El ejercicio de dones espirituales (vs. 10-11). Esta es la lista abreviada de Pedro de los
charismata o dones espirituales sobre los que Pablo escribe en 1ª de Corintios 12 y en
Romanos 12:6-8. Los dones son muchos más de los que parece indicar la lista de 1ª de
Corintios 12:8-11. Pedro menciona dos de los más universales: hablar por Dios y servir.
Todos los hombres han recibido al menos un don. El griego no tiene artículos definidos.
Pablo habla de “vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor” como “el don (charisma)
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de Dios” (Romanos 6:23). Todos los cristianos son en cierta medida “carismáticos”.
Aunque el ejercicio de los dones puede diferir en “el grado” como también en “el tipo”, hay
poca duda de que Pedro subrayó dos que eran prácticamente universales. Todos los cristianos
pueden ser oráculos de Dios cuando expresan la verdad de Dios expuesta en Su Palabra. Y
todos los cristianos pueden dar algún servicio (ministrar). Todos los dones deben usarse para
ayudarnos unos a otros, como buenos mayordomos de la multiforme gracia de Dios.
“Multiforme” significa “de muchos colores”, “variado” y “de bella expresión”. El fin de todo
esto es que Dios sea glorificado en todas las cosas.
El juicio de la Iglesia (1ª de Pedro 4:12-19)
Pedro regresa al tema del sufrimiento inevitable. La prueba no debe verse como algo extraño.
Más bien, debe verse como una oportunidad de participar en los sufrimientos de Cristo, los cuales
conllevan gloria al final. “[…] si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él
seamos glorificados. Tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables
con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Romanos 8:17-18).
Es importante que el reproche que se nos haga sea por causa del nombre de Cristo y no porque
hayamos hecho algo malo. Hay una extraña lista de pecados en el versículo 15. No es difícil ver
que los cristianos pueden correr el peligro de entrometerse en los asuntos de los demás—de ser
metiches y entrometidos, de espiar en lugar de orar. Hasta el hacedor de maldad puede tener la
motivación correcta, actuando por ignorancia en vez de por mala voluntad.
Pero hacerles ver a los cristianos que uno de ellos puede ser asesino o ladrón no es asunto fácil.
Pedro usa estas palabras figurativamente. “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás, y
cualquiera que mate será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra
su hermano, será culpable de juicio” (Mateo 5:21-22). “Todo aquel que odia a su hermano es
homicida y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna” (1ª de Juan 3:15). “¿Robará el hombre
a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y aún preguntáis: ¿En qué te hemos robado? En
vuestros diezmos y ofrendas” (Malaquías 3:8).
Cualquiera que sea el caso, estos extremos—del asesinato a ser entrometido—muestran que Dios
no “califica” los pecados. Para Él, no hay pecados “grandes” ni “pequeños, mortales ni veniales.
El cristiano debe destruir completamente el pecado, porque de lo contrario, el pecado lo destruirá
completamente a él.
Ha llegado el tiempo en que el juicio debe iniciar por la casa de Dios. Pedro utiliza un término
importante: kairos. No significa cualquier tiempo, sino un tiempo de crisis, un momento decisivo.
Si el juicio inicia por la casa de Dios, no hay esperanza para los que no obedecen el evangelio de
Dios. Si los justos se salvan sin tener un margen de mérito humano que reclamar, “¿qué pasará
con el impío y el pecador? De modo que los que padecen según la voluntad de Dios,
encomienden sus almas al fiel Creador y hagan el bien.”
Pastores y personas (1ª de Pedro 5:1-11)
El último capítulo de 1ª de Pedro trata sobre las obligaciones que tienen los líderes espirituales y
Epístolas Generales 69
los miembros de la Iglesia.
Deberes de los líderes espirituales (1ª de Pedro 5:1-4). Pedro les habla a los ancianos como si
estuviera entre ellos. A la usanza del Nuevo Testamento, un anciano era simplemente un oficial o
un líder reconocido en la Iglesia. El puesto no era necesariamente de tiempo completo, aunque en
1ª de Timoteo 5:17 se implica que al menos algunos ancianos recibían paga. Había más de un
líder en cada grupo local y eran “ordenados” para el puesto (Hechos 14:23, Tito 1:5). Se
encargaban de los asuntos financieros de la iglesia (Hechos 11:3) y junto con los apóstoles eran
las autoridades finales de todo asunto eclesial (Hechos 15:2, 16:4, 21:18-25).
Pedro enfatiza la función espiritual de los ancianos. Deben alimentar el rebaño de Dios, es decir
“pastorear el rebaño”. Esto significa supervisar el rebaño y el verbo que se emplea es
episkopountes, cuyas otras formas son traducidas en otras partes como “obispo”. Deben hacer
todo esto no como una obligación sino de su propia libre voluntad. No lo deben hacer por
ganancia personal sino gratuitamente.
Los ancianos tampoco deben ejercer como si fueran “pequeños dioses de lata”, sino como
“verdaderos ejemplos”. Los que sirven como dignos co-pastores recibirán una corona de gloria
que no se destruirá cuando venga el Pastor de pastores.
Humildad en el servicio (1ª de Pedro 5:5-7). Los más jóvenes, sea en años, en madurez o en años
de servicio, deben estar sujetos al liderazgo. Esto no es sencillo. La mayoría de las personas
prefiere liderar que seguir. Una niña, que solicitaba ingreso a una escuela exclusive de mujeres,
vio la siguiente pregunta en el cuestionario: “¿Es usted una líder o una seguidora?” Con mucha
duda, indicó “seguidora”, creyendo que sus oportunidades de ingreso serían pocas. Pero fue
aceptada de inmediato con la siguiente nota: “Hemos aceptado a 1,650 líderes. Será bueno que al
menos haya una seguidora en medio de ellas.”
Todas las relaciones personales deben caracterizarse por la humildad porque Dios resiste al
orgulloso y da gracia al humilde—cita de la versión griega de Proverbios 3:34, que también se
cita en Santiago 4:6. El versículo 6 nos recuerda Lucas 18:14: “Cualquiera que se enaltece será
humillado y el que se humilla será enaltecido” El secreto de la serenidad cristiana es entregarle a
Cristo todas nuestras preocupaciones, pues Él tiene cuidado de nosotros.
Resistir al diablo (1ª de Pedro 5:8-9). Ser sobrios y velar son acciones importantes porque
nuestro adversario el diablo, como león rugiente, ronda por allí buscando a quién devorar. Se ha
dicho que los leones jóvenes, que tienen garras y dientes afilados y piernas rápidas, cazan en
silencio. Son los leones viejos, cuyos dientes se han quebrado, cuyas garras están gastadas y
cuyas piernas están entumecidas, los que rugen cuando cazan, esperando con ello paralizar de
miedo a su presa, haciéndola así una presa más fácil. Por esa razón, los cristianos deben resistir al
diablo, porque están seguros de que—como afirma Santiago—el diablo huirá de ellos (Santiago
4:7).
Bendición (1ª de Pedro 5:10-1l). El cuerpo de la carta cierra con una bella bendición: “Os
perfeccione”. Aquí no se utiliza el término teleios, que era la palabra griega ordinaria para
“perfecto”. El término que se emplea es katartisei, cuya primera acepción es “reparar”, por
ejemplo las redes de los pescadores (Marcos 1:19). Significa “equipar” o “suplir”. Uno de los
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resultados del sufrimiento es que nos equipa o suple para que podamos ayudarles a otros que
sufren (2ª de Corintios 1:3-4). Igualmente, el sufrimiento fortalece, afirma y afianza a los que
resisten confiando en el Dios de toda gracia.
Conclusión (1ª de Pedro 5:12-14). En la conclusión de 1ª de Pedro se da el nombre del escriba:
Silvano o Silas, quien envía saludos de la iglesia que está en Babilonia, término cristiano en
código para Roma. También está presente Marcos, a quien Pedro aquí llama su hijo y cuyo
evangelio ha sido considerado ampliamente como una trascripción de la predicación del mismo
Pedro.
Los cristianos deben saludarse unos a otros con un beso de amor y una bendición final invoca la
paz sobre los que están en Cristo Jesús. Así que en una época de revueltas y problemas, la palabra
final es “paz”.
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PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 8
1. ¿Qué nos ha lleva a “la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios”?
2. ¿Cuáles son los cuatro mandatos importantes en vista del inminente regreso de Cristo?
3. ¿En qué forma son todos los cristianos “carismáticos” en alguna medida?
4. ¿Cuáles dos dones que Pedro menciona son prácticamente universales?
5. ¿Cómo debemos ver las pruebas?
6. ¿Cuál debe ser el reproche que se nos haga?
7. Cuando se presentan extremos como ejemplos de pecado, ¿qué nos demuestra esto?
8. Según la usanza del Nuevo Testamento, ¿cuál era el significado simple del término
“ancianos”?
9. ¿Cuál era la responsabilidad que los “ancianos” compartían con los apóstoles?
10. ¿Cómo se deben caracterizar todas las relaciones personales?
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NOTAS DE LA LECCIÓN 9
ESBOZO TEMÁTICO DE 2ª DE PEDRO
1. Saludos (2ª de Pedro 1:1-2)
2. La piedad y el crecimiento cristiano (1:3-21)
a. Adiciones necesarias a la fe (1:3-7)
b. Valores necesarios para la madurez cristiana (1:8-11)
c. Un recordatorio necesario (1:12-15)
d. Nuestra palabra segura de verdad (1:16-21)
3. Advertencia contra los falsos maestros (cap. 2)
a. El peligro de la herejía (2:1-3)
b. Las lecciones de la historia (2:4-11)
c. Los Balaam de hoy (2:12-16)
d. Un trágico final (2:17-22)
4. La segunda venida de Cristo (cap. 3)
a. Los que dudan (3:1-7)
b. El Día del Señor (3:8-10)
c. La dinámica moral (3:11-16)
5. Conclusión (3:17-18)
INTRODUCCIÓN
El tema central de 2ª de Pedro es la importancia de la madurez en una vida santificada. Por la fe
nos apropiamos de las promesas de Dios y nos hacemos “copartícipes de la naturaleza divina”, la
cual nos liberta de “la corrupción que hay en el mundo a causa de las pasiones” (vs. 1:4-5).
Pero la fe no existe aisladamente. A la fe deben añadirse las gracias que llevan a la madurez del
carácter santo. Debemos “crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo” (v. 3:18).
Autor: ¿Pedro o alguien más?
2ª de Pedro es uno de los libros más cortos del Nuevo Testamento y al mismo tiempo, se
distingue por ser uno de los más controversiales. Muchos estudiosos del Nuevo Testamento creen
que no fue Simón Pedro, sino otra persona, quien escribió esta carta.
Los puntos a favor y en contra del argumento se pueden hallar en cualquier introducción al
Nuevo Testamento o en comentarios críticos. Baste aquí decir que no hay una razón de peso para
negar que la primera línea de la carta sea exacta: “Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a
los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente
Epístolas Generales 73
preciosa que la nuestra” (v. 1:1).
Aparte de los argumentos de los estudiosos no hay nada en 2ª de Pedro para creer que un
falsificador haya incluido el nombre de Pedro allí. La carta no dice nada que contradiga lo que
sabemos Pedro enseñó, no introduce nada novedoso en cuanto a doctrina cristiana, y no contiene
nada que un falsificador quisiera validar al adjuntar tan honroso nombre a su escrito.
No podemos negar que el griego de 1ª de Pedro es mucho más pulido que el de 2ª de Pedro. Hay
diferencia en estilo, en vocabulario y teología entre ambas cartas. Esta diferencia puede
explicarse porque es posible que Pedro usara un secretario diferente para su segunda carta que
para la primera. También, el tema de la segunda carta es distinto al tema de la primera.
Contenido
1. Mantener la fe
Los escritores del Nuevo Testamento tenían gran interés en afirmar a sus lectores en la verdadera
fe y en advertirles que no aceptaran falsas doctrinas. Este interés es particularmente evidente en
2ª de Pedro. Así como hubo falsos profetas en los tiempos del Antiguo Testamento, Pedro prevé
el peligro de la herejía en los círculos cristianos. En particular se preocupa por las doctrinas que
excusan el pecado y la inmoralidad en quienes profesan el nombre de Cristo.
Pedro conoce bien la seducción que ejerce cualquier enseñanza que les permita a los hombres
carnales “no sólo tener el pastel, sino también comérselo”, es decir, vivir por los deseos de la
carne sin dejar de afirmar que tendrán salvación en Cristo (vs. 2:12-19). Algunas personas
enseñaban que la salvación liberaba a los cristianos de la necesidad de vivir una vida santa. Le
daban vuelta a la doctrina paulina de la salvación por la gracia para respaldar su posición (v.
3:16). Puesto que creían que no había nada de malo en pecar, se burlaban de la idea de que Cristo
volvería a juzgar a los hombres. Para su propio beneficio atraían a las personas, prometiéndoles
que podían ser cristianas sin dejar de vivir una vida inmoral.
Pedro escribe en calidad de pastor preocupado para contrarrestar estas falsas enseñanzas y su
influencia en la vida de los primeros cristianos. Deja en claro que quienes caigan en esa
enseñanza les irá aún peor que a los que jamás hayan oído el evangelio (vs. 20-22). Su interés es
que haya una barrera contra esa falsa enseñanza y esa vida inmoral incluso después de que él
haya partido (vs. 1:12-15).
2. El día del Señor
El contenido de 2ª de Pedro está completamente en línea con el propósito del apóstol. En el
capítulo 1 exhorta a los creyentes a crecer en la santidad. En el capítulo 2 ataca los engañosos
métodos y la vida inmoral de los falsos maestros. Y en el capítulo 3 reta a los que niegan que
Cristo volverá a juzgar el pecado.
La sana doctrina y el fin de las edades que está por venir indican la necesidad de llevar vidas “sin
mancha e irreprochables” (v. 3:14).
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El capítulo 3 es uno de los grandes pasajes del Nuevo Testamento que describen la Segunda
Venida de Cristo. Pedro lo establece claramente en el contexto de la sana doctrina y la vida
correcta. Para él, la verdad de la segunda venida de Cristo no es motivo para especulación sino
para justicia, paciencia y madurez cristiana. Así debe ser para todos nosotros.
SALUDOS
(2ª DE PEDRO 1:1-2)
Los saludos de Pedro en esta segunda carta se parecen mucho a los saludos de la primera. Añade
al título “apóstol de Jesucristo” el de “siervo”, título que también usó Pablo (Romanos 1:1,
Filipenses 1:1, Santiago 1:1 y Judas 1). Cuando se utiliza para indicar el servicio a los hombres,
“siervo” (literalmente “esclavo”) es un término de sometimiento. Cuando se utiliza para indicar el
servicio a Dios, implica un alto honor.
La carta va dirigida a los que han obtenido la fe preciosa (literalmente, “fe de igual valor”) con el
apóstol y sus compañeros. Esta fe es “por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo”. El
deseo de Pedro tanto aquí como en los saludos de su primera carta (v. 1:2) es que esa gracia y esa
paz se multipliquen sobre los lectores. Que esa multiplicación debe venir a través del
conocimiento de Dios y de Jesús nuestro Señor es una nota característica de 1ª de Pedro (vs. l:3,
5-6, 8; 2:20; 3:18). Cabe notar que el conocimiento que se menciona aquí, como es usual en la
Biblia, conlleva la idea de “relacionarse con” y no tanto la de “saber de”. No es meramente un
producto de la actividad mental o del temor, sino algo que es dado por la enseñanza del Espíritu
Santo (Juan 14:26; 16:13-15).
LA PIEDAD Y EL CRECIMIENTO CRISTIANO
(2ª DE PEDRO 1:3-21)
Adiciones necesarias a la fe (2ª de Pedro 1:3-7)
Pedro está sumamente preocupado por la madurez de sus amigos cristianos. Admite claramente
que la vida cristiana no es asunto de logros humanos. Es por el poder divino de Dios que se nos
conceden todas las cosas relacionadas con la vida y la divinidad (v. 3). Sus promesas también nos
son dadas para que seamos partícipes de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción
que hay en el mundo por causa de las pasiones (v. 4). La conversión y la limpieza son obra de
Dios—las llamamos “obras de gracia”.
Pero Pedro es el apóstol del crecimiento cristiano. Fue él quien describió la venida del Espíritu
Santo en Pentecostés, no como meta que debía ser alcanzada, sino como punto de partida o inicio
de una vida cristiana comprometida (Hechos 11:15). Sobre la fe debemos edificar una firme
superestructura de carácter cristiano y debemos hacerlo con diligencia (v. 5), con la mayor
sinceridad, cuidado y celo. Pedro da siete cualidades como adiciones importantes a esta base de la
fe vivencial:
1. Virtud. Es la excelencia moral en general, y el valor en particular. Indica el lado activo de la
fe mientras se adentra impertérrita en la vida.
2. Conocimiento. En palabras de Barclay, es “ese conocimiento que le permite al hombre decidir
Epístolas Generales 75
correctamente y actuar honorable y eficientemente en las circunstancias y situaciones del día
a día”. Es sabiduría práctica.
3. Dominio propio o templanza. Es el control de uno mismo. Pablo lo coloca en la lista “del
fruto del Espíritu” (Gálatas 5:23). Representa el control del espíritu sobre el cuerpo, las
disciplinas de la humanidad que son tan necesarias para llevar una vida eficaz.
4. Paciencia. Es soportar y ser fieles. Es “aceptar valerosa y valientemente todo lo que la vida
nos puede hacer, y la transmutación de incluso el peor de los eventos en otro paso para un
camino ascendente” (Barclay).
5. Piedad. Es una palabra para la que no existe un equivalente exacto en el español. Implica una
actitud que hace aquello que cree agradará a Dios. A veces se traduce este término como
“santidad”.
6. Afecto fraternal. Usualmente se traduce como “amor fraternal” (por ejemplo, en Romanos
12:10, 1ª de Tesalonicenses 4:9, Hebreos 13:1). Los cristianos componen una hermandad en
el Espíritu y deben considerar a sus compañeros discípulos como hijos del mismo Padre.
7. Amor (ágape). Va más allá del amor fraternal en el sentido que incluye a todos aquellos por
quienes no tenemos afecto natural. “Cuidar” es la palabra en español que más se acerca al
significado de “ágape”. Podemos cuidar y comprometernos con aquellos que quizás no
estimemos y comprometernos a lograr su bienestar. Aunque el término “amor” o “caridad” en
estos tiempos ya no se entiende como el amor ágape, es útil que recordemos que proviene de
caritas, el término en latín que significa “cuidar”.
Valores en la madurez cristiana (2ª de Pedro 1:8-11)
Pedro habla de cinco valores que se alcanzan cuando se añade fe a las cualidades indicadas en los
versículos 5 a 7.
1. Dar fruto (v. 8). Ser estéril o sin fruto se traduce mejor como “no estar ociosos ni sin fruto”.
Pedro comparte la preocupación del Maestro en cuanto a que el pueblo debe llevar fruto (Juan
15:1-6). Su actividad productiva debe basarse en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.
La actividad por sí misma no tiene cabida en el plan de Dios para Su pueblo.
2. Visión (v. 9). Si no crecemos nos volvemos ciegos y miopes. Sea desde una perspectiva
estricta como una más flexible, “sin visión, el pueblo perece” (Proverbios 29:18).
3. Memoria (v. 9). Si no añadimos valores a la fe, olvidaremos lo que Cristo ha hecho por
nuestra redención.
4. Firmeza (v. 10). Añadirle valores a la fe produce firmeza: “haciendo estas cosas, jamás
caeréis” (v. 10). La firmeza cristiana nunca es esa cosa automática que ha sido representada a
veces. Por otro lado, tampoco es asunto de duda. Dios ha provisto abundantemente para que
Su pueblo nunca caiga.
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5. Entrada (v. 11). La promesa de gloria no es por un margen estrecho como si nos hubiéramos
salvado “por un pelo”. “De esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el
reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”.
Un recordatorio necesario (2ª de Pedro 1:12-15)
El cristiano se nutre “de precepto en precepto, de línea en línea”. Pero las lecciones aprendidas se
pueden desaprender. Pedro escuchó de labios del Señor: “Apacienta a mis corderos” (Juan 21:15;
“ovejas”, vs. 16-17). Esta tarea es de nunca acabar. Las ovejas que se apacientan un día, al día
siguiente están listas para volver a comer.
Es importante confirmar la verdad presente (v. 12). Toda la verdad de Dios es eterna y oportuna.
Sin embargo algunos aspectos de la verdad son más necesarios en algunos períodos de la vida de
la Iglesia. Algunos aspectos importantes de la verdad presente de nuestros tiempos giran
alrededor de la persona y obra del Espíritu Santo, así como del regreso de Jesucristo a esta tierra.
La declaración que Pedro hace sobre el inminente fin de su vida (v. 14) nos recuerda las palabras
de Pablo en 2ª de Timoteo 4:6-8. Juan Wesley dijo de su pueblo: “Murieron bien”. Sólo aquel
que ha caminado con Dios tiene esa serenidad confiada cuando la muerte se acerca. Tanto Pedro
como Pablo consideraban que esta vida terrenal era semejante a vivir en un tabernáculo o tienda.
En el mejor de los casos es temporal. Nuestro verdadero hogar “está del otro lado”.
Nuestra palabra segura de verdad (2ª de Pedro 1:16-21)
Nuestra fe, experiencia y esperanza no se basan en fábulas astutamente ideadas (v. 16), sino en
una palabra de profecía segura (v. 19), o una “palabra de la profecía confirmada” (griego).
Pedro y sus compañeros apóstoles fueron testigos oculares de la majestad de Cristo en el Monte
de la Transfiguración. Allí Moisés, representante de la Ley, y Elías, representante de los profetas,
se subordinaron al Hijo, la revelación suprema y final de Dios.
Esta revelación suprema y final es como una luz brillante en la oscuridad, el amanecer de un
nuevo día marcado por la belleza del lucero de la mañana (v. 19). Aunque la verdad es una
posesión muy personal, es una posesión que tenemos por compartir la aventura. La Escritura no
es de interpretación privada (v. 20). No hay tal cosa como una “verdad privada”, aparte,
naturalmente, del verdadero informe de nuestra experiencia personal. La verdad es compartida.
Aquel que diga que hay una verdad que sólo él puede ver, es como la madre orgullosa que dice
de su hijo que marcha en el desfile: “Todos están marcando mal el paso, excepto mi hijo”.
La palabra profética del Antiguo Testamento no vino por voluntad del hombre—producto del
intelecto humano. La nota clave de la predicación profética siempre fue y es: “Esto dice el
Señor”. “Los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (v. 21).
ADVERTENCIA CONTRA LOS FALSOS MAESTROS
El peligro de la herejía (2ª de Pedro 2:1-3)
Epístolas Generales 77
La importancia de la verdadera profecía le recuerda a Pedro el peligro de los falsos maestros. Los
falsos maestros en la cristiandad son como los falsos profetas de los tiempos del Antiguo
Testamento. Hablan palabras que no vienen del Dios verdadero. Introducen herejías que
destruyen. Incluso niegan al Señor que los compró, pues sin romper los votos para con Su causa,
la profesan mientras al mismo tempo enseñan lo que la socava.
Los falsos maestros siempre encuentran seguidores. Nunca es seguro juzgar la verdad de una
nueva moda partiendo del número de seguidores que gane. La herejía particular que se describe
aquí era una forma de gnosticismo—posiblemente tan extrema que “persuadió a personas que,
habiendo sido redimidas por Cristo y habiendo vivido en el Espíritu, se olvidaron de los
escrúpulos morales y empezaron a vivir como deseaban en su vida diaria” (A.R.C. Leaney). El
resultado de seguir enseñanzas como esas fue que se empezó a hablar mal del camino de la
verdad. Las heridas más profundas que ha recibido el cristianismo son las que han provenido de
personas que se confiesan amigas. El cínico comentario de George Bernard Shaw, quien dijo que
“el problema con Jesucristo fue que tuvo discípulos” y algunos muy indignos, produce cierto
escozor.
El motivo de los falsos maestros es la codicia—“la codicia del dinero”. Con muy raras
excepciones, los líderes de los cultos suelen enriquecerse por sus actividades—y algunos de ellos
enriquecen más allá de toda razón. “Negociarán su credulidad con claras fabricaciones”. Pero el
Dios de la verdad no puede ser burlado. El juicio de esos falsos maestros está cerca.
Las lecciones de la historia (2ª de Pedro 2:4-11)
Para ilustrar el destino cierto de los falsos maestros y sus seguidores, Pedro escoge tres ejemplos
bien conocidos de pecado con sus respectivos castigos.
1. La caída de los ángeles (v. 4). El origen del mal en el universo está envuelto en oscuridad.
Las pistas que ofrece la Escritura señalan que Satanás y sus demonios fueron creados como
poderosos seres angélicos. Por su orgullo y ambición, Satanás y los que a él se asociaron, se
rebelaron contra Dios y como resultado fueron expulsados del cielo.
El “infierno” (tartarus, término que se usa sólo aquí en el Nuevo Testamento) y las “prisiones
de oscuridad” (los mejores manuscritos griegos dicen “fosos”), describen la esfera en la que
operan los ángeles caídos, que están destinados para el juicio final y el fuego eterno (Mateo
25:41). Por haberse rebelado contra la más grande luz, están sentenciados a la más profunda
oscuridad.
2. Los hombres antes del diluvio (v. 5). La generación antes del diluvio rechazó el testimonio y
la obra de Noé y fue condenada por haberle dado la espalda a la verdad. Sólo aquí se describe
a Noé como predicador de la justicia, aunque en el relato de Génesis 6:8-9 se dice que Noé
“fue perfecto entre los hombres de su tiempo” y “halló gracia ante los ojos de Jehová”. Junto
con él se salvaron otras siete personas: su esposa, sus tres hijos y sus tres nueras.
3. Sodoma y Gomorra (vs. 6-11). El carácter de Lot se describe mejor aquí que en el relato de
Génesis. Lot “afligía cada día su alma viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos” (v. 7).
Muchísimos de nosotros nos hemos acostumbrado tanto al mal de que ya no nos impacta. Las
EPÍSTOLAS GENERALES
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78
famosas palabras de Alexander Pope describen este peligro:
El vicio es un monstruo de tan terrible faz,
que lo debiéramos odiar y nunca contemplar,
pero vemos su rostro tantas veces
que primero lo soportamos, luego lo compadecemos
y finalmente lo abrazamos.
¡Cuán terrible es este cuadro para quienes rechazan la verdad! Desprecian la autoridad. Son
atrevidos, desafiantes, sólo desean agradarse a sí mismos. Aunque el significado exacto de la
maledicencia aquí descrita es oscuro, la caracterización de estos falsos maestros es
suficientemente clara. No tienen el freno de la modestia y el autocontrol.
Los Balam de hoy (2ª de Pedro 2:12-16)
Estas palabras abrasadoras fueron escritas con ira santa. Las falsas religiones condenan la
verdadera fe sin siquiera molestarse en comprenderla. Los frutos de sus propias enseñanzas
corruptas los destruirán. Guían a sus seguidores hacia la sensualidad y al mal. La marca de su
apostasía es que no pueden dejar de pecar. En el error no hay poder de elevación moral.
Un trágico fin (2ª de Pedro 2:17-22)
A lo largo de todo este capítulo se desarrolla el tema de que el juicio es inevitable.
Independientemente de cuál sea el destino de los que jamás han tenido la oportunidad de conocer
la verdad, Pedro está seguro del destino de aquellos que tienen la verdad y la han corrompido. El
pasaje entero hace memoria de la parábola de la casa que se barre y embellece, pero que por
dejarse vacía es ocupada por siete demonios aún peores que el que originalmente fue echado
fuera (Mateo 12:43-45).
LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO
2ª DE PEDRO 3
Este capítulo es uno de los pasajes en el Nuevo Testamento que hablan del regreso de Cristo.
Testifica claramente en contra de la idea de que la Iglesia del Nuevo Testamento olvidó
gradualmente la enseñanza de la Segunda Venida, dado que Jesús no regresó tan prontamente
como se esperaba.
Los que dudan (2ª de Pedro 3:1-7)
En lugar de escuchar a falsos maestros, Pedro urge a los lectores que recuerden las enseñanzas de
los fieles maestros del camino de la verdad. En lugar de hablar de cosas novedosas, Pedro les
recuerda lo que enseñaron tanto los profetas del Antiguo Testamento como los apóstoles del
Nuevo.
Los apóstoles del Nuevo Testamento predijeron libremente que Cristo regresaría a la tierra. Jesús
mismo dijo: “Volveré”. Como toda verdad bíblica, algunos la escucharon con cierto
escepticismo. Las personas que viven lejos de Cristo no reciben bien la verdad de que Jesús
Epístolas Generales 79
volverá. Los que vivían antes del Diluvio y no creyeron que éste sucedería, ¡no se salvaron
cuando subieron las aguas!
Jesús relacionó su regreso (1) con el diluvio (Mateo 24:38-39, Lucas 17:26-27) y (2) con la
destrucción de Sodoma y Gomorra, juicio que fue ejecutado por fuego y no por agua (Lucas
17:28-32). La misma Palabra de Dios que les había advertido a las personas que vendría un
diluvio (Génesis 6:3, 7 y ss.) les advierte ahora que habrá destrucción por fuego (v. 7).
El Día del Señor (2ª de Pedro 3:8-10)
El Día del Señor era una frase muy común en el Antiguo Testamento y se usaba para describir los
últimos tiempos. Casi siempre se relacionaba con la intervención divina en los asuntos de los
hombres. El Dios eterno no está limitado por calendarios humanos. Sin embargo, nunca llega
antes ni después. El Señor nos ha dicho lo suficiente sobre el futuro como para estimular nuestro
apetito, pero no tanto como para satisfacer nuestra curiosidad. Ese día vendrá de repente. Será el
fin de la historia terrenal dentro del lapso que inició en la creación (Génesis 1:1). Introducirá un
nuevo orden eterno de “nuevos cielos y una nueva tierra, donde reinará la justicia” (v. 13).
La dinámica de la moral (2ª de Pedro 3:11-16)
El “ya que” de la Segunda Venida lo tiene Pedro bien claro en su mente: ¿Qué clase de personas
debemos ser para llevar una vida de santidad y piedad? La actitud de Pedro hacia Pablo refleja la
grandeza del hombre. Aunque Pablo lo “había confrontado porque tenía culpa” (Gálatas 2:11),
Pedro no le guardaba rencor. Admite que los escritos de Pablo tienen ciertas cosas difíciles de
comprender, pero defiende su valor. Los escritores de la Biblia son totalmente inconscientes de
su participación en la inspiración de lo que escriben. Hablaron mejor de lo que sabían, como dice
Pedro de los profetas del Antiguo Testamento (1ª de Pedro 1:10-12).
Conclusión (2ª de Pedro 3:17-18)
La carta de Pedro termina con una advertencia final y un plan para la vida. La advertencia es
contra la influencia de los inicuos (v. 17, literalmente “los que no tienen ley”). Esto incluye tanto
a los seguidores de falsas religiones del capítulo 2, como a los que “tuercen las Escrituras para su
propia perdición” (v. 16).
Pedro, el gran apóstol de Pentecostés, es justo y fuerte en cuanto a la importancia de crecer en la
vida cristiana (v. 18, Cf. Hechos 11:15, 2ª de Pedro 1:5-11). Aquí no hay nada que hable de
crecer hacia adentro de la gracia. Uno no puede cultivar plantas hacia adentro del jardín. Lo que
hay aquí es una exhortación a “crecer en gracia”.
A la par de crecer en gracia, debemos crecer “en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo”. Algunos han separado erradamente la gracia del conocimiento, y han supuesto que
ambas cosas son incompatibles. Pedro no cree en esa separación. Jesús es la Fuente de ambas
cosas, “la gracia y la verdad” (Juan 1:17). A Él sea la gloria hoy y por siempre. ¡Amén y amén!
EPÍSTOLAS GENERALES
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EPÍSTOLAS GENERALES – BI 425
PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 9
1. ¿Cuál es el tema central de 2ª de Pedro?
2. ¿Cuáles son las dos preocupaciones importantes que tenían los escritores del Nuevo
Testamento?
3. ¿Cuáles son los temas específicos de cada capítulo de 2ª de Pedro?
4. ¿Cuáles dos cosas señalan la necesidad de llevar una vida “sin mancha” e “irreprochable”?
5. ¿La verdad de la segunda venida de Cristo sirve de base para cuáles tres cosas en nuestra vida
cristiana?
6. ¿Cuáles siete cualidades son adiciones importantes al fundamento de la fe vivencial?
7. ¿Cuáles son los cinco valores que se obtienen cuando se añaden esas siete cualidades a la fe?
8. ¿Qué representaron Moisés y Elías en el Monte de la Transfiguración y por qué se
subordinaron a Cristo, el Hijo?
9. ¿Cuáles tres ejemplos de pecado y castigo utilizó Pedro para ejemplificar el destino cierto que
tendrán los falsos maestros y sus seguidores?
10. ¿Cuál es la advertencia final y el plan de vida que hay en la conclusión del capítulo tres de 2ª
de Pedro?
Epístolas Generales 81
EPÍSTOLAS GENERALES – BI 426
NOTAS DE LA LECCIÓN 10
1ª de Juan 1:1-2:27
ESBOZO TEMÁTICO DE 1ª DE JUAN
1. Prólogo (1:1-4)
2. Requisitos para la comunión: Caminar en la luz (1:5-2:27)
a. Caminar en la luz significa estar limpio de pecado (1:5-10)
b. Caminar en la luz significa ser imagen de Cristo (2:1-8)
c. Caminar en la luz significa amar al hermano (2:9-14)
d. Caminar en la luz significa apartarse del mundo (2:15-17)
e. Caminar en la luz tiene fecha límite (2:18-27)
3. El nuevo nacimiento: Ingreso a la comunión
a. Nacer de nuevo es estar listo para Su venida (3:1-3)
b. Nacer de nuevo es no pecar (3:4-10)
c. Nacer de nuevo es amar a los hermanos (3:11-18)
d. Nacer de nuevo es tener confianza delante de Dios (3:19-24)
e. Nacer de nuevo es probar los espíritus (4:1-6)
4. Seguridad y comunión en Cristo (4:7-5:12)
a. Seguridad y comunión en el amor de Dios (4:7-12)
b. La presencia del Espíritu Santo nos da seguridad (4:13-16)
c. La valentía: fruto y característica de la seguridad (4:17-21)
d. Seguridad en la familia de Dios (5:1-5)
e. El testimonio del Espíritu (5:6-10)
f. Seguridad de vida en el Hijo (5:11-12)
5. Epílogo: Beneficios de la comunión (5:13-21)
a. Reafirmación del propósito de la carta (5:13)
b. Oración: un beneficio de la comunión cristiana (5:14-16)
c. El mundo en pecado: excluido de la comunión (5:17-19)
d. Cómo comprender el beneficio de la comunión en Cristo (5:20)
e. Un consejo de despedida (5:21)
INTRODUCCIÓN
La primera carta de Juan es una de las favoritas de las Epístolas Generales del Nuevo
Testamento. Su énfasis en las certezas del evangelio de Jesucristo y en las realidades de la
salvación, ha hecho que millones acepten el evangelio y se sientan seguros. Se le considera una
epístola “general” porque no nombra a sus destinatarios. Esta carta probablemente fue enviada a
un grupo de cristianos de Asia Menor que estaban siendo afectados por falsos maestros. Aunque
estos maestros habían dejado la iglesia, intentaban persuadir a los cristianos a que siguieren sus
falsas enseñanzas. Estos maestros negaban que Jesús fuera el Cristo, el Hijo de Dios, porque no
EPÍSTOLAS GENERALES
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creían que Dios podía realmente haberse hecho hombre. Afirmaban tener una revelación superior
por la cual tenían conocimiento directo de Dios. Aunque afirmaban no tener pecado, no tenían en
cuenta los mandamientos de Cristo, particularmente Su mandato de amarnos los unos a los otros.
Propósito
El propósito de esta carta está claramente indicado en el versículo 5:13: “Para que sepáis que
tenéis vida eterna y para que creáis en el nombre Hijo de Dios”. Juan escribe para demostrar que
no es posible conocer verdaderamente a Dios sin que medie un compromiso con el Hijo de Dios,
que es hombre y Dios, y sin recibir el perdón de los pecados que Su muerte ofrece. La comunión
con Dios se evidencia por tener fe en Cristo, obedecer Sus mandatos y amar a los hermanos.
Énfasis
Esta carta enfatiza que Dios el Hijo realmente se hizo hombre en la persona de Jesucristo. Por
medio de este Cristo, Dios y hombre, se le ofrece vida eterna a la humanidad. Su muerte ha
provisto perdón para los pecados. Su amor expresado en Su muerte por nosotros es ejemplo y
poder para nuestras vidas. Recibimos perdón, amor y vida eterna si confiamos en que Él es el
Hijo de Dios que se hizo hombre. Por tanto, habitamos en Él y en el Padre. Nuestra fe en Él se
fundamenta en el testimonio de los apóstoles y en el testimonio que da el Espíritu Santo en las
Escrituras y en nuestro corazón.
El Espíritu Santo nos da poder para amar y vivir santamente. Como Cristo nos ha mostrado que
Dios es luz o santidad, no podemos vivir en Él y practicar el pecado a la misma vez. Las marcas
del verdadero cristiano son la obediencia, el amor y una fe continua en Cristo. Juan Wesley
utilizó seis textos de esta epístola para respaldar la doctrina de la santificación completa (1:5, 1:7-
9; 2:6; 3:3; 3:8-10; 5:18).
PRÓLOGO
1ª DE JUAN 1:1-4
La comunión de la vida eterna en Cristo
En sus últimos años, el discípulo “a quien Jesús amaba” (Juan 21:7, 20) les escribió a las iglesias
de Asia Menor. Era un tiempo de controversia ideológica. Los gnósticos habían dividido a las
iglesias con conceptos elaborados de seres sobrenaturales y negando la deidad de Jesús. Era
necesario reafirmar a los cristianos sobre las verdades básicas de la fe y la vida en Cristo.
Juan había sido testigo de la Palabra de Vida. Lo había tocado y había experimentado Su
presencia. Lo había oído hablar sobre las verdades de Dios. Podía retar a cualquier que dijera que
Él sólo “parecía” ser divino. Juan había caminado y hablado con Él. Había visto sus milagros. Lo
había visto morir en una cruz. Había visto la tumba vacía y las mortajas dejadas atrás, de manera
que estaba convencido que Jesús se había levantado de entre los muertos. Había estado con los
demás discípulos cuando el Señor resucitado se había aparecido de repente entre ellos y les había
dado la paz. Había compartido el gozo del momento en que vio las cicatrices en Sus manos y Su
costado. Por tanto, su respuesta a los que habían creado una teoría elaborada y una explicación
torcida era que había visto y conocido la Palabra de Vida. Juan habló desde su propia experiencia
Epístolas Generales 83
personal.
1. La convicción central de los que seguían a Jesús era que Dios estaba en Él. Sin importar
quiénes lo hubieran aceptado, la vida de Dios fue hecha visible en Cristo y fue conocida
como vida eterna. Lo que Juan quiere decir con el término “vida eterna”, tiene más relación
con lo infinito, que con la ausencia de tiempo. La distinción entre “ilimitado” y “sin tiempo”
es importante porque la herencia cristiana no es una cualidad que se recibe después de la
vida, sino en el aquí y el ahora; existe después de la muerte porque no tiene tiempo y nada
puede separar al cristiano de esa vida.
La vida eterna es el punto de comunión entre el Padre y el Hijo. El cristiano que la recibe
ingresa en esa comunión.
2. La historia del Ser Humano es el relato del hombre que busca la vida. El hombre ha
luchado constantemente por una vida más plena y rica. Sólo en Cristo hay respuesta para su
anhelo más profundo.
3. Tal como lo fue para los discípulos en la primera noche pascual, la comunión de la vida
eterna en Cristo es la fuente del gozo. Juan dice que escribió la carta para que el gozo de sus
lectores sea completo. Es el gozo de ingresar a la vida plena, el gozo de entender aquello para
lo cual fuimos hechos. Hay muchas maneras de expresar el gozo, como cantar, gritar, sonreír
o participar de todo corazón en lo que se esté haciendo. El modo de esta expresión no es tan
importante como el gozo que se expresa.
La vida cristiana está llena de gozo. Es un gozo que viene cuando uno nace de nuevo y dura a
lo largo de cada experiencia. A veces es efervescente y brota en canción o alabanza. A veces
es callada y profunda. Pero siempre crece con el pasar de los días. Llegará a su culminación
cuando el Señor regrese y les diga a los fieles a Su derecha: “Entrad en el gozo de vuestro
Señor” (Mateo 25:21).
REQUISITOS PARA LA COMUNIÓN—CAMINAR EN LA LUZ
1ª DE JUAN 1:5-2:27
Caminar en la luz significa estar limpios de pecado (1ª de Juan 1:5-10)
El mensaje cristiano parte de la premisa que Dios es luz. En Él no hay oscuridad. La luz
simboliza iluminación y revelación; también sanidad, seguridad y gozo. En los tiempos de la
Iglesia Primitiva, la luz era un símbolo de pureza ética. Los esenios dividían a los hombres en
hijos de la luz e hijos de las tinieblas. Los Rollos del Mar Muerto tienen mucho que decir sobre el
conflicto entre esos grupos. El Maestro de la Justicia es el líder de los hijos de la luz.
Dios trae verdad y significado al mundo que ha creado. Los que responden con una vida santa
son los que caminan en la luz. Son los hijos de la luz. Decir que uno tiene comunión con Dios,
sin obedecer Sus mandamientos ni hacer Su voluntad, es mentir, dice Juan. Pero caminar en la luz
es confesar los pecados bajo el juicio moral de Dios. Es pedir y recibir Su perdón. Es someterse a
Su limpieza. Caminar en la oscuridad es engañarse a uno mismo y en orgullo negar que uno tiene
pecado. Es hacer de la verdad de Dios una mentira.
EPÍSTOLAS GENERALES
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Los hijos de la luz caminan en ella y son limpiados; los hijos de las tinieblas se esconden de la
luz. Se engañan a sí mismos, y al negar la verdad se intensifica su oscuridad. No hay término
medio. No hay manera de evitar las exigencias de la luz. Ésta no echará para atrás ni se atenuará,
sino que revelará las cosas tal como son. No sirve argumentar o racionalizar su juicio. O se acepta
su evaluación o se enrumba por un camino de autoengaño que termina en confusión y distorsión
moral, hasta que la ceguera lo encierra a uno en un oscuro desván de negación. La verdad se
vuelve no-verdad y Dios en mentiroso. ¡Cuán grande es esa oscuridad!
Caminar en la luz es sinónimo de victoria en Cristo. Si Dios es luz, entonces caminar en la luz es
caminar con Dios. Es encarar cada defecto y necesidad con el conocimiento gozoso de que cada
vez que lo confesamos, la sangre de Jesús nos limpia. Implica también un progreso hacia arriba.
La comunión con Dios significa la realización de nuestro potencial.
Caminar en la luz es suponer que Dios desea lo mejor de Él para nosotros. Para los lectores de
esta carta, la afirmación de que el perdón y la limpieza de los pecados eran pruebas de que ellos
caminaban en la luz tuvo una importancia especial. Había algunos que decían que caminaban en
la luz pero llevaban vidas pecaminosas. Juan dice que se estaban siguiendo sólo a sí mismos.
Porque si uno camina en la luz, su vida expresa un comportamiento moral y ético. Esto también
es pertinente para el día de hoy. Aunque lo que está de moda parece ser proclamar que se es
pecador y llamar a esto “liberación”, hay muchos que hablan de haber nacido de nuevo aunque
sus vidas no muestran que caminan hacia la pureza. Fallan en la prueba que Juan declara.
Caminar en la luz significa ser imagen de Cristo (1ª de Juan 2:1-8)
El término “cristianos pecadores” es una contradicción. El objetivo de seguir a Cristo no es
pecar. La definición de “cristiano” como “seguidor de Cristo” significa haber dejado la vida de
pecado y por Su gracia, haber iniciado una nueva vida. Es la voluntad de Cristo que Sus
seguidores no pequen. A la mujer adúltera le dijo: “Vete y no peques más” (Juan 8:11). Al
hombre que sanó tras 38 años de aflicción le dijo: “Mira, has sido sanado; no peques más para
que no te suceda algo peor” (Juan 5:14).
Pero si un hombre peca, hay remedio seguro en Cristo. Jesús es el Abogado del cristiano delante
de Dios. No está allí para excusar el pecado, sino para ser el Ayudador del cristiano que intenta
hacer lo correcto, pero fracasa en el intento.
Él no sólo nos comprende, sino que pagó el castigo por el pecado. Él cargó los pecados de todo
el mundo y de todas las épocas en Su cuerpo en la cruz. Amó al mundo y se dio a Sí mismo por
él. Su muerte es el testimonio eterno de Su amor y de la eficacia de Su expiación por el pecado.
Dondequiera que la gente ha escuchado las Buenas Nuevas y ha creído en Él, ha hallado en
Cristo la respuesta completa y adecuada para el pecado. Aunque la cultura les haya dado diversos
conceptos de qué es el pecado, el perdón y la limpieza no han sido diferentes. Nadie ha venido al
Salvador en vano.
Así como muchos dicen que caminan en la luz cuando en realidad caminan en oscuridad, hay
algunos que afirman conocer al Señor pero no viven de acuerdo con Sus mandamientos. La
realidad de la respuesta de Cristo al pecado se encuentra en nuestra obediencia a Su voluntad y a
Epístolas Generales 85
Su camino. Estos mandamientos no son leyes formuladas por los hombres. Son la Palabra de
Dios revelada en una ley moral. Los hombres han creado muchas reglas y regulaciones para
demostrar cómo deben obedecerse las leyes de Dios. Sin duda han tenido cierta fuerza, pero es
una fuerza que depende del conocimiento interior de la voluntad de Dios. Jesús hizo un resumen
más simple, pero aún así más completo, cuando dijo que debíamos amar a Dios con todo el
corazón, con toda la mente y con todas las fuerzas, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Declaró que sobre estos dos mandamientos se basaba toda la ley y los profetas (Mateo 22:37-40).
Sin importar lo que uno afirme, si la obediencia a la ley moral no es evidente, todo lo que uno
afirme es falso. Sea cual sea la forma en que uno racionalice su concepto de salvación, se
equivocará si habla de comunión con Dios y vive en pecado.
Conocer el perdón y la limpieza del Salvador nos lleva a caminar con Él. El amor de Dios
madura en la vida del creyente. La mejor prueba de Su presencia es el perfeccionamiento de este
amor conforme pasan los días. La perfección del amor de Dios es un resultado inevitable de
confiar en Cristo para salvación. Esa es la razón de Su muerte por nosotros. Su objetivo es que Su
amor sea perfeccionado en nosotros. Pablo les escribió a los santos en Tesalónica que el Dios que
nos llamó a santidad es fiel y lo logrará.
El perfeccionamiento del amor es una condición interna que debe hacernos caminar tal como
Cristo caminó. Ese caminar es el punto medular de la santificación. No es más ni menos que eso.
Crecer a imagen de Cristo es una prueba infalible de que se camina en la luz. Si uno mira más
allá, le puede parecer que aún falta mucho trecho por recorrer. Pero si vuelve la mirada atrás, al
lugar donde empezó, puede ver cuán lejos lo ha traído ya Cristo en Él. Dirá como dijo alguien:
“En este asunto de ser cristiano, descubro que todavía tengo mucho que caminar, pero también he
notado que caminar es algo bueno.”
Caminar en la luz significa amar al hermano (1ª de Juan 2:9-14)
Una tercera característica de caminar en la luz y tener comunión con el Padre, es amar al
hermano. Uno sabe que camina en la luz por el amor que siente por el hermano. El que odia es
ciego y tropieza, pero el que ama camina sobre terreno firme y confía. Fortalece a la familia de
Dios a su alrededor por medio de su generoso amor. Los demás se sienten confiados cerca de él.
Reciben calor de su amor y son liberados al darse cuenta de su potencial en Cristo.
La familia de Dios incluye todas las categorías de edad. Hay bebés recién nacidos, hay jóvenes y
hay padres de familia maduros. Todos experimentan en una u otra forma el amor de Dios que se
perfecciona en ellos. Las personas no maduran de igual forma. Todos progresan mucho en unas
cosas y lentamente en otras. Cada persona debe ministrar según su madurez y ser ministrado en
su inmadurez.
En un sentido, cada uno de nosotros tiene las características de los tres grupos que Juan
menciona. Podemos vivir en la frescura de un nuevo comienzo cada día. La gracia jamás debe
darse por sentada. Nunca terminamos de crecer. Mientras más caminemos con Cristo más nos
daremos cuenta de cuánto nos falta aún por recorrer. Los cristianos caminan juntos en la luz. Se
ayudan y sostienen unos a otros. El que es lento le enseña paciencia y disciplina a los que corren
locamente en todas direcciones. Los que son rápidos fijan metas y enseñan el reto de ver a largo
plazo. El fuerte apoya al débil. El débil muestra la calidez y la satisfacción de una gratitud
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verdadera. El amor que han recibido de Cristo halla su expresión en el interés por el compañero
peregrino. Este amor es el que hace que todos los hombres sepan que somos discípulos de Cristo
y que realmente caminamos en la luz.
Caminar en la luz significa apartarse del mundo (1ª de Juan 2:15-17)
Caminar en la luz es caminar hacia Dios. Él es la Fuente de la luz brillante. Es una luz que nos
llama y los que caminan en ella van hacia Él, alejándose del mundo. El mundo, como lo implica
Juan, no es el orden creado sino el mundo que ha caído por causa de la desobediencia del
hombre. El mundo es bueno cuando cumple el propósito para el que fue creado. Cuando se torna
algo distinto a eso, se convierte en un rival de Dios. Dios ama al mundo, porque es Su obra y el
estrado de Sus pies. Pero ningún hombre debe amar al mundo en el sentido de preferirlo a Dios.
Caminar en la luz es decirle adiós al mundo. Es necesario abandonar sus actitudes. Las personas
y cosas del mundo tienen valor para nosotros sólo porque enriquecen nuestra perspectiva de Dios
y de Su voluntad para nosotros. Juan coloca todo lo que es malo en el mundo en tres categorías:
(1) el deseo de la carne, (2) el deseo de los ojos y (3) la vanagloria de la vida. Estas tres cosas son
enemigas de nuestro amor por Dios.
Todo lo que esas tres cosas procuran, si se llega a obtener, desaparece pronto. Lo que parece
importante se va muy rápido. Pero el que hace la voluntad de Dios vive para siempre. Caminar en
la luz es dejar lo pasajero por lo eterno.
Caminar en la luz tiene fecha límite (1ª de Juan 2:18-27)
Es urgente caminar en la luz. Los tiempos del fin están a la vuelta de la esquina. No vale la pena
discutir que cada generación de cristianos ha sentido que vive en los últimos días. El Señor
mismo les dio a sus discípulos ese sentido de urgencia. Los elementos esenciales del fin de los
tiempos siempre están con nosotros. Sabemos que contamos con el hoy, pero no con el mañana.
El anticristo vendrá en los últimos días. Pero Juan dice que incluso en su tiempo había muchos
anticristos entre los cristianos. Al mismo tiempo que el cristiano camina en la luz, vendrán los
que negarán a Cristo y el evangelio. El término “anticristo” ha sido definido como aquel que se
opone a Cristo disfrazado de Cristo.
El cristiano tiene un arma contra ellos. El Espíritu de Dios es el Maestro y Defensor de la
verdad. Le recuerda al cristiano las verdades de Cristo. Le da visión, seguridad y guía a lo largo
del camino de la verdad. La unción del Santo guarda al cristiano en su lucha contra la ausencia de
verdad y los anticristos.
Nos parece difícil comprender cómo alguien puede llamarse cristiano y negar que Jesús sea el
Cristo. Incluso en los días de Juan fue necesario distinguir entre el “Cristo de la fe” y el Jesús de
la historia. Por medio del ministerio del Espíritu Santo, Jesús es real a todos los que creen en Él.
No es necesario vivir recordando la experiencia inicial, como si Cristo hubiera venido una sola
vez, nos hubiera tocado y luego hubiera partido. Tal como prometió, Cristo viene a quedarse. Día
y noche en toda situación y evento de la vida del creyente, Él está siempre presente. Aunque hoy
Epístolas Generales 87
día hay algunos que niegan Su deidad, y muchos que se llaman cristianos hacen aseveraciones y
tejen fantasías teológicas haciendo con ello la obra del anticristo, el cristiano sigue adelante en
esta comunión y camina en la luz. Las fechas límite sólo son para mantenerlo actualizado en su
relación con Cristo.
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EPÍSTOLAS GENERALES – BI 426
PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 10
1. ¿Por qué se considera “general” la epístola de 1ª de Juan?
2. ¿Por qué es 1ª de Juan una de las cartas favoritas de las epístolas generales del Nuevo
Testamento?
3. ¿Cuál es el objetivo de Juan para escribir esta carta?
4. ¿Cuáles son las tres evidencias de nuestra comunión con Dios?
5. ¿Cuál fue la respuesta de Juan a los que fabrican teorías floridas y dan explicaciones torcidas
sobre Cristo?
6. ¿Cuál es la premisa inicial del mensaje cristiano?
7. ¿Qué significa “caminar en la luz”?
8. ¿Por qué es una contradicción el término “cristiano pecador”?
9. ¿Cuál es en realidad la respuesta de Cristo al pecado?
10. ¿Cuáles son las tres categorías de maldad que identifica Juan?
Epístolas Generales 89
EPÍSTOLAS GENERALES – BI 426
NOTAS DE LA LECCIÓN 11
1ª de Juan 2:28-4:6
EL NUEVO NACIMIENTO: INGRESO A LA COMUNIÓN
Nacer de nuevo es estar listo para Su venida (1ª de Juan 3:1-3)
Cuando uno nace de nuevo uno se convierte en hijo de Dios. Es una nueva persona. “Las cosas
viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas” (2ª de Corintios 5:17). Esta relación es personal
y siempre está creciendo. Por ser hijo de Dios tiene la naturaleza de Dios. Ingresa a una nueva
clase de humanidad. El mundo no conoce esta clase de humanidad, porque esta realidad sólo se
entiende por el Espíritu Santo. Su testimonio al cristiano recién convertido es claro e indudable.
Sabe que ha nacido de nuevo y es parte de la familia de Dios.
Este testimonio interior le da confianza al cristiano mientras espera la segunda venida de Cristo.
No será avergonzado cuando el Señor aparezca. Puesto que Cristo es justo, todos los que nacen
de nuevo en Él deben vivir justamente. Esa es la marca de la nueva vida en Cristo—vivir
correctamente. Es prácticamente inconcebible que un hombre pecador pueda cambiar tanto como
para ser llamado hijo de Dios. Esto sólo es posible por medio del gran amor de Dios.
El cristiano no puede dejar de asombrarse. Ser llamado hijo de Dios es una de dos cosas: o es un
terrible error y una censura a Dios, o es un milagro de Su amor y Su gracia. El cálido testimonio
del Espíritu Santo le enseña que es lo segundo. El mundo de los hombres impíos no puede
comprender su gozo y se burlan o se enojan. Como no han nacido de nuevo, no conocen la
realidad de la nueva humanidad que fue instituida en la cruz. El mundo no conoció a Cristo y lo
crucificó como si fuera un criminal. Menearon la cabeza llenos de sorna y gritaron: “A otros
salvó, pero a sí mismo no se puede salvar” (Mateo 27:42).
Aunque el cristiano tiene un gozo abrumador en esta nueva relación en la familia de Dios,
también sufre porque no es comprendido por los que no son de la familia, entre los cuales suele
haber miembros de su propia carne y sangre. Dios lo conoce pero no es conocido por el mundo.
El dolor se reduce por el asombro que le causa saberse hijo de Dios. Los lazos que tiene con la
familia de Dios son mucho mayores que otros. El hecho más significativo de la vida del cristiano
recién convertido es que ahora es hijo de Dios.
Esto es suficiente en sí mismo, pero todavía hay más. No conocemos todo lo que seremos. Hay
una emocionante incertidumbre sobre ser hijo de Dios. Es aquello en que nos estamos
convirtiendo. Lo que somos por vivir la presencia de Cristo y tener una relación con Él es algo
maravilloso. Pero no lo es todo; Él no ha terminado con nosotros aún. Estamos siendo
transformados de gloria en gloria (2ª de Corintios 3:18). Sabemos cuál es el resultado final:
seremos como Cristo. Sabemos cuándo será esto: cuando Él venga por segunda vez.
Cristo es la meta de la historia humana. Su primera venida fue en Galilea hace mucho tiempo. Su
segunda venida será en cualquier momento. Aunque no se revela ese momento, el resultado ha
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sido prometido y no fallará.
La obligación del cristiano en todo esto es purificarse. No lo puede hacer por sí mismo. Lo logra
porque la sangre de Cristo lo limpia y esto ocurre si camina en la luz. Se fragua por la fe en Jesús
quien amó a los hombres y se dio por ellos. La única función del hombre en esto es que escoge
apropiarse de las bendiciones que se le ofrecen.
Nacer de nuevo no es pecar (1ª de Juan 3:4-10)
Sólo hay dos tipos de personas en el mundo. Los que hacen lo correcto y los que no. Los que
viven en justicia son los hijos de Dios. Los que hacen el mal son los hijos del diablo. El diablo
pecó desde el inicio. Es el padre de todo mal. Cristo no pecó. Vino a establecer una nueva raza de
personas que serían como Él y harían lo correcto. El contraste entre estos dos tipos de personas es
evidente. En consecuencia uno puede dar esta regla universal: “El que hace justicia es justo como
él es justo, el que practica el pecado es del diablo” (1ª de Juan 3:7-8).
Para comprender esta regla, uno debe saber qué es pecado. Juan dice que es la transgresión de la
ley; es no tener ley. Es un universo de ley moral. A pesar de la afirmación que hace la ética
situacional, sí hay absolutos morales. Dios es un Dios de orden. Es bueno y santo. Su orden es de
ley moral. Quienquiera que cometa pecado rompe la ley. El pecado es más que un acto aislado, es
una expresión de la disposición o la naturaleza que no acepta la ley moral. El hombre no es
pecador porque peca. Peca porque es pecador. Tiene la disposición a no tener ley.
El cristiano no peca. Ha nacido de nuevo a una nueva humanidad. Juan dice que es un hijo de
Dios y tiene la simiente de Dios en él, así que no puede pecar (v. 9). Lo que quiere decir, por
supuesto, es que no puede pecar y seguir siendo hijo de Dios. No existe tal cosa como un “santo
pecador”. Si viola la ley de Dios sin querer o sin darse cuenta, tiene un Abogado que es
propiciación y lo limpia de todo pecado. La llenura del Espíritu Santo en la vida del cristiano le
permite vivir una vida victoriosa por encima del pecado. Ese fue el objetivo de Jesucristo al venir
al mundo—destruir las obras del diablo y hacer que todos los hombres que así lo deseen sean
hijos de Dios y vivan correctamente.
Hay dos clases de personas en el mundo y uno las puede distinguir por la forma en que viven y lo
que hacen. Todo el que vive una vida pecadora o injusta no es hijo de Dios. Es más bien un hijo
del diablo, porque una de las marcas de haber nacido de nuevo es que uno no peca.
Hay pecados de omisión y de comisión. Pecar es tanto hacer cosas incorrectas como no hacer
cosas correctas. Saber qué es correcto y no hacerlo es pecado. Juan Wesley distinguía entre lo
que llamaba “un pecado propiamente dicho” y un “pecado impropiamente dicho”. Insistía en que
el pecado era una violación deliberada de una ley conocida de Dios. Si uno hace a propósito lo
que Dios ha prohibido, peca igual que como pecaron Adán y Eva en el huerto. Si deja de hacer lo
que Dios le ha dicho que haga, peca igual que el rey Saúl en la conquista de Amalec. Si uno dice
que no alcanzar el estándar perfecto es pecado, entonces, naturalmente, invalida la prueba que
Juan pone como marca del nuevo nacimiento. Por tanto, es peligroso definir el pecado en una
forma que le robe veracidad a la Palabra inspirada de Dios. Una vez que uno acepta esa
definición para adaptar el argumento personal o racionalizar la falta de fe, no hay forma de
detener la incredulidad—y al igual que el diablo, uno se volverá un acusador de los hermanos.
Epístolas Generales 91
La prueba es clara y la da Dios. El diablo es el padre de todo pecado. Los hijos de Dios hacen lo
correcto porque Cristo es justo y vive en ellos. No actúan según su voluntad, sino según la
voluntad de Dios. No se preocupan por el legalismo porque viven por la ley de su nueva
naturaleza en Cristo. Así como Él vivió justamente en este mundo, así lo hacen ellos en Su poder
y Su gracia. Esta es la razón por la que la santidad de vida no es una opción para el cristiano. Es
la marca que indica que pertenece a Cristo. Así como El que lo ha llamado de las tinieblas a la luz
es santo, así el nacido de nuevo sigue esa santidad y la encuentra en la llenura del Espíritu Santo.
Nacer de nuevo es amar a los hermanos (1ª de Juan 3:11-18)
Las dos clases de personas en el mundo también pueden clasificarse como los que se aman entre
sí y los que no. Así como la justicia y el pecado contrastan entre sí, así contrastan también el
amor y el odio. Los que aman son como Cristo que se dio a Sí mismo por los demás. Los que no,
son como Caín, que odió a su hermano y lo mató. El amor da y enriquece—el odio destruye. Las
personas que están motivadas por el amor han nacido de nuevo. Esta prueba ha sido válida desde
el inicio. Amarse los unos a los otros no es un mandamiento tardío dado después del ejemplo de
Jesús en la cruz. Ha sido la ley moral de Dios desde la creación del universo.
Caín fue malvado y odió a su hermano Abel, que era justo. Al puro inicio de la historia humana
Dios le dijo a Caín que si vivía justamente, sería aceptado. Juan afirma que Caín odiaba a su
hermano. El no haber sido aceptado por Dios le dio la excusa para destruir a Abel. Pero esto no lo
alivió. Caín se quejó de que su castigo era mucho más de lo que podía soportar. El odio que
sentía por su hermano no desapareció una vez que consumó el asesinato. Se quedó adherido a él y
lo alejó de la presencia de su familia. Habría sido un paria dondequiera que fuera si la
misericordia de Dios no hubiera impedido que la gente hiciera mayor su desesperación. El
espíritu destructivo de su propio odio era más que suficiente.
La historia de Caín debiera explicarle al recién convertido por qué es odiado por los que no han
aceptado el amor de Dios. Así como Caín odió a Abel porque el pecado lo controlaba, así odian a
los cristianos los incrédulos. Hablan de “nacer de nuevo” con sorna y sugieren que se trata de
algún tipo de raro fanatismo religioso. Así que el hijo de Dios no debiera sorprenderse o creerse
maltratado porque el mundo lo odia. El mundo lo odia porque el mundo es malo. Lo que las
personas crean del cristiano no es importante. Lo que cuenta es si su corazón está lleno del amor
de Dios que se derrama en el hermano y eventualmente en todos los hombres. Amar es vivir en la
vida; odiar es vivir en la muerte. En Cristo hay vida, en Caín hay muerte. Amar a los hermanos es
la prueba de estar en Cristo.
La evidencia del amor es Jesús en la cruz. Jesús mismo dijo que ningún hombre podría dar más
amor que aquel que daba su vida por el amigo (Juan 15:13). Nuestra forma de saber que Dios nos
ama es que envió a Jesús a morir en lugar nuestro. Verlo es testificar con Pablo que “Él me amó y
se entregó a Sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).
Pero Juan ve otra cosa en la cruz. Dice que fuimos amados con el más grande amor que
conocerán los seres humanos. Muestra también cómo y a quién debemos amar. La verdadera
respuesta al amor de Dios no es sólo amar a Dios sino amar a todos los que han sido creados a
imagen de Dios. Si Dios nos amó, debemos amar a los hermanos. Es la marca que evidencia que
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Cristo nos ha redimido en amor. Él nos perdona libremente de nuestros pecados y nos pide a
cambio, que perdonemos libremente a los demás. Él se dio a Sí mismo por nosotros; nos pide que
nos demos a nosotros mismos a los hermanos.
Nacer de nuevo es tener confianza delante de Dios (1ª de Juan 3:19-24)
Un hijo de Dios sabe que es hijo. No es algo que supone. Está seguro por la verdad de Dios. Sin
importar lo que sienta en el corazón, la verdad de Dios es mayor. Su confianza no está en lo que
él es, sino en lo que Dios es. Parece demasiado bueno para ser verdad. Al tener conciencia de sus
propias faltas y fracasos se puede ver tentado a cuestionar si en realidad es hijo de Dios. Pero la
verdad de Dios no se basa en los sentimientos del hombre, sino en Su palabra. Dios, no el
corazón del hombre, es la Fuente de la verdad.
La condenación de la que Juan habla aquí no es culpa ni rebelión contra Dios. Es algo que se
relaciona con la valía. Hay momentos en que el cristiano se siente indigno de ser llamado hijo de
Dios. El asombro de la gracia puede ser producir euforia o temor. El que Dios ame a quienes sólo
merecen condenación está más allá de toda imaginación. El que se trate de sólo una imaginación
es una tentación que uno puede tener. Si la tenemos, se nos recuerda que, aunque sea difícil de
comprender, no deja de ser una verdad. Dios no miente. Él es fiel a Su promesa y a Su Palabra. Si
uno vive en Dios, tiene seguridad por la realidad de esa relación. Quizás no parezca posible, pero
lo es. La seguridad descansa en Dios. Él es suficientemente grande y amoroso como para ver más
allá de nuestras faltas y ver nuestra necesidad. Conoce mejor que nosotros mismos la profundidad
de la gracia y la extensión del amor divino.
Las mismas alturas de gozo y alabanza que el hijo de Dios experimenta frecuentemente pueden
llevarlo también a desesperar cuando por alguna razón cesan. Muchos cristianos han vivido
depresiones emocionales tan severas que les han llevado a oscuridad. En la “oscura noche del
alma” la introspección puede llevarnos a auto-condenarnos. En esos momentos, el cristiano debe
confiar en la Palabra inconmovible de Dios. Dios lo sabe todo y entiende mucho mejor que
nosotros la razón de la oscuridad. La seguridad de que somos hijos no depende de los
sentimientos de nuestro corazón, sino de la fidelidad del Padre.
Si Jesús conoció la oscura noche de un corazón que se siente separado del Padre y halló
confianza al clamar: “Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”, así también podemos confiar
quienes lo seguimos. Dios es más grande que nuestro corazón y conoce todas las cosas.
Esta confianza de que somos hijos de Dios se basa en tres condiciones importantes de nuestro
corazón. Primero, debemos creer en el nombre del Señor Jesús. Segundo, debemos amarnos los
unos a los otros. Y tercero, tenemos el Espíritu Santo que mora en nosotros.
Nacer de nuevo es probar los espíritus (1ª de Juan 4:1-6)
Cuando uno vive una vida en el Espíritu, debe aceptar la responsabilidad de probar los espíritus
que le ofrecen guía y consejo. El mundo espiritual no está libre de error. El cristiano se topa con
muchas sugerencias e ideas falsas y engañosas. Si el diablo no logra que cometa actos
pecaminosos, trata de desviar los mejores propósitos del creyente para que no tengan fruto o
tomen caminos dañinos. El diablo tratará de que el cristiano haga lo correcto en la forma
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incorrecta. O incluso peor, lo tentará a que haga lo incorrecto por el motivo correcto. Ambas
cosas son contraproducentes para el reino de Dios y la vida espiritual del cristiano. Jesús les
advirtió a los discípulos que vendría un tiempo en que los hombres los matarían, creyendo que
con ello servían a Dios (Juan 16:2). En Mateo 7 habla de las personas en el juicio que insistirán
en que son hijos de Dios. Mencionarán lo mucho que hicieron por Cristo y en Su nombre. Pero
oirán como respuesta: “Nunca os conocí, apartaos de mí” (v. 23).
¿Cómo sabemos que estamos en el bando correcto? Ciertamente ni el fervor ni la convicción
interior son las mejores pruebas. ¿Hay una prueba litmus que podamos aplicar? Sí, dice Juan el
anciano, hay una forma de saber en todo momento que uno es hijo de Dios. Hay una forma de
probar los espíritus que parecen correctos pero no lo son. La prueba es Jesús. Si el espíritu
confiesa que Jesús es Dios que se hizo carne, proviene de Dios. El Hombre de Galilea en Su vida
y ministerio en la tierra es el único camino. El que acepte el registro que Él dejó, es verdadero. El
que no, es anticristo y falso.
Ésta es una de las razones por las que la Biblia sirve de base para todo lo que el cristiano cree y
hace. Dios inspiró que fuera escrita por medio del Espíritu para que podamos tener por testigos
oculares el registro exacto y válido de las verdaderas ideas y acciones. Dios estuvo en Cristo para
mostrarnos el camino a la vida, revelarnos las cosas que son eternamente importantes y hacer que
podamos conocerlo.
El cristiano no está solo cuando prueba el espíritu. Dios, quien es mayor, está en el cristiano y le
da la victoria. No es un infortunio que el error lo tiente. Porque cuando por medio del Espíritu de
Dios logra identificar el error y lo rechaza, recibe la más cálida confianza. La relación y
comunión que tiene el cristiano con Dios frente a las tentaciones de los falsos espíritus hace que
el esfuerzo valga la pena. El camino, la verdad y la vida en Cristo adquieren mayor significado si
se ponen a prueba contra opciones espurias. Cuando somos retados por algo falso, pero vemos el
error y nos ponemos del lado de la verdad, recibimos la seguridad de ser hijos con toda fuerza en
el corazón.
La popularidad no es una prueba adecuada de la verdad. Es tentador adorar ante el altar del éxito.
Vemos personas que prosperan usando la verdad de Dios para sus propios fines. Erigen grandes
catedrales y una gran audiencia los escucha y los ve. Millones de dólares ingresan para apoyar
sus proyectos y rescatarlos de las emergencias recurrentes. Concluimos que esto debe provenir de
Dios, porque disfrutan de tanta bendición. Pero Juan dice que esto no es necesariamente cierto. El
mundo responde a ellos porque son del mundo. Están atrapados en el camino del mundo, que
evalúa el valor. Hablan el idioma del mundo. La verdad no se determina por lo que recibe el
mayor apoyo, sino por lo que es fiel a las palabras del “Extraño de Galilea”. El mundo no lo
escucha porque no lo conoce. Pero el que nace de nuevo sí lo conoce.
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PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 11
1. ¿Qué le da confianza al cristiano mientras espera la segunda venida de Cristo?
2. ¿Cuál es la marca de la nueva vida en Cristo?
3. ¿Cuál es la obligación del cristiano y cómo la logra?
4. ¿Cuáles son las dos clases de personas en el mundo? ¿A quién siguen?
5. ¿Cuál es la regla universal que permite contrastar a estas dos clases de personas?
6. ¿Cuál es la diferencia entre los pecados de omisión y los pecados de comisión, y cuál es un
ejemplo de cada tipo?
7. ¿Cómo podemos explicarle al recién convertido por qué los hombres lo odian?
8. ¿Qué quiere decir “la noche oscura del alma” y cómo puede el cristiano lidiar con eso?
9. ¿Cuáles son las tres condiciones importantes del corazón que nos hacen confiar que somos
hijos de Dios?
10. ¿Qué es lo que más seguridad le da al corazón del cristiano de que es hijo de Dios?0222
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EPÍSTOLAS GENERALES – BI 426
NOTAS DE LA LECCIÓN 12
1ª de Juan 4:7-5:21
SEGURIDAD Y COMUNIÓN EN CRISTO
Seguridad y comunión en el amor de Dios (1ª de Juan 4:7-12)
La base para una experiencia y una relación con Cristo se halla en el amor de Dios. Dios es amor.
El amor es la suma total de Su ser. Todo lo que Dios es y hace es una expresión de Su amor. Así
que cuando se insta a los cristianos a amar a los demás, deben saber que ese amor proviene de
Dios. Él es la Fuente del amor. Cuando la vida de Dios nace en el cristiano, éste ama. Ese amor
es señal de que conoce a Dios, de Quien proviene el amor. Lo que Juan dice es que el amor, en
su sentido más excelso, describe la naturaleza misma de Dios y aquello que el recién convertido
comparte de la naturaleza del Padre.
Este excelso amor fue hecho claro al mundo en Jesús, el Hijo de Dios enviado al mundo para
revelarles a los hombres el amor del Padre Celestial. Este amor de Dios redime. Levanta a los
hombres del pecado y los hace tener comunión con Dios. Restaura la relación que Dios tenía en
mente cuando los creó. No sólo demuestra que Dios se acerca a los hombres, sino también que les
da una vida sin fin a quienes se acercan a Él.
La muerte entró al mundo de los hombres por causa del pecado. “El alma que peque, esa morirá”
(Ezequiel 18:20) es la regla por la que se gobierna el mundo. El amor de Dios se reveló en Jesús,
Quien sufrió la muerte que todos los hombres debieran sufrir. Su muerte y resurrección trajeron
el poder de la resurrección sobre los que reciben a Jesús antes de morir. Él mostró el amor de
Dios para que los hombres pudieran vivir por medio de Él.
La iniciativa la tuvo Dios. La seguridad y comunión en Cristo son una respuesta al previo amor
de Dios. El amor de Dios se nota en que Él amó primero. El amor que produce seguridad y
comunión no es algo que el cristiano pueda lograr por sí mismo. Es algo que Dios tuvo primero
para él. “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos
amó a nosotros”. Estas palabras de Juan son sumamente profundas. El cristiano no tiene que
inventar una forma de amar a Dios y a los demás pues ya es objeto del amor de Dios por medio
de Jesucristo. Lo único que debe hacer es responder a ese amor para entrar en una relación
correcta con Dios y con los demás.
Todo lo que el pecador debe hacer es aceptar el amor que se le ha donado tan libremente. Cuando
descubre que es grandemente amado, entiende que no puede amar nada más. Ama a Dios quien lo
amó primero tanto a él como a sus congéneres, hechos a la imagen de Dios.
Por consiguiente, se sigue simplemente que “si Dios así nos ha amado, también debemos
amarnos unos a otros”. Jesús ilustró esto con la historia del hombre que tenía una deuda
demasiado grande la cual no podía pagar. Pero, ¡o maravilla de maravillas!, aquel a quien le debía
el dinero lo perdonó generosamente. Sin embargo, ese hombre no quiso luego perdonar una suma
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pequeña que otro le debía y al cual le exigió el pago. La lección es clara. Ser libremente
perdonados por mucho implica perdonar lo poco. Haber sido amados mucho es amar todo lo que
nos sea posible.
Aunque no podemos ver a Dios, podemos amarlo con toda la capacidad que nos permita nuestra
fe. Un paso hacia el camino de amar plenamente a Aquel a quien no hemos visto, es amar a los
que sí vemos, a nuestros congéneres creados a Su imagen. Amar a otros, incluso a nuestros
enemigos, no es una orden tan difícil de cumplir si vemos la actividad de Dios en nosotros. El
amor que tenemos por Dios y los demás nace de la presencia de Dios que mora en nosotros. Dios
mora en quienes lo aman, y Su amor se perfecciona en ellos. El perfecto amor, que enseñó Juan
Wesley, es obra de Dios en el corazón del creyente. La santidad cristiana es el fruto de una
relación de amor con Dios. Es lo que Él desea para cada persona que nace de nuevo del Espíritu.
Rechazar la santidad es rechazar el propósito mismo por el cual murió Cristo. Nosotros no
podemos perfeccionar Su amor en nosotros: eso lo hace Él. Cuando abrimos el corazón al amor
de Dios, alcanzamos al instante el fin para el cual fuimos creados.
La presencia del Espíritu Santo nos da seguridad (1ª de Juan 4:13-16)
La fuente de la seguridad del cristiano es la presencia del Espíritu Santo. El Espíritu le da la
victoria porque el diablo ha sido juzgado y los que confían en Dios comparten Su victoria contra
el mal.
El Espíritu Santo es la prueba de que el cristiano ha sido aceptado. Su presencia permite saber
que el cristiano vive en Dios y Dios en él. Es la evidencia de la comunión en la comunidad del
Cuerpo de Cristo, porque todos experimentan la misma presencia. Si somos fieles a su llamado,
estaremos más concientes de Cristo cuando el Espíritu Santo haga conocida Su presencia.
La comunión cristiana se basa en la confesión compartida de la salvación de Cristo. Esta
confesión tiene dos lados: (1) El testimonio de cada persona con la salvación de Cristo y (2) la
proclamación de la salvación en Cristo para todos los que confiesen Su nombre.
El Espíritu Santo moviliza y hace posible el testimonio de Cristo en el mundo. Las cosas buenas
se deben compartir. Si el acto de compartir fue una reacción tardía por parte de hombres
agradecidos que vivieron antes de la era cristiana, cuánto más compartirán aquellos que han
recibido el Espíritu Santo.
Por esta experiencia de la presencia del Espíritu Santo, el creyente de hoy pasa a ser parte de la
Iglesia Apostólica y de todos los que a ella han pertenecido en todas las épocas. En todo tiempo y
a pesar de los cambios que traen las épocas, hay una continuidad—“Dios es amor, y el que
permanece en amor permanece en Dios y Dios en él”.
La valentía cristiana: Fruto y característica de la seguridad (1ª de Juan 4:17-21)
Vivir en el amor de Dios y que ese amor fluya de nosotros hacia los demás fructifica en una santa
valentía, la cual hace desaparecer el temor al juicio. El amor a Dios en el corazón de una persona
produce valentía porque esa persona sabe que el Juez de todos está produciendo Su propósito en
su vida.
Epístolas Generales 97
Esta valentía en el Día del Juicio no se limitará solamente a ese evento o a esa relación. Aplica a
cada temor que nos atormenta. El perfecto amor echa fuera el temor. Si las cosas que tememos no
son reales, desperdiciamos tiempo temiéndolas. Si son reales, tienen un lugar dentro del propósito
de Dios que nos ama y mora en nosotros por Su Espíritu Santo. Este tipo de valentía nos fortalece
para vivir cada momento a plenitud y en amor. Si alguien dice: “Bueno, confío en Dios y creo
que Él desea lo mejor para mí, pero no estoy seguro de las intenciones de los demás hombres”, la
comunión cristiana le aporta el entorno en el que puede y debe hallar liberación de ese temor. Lo
inserta en una comunidad confiada y amorosa. La mejor forma de ver y comprender a Dios es
verlo trabajando en la vida de quienes son Suyos. Conscientes de la maravillosa gracia que los ha
hecho objetos del amor de Cristo, por medio de la comunión cristiana los creyentes tratan de
repagar su deuda de amor amando a los no amados y alcanzando a los indignos, así como Cristo
los alcanzó a ellos.
Seguridad en la familia de Dios (1ª de Juan 5:1-5)
Juan ha venido insistiendo en que amar a los demás es el camino por el que los cristianos le
expresan amor a Dios. Respalda esta postura con tres razones: (1) Porque nadie ha visto jamás a
Dios y la única forma de amarlo es amar a los hombres a quienes sí vemos; (2) porque Cristo le
ha ordenado al cristiano hacerlo; y (3) porque nacer de Dios significa pertenecer a Su familia.
Hay un orden en la vida de la familia de Dios. La familia tiene reglas. Jesús ha dejado
mandamientos y todos los que pertenecen a la familia los deben cumplir. Los cristianos no se
aman entre sí sólo porque tienen que hacerlo, sino porque desean vivir este tipo de relación ya
que son familia. Nacer dentro de la familia de Dios es compartir Su poder y Su victoria. En cada
situación, el hijo de Dios puede resistir al mundo y salir vencedor de sus ataques. Cuando el
pecado y la duda lo asaltan, vence por medio de Cristo. Cristo enfrentó todas las tentaciones
comunes al hombre y no pecó. Venció al diablo y comparte Su victoria con todos los que son
Suyos. Es una victoria de fe.
No se trata de una victoria que venga por evitar la dificultad, porque el cristiano tiene su buena
dosis de dificultades y aún más. Se trata de una victoria que viene por superar la dificultad. Es la
victoria de encontrar el camino de Dios para salir de la tentación. Es la victoria de dar testimonio
cualesquiera sean las circunstancias de la vida.
Esta es la seguridad que tiene el cristiano cuando toma conciencia de su lugar en la familia de
Dios. El que cree que Jesús es el Cristo vive un nuevo nacimiento. Descubre que ha nacido en
una familia compuesta por todos los seguidores de Cristo de todos los tiempos. La vida de los que
son hijos depende de su obediencia. La nueva naturaleza desea hacer la voluntad de Cristo.
El testimonio del Espíritu (1ª de Juan 5:6-10)
Tal como lo prometió Jesús, el Espíritu Santo ha venido a dar testimonio de Él (Juan 15:26). Lo
logra haciendo que los creyentes tengan conciencia de la presencia de Cristo en ellos. Lo logra
por medio de la comunión de los creyentes—la Iglesia—la cual da fe de la encarnación de Cristo
tanto en el registro fiel de las Escrituras como en la formulación del credo. En primer lugar, las
Santas Escrituras son la verdadera Palabra de Dios escrita por hombres inspirados por el Espíritu
EPÍSTOLAS GENERALES
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Santo. Segundo, el Espíritu Santo por medio de la Iglesia ha formulado el credo—la declaración
doctrinal que ordena las cosas que creen los cristianos.
El Espíritu, el agua y la Sangre son tres elementos que testifican de una misma cosa: que Jesús
fue Dios encarnado, es decir, Dios en la carne, el cual vino a mostrarles a los hombres cómo
vivir.
Otro testimonio tripartito es el siguiente: el testimonio de los hombres, de Dios y de la
experiencia interior.
Seguridad de la vida en el Hijo (1ª de Juan 5:11-12)
Todo lo relacionado con la seguridad y la comunión se resume en la afirmación de que la vida del
Hijo fue dada a todos los que creen. Dios tiene vida eterna para todos los hombres que la quieran
recibir. Se pueden formular muchas preguntas sobre la creencia y la práctica de la fe, pero todas
ellas llevan al punto medular de la relación personal. “¿Está Cristo en tu corazón” es la pregunta
más importante de todas. Nacer de nuevo es el punto donde todo comienza. Vivir la vida dada en
Cristo es la forma en que ese nuevo nacimiento se evidencia.
EPÍLOGO: BENEFICIOS DE LA COMUNIÓN CRISTIANA
1ª DE JUAN 5:13-21
Reafirmación del propósito de la carta (1ª de Juan 5:13)
Esta carta fue escrita con el fin de afirmar a los creyentes cristianos en su fe. Juan deseaba que
supieran que tenían vida eterna. La fuente del conocimiento es Dios. Él se ha revelado en
Jesucristo. El que conoce al Hijo conoce al Padre. La puerta de ingreso a este conocimiento es la
fe. El que cree en Jesús, camina en la luz y ama a sus hermanos pues sabe que por esas
actividades tiene vida eterna.
La oración: un beneficio de la comunión (1ª de Juan 5:14-16)
La vida eterna en la comunión con Dios y Su pueblo incluye la confianza de que la oración logra
cosas. La oración es un medio de comunicación en la comunión. Es compartir con Dios los
deseos del corazón. La oración debe hacerse en la voluntad de Dios. Es irrazonable suponer que
Dios hará algo que no desea sólo porque un cristiano se lo pida. Lo que Él escucha es lo que se
pide dentro de Su voluntad.
Esto no quiere decir que la comunión con Dios sea una lucha continua entre Su voluntad y la
nuestra. Nos asedian situaciones y necesidades y no sabemos cómo pedir. Tener comunión con
Dios es abrazar Su voluntad. Mientras más a fondo vivamos en comunión, más nos moverá Dios
a que oremos por medio del Espíritu Santo. La comunión con Dios y con los demás nos vuelve
más sensibles a Sus propósitos en nuestra propia vida y en la vida de los demás.
Cuando nos damos cuenta del poder que tiene la oración intercesora nos sentimos muy animados.
Ningún miembro de la comunidad debe alejarse. Un profundo deseo por ser santo debe motivar al
cristiano a procurar el estándar para sí mismo y a orar para que los demás también lo procuren.
Epístolas Generales 99
El amor por los demás hará justo lo que en este pasaje se ilustra. Una preocupación no egoísta
verá el pecado del otro como si fuera el propio. No disfrutará de la salvación que tiene si su
hermano en Cristo está alejado. La comunión de los creyentes es que los perdonados perdonen,
que los amados amen, que los salvos restauren y que los limpios intercedan.
El mundo en pecado: excluido de la comunión (1ª de Juan 5:17-19)
Jesús dijo que todo pecado sería perdonado excepto la blasfemia contra el Espíritu Santo. Quizás
no será perdonado porque blasfemar contra Él refleja la mentalidad de no querer pedir perdón
nunca. Es cerrar la puerta contra la última y mejor esperanza.
En este pasaje de las Escrituras se hace una diferencia entre el pecado que se comete sin querer o
sin saber, y el pecado que es deliberado y a propósito. El pecado mortal parece ser el pecado que
uno comete porque desea cometerlo y lo hace a sabiendas de que está haciendo algo errado.
Implica una forma de vida que se rebela contra la Ley de Dios. El pecado sin querer es algo que
ocurre sin esperarlo o desearlo. Todo acto errado es pecado. El único remedio para el pecado es el
perdón de Dios.
El cristiano vive en un mundo que está bajo el poder del pecado. Pero la voluntad de Dios es que
el cristiano viva sin pecado. Como ha nacido de Dios no debe cometer pecado. Le pertenece a
Cristo y Cristo lo mantiene separado de los inicuos. Cuando Jesús oró por Sus discípulos, no
pidió que fueran sacados del mundo sino para que fueran guardados del maligno (Juan 17:15).
Esa oración fue respondida con el don del Espíritu Santo. El Espíritu le enseña al cristiano cuál es
la voluntad de Dios y lo faculta para obedecer Sus mandamientos. El Espíritu empodera al
cristiano para que compartir la victoria que su Señor tuvo sobre el maligno. Cuando viene la
tentación, e inevitablemente vendrá, el Espíritu Santo le señala la ruta de escape.
Esta carta no niega la realidad ni el alcance del pecado. Hacerlo sería huir de la verdad. Juan
acepta plenamente que el pecado está presente y tiene poder. Responde con la seguridad de que
“mayor es el que está en vosotros [los cristianos], que el que está en el mundo” (1ª de Juan 4:4).
El pecado está alrededor, pero también lo está el Salvador.
Cómo comprender el beneficio de la comunión cristiana (1ª de Juan 5:20)
La llegada del Hijo de Dios, para quien lo reciba, significa la capacidad de comprender la verdad.
La verdad cristiana se basa en la encarnación. El conocimiento cristiano de Dios se basa en la
revelación de Dios mismo en Jesús. Conocer a Jesús es conocer a Dios. Este conocimiento es un
don para el creyente. Comprender la muerte y resurrección de Cristo deja en claro que Jesús, el
Hijo de Dios, es verdadero. Creemos en Él y somos salvos. Luego comprendemos que nuestra fe
no fue en vano. Es un “conocimiento interior”, porque sabemos que estamos en Cristo. Hay dos
verdades en el centro de todo conocimiento cristiano: (1) que Jesús de Nazaret es el Hijo de Dios
y (2) que todos los que lo aceptan como Salvador están en Él.
Una consejo de despedida (1ª de Juan 5:21)
“Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.” El anciano cierra la carta con un extraño pero amoroso
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consejo. A primera vista, la advertencia parece estar fuera de lugar. Toda la epístola ha sido sobre
la verdad y el amor de Cristo. Cerrar estos temas repentinamente con el críptico mandato de
guardarse de los ídolos es enigmático.
Quizás el consejo era un comentario común para cerrar una conversación. Secularmente solemos
decir “Cuídate” o “Que tengas un buen día”. Incluso la palabra “Adiós” se ubica dentro de esta
categoría. Para el judío lo peor que podía hacer era adorar ídolos. A lo largo de toda las
Escrituras, la idolatría es sinónimo de inmoralidad o adulterio. Así que cuando un judío era
advertido contra lo peor, era advertido contra los ídolos. La adoración de ídolos había sido tan
frecuente en la historia del pueblo de Dios que aborrecerla era algo básico en todo intento de vivir
correctamente.
A lo largo de esta epístola se ha descrito el dualismo entre lo correcto e incorrecto, entre la luz y
las tinieblas, entre la verdad y la mentira, entre la vida y la muerte. Quizás el escritor tenía eso en
mente. Su oración anterior es: “Este es el verdadero Dios y la vida eterna”. Lo opuesto, entonces,
serían los ídolos. La adoración al Dios verdadero es creer en Cristo. Rechazarlo es adorar ídolos.
Así que Juan añade otro dualismo a la lista: Dios y los ídolos. Esta interpretación es muy
atractiva.
Una tercera y más lógica explicación es decir que esta referencia a los ídolos es un resumen del
error de los herejes a los que Juan antes ha llamado “anticristos”. Afirma que los gnósticos y su
jactanciosa afirmación de tener conocimiento es, en realidad, idolatría. Están equivocados así
como lo están los ídolos. Guárdense de ellos y sigan en la verdad.
El atractivo de los ídolos no debe ser tomado nunca a la ligera. Es mucho mejor mantenerse
alejado de ellos. La trágica verdad es que aquello que uno aborrece puede llegar a parecerle
tolerable, y aquello que uno tolera quizás pueda llegar a ser lo que uno decida seguir.
Epístolas Generales 101
EPÍSTOLAS GENERALES – BI 426
PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN12
1. ¿Cuál es el fundamento básico de la experiencia y la relación cristianas?
2. ¿Cuál es la regla por la que se gobierna el universo?
3. ¿Cuáles son las dos partes de la confesión en las que se basa sobre la comunión cristiana?
4. Sean reales o no las cosas que tememos, ¿cuál debe ser nuestra reacción?
5. ¿Cuáles tres razones da Juan para afirmar que el amarnos los unos a los otros es el camino por
el que los cristianos le expresan amor a Dios?
6. ¿Cuáles son las dos afirmaciones doctrinales que ordenan las cosas que creen los cristianos?
7. ¿Cuáles son los tres testimonios y el testimonio que es uno?
8. ¿Cuál es el testimonio tripartito de Cristo?
9. ¿Cuál es el pecado que no será perdonado y cuál es quizás una razón para ello?
10. ¿Cuál es la diferencia entre el pecado mortal y el pecado que se comete sin querer?
EPÍSTOLAS GENERALES
BI 426
102
EPÍSTOLAS GENERALES – BI 426
NOTAS DE LA LECCIÓN 13
2ª de Juan 1:1 a 3ª de Juan 1:14
ESBOZO TEMÁTICO DE 2ª DE JUAN
Las edades les hablan a las horas
I. La señora es la Iglesia (vs. 1-3)
II. Sus hijos deben amarse unos a otros (vs. 4-6)
III. No perdamos aquello por lo que hemos trabajado (vs. 7-11)
IV. Hablar cara a cara es lo mejor (vs. 12-13).
La señora es la Iglesia (2ª de Juan 1-3)
Esta breve carta es de una página de largo o una hoja de papiro. El formato es algo artificial en el
sentido de que es obviamente una epístola general dirigida a toda la Iglesia. El escritor se
identifica como “el anciano”, que es quizás un título oficial porque en la Iglesia Primitiva el
puesto de anciano era muy reconocido. Es muy probable que a esto se refiera el término pues el
escritor seguramente fue uno de los apóstoles o uno muy relacionado con ellos. Esta carta se le ha
atribuido tradicionalmente a Juan, el amado. Las semejanzas que tiene con el contenido de 1ª de
Juan y con el Evangelio de Juan hacen que esta atribución sea muy probable.
El término “la señora” es un título para la Iglesia. La Iglesia casi siempre se describe con
pronombres y adjetivos femeninos. Esta interpretación hace que esta expresión de afecto dé
testimonio de cuán profunda es la comunión cristiana. Esos dones le son dados a la Iglesia por
quienes la aman. Gracia, misericordia y paz le son dadas a ella por Dios el Padre y por el Señor
Jesucristo. Son dones que Él puede dar y dará.
El poder de la maternidad que produce nueva vida es lo que le da significado a la expresión “sus
hijos”. El dar y el recibir, el cuidado y la dependencia de la comunión cristiana describen un
hogar. El amor de una madre por su hijo y del hijo por su madre no es distinto del amor que hay
en la Iglesia.
El que ha conocido el Reino desde sus inicios le escribe a la Iglesia basado en sus años y en su
experiencia. La carta de Juan la motiva el amor a la verdad—la verdad que sobrepasa tanto
tiempo como espacio. Estará para siempre con nosotros. Las escenas cambian y las situaciones
varían, pero la verdad no. La comunión que los cristianos tienen en amor y verdad trasciende los
tiempos cambiantes y se ancla en la eternidad. Lo que alumbró nuestro ayer tiene sentido para
hoy y es esperanza para el mañana. Esto es lo que se quiere decir en Hebreos 13:7-8. Cada nueva
generación debe recordar su ayer y la vida de quienes la han precedido. Debe traer esa fe a su
presente. Como el propósito de su ayer fue Jesucristo, ese propósito debe seguir igual ayer, hoy y
mañana. Va detrás de una fe futura “cuyo resultado” será que su camino seguirá siendo el mismo.
Epístolas Generales 103
Sus hijos deben amarse unos a otros (2ª de Juan 4-6)
El anciano se goza de ver que algunos de los miembros de la iglesia caminan en la luz. Pero no
todos lo hacen, ciertamente. Uno desearía que todos los que esgrimen el nombre de Cristo
caminaran con Él, pero no es así. Lo que es realmente vital es cómo caminan en la verdad los
hijos.
El consejo de los años a los días es honrar el mandamiento de amarnos los unos a los otros. Las
personas jamás dejarán de necesitar el amor. Esta necesidad tiene dos partes: (1) la necesidad de
amar a algo o a alguien y (2) la necesidad de ser amados por alguien. Jesús mandó que nos
amáramos unos a otros porque es vital para la vida en comunidad. Ese amor es esencial para dar
testimonio. Fue el amor lo que unió Su Cuerpo, la Iglesia, permitiéndoles a todos los hombres
saber que el testimonio era auténtico.
Nuestros tiempos demandan autenticidad. Esta generación detecta rápidamente lo que es falso.
Amarnos unos a otros es cumplir con la expectativa de un mundo que observa. Es llevar al
cristiano a obedecer el mandato de su Señor.
Uno puede percibir la sombra de problemas inminente en la fuerza de las palabras que usa Juan
cuando insiste en que debe aumentar el amor de unos por otros. No desea desanimarlos, pero sabe
que debe hablarles de los peligros que se aproximan. Así que antes de siquiera mencionar los
peligros, les suplica que obedezcan la petición del Señor y que se sigan amando unos a otros sin
importar lo que venga. Todos los cristianos están conscientes de que el mundo vive en maldad (1ª
de Juan 5:19), realidad que no pueden eludir. Pueden cambiarla un poco con su ejemplo y
testimonio, pero su fuerza, sin embargo, no viene por pisotear exitosamente el mal, sino por tener
un cálido amor mutuo.
No perdamos aquello por lo que hemos trabajado (2ª de Juan 7-11)
El peligro que abre paso a la súplica del anciano es la existencia de anticristos en el mundo, el
cual está lleno de engañadores que no confiesan que Jesucristo haya venido en la carne. No creen
que Dios se revelara en el Señor Jesús. Están contra Cristo y Sus enseñanzas y no obedecen Sus
mandamientos. Procuran que los cristianos abandonen el camino de la verdad y la vida. Si el
cristiano los escucha y los sigue, tanto a nivel personal como a nivel de comunidad, pierde todo
aquello por lo que ha trabajado a lo largo de los años. Todo el tiempo y esfuerzo será en vano si
los engañadores seducen con éxito a los hijos de Dios.
En primer lugar, los cristianos deben cuidarse a sí mismos (v. 8). Claro está, esto no significa que
los cristianos prevalecerán en su propia fuerza. Lo que está diciendo es que hay suficiente poder
en el amor de Cristo, derramado en sus corazones por el Espíritu Santo, para guardarlos en la
verdad. El cristiano no es un peón en la lucha entre el bien y el mal. Debe confiar como si todo
dependiera de Dios, pero trabajar como si todo dependiera de él. La incertidumbre es el cristiano
mismo y lo que decidirá. La incertidumbre no es su capacidad, porque si es débil, por la gracia de
Dios es fuerte. Si lo desea, el cristiano puede vencer a los engañadores. Pero la decisión es suya.
En segundo lugar, Juan advierte sobre adelantarse al plan de Dios (v. 8). Si el diablo no logra que
el cristiano desista, tratará de hacer que se apresure. El verdadero progreso de la Iglesia es seguir
EPÍSTOLAS GENERALES
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104
al Señor, no adelantársele irresponsablemente. La recompensa es felicidad y paz. Guardar los
mandamientos de Dios es caminar con Él y con Cristo. Esto nos llevará a nuestro destino con
seguridad y a tiempo. Debemos quedarnos cuando Dios nos dice que nos quedemos y caminar
cuando Él diga que caminemos. En Su voluntad radica la paz.
El cristiano siempre tendrá sugerencias, algunas de las cuales serán muy buenas. La prueba del
consejo es éste es acorde a la voluntad de Dios (vs. 10-11). Si no lo es, esa sugerencia no debe ser
considerada.
Usando la ventaja de su larga experiencia, el anciano advierte: “Tengan cuidado con la persona o
cosa que estén considerando. La batalla no ha terminado. Manténganse fuertes. No se adelanten a
Dios. Prueben cada sugerencia o consejo contra los claros e inmutables mandamientos de Dios”.
Estas son algunas cosas que las edades les dicen a las horas.
Hablar cara a cara es lo mejor (2ª de Juan 12-13)
La breve carta está completa. El escritor sabe bien que no debe gastar tiempo ni papel en decir
palabras innecesarias. La experiencia sin duda le ha enseñado que no se requiere escribir mucho
para hacer que la carta signifique mucho. De hecho, prefiere no poner en papel por escrito
algunas cosas que tiene en mente decir en persona. Evidentemente son cosas que requieren la
respuesta de otra persona para que se logre lo que él desea. Siente que es mejor hablar cara a cara.
El arte de una buena conversación implica no sólo escuchar bien, sino también hablar bien. Con
una mirada se comunica mucho, al punto que no sea necesario usar palabras. Las expresiones
faciales les dicen a los demás lo que en realidad queremos decir. Algunas cosas pueden sonar
frías y dogmáticas. Es tan fácil leer las palabras y darles una interpretación propia, que con
frecuencia lo que se ha escrito puede llegar a implicar lo opuesto del significado que el escritor
deseaba. Los años del anciano le han enseñado que es mucho mejor mirar a las personas a los
ojos cuando uno habla con ellas.
Hay un indicio de una comunión mayor cuando, al mencionar el valor de hablar cara a cara, el
anciano les extiende a sus lectores el saludo de otros cristianos. La interpretación es que quizás,
mientras habla cara a cara con las personas, el anciano puede percibir sus sentimientos y
pensamientos. Lo que mejor fortalece la unidad en la fe es hablar cara a cara, porque esto ilumina
y anima.
La esperanza del cristiano es que llegará el día en que veremos a Jesús cara a cara. Los cantos
“gospel” están llenos de referencias al gozo que tendremos cuando veamos Su rostro. Porque
hablar cara a cara siempre será mejor entre las personas y entre los discípulos y su Señor.
ESBOZO TEMÁTICO DE 3ª DE JUAN
Cristianismo móvil
I. Gayo, el anfitrión (vs. 1-8)
II. Diótrefes, el perro del hortelano (vs. 9-11)
III. Demetrio, el misionero (vs. 12-14)
Epístolas Generales 105
CRISTIANISMO MÓVIL
Esta carta va dirigida a un cristiano llamado Gayo. No hay forma de estar seguros sobre quién fue
y dónde vivió. Gayo era un nombre bastante común en ese tiempo. La tradición afirma que fue el
primer obispo de Pérgamo, pero no hay evidencia a favor o en contra de esto. Se ha propuesto
que “el anciano” es el apóstol Juan, que está ahora en sus últimos años.
La carta es particularmente interesante por la luz que arroja sobre cómo había avanzado la Iglesia
Primitiva. Se escribió en un tiempo en que se realizaban muchos viajes por todo el Imperio
Romano. El comercio de cosas materiales y de ideas era la actividad principal de esos días. La
persecución de la iglesia en Jerusalén, aunado a lo fácil que era trasladarse tanto por tierra como
por mar por todo el Mediterráneo, había hecho crecer el evangelio rápidamente. En 300 años el
cristianismo pasó a ser una religión mundial y fue aceptada como religión oficial del Estado
Romano. Esos primeros siglos fueron años de heroísmo en la arena y en las catacumbas. Fueron
también años en que los seguidores de Jesús, tomando muy en serio Sus últimas palabras,
salieron por todo el mundo para hacer de cada persona un discípulo. Experimentaron Su
presencia en tiempos de peligro y desánimo. Aunque no todos los que escucharon el evangelio
creyeron, siempre hubo muchos que sí lo hicieron. Estos nuevos creyentes formaron bandos para
aprender juntos y crecer espiritualmente. Brotaron iglesias en todas partes, especialmente a lo
largo de las rutas más transitadas.
Los evangelistas y misioneros cristianos estaban sobre la marcha. Paraban en las ciudades y
comunidades donde había iglesias. Los cristianos locales los hospedaban en sus casas. Los
huéspedes y los anfitriones intercambiaban ideas y visiones y se fortalecían mutuamente. El
crecimiento y la unidad de las iglesias aumentaron gracias a este continuo intercambio. Pero
también surgieron problemas. Una dificultad fueron los cristianos judaizantes, que insistían en
que se obedeciera toda la Ley y los rituales del judaísmo. De ellos Pablo dijo que espiaban la
libertad que tenían, y sugirió que habían sido enviados por Jacobo y los cristianos conservadores
de Jerusalén (Gálatas 2:4-12).
Otro problema era que había hermanos gnósticos que afirmaban “saber cosas” y separaban la
vida espiritual de la física en una forma que incitaba a la inmoralidad. La carne, decían, no puede
hacer nada excepto lo malo, así que los cristianos no debían tratar de ser puros. Negaban que
Jesús hubiera tenido un cuerpo carnal porque de haber sido así, según sus enseñanzas, no podría
haber evitado el pecado. Con todo, estos gnósticos afirmaban ser cristianos y solicitaban ser
hospedados por los hermanos dondequiera que iban.
Fue para promover la hospitalidad hacia los verdaderos ministros del evangelio que Juan escribió
las tres epístolas. En la primera trata el error de algunas enseñanzas y ofrece pruebas por las que
los hermanos pueden discernir la verdad. En la segunda utiliza la experiencia de sus años para
reforzar la lealtad a la fe cristiana. En la tercera carta, exhorta a los hermanos a seguir ofreciendo
hospitalidad a los evangelistas itinerantes del Reino. Pese a los problemas y riesgos, Juan creía
que el cristianismo móvil era la forma más práctica de cumplir con el mandato del Señor de la
Gran Comisión (Mateo 28:19-20).
EPÍSTOLAS GENERALES
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La carta también muestra la estrecha relación personal que una movilidad así le daba al cuerpo
extendido de los creyentes. El vínculo de amor entre los miembros de la iglesia local no sólo se
fortalecía, sino que además se entrelazaba con los miembros de todas partes cuando los emisarios
viajeros traían palabras de los demás. Por compartir información y amor llegaron a ser una gran
comunidad de amor a lo largo y ancho del mundo. Compartían necesidades y preocupaciones.
Oraban y ofrendaban por los demás cuando se enteraban de sus aflicciones y persecuciones. Se
gozaban al enterarse de las victorias de otros y esperaban con ansias las noticias que cada viajero
traía sobre el progreso del Reino en otros lugares. Aunque separados por kilómetros de distancia,
estaban unidos en amor y en fe.
Los tres ejemplos de este proceso son las siguientes.
Gayo, el anfitrión local (3ª de Juan 1-8)
Gayo, a quien está dirigida esta carta, parece haber sido un laico que se había forjado una
reputación envidiable entre los viajeros por ser un anfitrión modelo. Dondequiera que iban,
hablaban muy bien de su hospitalidad. El anciano lo saluda con parabienes para su prosperidad y
buena salud. El anciano vive para el crecimiento de sus hijos en el Señor y por eso puede decir
que no hay mayor gozo para él que saber que los hermanos están creciendo en gracia y caminan
en la verdad. El anciano se goza de saber que algunas personas aman a Dios y sus acciones son
conocidas por la comunidad. Se han convertido en lo que Pablo llama epístolas vivas, “conocidas
y leídas por todos los hombres” (1ª de Corintios 3:2).
Es una buena cosa ayudar a los evangelistas y misioneros en sus viajes, porque eso edifica el
Reino. Gayo tenía la reputación de que ayudaba a los hermanos en su ministerio itinerante.
Otra razón para este ministerio en que Gayo sobresalía era el compromiso que el anfitrión
adquiría para con los viajeros. Al respaldarlos, el cristiano local se asociaba a ellos en su
ministerio. No todos pueden ir, pero todos pueden participar en el trabajo apoyando
materialmente al que sí va. Pero el misionero no debe dar la impresión que anda buscando
obtener cosas de aquellos a quienes les habla.
El concepto de ser socios les abre la puerta a los que desean compartir en el avance del Reino.
Este avance no es sólo responsabilidad del clero. Es tarea de todo el Cuerpo de Cristo llevarle el
mensaje al mundo. Todos pueden participar en esa tarea y en la recompensa. Algunos invertirán
tiempo y talento, otros oración y apoyo; algunos irán a lugares distantes, otros serán sus
anfitriones en el viaje. Todos son socios de la verdad. Lo que Gayo hizo no fue para obtener
reconocimiento, aunque esto también lo recibió. Lo hizo por amor a la verdad y eso es lo que
importó más. El trabajo siguió su marcha; los hombres oyeron la verdad. Ese fue el objetivo.
Diótrefes, el perro del hortelano (3ª de Juan 9-11)
En forma abrupta, el anciano pasa a otro personaje. Por su definición, Diótrefes era un hombre
malvado. El anciano le dice a Gayo que “él que hace lo bueno es de Dios, pero el que hace lo
malo no ha visto a Dios”. A pesar de su pretensión, Diótrefes hacía el mal. Era miembro de la
iglesia, pero si había conocido a Dios hacía mucho había dejado de seguirlo. Tenía un lugar de
autoridad. Aunque Juan el anciano le había escrito a la iglesia, este hombre había impedido que la
Epístolas Generales 107
iglesia recibiera el mensaje. Más aún, se negaba a permitir que las personas recibieran a los
hermanos. Fue condenado por atacar la autoridad del anciano con palabras malignas.
Hay puristas que se preguntan cómo un hombre así pudo llegar del todo a la iglesia y permanecer
en ella. Es muy posible que en algún momento fuera un cristiano sincero. La Iglesia siempre ha
sufrido más por los que están dentro que por los que están afuera.
El propósito de la carta no es si debía dejarse a este hombre en la iglesia o no. Si alguno objeta el
que Diótrefes sea llamado “perro”, debiera leer de nuevo Apocalipsis 22:15 y recordar lo que dijo
el anciano: “El que hace lo malo no ha visto a Dios.”
Demetrio, el misionero (3ª de Juan 12-14)
La razón para alabar a Demetrio no es clara. Quizás fue el mensajero que llevó la carta.
Al igual que en 2ª de Juan, el anciano prefiere hablar cara a cara que escribir largas cartas. Ha
expresado cuál es su opinión plenamente y no quiere ponerlo por escrito. Saludará a sus amigos
cuando llegue, lo cual espera que sea pronto. La frase “Saluda a los amigos por nombre” indica
cuán estrechos eran los lazos personales entre los cristianos, pese a estar separados por kilómetros
de distancia.
Las credenciales que de Demetrio da el anciano pueden bien convertirse en las características de
cualquier misionero o ministro. Primero, es alabado por todos los que lo conocen. El mensajero
de la verdad debe gozar de la confianza completa de quienes conocen su vida. Segundo, es
alabado por la misma verdad. Su testimonio interno da fe que pertenece a Cristo y que Cristo lo
ha llamado a ese ministerio. No es suficiente ver la necesidad y actuar con base en ella, aunque
esto es importante para tener un ministerio. Lo que sí es vital es que el misionero o ministro tenga
la confirmación interna del Espíritu. La tercera credencial de Demetrio fue ser alabado por el
anciano mismo. En tiempos modernos el candidato (a) debe ser oficialmente recomendado por la
congregación local, (b) testificar que tiene el llamado de Dios y (c) ser ordenado a la tarea por los
líderes de la iglesia.
Por tanto, en esta carta tan breve, al ver a un anfitrión, a un reacio, a un participante y a un
anciano, el lector obtiene el cuadro completo del cristianismo móvil que inició en el segundo
siglo. Estos elementos básicos de la estructura de la Iglesia siguen siendo los mismos hoy en día
tal como fueron establecidos en ese tiempo.
EPÍSTOLAS GENERALES
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EPÍSTOLAS GENERALES – BI 426
PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 13
1. ¿Qué se quiere decir en 2ª de Juan con los términos “el anciano” y “la señora”?
2. Aunque las escenas cambian y las situaciones difieren, ¿qué es lo que jamás cambia?
3. ¿Cuál es la doble necesidad para el amor?
4. ¿De dónde proviene y de dónde no proviene la fuerza del cristiano?
5. ¿Qué haría que el cristiano y la comunidad cristiana perdieran todo aquello por lo que han
trabajado a lo largo de los años?
6. En el contexto de 3ª de Juan, ¿cuáles fueron los dos factores que hicieron que el evangelio se
extendiera rápidamente?
7. ¿Cuáles fueron los dos grupos que, aunque afirmaban ser cristianos, causaron problemas en la
Iglesia Primitiva, y en qué creían básicamente?
8. ¿Cuál es el objetivo específico de Juan para sus tres epístolas?
9. ¿Qué fue el “cristianismo móvil” y cuáles fueron sus beneficios?
10. ¿Cuáles son las tres credenciales que da Juan sobre Demetrio, que bien podrían ser las
características requeridas de cualquier misionero o ministro hoy en día?
Epístolas Generales 109
EPÍSTOLAS GENERALES – BI 426
NOTAS DE LA LECCIÓN 14
Judas 1-4
ESBOZO TEMÁTICO DE JUDAS
1. La comunidad de la fe (vs. 1-2)
a. Saludo general
b. Bendición general
2. La prioridad de la fe (vs. 3-4)
a. La fe que se dio una sola vez (v. 3)
b. Los que socavan la fe (v. 4)
3. Los que despojan la fe (vs. 5-16)
a. Los que se alejan de la primera fe (vs. 5-7)
b. Los que socavan, desprecian y degradan (vs. 9-10)
c. Tres ejemplos atemorizantes (v. 11)
d. Cinco cuadros de la apostasía (vs. 12-13)
e. La voz de Enoc (vs. 14-16)
4. La santa fe y la vida santa (vs. 17-23)
a. Los que se burlan de la fe (vs. 17-19)
b. Edificar sobre la fe (vs. 20-23)
5. El autor y consumador de nuestra fe (vs. 24-25) y una
bendición final (vs. 24-25)
INTRODUCCIÓN
Esta breve carta es una gema muy abandonada en las Escrituras. El contenido de Judas es
poderoso y el mandato a ser fieles en el compromiso es tan fuerte como cualquier otro mandato
del Nuevo Testamento. El problema que esta carta trata sigue vivo en medio nuestro y debemos
escuchar de nuevo las soluciones. La epístola de Judas ha sido llamada “un libro de sorpresas”.
Es un libro parecido a otros en la Biblia. Por ejemplo, el libro de Ester no menciona ni a Dios ni
la oración. Eclesiastés es la filosofía de un cínico que finalmente termina afirmando que el temor
a Dios y la integridad moral son las obligaciones más importantes de la vida. El Apocalipsis está
lleno de imágenes y simbolismo al punto de ser confuso para quienes tratan de entender su
mensaje. Para muchos está escrito en lenguaje críptico que busca confundir al pagano pero
consolar al cristiano que está en pruebas.
Sin duda, Judas presenta fenómenos más sorpresivos que cualquier otro libro del Nuevo
Testamento. En cuanto a estilo, es original y pintoresco. En cuanto a tono, es intenso, vehemente,
denunciador. En cuanto al punto de vista, es judeocristiano. En cuanto a estructura, es arameo.
Está lejos en el tiempo de la época de los apóstoles de manera que los visualiza con profundo
respeto como a héroes del pasado y como el fundamento sobre el que la Iglesia se yergue y debe
mantenerse.
EPÍSTOLAS GENERALES
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La carta de Judas fue escrita en la última mitad del primer siglo, como lo indica su contenido. El
Judas mencionado en el versículo 1 es probablemente uno de los medio hermanos de Jesús (Cf.
Mateo 13:55). Santiago, que también es mencionado en el versículo 1, es otro medio hermano de
Jesús—Santiago el Justo, líder espiritual de la iglesia de Jerusalén.
Esta carta sorprende porque revela cuánto se habían infiltrado los apóstatas en la comunidad de
fe. Los falsos profetas itinerantes habían sido aceptados en la congregación (v. 8) y
evidentemente había apertura a sus enseñanzas. Esto nos recuerda la sorpresa que expresa Pablo a
los gálatas que tan pronto se habían alejado de la sana doctrina y de la libertad que habían
recibido de Cristo Jesús. La intensidad del ataque deja en claro cuán profunda y peligrosa era
para Judas esa amenaza. A veces fantaseamos que la Iglesia Primitiva con su poder pentecostal
fue un modelo de vida y verdad espiritual. Judas, probablemente más que ningún otro libro,
muestra cuán rápida y sigilosamente se puede infiltrar el error. Contiene una de las refutaciones
más fuertes a la así llamada doctrina de la seguridad eterna. Exhorta al lector a recordar que la
seguridad del creyente no es una afirmación antinomiana de que Dios no puede desdecirse de Su
palabra, sino que es, más bien, una afirmación de que el creyente mismo es responsable de vivir
una vida santa y de mantenerse dentro del amor de Dios.
Judas le dirigió esta carta a un grupo de cristianos que le era muy querido y que estaba siendo
desviado por falsos maestros. Les urge a luchar por la verdad (v. 3). Estos falsos maestros han
rechazado incluso la autoridad de Cristo (v. 4). Dios los juzgará igual que como hizo con los
rebeldes de antaño (vs. 5-7. 14-15). Judas describe su orgullo, su egoísmo y su inmoralidad
sexual. Lo que deseaban era obtener todo lo que posible por sus propios medios (vs. 8-13, 16).
Judas concluye con instrucciones sobre cómo lidiar con estos maestros (vs. 17-23) y con un
himno de alabanza al Dios que es poderoso para guardarlos de caer (vs. 24-25).
La epístola no deja espacio para la idea de que la gracia de Dios excusará el pecado en la vida del
creyente. No hay lugar en el reino de Dios para cristianos que pecan. Dios puede hacer que Sus
hijos no caigan, pero no lo hace haciéndose la vista gorda ante el pecado, sino presentándolos sin
mancha delante de la penetrante presencia de Su gloria. La conciencia de que uno ha sido hecho
victorioso es la verdadera base para un gozo sin medida. Es el gozo de saber que somos lo que
afirmamos ser gracias al poder de Dios, el único sabio Dios, nuestro Salvador.
La comunidad de la fe (Judas 1-2)
a. Saludo general (v. 1)
La carta va dirigida a la compañía de creyentes que se conoce como la comunidad de la fe. Es
una carta general que incluye en sus saludos a todo el grupo de seguidores de Cristo. Está escrita
por una persona que se describe como “siervo de Jesucristo”. En esto, es fiel a la definición del
cristianismo que dio Jesús, quien dijo que había venido no a ser servido sino a servir. Jesús les
dijo muchas veces a Sus discípulos que, en el Reino que Él había venido a fundar, la grandeza
consistía en servir y ministrar a los demás.
La palabra que Judas usa es en realidad “esclavo” o pertenencia de Cristo. Pero no es esclavo
compulsivamente. No sigue al Maestro atado en cadenas, sino encadenado por el amor. Sirve a
Epístolas Generales 111
Cristo porque así lo desea. No tiene otro deseo; no desea ser famoso ni ocupar un lugar de
autoridad; sólo desea ser conocido como siervo de Jesús. Se llama hermano de Jacobo, que es
probablemente el mismo Jacobo que lideró la primera iglesia en Jerusalén y fue hermano de
Jesús. Por tanto, Judas también es medio hermano de Jesús. Sin embargo, esto lo ha hecho a un
lado frente a su compromiso vitalicio de ser esclavo de Jesús. No desea que, porque exhorta y
denuncia fuertemente, sus motivos se interpreten erróneamente. Su motivación es el amor que
tiene por Cristo y el Cuerpo de Cristo, la Iglesia. Lo que más desea es servir al Señor ya que
recuerda que Jesús dijo: “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí
lo hicisteis” (Mateo 25:40). Al darse a sí mismo, no sólo sirve a la comunidad de la fe sino
también se identifica como parte integral de esa comunidad.
Judas llama a la comunidad de la fe “los llamados”. Son los llamados a salir fuera. El cristiano
debe vivir en el mundo pero no ser parte de él. La carta constitucional de su salvación es un
llamado a dejar el pecado y el mal. No puede comprometerse con ningún aspecto del mal, porque
ha sido llamado a salirse del mal. No debe haber mácula de pecado. Así como Dios es santo, Su
pueblo debe ser santo. Aquellos a quienes Judas escribe comparten no sólo un llamado en común,
sino también un mismo amor. Judas llama a la comunidad de la fe “los amados” (vs. 3, 17, 20).
De los llamados, el escritor de Hebreos dice que Dios no se avergonzará de ser conocido su Dios
(11:16). Con frecuencia el Nuevo Testamento llama a los cristianos “los amados por Dios”. Dios
amó tanto al mundo que dio a Su Hijo, mostrando así Su amor redentor. Pero los que responden a
este amor entran en una nueva relación con Él y son amados como hijos, lo cual muestra el
generoso amor de Dios.
La comunidad de la fe es una comunidad de amor. Se compone de personas que pueden amar
porque a su vez son amadas. Judas es parte de la corriente del pensamiento cristiano al decir que
los santos son “amados”.
La comunidad de la fe también es protegida. Y no sólo eso, sino que también es llamada y amada
por Dios. Tiene una tarea. Sus miembros están unidos por el amor y son guardados por el poder
de Dios. Esto adquiere más significado cuando Judas expone las amenazas a la fe que él ha
llegado a conocer. Esta amenaza constante ha sido siempre parte de la vida del pueblo de Dios.
Jesús les dijo a Sus discípulos que serían odiados por el mundo, pero en muchas maneras que
conocen, y en muchas más que no conocen, Dios los protegerá y guardará.
b. Bendición general (v. 2)
A pesar de tan grandes beneficios, todavía tienen necesidades. Los saludos de Judas incluyen una
oración para que reciban misericordia, paz y amor. Pablo también menciona estas cualidades en
una u otra forma dentro de sus bendiciones.
Es por la misericordia de Dios que somos salvos. La paz es un don de gracia de Cristo para Sus
discípulos. Esta paz fluye a la comunidad de la fe por causa del amor de Dios. Al tomar
conciencia de las necesidades que tiene la comunidad de la fe, Judas ora para que la misericordia,
el amor y la paz se multipliquen. Pide que vengan en una cantidad cada vez mayor. Si uno tiene
la idea de que conforme uno madura en el caminar cristiano uno tendrá menos necesidades, está
muy equivocado. Cada día, cada mes, cada año necesitaremos más y más. Pero el suministro no
tiene límite. Dios puede multiplicarlo para Sus hijos sin que exista posibilidad alguna de que se
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agoten Sus recursos. Nuestras necesidades son oportunidades para recibir mayores bendiciones.
La prioridad de la fe (Judas 3-4)
a. La fe que se dio una sola vez (v. 3)
Antes de abordar el peligro que amenaza a la comunidad de la fe, Judas les dice que ha tenido la
intención de escribirles sobre un tema completamente diferente. Todo el que intenta hablar en
nombre de Dios sabe el peso de la verdad que está por comentar. Ser vocero del mensaje de Dios
produce mucha emoción. Así que Judas les confiesa que ha deseado mucho escribirles sobre las
cosas que tienen en común sobre la salvación que han experimentado en Cristo. Uno puede
imaginarse que él se habría dado a la tarea con detalle y gran celo. De hecho, expresa el mensaje
con palabras de tal poder y vehemencia que es posible anticipar clara y emotivamente que sin
duda él habría delineado su teología. Quizás la Iglesia es menos rica ahora por no haber recibido
esa teología. Pero había otras circunstancias más apremiantes.
El escritor afirma que abandonó el proyecto cuando supo que era más necesario exhortarlos a
luchar sinceramente por la fe que ya se les había dado. Todo el que ha hablado en nombre de
Dios sabe que uno puede preparase para dar un sermón y sentirse emocionado y convencido por
él, y que cuando llega el momento Dios le da una convicción más profunda de hablar sobre otro
tema con un distinto fin. Aunque Judas estaba deseoso de repasar con ellos los elementos
esenciales de su salvación común, descubrió que en ese momento era mucho más importante
pelear por ella que explicarla o exponerla. Hay momentos en que es más importante proclamar
que proponer. Cuando uno habla en nombre de Dios, debe hacerlo sobre situaciones que
enfrentan sus oyentes. Judas descubrió que la fe estaba siendo tan fuertemente desafiada que era
momento de defenderla en vez de describirla.
Dios ha revelado sus propias verdades. Se las ha hecho llegar a los hombres, quienes son
llamados “de la fe” porque las creen sin importar si pueden probar que con ciertas o no. Su
confianza descansa en que creen en Dios y, por tanto, en lo que Él ha dicho. La fe siempre se
asoma cuando aparece la duda. La duda no es una sombra sobre la fe. Sólo revela la limitación
del conocimiento y de la percepción del hombre. Lo que uno no ve lo puede creer, porque viene
de Dios. Lo que se puede probar sin asomo de duda, no requiere de fe. La fe es una guía confiable
para el hombre mientras va creciendo y desarrollándose. El Padre celestial la concede para dirigir
el progreso humano por el camino correcto. Es difícil de explicar qué es la fe porque nadie la
puede ver por un vidrio oscuro, pero mantiene al creyente apuntando hacia lo correcto incluso si
la circunstancias parecen negar su validez. Por medio de la fe Dios lleva al creyente a casa en
forma segura y a tiempo.
Judas abandona su plan de hablarles de los elementos esenciales de su salvación común y en su
lugar, procede a exhortarlos. Esto es necesario ante la intrusión de los falsos hermanos. Jesús
advierte que no debemos practicar lo que vamos a hablar, porque en el momento mismo
recibiremos inspiración para hacerlo. Eso fue ciertamente lo que le ocurrió a Judas en este
incidente. Jesús no dijo que era malo planear. Más bien, lo malo es cambiar de marcha al compás
de las circunstancias o cuando nos vemos confrontados por prioridades mayores. Cuando los
hombres están firmes en la fe, es bueno estudiarla. Pero cuando la niegan, debe ser defendida.
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b. Los que socavan la fe (v. 4)
Pretendiendo que habían aceptado la fe, ciertos hombres se habían introducido en la comunidad
de fe sólo para socavarla. Estaban bajo la condenación de Dios pero actuaban como si tuvieran Su
aprobación. Divorciaban la moralidad de la creencia. Negaban el Señorío de Cristo. Sería tonto
desperdiciar el tiempo explicando la doctrina de esos hombres. Habían cerrado la mente y vivían
sólo para el placer. Habían colocado el deseo de la carne como prioridad principal y negaban la
disciplina. Para ellos, el evangelio consistía en ser dioses y vivir a su antojo. Argüían que el
cuerpo era malo y por tanto, no podía ser cambiado. Optaron por una fe que los hiciera aceptables
ante Dios sin importar lo que hicieran con el cuerpo. Decían tener un corazón agradable ante
Dios, y que por ello, lo que sus cuerpos hacían no podía ser importante para Él.
Semejante desafío a la verdadera fe no podía quedar sin respuesta. La comunidad de los santos
tenía la fe que les había sido dada una vez y para siempre. Debían tenerla como su más alta
prioridad. Es importante no sólo lo que la persona crea, sino también la forma en que viva. La
vida debe ejemplificar la doctrina. El Dios que entregó la fe a Su pueblo lo hace responsable de
ella. El apóstol Pedro utiliza la frase “mayordomos de la multiforme gracia de Dios” (1ª de Pedro
4:10). La fe no es obra de hombres; es algo que Dios da. Todo lo demás debe ser puesto a un
lado, porque si la fe se distorsiona, todo se pierde.
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PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 14
1. ¿Cuáles son el estilo, el tono, el punto de vista y la estructura de la epístola de Judas?
2. ¿Qué presenta el libro de Judas en cuanto a la así llamada “doctrina de la eterna seguridad”?
3. ¿Cómo evita Dios que Sus hijos se conviertan en cristianos pecadores y qué es lo que Él no
hace?
4. Cuando Judas se identificó a sí mismo como siervo de Jesucristo, ¿cómo estaba viviendo esa
definición del cristianismo que el mismo Jesús dio?
5. ¿Cuáles son tres conceptos definitivos de la comunidad de la fe?
6. Además de los grandes beneficios que se indican, ¿cuáles eran las necesidades que aún tenía
la comunidad de la fe?
7. ¿Sobre qué deseaba escribir Judas y qué le pidió Dios que escribiera en realidad?
8. ¿Cuál es la relación entre la fe y la duda?
9. ¿Cuál fue el desafío a la fe verdadera que hicieron ciertos hombres que se habían introducido
en la comunidad de la fe para socavarla, desafío que no debía quedar sin respuesta?
10. ¿Por qué era tan urgente que Judas les escribiera a estos creyentes?
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EPÍSTOLAS GENERALES – BI 426
NOTAS DE LA LECCIÓN 15
Judas 5-25
Los que despojan la fe
Judas pasa a identificar a los hombres sin Dios que han sido marcados para la condenación. Su
juicio es más que una predestinación. Es la actitud básica de Dios contra los que, a sabiendas,
desafían Su autoridad. Dios es un Dios de amor y misericordia, pero también es Dios de ira
contra los que los que demuestran ser incorregibles. Un aspecto de la fe que fue dada una sola vez
a los santos es la revelación de que Dios castigará a los pecadores. Aunque hay “bondad en Su
justicia que es algo más que libertad” esto no nubla Su fidelidad ni concede permiso para ser
licenciosos (sin freno moral, inmorales). Dios no sólo ha determinado que los que despojan la fe
sean castigados, sino que también ha demostrado que lo hará en Su relación con ellos. Para el que
así lo desee, esto es fácil de ver.
a. Los que se alejan de la primera fe (vs. 5-7)
En esta parte de la carta, Judas da tres ejemplos de cómo Dios no pasará por alto la desobediencia
y la inmoralidad.
1. La historia de la liberación del pueblo israelita de la esclavitud en Egipto bajo el mando de
Moisés contiene el registro de la muerte y destrucción de quienes se negaron a creer y
obedecer la Palabra de Dios. Muestra que el receptor de la gracia de Dios no se salvará del
castigo si se niega a obedecer la Palabra o a seguir la guía de Dios.
2. El segundo ejemplo es el de los ángeles que dejaron su lugar celestial y cometieron
inmoralidad con las mujeres de la tierra sin casarse con ellas. Jesús alude a esto cuando se le
pregunta sobre la continuación de la relación de matrimonio en el más allá. Su estado era
estar en los altos cielos. Su tarea era ser “vigilantes y santos” (Cf. Daniel 4:13). Incluso con
semejante alta y santa responsabilidad no fueron inmunes a la tentación ni al castigo cuando
sucumbieron. Si Dios no permitió esta excursión al deseo y al pecado de parte de los ángeles
y los condenó a cadenas y oscuridad eternas, ¿puede alguien imaginar que Él se haga la vista
gorda ante un comportamiento similar en los seres humanos?
3. El tercer ejemplo es el relato de Sodoma y Gomorra. Los habitantes de esas ciudades
expresaron pública y desafiantemente su homosexualidad. Dios destruyó las ciudades con
azufre ardiente y a las personas con fuego eterno. Cuando Jesús quiso enfatizar la profundad
del dolor que sentía por las ciudades de Su tiempo, dijo que si las grandes obras que se habían
hecho en ellas hubieran sido realizadas en Sodoma, esa ciudad se habría arrepentido (Cf.
Mateo 11:23-24). El punto que deseaba establecer es que Dios tiene una cita pendiente con
los inmorales sin importar cuál sea el disfraz bajo el cual operen. El atrevido intento de los
tiempos modernos de hacer aceptable la inmoralidad bajo la bandera de la libertad, no puede
esperar un destino mejor. Cuando el deseo del hombre llegue a su límite, Dios actuará. Judas
dice que ese es el destino que les espera a los que se han infiltrado en la comunidad de la fe
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de su tiempo, y a todos los hombres de todos los tiempos.
b. Los que socavan, desprecian y degradan (vs. 8-10)
Los que socavan la fe ensucian la carne, rechazan la autoridad y se burlan de los herederos de la
gloria. Hacen de la reunión más sagrada del pueblo de Dios una ocasión para embriagarse
atrevidamente, y por tanto, al igual que los hombres de Sodoma se burlan de los que siguen a
Cristo. Judas trata de ser veraz en sus acusaciones pero evita atribuirse las prerrogativas de Dios y
no los condena.
Los que socavan la fe hablan de cosas que no conocen. Son dados a hablar instintivamente como
si fueran animales, en lugar de razonar como hombres. Su misma falta de razonamiento los lleva
a ser destruidos por esas mismas acciones que brotan de su instinto. Sus actos, que ellos afirman
son correctos, los llevan a la misma destrucción que procuran evitar. En palabras de Jesús son
“ciegos que guían a ciegos” (Mateo 15:14).
c. Tres ejemplos atemorizantes (v. 11)
A fin de probar la validez de la acusación e ilustrar su alcance, Judas usa a tres personajes y los
eventos asociados a ellos. Los tres parecen deletrear la anatomía de la rebelión. Son (1) el camino
de Caín, (2) el error de Balaam y (3) la rebelión de Coré.
1. El camino de Caín. Caín asesinó a su hermano Abel. Juan nos dice que fue porque sus obras
eran malas. Dios le dijo a Caín que su pecado lo había atrapado. A lo largo de la Biblia, Caín
ha sido símbolo de codicia y auto-indulgencia. Odiaba a su hermano porque éste era justo. El
camino de Caín fue seguir sus deseos sin importar lo que se le atravesara en el camino. Sus
descendientes fueron personas de gran capacidad, pero sin Dios. El camino de Caín es un
camino que no admite la culpa y busca sólo satisfacer los deseos.
2. El error de Balaam. Por desear el dinero, Balaam le enseñó a Israel a pecar. Había sido
contratado para maldecir a Israel lo cual no pudo hacer. Cada vez que lo intentó, la maldición
se tornó en bendición. Pero al final, la bendición se volvió maldición cuando Israel se volvió
al pecado con las hijas de Moab (Números 25:1). Cómo logró Balaam esto, no se nos dice.
Moisés dice de las mujeres de Moab que “fueron causa de que los hijos de Israel pecaran
contra Jehová en lo tocante a Baal-peor, y por eso hubo mortandad en la congregación de
Jehová” (Números 31:16). Para Judas, el error de Balaam fue haber sido testarudo. Lo que
Dios no le permitió hacer de una manera, lo intentó de otra. Los que socavan la fe, al igual
que Balaam, corren codiciosamente tras las recompensas. Propagan formas de evitar las
restricciones. En Apocalipsis, el error de Balaam se describe como un grave pecado, junto
con la doctrina de los nicolaítas (Apocalipsis 2:14-15). Es poner una piedra de tropiezo
delante de las personas que las lleva hacia el pecado. Es hacer que crean que lo incorrecto es
permisible. Cuando uno toma el camino de Caín, la auto-indulgencia, pronto cae en el error
de Balaam de buscar codiciosamente una recompensa.
3. La rebelión de Coré. Coré lideró un grupo de personas que retaron el liderazgo de Moisés y
Aarón, acusándolos de no tener el derecho de afirmar que hablaban en nombre de Dios. Coré
y su grupo de 250 personas argumentaron que todo el pueblo de Dios debía tener igual
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derecho para dirigir la congregación. Su argumento, aunque loable en sí mismo, fue en
realidad rebelión disfrazada como petición por democracia. Lo que usaron como premisa fue
el principio básico de que todos los creyentes son sacerdotes. Esto no era malo en sí. Lo malo
fue usar este argumento para lograr sus propios objetivos egoístas. Lo que en realidad
deseaban era dominar. Hicieron una campaña por la igualdad de derechos a fin de alcanzar su
propio deseo de poder. Judas dice que los que causan problemas en la comunidad de la fe
sufrirán el mismo castigo que los seguidores de Coré. La tierra se abrió y los tragó. Judas dice
que los que habían seguido el modelo de rebelión de Coré lo seguirían también en la muerte.
La rebelión empieza con un interés personal. Pasa luego al error de buscar una recompensa y
perece en la trampa que ha forjado para sí mismo.
d. Cinco cuadros de la apostasía (vs. 12-13)
El escritor pasa luego a dar cinco analogías que ilustran la tragedia de involucrarse en este tipo de
rebelión.
1. La primera analogía (o metáfora) es “las manchas en vuestros ágapes”. La comunión de los
cristianos se solía celebrar en ágapes, o fiestas de amor. El punto del ágape no era lo que se
comía sino que los seguidores de Cristo comían juntos llenos de amor y gozo. La ocasión que
debía proclamar el amor de Cristo—la forma en que Sus seguidores se tratan entre sí—había
sido manchada por estos ladrones de la fe con una clara falta de respeto por todos excepto por
sí mismos.
2. La segunda analogía que usa Judas es “las nubes sin agua”. Pasan de largo impulsadas por los
vientos. Elevan las esperanzas pero luego las dejan caer al suelo cuando pasan de largo, una
por una, llevadas por el viento. Pedro se refiere a esto como una densa oscuridad, la cual
precede con la alusión a las fuentes sin agua (2ª de Pedro 2:17). Cuando las nubes no traen
lluvia y son arrastradas por el viento, las reservas se secan pronto. Así son estos ladrones de
la fe que prometen pero no cumplen, y allí donde ellos están los pozos se secan pronto.
3. La tercera analogía es “los árboles otoñales sin fruto”. El otoño es el tiempo para dar fruto.
Los árboles florecen en la primavera, el fruto se desarrolla con el calor del verano y luego
madura en el otoño. Estos ladrones son personas cuyo fruto se marchita en la flor y muere.
Sus raíces no sostienen. La higuera que estaba entre Betania y Jerusalén fue maldecida por
Jesús cuando tras acercarse a buscar su fruto, no lo halló. Al día siguiente los discípulos
vieron que se había marchitado después de Sus palabras. Es posible que Judas tuviera eso en
mente cuando los llama “dos veces muertos”, que es la figura de la muerte espiritual. Es
frecuente que en la Biblia el pueblo de Dios sea comparado con árboles que dan fruto en la
estación oportuna, es decir, aquellos que no son falsos miembros de la comunidad de la fe.
Pero los otros son ladrones y por eso deben ser quitados.
4. La cuarta analogía es las “fieras ondas del mar”. A merced de los fuertes vientos, sólo
acarrean destrucción. Deshacen las playas, traen lodo y corrupción a la playa azotada. El que
carece de fe es una persona que “semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento
y echada de una parte a otra” (Santiago 1:6). Este tipo de personas de doble ánimo no reciben
nada del Señor. Están equivocadas y no son personas de fe. Llenan la casa de Dios con su
basura y mantienen a la comunidad de fe en revueltas, dejando atrás sólo un recuerdo
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desagradable de su propia vergüenza.
5. La quinta analogía es “estrellas errantes”, para quienes están reservada la negrura de la
oscuridad para siempre. Judas usa la imaginería común del pensamiento apocalíptico. En
Apocalipsis, las estrellas son ministros de Dios. Guían y dirigen los asuntos de los hombres.
El diablo en su estado previo a la caída era una estrella de luz. Pablo insta a los cristianos a
brillar como “lumbreras” en el mundo (Filipenses 2:15). Jesús les dijo a los discípulos:
“Vosotros sois la luz del mundo” (Mateo 5:14).
Estas analogías nos dicen algo sobre el valor de un verdadero miembro de la comunidad de la
fe. Debe ser un miembro puro en el ágape. La Iglesia debe tener la comunión del Espíritu de la
cual extrae su fuerza, pero a la que también debe contribuir. Ser amado es también aceptar la
responsabilidad de amar. El cristiano debe llevar agua a la tierra sedienta. Debe tener más que
una simple forma de bondad. Debe tener también poder. Si mora en Cristo, llevará fruto. Los
cristianos sin fruto son una anomalía. Al cristiano se le promete la paz de Dios, la cual
guardará su corazón.
e. La voz de Enoc (vs. 14-16)
Del libro no canónico de Enoc, Judas extrae la predicción que el Señor vendrá con diez mil
santos a ejecutar el juicio de los impíos. Esto no sólo será un castigo sino también una
demostración para todos, incluso para los mismos impíos, de que sus obras son malas. Aunque el
libro de Enoc nunca fue aceptado dentro del canon de las Escrituras, la predicción está dentro de
la clara enseñanza de la Biblia en cuanto a la certidumbre del juicio y su propósito. Las Escrituras
son claras en cuanto a que el pecado y toda maldad serán castigados. También enseña que el
castigo no es sólo para satisfacer la ira de Dios, sino también para mostrarle a todo el universo la
necedad de la maldad. La comunidad de los creyentes ha escuchado palabras duras de los que
distorsionan la verdad. Ha escuchado que se maldice la misma Palabra de Dios. Dios castigará a
los que dijeron afirmaciones malignas y mostrará cuán erradas estaban sus palabras y cuán
correctas fueron las Suyas.
Cuando ocurra esta revelación, los hombres verán que los ladrones de la fe fueron quejosos que
buscaron socavar la verdad de Dios. Judas exhorta a la comunidad cristiana a rechazar a estos
ladrones por ser lo que son y a recobrar el ánimo porque Dios sabe lo que están haciendo y
diciendo y los expondrá a Su debido tiempo. Algunos cristianos actúan como si las
conspiraciones mundiales contra Dios fueran a destruir la comunidad de la fe y a echar a perder
los planes finales de Dios. ¡Qué equivocados están! Dios jamás podrá ser vencido. Él hará que
venga el día de la verdad. Debemos confiar en que lo hará.
La santa fe y la vida santa (Judas 17-23)
a. Los que se burlan de la fe (vs. 17-19)
En medio de los peores tiempos los cristianos deben recordar a quienes los precedieron y
supieron que esos tiempos vendrían. Judas les recuerda a sus lectores que los apóstoles del Señor
Jesucristo fueron por Él advertidos que vendrían enemigos de la fe. Jesús mismo dijo que esas
experiencias eran inevitables (Mateo 18:7) y deseaba que Sus seguidores supieran que
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inevitablemente serían ofendidos. Pero también lanzó un “ay” sobre aquellos de quienes vendrían
esas ofensas.
Cuando uno ataca la santa fe, revela que está separado del Espíritu. Nadie lo debe escuchar más
porque ya no tiene acceso a la verdad que está en Jesucristo.
b. Edificar sobre la fe (vs. 20-23)
La santa fe es el fundamento sobre el cual edifica el cristiano. Esta fe es la esencia de la creencia
cristiana. Es santa porque fue dada a los apóstoles como revelación directa de Dios por medio de
Jesucristo. No es algo que idearan por sí mismos sino que fue una verdad que recibieron del
Señor. También es santa porque si la persona vive por ella, produce una vida santa. Conforme
obedecemos la verdad, producimos el fruto de santidad tanto en nuestras acciones como en
nuestro ser. Pablo dice: “Ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios,
tenéis por vuestro fruto la santificación y, como fin, la vida eterna” (Romanos 6:22).
Tal es el objetivo de la fe. No es una simple colección de las cosas que los cristianos creen. Es la
plataforma de la verdad sobre la cual el creyente, obedeciendo al Espíritu Santo, edifica un
carácter santo.
La doctrina de la santificación completa y la verdad de la santidad son dos cosas que deben ser
resguardadas mediante una clara reflexión y una cuidadosa enseñanza de las Escrituras. Su mejor
defensa, sin embargo, son las vidas de quienes las viven por medio del poder y presencia del
Espíritu Santo. Hay tres tipos de personas en la comunidad cristiana: (1) Los que están adentro y
atacan la santidad, los cuales son una amenaza y deben ser expuestos; (2) los que creen en la
santidad como doctrina pero no la reciben nunca en sus vidas, los cuales representan un peligro
aún mayor; y (3) los que viven la fe, los cuales son los mejores defensores de la fe.
Hay cuatro formas de crecer en la santa fe. La primera es “orar en el Espíritu Santo”. El Espíritu
urge al cristiano a orar. Es el Maestro que le ayuda a saber por qué debe orar. Capacita al alma
para percibir las cosas profundas de Dios. Revela las áreas de la vida que deben ser puestas bajo
el Señorío de Cristo. Guía al cristiano en las actividades del Reino. Orar en el Espíritu Santo
obedecer cuidadosamente a Cristo. El Espíritu Santo es el Maestro y Guía que muestra el camino
y nos permite seguirlo.
Una segunda forma de crecer es “conservarse en el amor de Dios”. Esto es una exhortación. El
amor está a la disposición de todos. Fluye abundante y gratuitamente; está disponible a todos. Su
poder para fortalecer y su valor para dar seguridad sólo se llega a conocer conforme
permanecemos en Él. Uno puede buscar otros amores. La escogencia es nuestra. Pero Judas nos
exhorta: “Conservaos en el amor de Dios.”
Una tercera forma de crecer en la fe es entregarse a la esperanza. En Su misericordia y gracia
Jesús ha prometido vida eterna a los que crean en Él. Dijo que vendría de nuevo y nos recibiría.
Si Cristo nos da esta esperanza, lo menos que podemos hacer es vivir cada momento buscándolo.
La cuarta forma de crecer en la santa fe es tener compasión por los perdidos. Judas enseña que
esta compasión debe volcarse sobre aquellos a quienes se les ha robado la fe. Algunos tienen
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dudas y están confundidos por lo que parecen ser argumentos lógicos. Estas personas deben ser
convencidas con amor cristiano a volver a la verdad de la fe, y a ver el error de quienes la atacan.
No sirve de mucho discutir sobre religión, porque usualmente es una pérdida de tiempo. Pero con
frecuencia si reafirmamos la fe y comentamos el asunto o la duda que los preocupa, podremos
ayudar a los hermanos débiles. Esto no sólo ayudará a los que dudan, sino que aclarará y
fortalecerá la fe del creyente para poderla compartir y razonar con los demás.
Pareciera trillado insistir en que se debe amar al pecador pero odiar el pecado, mas esto es
precisamente por lo que Judas suplica. Nadie está tan alejado como para que el hombre de fe no
haga todo lo posible para rescatarlo del fuego. Sin embargo, deberá preocuparse también de no
condonar el pecado.
En esta breve carta de Judas hay palabras fuertes y condenación contra los que atacan la fe que
fue dada una vez a los santos. El escritor, Judas, un siervo de Jesucristo, ha dejado de lado otros
intereses para llamar a los cristianos a luchar por la fe. Pero termina con una súplica por la
compasión y con la certeza de que el amor redime. El error siempre es una amenaza para la
comunidad de la fe. Sin embargo, el amor de Dios por medio de Jesucristo es más fuerte que todo
aquello que lo amenaza.
El autor y consumador de la fe (Judas 24-25)
Una bendita bendición (vs. 24-25)
La bendición final es exactamente lo que significa el término en latín del cual proviene—
benedictum, “palabra buena”. Dios es una persona eterna. Existe en el ahora. Sea lo que Él sea, es
personal y puede ser conocido en forma personal. Los ladrones de la fe, los gnósticos a quienes
Judas denunció, habían fabricado una complicada estructura de seres y personas celestiales. Sin
embargo, la fe que fue dada una vez a los santos inicia afirmando que Dios es una persona eterna
y todopoderosa. No hay otra persona como Él ni nadie igual a Él—todos están bajo Su soberanía.
Este Dios uno y único puede ser conocido mediante una relación personal con Jesucristo, quien
dijo: “El que me ha visto, ha visto al Padre” (Juan 14:9). Jesús en la cruz hizo posible esa relación
tan personal.
Hay un segundo y mejor beneficio de la cruz: Jesús santifica a Su pueblo por medio de Su sangre.
Fuimos salvados por tener fe en Él y en Su sacrificio. Pero Él también nos da el Espíritu Santo
que aplica la sangre de Cristo en nuestros corazones, limpiándolos de todo pecado. Por tanto,
cuando recibimos la plenitud del Espíritu Santo, somos santificados por completo.
Cristo es “el autor y consumador de nuestra fe” (Hebreos 12:2). Es el autor porque abrió el
camino que lleva a Dios. Es el consumador porque aquello que hizo posible en la cruz lo
completa con el don del Espíritu Santo en Su plenitud.
Esta es la fuente del gozo sin límites que tiene el cristiano. Ser salvo de la ira produce un sentido
profundo y permanente de alivio y gratitud. Ser hechos a imagen de Cristo produce olas de gozo
y alabanza. En cualquier momento que los cristianos perciben la presencia del autor y
consumador de su fe, experimentan gran gozo y bendición.
Epístolas Generales 121
Este mundo tiene un espantoso potencial. Podemos escuchar la proclamación de Judas sobre los
que destruyen la fe y temblar ante la oscuridad y el fuego de su inmoralidad y error. Pero cuando
los cristianos volvemos los ojos a Jesús, nos llenamos de gozo. Cristo es nuestra Paz, nuestro
Gozo, nuestro Salvador. A Él sea la gloria, la majestad, el dominio y el poder, ahora y por
siempre. Amén.
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PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 15
1. ¿Cuáles son los tres ejemplos que muestran que Dios no se hará de la vista gorda ante la
desobediencia y la inmoralidad?
2. ¿Cuáles son las tres características de los que socavan la fe?
3. ¿Cuáles son los tres atemorizantes ejemplos que utiliza Judas para dibujar la anatomía de la
rebelión?
4. ¿Cuáles son las cinco analogías que ilustran la tragedia de involucrarse en la rebelión?
5. ¿Cuál fue el castigo que Judas sacó del libro no canónico de Enoc?
6. ¿Cuáles son dos razones que explican porqué la “santa fe” es “santa”?
7. ¿Cuál es el propósito de la fe?
8. ¿Cuáles son los tres tipos de personas que hallamos en la comunidad cristiana?
9. ¿Cuáles son las cuatro formas de crecer en la santa fe?
10. ¿En qué forma es Cristo “el autor y consumador de nuestra fe”?Cartas Generales - Presentation Transcript
1.Cartas Generales Estudio Bíblico de las Epístolas Generales http:// luzverdadera.blogspot.com
2.Epístola a los Hebreos Síntesis del Nuevo Testamento Arturo Pérez www.ibsj.org
3.Contenido de la Clase Epístola a los Hebreos
Introducción
Tema de Hebreos
Autor, Lugar y fecha de Hebreos
Destinatario y propósito
Contenido de Hebreos
Resumen de Hebreos
Peculiaridades
Palabras claves o ideas características
Grandes Doctrinas
Pasajes famosos
4.A los Hebreos Introducción
El título de los libros del NT, luego del 100d.C. Tradicionalmente esta epístola tiene el título en griego que dice “A los Hebreos”, el cual ha permanecido hasta hoy.
La epístola misma no especifica a quién fue dirigida, ni dice explícitamente si fue a hebreos (judíos) o a gentiles que se escribió.
Por las referencias a la historia y religión de los hebreos, y ya que no aborda ningún tema o práctica particular de los gentiles, el título se ha mantenido tradicionalmente como “Hebreos”, como dirigida a los judíos.
Aunque el capítulo 13 muestra su carácter epistolar, el resto del documento parece más un discurso teológico que una carta.
5.Tema central de Hebreos
Todo el tema de la epístola se desarrolla alrededor de la palabra “mejor”, que se usa en una serie de comparaciones para demostrar cómo la revelación de Dios en Cristo es superior a la revelación que vino por medio de la ley, especialmente aquella ley que fue aplicada mediante el sacerdocio levítico.
El gran tema de la carta a los Hebreos es que Jesucristo ha completado en un Nuevo Pacto todo lo que el Antiguo Pacto había iniciado. De ahí que el libro de Hebreos está lleno de referencias del Antiguo Testamento.
Como el libro de Hebreos compara el sacerdocio imperfecto levita con el sacerdocio perfecto de Cristo, es imprescindible un conocimiento del libro de Levítico para poder entender Hebreos.
La epístola a los Hebreos es un estudio que contrasta los rituales imperfectos e incompletos del Antiguo Pacto, dados bajo Moisés, con la provisión infinitamente mejor del Nuevo Pacto ofrecido por el perfecto Sumo Sacerdote, el Unigénito Hijo de Dios, el Mesías, Jesucristo.
“ La infinita superioridad del cristianismo sobre el judaísmo basado en el sacerdocio perfecto, completo, intransferible y eterno de Jesucristo.”
6.Sobre el autor y la fecha
Autor: Desconocido
Nombres sugeridos: Pablo, Bernabé, Silas, Apolos, Lucas, Felipe, Priscila y Aquila.
Clemente y Orígnes creen que fue Pablo
El puritano John Owen, y el escritor moderno A.W. Pink, afirman vehementemente que el Apóstol Pablo es el escritor de Hebreos
“ tuvo que haber sido un hombre con un conocimiento teológico muy grande”, “con un vasto conocimiento de los judíos”, “con dones excepcionales”, y que “conocía a Timoteo” (13:23)
Lucas pudo haber traducido al griego lo que Pablo escribiese en hebreo (Clemente dice esto).
Pablo quizás omitió su nombre porque los hebreos estaban predispuestos con él.
Calvino, en el siglo XVI dijo, “no puedo dar razones para mostrar que Pablo fue su autor”.
En 1537, Martín Lutero sugirió a Apolos.
Los teólogos modernos creen que no es posible que haya sido Pablo.
Otros han mencionado a Lucas y a Bernabé.
El estilo literario es un griego muy refinado, Pablo escribía en lenguaje llano y claro.
A favor de Pablo En contra de Pablo
7.Fecha: 65 al 69 d.C.
No fue temprano porque:
“ Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo...”
Tenían tras sí un largo pasado de persecuciones. 10:32, “Pero traed a la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sostuvisteis gran combate de padecimientos”
Parece que los milagros que antes acompañaban la predicación ya no se producían más.“¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad”. (2:3,4)
Pero tuvo que ser antes del 70 d.C., porque
El uso del tiempo presente en los textos 5:1–4; 7:21,23,27,28; 8:3–5,13; 9:6–9,13,25; 10:1,3,4,8,11; and 13:10,11 dan a entender que el sacerdocio Levítico y el sistema de sacrificios estaba todavía en operación.Los lugares de reunión fueron destruidos desde las guerras judías que comenzaron en el 66 d.C. y el templo de Jerusalén fue devasatado en el 70d.C. Hubiese sido un argumento. En lugar de escribir en el 8:13 “Al decir: Nuevo Pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer ” (8:13), hubiese dicho “ya desaparecieron por completo todos los sacrificios y sus altares”.
Sus primeros maestros ya habían muerto (13:7) “Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.”
Además notamos que Timoteo había sido libertado de la prisión (He.13:23) y que la persecución estaba siendo cada vez más severa (10:32–39; 12:4; 13:3). Estos detalles podrían acotar la fecha posible de escritura entre el 66 al 69 d.C .
8.Destinatarios
Judíos cristianos . El grupo principal al que se dirige esta epístola está compuesto de judíos cristianos que sufrieron rechazo y persecución de sus vecinos judíos inconversos (10:32–34), aunque no llegaron a ser martirizados (12:4). Esta carta les daría ánimo y confianza en Cristo, su Mesías y Sumo Sacerdote. Era un grupo inmaduro de creyentes que fue tentado a mantenerse en los rituales simbólicos y débiles de las tradiciones del judaismo.
Judíos inconversos que asentían. El segundo grupo eran judíos inconversos que estaban convencidos de las verdades básicas del evangelio, pero que no habían depositado su fe en Jesucristo como su Salvador y Señor. Ellos asentían intelectualmente a la fe del evangelio, pero espiritualmente no estaban comprometidos. A este grupo es que se escribe los siguientes textos: 2:1–3; 6:4–6; 10:26–29; y 12:15–17.
Judíos inconversos que rechazaban . El tercer grupo no estaba convencido de la verdad del evangelio al que se había expuesto. El capítulo 9 se dedica a este grupo (ver especialmente 9:11,14,15,27,28).
9.¿Dónde estaban ubicados los judíos de Hebreos?
Comunidades Judías del 60 al 70d.C .
Palestina, Egipto, Italia, Asia Menor y Grecia
He.13:24 “Los de Italia os saludan” es ambiguo
Grecia o Asia Menor es posible por el uso
de la LXX.
Los judíos que vivían en el exilio habían
sustituido el templo con las sinagogas, pero solían
peregrinar al templo en Jerusalén
Egipto Palestina Italia ASIA MENOR Grecia
10.Propósitos
Aunque no sabemos con certeza el lugar donde residían los destinatarios de Hebreos, sin duda alguna, la carta fue escrita primariamente a judíos cristianos que estaban siendo perseguidos a causa de su fe por otros judíos no-cristianos.
Como consecuencia, ellos estaban comenzando a preguntarse si valía la pena ser cristiano. Ellos perdieron el esplendor y grandeza de las ceremonias del templo y la comodidad de los objetos religiosos visibles.
Añadido a esto, ellos habían creído que Jesús iba a venir otra vez, pero ahora habían pasado 30 años desde la ascensión y El Señor aún no había vuelto por segunda vez. Por esto, tenían toda clase de problemas espirituales. Abundaban las dudas, las caídas y la confusión. ¿Cómo podría esto contrarrestarse?
Propósito: estímulo a la perseverancia de la fe.
Para estimularlos a la perseverancia de su profesión (6:11,12; 10:35-39) el autor les muestra la excelencia del Nuevo Pacto, en el cual ellos han entrado por el Señor Jesucristo, y su superioridad sobre el Antiguo pacto.
El pasaje de Hebreos 5:11 al 6:12, nos muestra gran parte del objetivo del autor al escribir esta carta: Amonestar a sus hermanos; Advertir de la posibilidad de que una persona que aparenta ser cristiano no lo sea realmente; y alentar a los hermanos por las promesas dadas por Dios en su Palabra.
11.Contenido de Hebreos Alientos, advertencias y exhortaciones 12:1 – 13:25 Ejemplos de fe 11:1-40 Otra advertencia 10:19-39 El antiguo y el nuevo pacto contrastados 8:7 – 10:18 El sacerdocio de Jesús 7:1 – 8:6 Una advertencia contra la apostasía 5:11 – 6:20 Un sacerdocio como el de Melquisedec 4:14 – 5:10 Jesús es mayor que Moisés y Josué 3:1 – 4:13 Jesús es superior a los ángeles 1:1 – 2:18
12.Resumen de Hebreos Capítulos 1 al 4
El Hijo, debido a que es la revelación final y completa de Dios, es superior tanto a los profetas (1:1-3) como a los ángeles (1:4 – 2:18) y también superior a Moisés y a Aarón, los mayores representantes del antiguo pacto (3:1 – 4:13). Esto prepara el camino para una exhortación a aferrarse a Cristo para obtener la ayuda que sólo él puede dar (4:14-16).
13.Resumen Capítulos 5 al 7
Al desarrollarse el tema central, Cristo es presentado como un sacerdote superior al orden de Aarón, por ser del orden de Melquisedec (5:1 – 7:28).
Melquisedec, personaje de Gn.14:18 con Abraham
Melquisedec era “Rey y sacerdote” (Gn.14:18), de la misma manera que Cristo es Rey y Sacerdote sobre su trono (Zac.6:12-13).
Rey de justicia según el significado de su nombre, y “Rey de Paz” (He.7:2), dos términos que caracterizan a Cristo (Is.9:5; 11:5; 32:1; Jer.23:5-6; Sal.72:1-3).
Melquisedec se presenta “sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida” (He.7:3). Significa que se ignoran su principio y fin ya que no figura en ninguna genealogía levítica, no se conoce a sus padres. En eso se parece a Cristo, quien aparece en medio de Israel sin descender de Aarón y sin pertenecer a la tribu sacerdotal de Leví y que ha quedado como Sumo Sacerdote para siempre, por el poder de Su resurrección (He.8:13-16, 24; Jn.1:1; 8:58; Ro.6:9.)
Pan y vino, recibe los diezmos de todo de Abraham, y lo bendice.
De la misma manera, el sacerdocio de Cristo sobrepasa en excelencia a todos los sacerdocios judaicos y humanos (He.7:26-28). Este sacerdocio viene a ser la base del Nuevo Pacto, anunciado por los profetas e infinitamente superior al Antiguo Pacto (He.7:11-12; 8:6-12), el cual es eterno e intransferible (He.7:24).
14.Resumen Capítulos 8 al 10a
Este sacerdocio de Cristo se lleva a cabo:
bajo el nuevo pacto (8:1-13)
en el nuevo santuario celestial (9:1-10)
con un ministerio nuevo y mejor (9:11-14)
que provee una herencia eterna (9:15-28)
y que se basa en un sacrificio de eficacia final y definitiva (10:1-18).
15.Resumen Capítulos 10b al 13
La porción práctica de la epístola es un llamado a continuar:
avanzando con una fe renovada,
sin despreciar la disciplina divina,
llevando a su cumplimiento los frutos de la paz y de la santificación,
y manteniendo las virtudes de una verdadera separación, perseverancia y obediencia (10:19 – 13:25).
16.Peculiaridades Ideas claves o características
En cuanto a la forma griega del lenguaje, la manera de ser escrita la epístola a los Herbeos es de una alta calidad literaria marcada por una construcción cuidadosa y una dicción elegante.
Hay cinco advertencias serias dentro de los argumentos de la epístola. (2:1-4; 3:7 – 6:13; 5:11 – 6:20; 10:26-39; 12:15-29).
Términos más utilizados en Hebreos: ángel, santo/santificar, pecado, sacrificio, sangre, sumo sacerdote, promesa, pacto, palabra, testificar, mejor, perfeccionar, fe, salvación, descanso, cielo.
Está cargada de alusiones y citas del Antiguo Testamento, procedentes de la traducción de la versión LXX. Algunos pasajes se repiten a lo largo de la carta, como Sal.110:1,4.
Clara exposición de los pasajes que cita del AT. El autor era un expositor experto en el manejo de la Palabra de Dios. Es un ejemplo para los maestros y predicadores. Expone sobre 2Sam.7; Deut.32; Sal.8:4-6; Sal. 110:4; Jer.31:31-34; Hab.2:3,4; Prov.3:11,12; Ex.19:20
17.Peculiaridades Grandes Doctrinas en la epístola a los Hebreos
Nuevo Pacto . Hebreos explica el significado del nuevo pacto en forma más completa de lo que habló Jesús o de lo que escribió Jeremías (a quien cita en Heb.8:8-12 desde Jer.31:31-34).
Cristología . Es rica y variada. De hecho, en cuanto a contenido, Hebreos es un “tratado Cristológico”.
Hebreos añade mucho a la doctrina de la expiación la cual el autor coloca en su relación con el pacto.
Encarnación y Expiación . Hebreos conecta la encarnación con la expiación. La humanidad y la deidad del Hijo son asociadas más aún que el mismo evangelio de Juan.
Se emplean más de veinte nombres y títulos de Cristo.
Hay una especial atención a los oficios de Cristo, sobre todo a su posición como sacerdote-rey.
Escatología . Se presenta tanto realizada (1:2; 6:5) como futurista (9:28; 10:37).
Comentario del AT, especialmente de Levítico.
18.Peculiaridades Pasajes famosos escritos en la epístola a los Hebreos
He.1:1-3 el Hijo (Jesucristo) es la revelación final de Dios.
He.4:12 La Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos.
He.4:14-16 un Sumo Sacerdote que se compadece de nosotros.
He.9:27. Después de la muerte, el juicio.
He.10:22 Acerquémonos con corazón sincero
He.10:24-25 “…no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre”.
He.11:1 “Es pues, la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Hebreos bosqueja aquí el desarrollo de la fe por medio de varios personajes del AT.
He.12:1-2 “…teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puesto los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe…”
He.12:11 “Ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo…”
He.13:2 No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles”.
He.13:7 “Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.
He.13:8 “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.”
He.13:15 “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesen su nombre”.
He.13:18 “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de cuentan; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso”.
19.Epístola Universal de Santiago Síntesis del Nuevo Testamento Arturo Pérez www.ibsj.org
20.Contenido de la Clase Epístola Universal de Santiago
Introducción
Tema de Santiago
Autor, Lugar y fecha de la epístola de Santiago
Destinatarios y propósito
Contenido de Santiago
Resumen de Santiago
Peculiaridades
Palabras claves o ideas características
Grandes Doctrinas
Pasajes famosos
21.Epístola Universal de Santiago Introducción
Epístolas Generales o Universales
No son dirigidas a iglesias o personas particulares sino más bien a grupos “generales” o universales.
Hebreos, Santiago, 1&2Pedro, 1-2-3Juan, Judas
2&3 de Juan exceptúan la regla porque fueron dirigidas a ciertos personajes específicos.
Las epístolas generales (excepto Hebreos) son nombradas por su Autor; este es el caso de Santiago.
22.Tema central de Santiago
¿una simple colección de “dichos proverbiales”?
La hermenéutica nos permite observar que Santiago posee un tema unificado.
Los destinatarios estaban sufriendo pruebas y dificultades en sus vidas al punto que muchos fueron tentados con desconfiar de la Palabra de Dios, descuidando su relación con Dios y el prójimo.
Santiago les habla de manera muy práctica de cómo una fe viviente, produce acciones que honran al Señor. Ejemplo:
Una fe viviente produce gozo en medio de las pruebas
Una fe viviente obedece la Palabra de Dios
Una fe viviente motiva a la práctica de la imparcialidad
Una fe viviente genera autocontrol, dominio propio
En fin, una fe viviente, fructifica, produce obras que se evidencian por el amor a Dios y al prójimo.
“ Los resultados de una fe viva , la cual produce obras que honran a Dios.”
23.Tema de Santiago. Su Argumento “ Cuando la fe es viva” Fuente: Evis L. Carballosa. Santiago: Una fe en acción. Editorial Portavoz, filial de Kregel Publications, Grand Rapids, Michigan, USA, 1986, p.77 Paciencia, vida piadosa 5:12-20 La venida del Señor Sumisión a Dios 4:1 – 5:6 Al mundo Sabiduría 3:13-18 El hombre sabio y de entendimiento Control 3:1-12 La lengua (hablar) Obras 2:14-26 La realidad Imparcialidad 2:1-13 Las personas Frutos 1:19-27 La Palabra de Dios Firmeza 1:13-18 La tentación Madurez 1:2-12 Las pruebas Produce: Texto Se enfrenta a:
24.Autor: ¿Cuál Santiago?
Griego Iácobos ( iakwbos ),es decir Jacobo, del hebreo Yacob.
Santiago es el nombre en español (contracción de “Santo” y heb. “Yacob”;
(sant-yacob) = “Santiago”.
Posibles “Jacobos” o “Santiagos”
Jacobo hijo de Alfeo (Mat.10:3; Hch.1:13)
Jacobo el Padre de Judas (no el Iscariote) (Luc.6:16; Hch.1:13)
Jacobo hijo de Zebedeo, hermano de Juan (Jacobo el menor?) (Mr.15:40; Mat.4:21; Mr.3:17); martirizado por Herodes Agripa I en Hech.12:2
Jacobo “el hermano del Señor”, hermano de Judas (Jud.1)
25.Jacobo, el hermano de Jesús
Jacobo , el (medio) hermano del Señor (Mr.6:3) y hermano de Judas (Mat.13:55) el escritor de la epístola Judas1).
Santiago (Jacobo) había rechazado a Jesús como Mesías (Juan 7:5);
Pero luego creyó cuando vio a Cristo resucitado (1 Cor. 15:7);
Después de la ascensión de Jesús, él estuvo presente con sus hermanos y los apóstoles en el Aposento Alto (Hch.1:14).
Vino a ser uno de los principales líderes de la Iglesia de Jerusalén después que Pedro fue liberado de prisión (Hch. 12:17);
habló con autoridad durante la asamblea llevada a cabo en Jerusalén (Hch.15:13);
y se encontró con Pablo para escuchar un reporte de las misiones al mundo gentil (Hch.21:18; Gal.1:19);
Jacobo fue llamado uno de los “pilares” de la iglesia conjuntamente con Pedro y Juan (Gal. 1:19; 2:9, 12).
Según Flavio Josefo, historiador judío, fue martirizado en el 62 d.C.
26.Vocabulario de Jacobo en Hech.15 comparado con Santiago Fuente: John F. MacArthur, Jr., The MacArthur Study Bible , (Dallas: Word Publishing) 1997. 15:19 “ volver o convertir” 5:19,20 15:24 “ guardar” (la ley) 2:10 15:14 “ visitar” 1:27 15:24,26 “ vuestras almas” 1:21; 5:20 15:25 “ amados” 1:16,19; 2:5 15:23 “ salud” 1:1 Jacobo en Hechos 15 Palabra en común Santiago
27.Lugar y Fecha (44 d.C., ¿Jerusalén?)
Lo más probable es que Santiago haya escrito esta epístola a creyentes dispersos (1:1) como resultado de la persecución registrada en Hechos 12 (para el 44 d.C.)
La epístola de Santiago no menciona el Concilio de Jerusalén que describe Hechos 15 (celebrado alrededor del 48 ó 49 a.C.) lo cual sería mencionado si el mismo ya se hubiese efectuado.
Por esto, se estima que la epístola de Santiago fue escrita alrededor del 44 al 49 a.C., siendo así la carta más antigua del Nuevo Testamento.
No sabemos desde dónde se escribió pero bien pudo haber sido desde Jerusalén donde Santiago era uno de los ancianos de esta congregación.
28.Santiago Gálat. 1&2Tes 1&2Co Rom. Marc. Colos. Filem Efes. Filip. Mateo Hech Lucas 1&2Ti Tito 1&2Pe Judas Hebr. 1-2-3J Juan Apoc. -5 1 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 90 95 100 - 5 AC 1 DC 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 90 95 100 * Nacimiento de Jesús | Visita al templo Edad 12 años Ministerio Público De Jesús Ministerio apostólico; especialmente Pablo | Juan exiliado En Patmos Sumos Sacerdotes Anás (José) Caifás Anán o Ananías Herodes El Grande 37 – 4 aC Herodes Antipas Tetrarca Galilea y Perea Herodes Felipe Tetrarca Gaulanite, Batanea, Traconite y Auraníte, y del distrito de Pancas Rey Herodes Agripa II Rey Herodes Agripa Felix Festo Jerusalén ocupada por tropas romanas Guerra Judía Destrucción de Jerusalén Coponio; Valerio Grato ; Pilato Marcelo Judea: provincia romana bajo procuradores Procuradores (Octavio) AUGUSTO Corregencia TIBERIO Calígula CLAUDIO NERÓN 1era persecución Cristiana Vespasiano Tito Domiciano 2da persecución Cristiana Nerva Trajano 3era persecución Cristiana Arquelao Etnarca Judea y Samaria Albino Floro Fado Alejandrino Cuadrato
29.Destinatarios: Judíos /cristianos/dispersos
Judíos
La designación “doce tribus” es una referencia bíblica a Israel (Ex.24:4; Mat.19:28; Luc.22:30; Hch.26:7; Ap.21:12)
Santiago utiliza un lenguaje judíos en todo su contenido:
El autor se refiere a la audiencia como “ hermanos ” unas 15 veces (1:2,16,19; 2:1,5,14; 3:1,10,12; 4:11; 5:7,9,10,12,19), lo cual era una manera muy común de llamarse entre los judíos del primer siglo.
“ Sinagoga ” en lugar de “congregación”. En Santiago 2:2
“ Pueblo Adúltero” en Sant.4:4.
“ Sabaoth ” en Sant.5:4 es una expresión hebrea que se traduce como “el Señor de los ejércitos” en el A.T.
“ Los Ancianos ” en Sant.5:14 es un sinónimo de obispo o pastor el cual se utiliza en todo el NT (Hch.20:28; Fil.1:1; 1Ti.3:2; Tit.1:7; 1Pe.2:25), para referirse a los líderes (pastores) de la iglesia. Pero esta acepción (anciano) es la que utilizaba el pueblo de Israel para hablar de sus líderes. Esto refleja una gran influencia judía.
Santiago contiene más de 40 alusiones al AT.
30.Destinatarios: Judíos/ cristianos /dispersos
Judíos cristianos
El escritor se presenta como “siervo de Dios y del Señor Jesucristo” (1:1) y se dirige a sus lectores como “hermanos que creen en Jesucristo” (2:1).
El autor se incluye conjuntamente con sus lectores como que todos son cristianos, porque dice que Dios de su voluntad “ nos hizo nacer por la palabra de verdad” (1:18).
Los lectores pertenecían a Jesús, cuyo nombre es calumniado (2:7)
31.Destinatarios: Judíos/cristianos/ dispersos
Judíos cristianos “en la dispersión”
Juan 7:35; Sant.1:1; 1Pe.1:1
Dispersión desde Asiria, Babilonia, Grecia (Jn.7:35)
Judíos en Asia Menor (1Pe.1:1)
Santiago 1:1 habla de judíos creyentes dispersos en la persecución de la Iglesia.
Después de la muerte de Esteban, la iglesia de Jerusalén fue dispersa por toda Judea, Samaria (Hch.8:1), hasta llegar a Fenicia, Chipre y Antioquía (Hch.11:19). Según el libro de Hechos, los cristianos dispersos eran en su mayoría judíos que habían sido expulsados de Jerusalén alrededor de los años 31–34 d.C.
Posteriormente hubo otra persecución bajo el Rey Agripa I registrado en Hch.12, alrededor del 44 a.C.
Destinatarios: ex-miembros de la iglesia de Jerusalén.
32.Destinatarios: judíos cristianos “dispersos”
Juan 7:35;1Pe.1:1; Sant.1:1
Dispersión desde Asiria, Babilonia, Grecia (Jn.7:35)
Judíos en Asia Menor (1Pe.1:1)
Ponto Bitinia Capadocia Galacia Asia
33.Jerusalén Fenicia Siria Antioquía Samaria
Después de la muerte de Esteban, la iglesia de Jerusalén fue dispersa por toda Judea, Samaria (Hch.8:1), hasta llegar a Fenicia, Chipre y Antioquía (Hch.11:19). Según el libro de Hechos, los cristianos dispersos eran en su mayoría judíos que habían sido expulsados de Jerusalén alrededor de los años 31–34 d.C.
Posteriormente hubo otra persecución bajo el Rey Agripa I registrado en Hch.12, alrededor del 44 a.C.
Chipre ¿Dónde estaban ubicados los judíos “dispersos” de la época de Santiago?
34.Propósito
Santiago escribió una carta pastoral a los hebreos creyentes que estaban dispersos y que antes de la persecución pertenecían a la iglesia de Jerusalén.
Estos creyentes vivían en la pobreza, trabajando para ricos hacendados que los explotaban. Algunos de estos judíos eran mercaderes, pero todos ellos estaban experimentando dificultades. Santiago respondió a sus necesidades escribiendo una carta especialmente para ellos.
Por eso Santiago les escribe para amonestarlos, exhortarlos y alentarlos, en su mayor parte, con un tono de interés pastoral a través de los diversos temas que expone alrededor de su principal argumento: la fe que da frutos.
En resumen, Santiago escribe con el propósito de exhortar a sus lectores a respaldar la profesión de fe que hacían con sus labios, por medio de un testimonio positivo y práctico .
Jerusalén Fenicia Siria Antioquía Samaria Chipre
35.Contenido de Santiago El bosquejo gira alrededor del Tema central de Santiago: “ Los resultados de una fe viva , la cual produce obras que honran a Dios.” Fuente: Evis L. Carballosa. Santiago: Una fe en acción. Editorial Portavoz, filial de Kregel Publications, Grand Rapids, Michigan, USA, 1986, p.77 VII. La fe viva en relación con las dificultades (5:13–20) VI. La práctica de la fe viva en relación con la Segunda Venida de Cristo. (5:7–12) V. La práctica de la fe viva produce reconocimiento de la soberanía de Dios. (4:13 – 5:6) IV. La fe viva en relación con los placeres del mundo (4:1-12) III. La fe viva en relación con la comunicación verbal y la sabiduría (3:1-18) II. La fe viva produce imparcialidad y buenas obras (2:1–26) I. La fe viva en relación con las pruebas, las tentaciones y la Palabra de Dios (1:2–27)
36.Resumen de Santiago Capítulo 1
1:2-18 “Una fe viviente produce gozo en medio de las pruebas”
Después de una breve introducción donde se identifica a sí mismo y a sus destinatarios, Santiago inicia la primera parte de su argumento en que una fe viviente produce gozo en medio de las pruebas. Y como resultado de la prueba, crecemos en la paciencia (1:2-3) y la paciencia produce madurez (1:4). Además esa fe viviente nos mueve a orar por sabiduría divina en medio de las pruebas (1:5-11). Y cuando Dios interviene en respuesta a esa fe, nos asegura la victoria en medio de la tentación (1:12-26). Santiago también enfatiza el hecho de que una fe viviente muestra una completa confianza en Dios (1:17-18) quien es el dador de todo lo bueno y es inmutable.
1:19-27 “Una fe viviente resulta en la obediencia a la Palabra de Dios”.
Santiago enfatiza los resultados efectuados por la Palabra de Dios en los creyentes. Resulta en pureza de vida, mientras que la desobediencia resulta en hipocresía (1:19-25). La religión que agrada a Dios está basada en la obediencia a Su voluntad revelada (1:26-27).
“ Una fe viva , produce obras que honran a Dios.”
37.Resumen Capítulo 2
2:1-13 “Una fe viviente motiva a la práctica de la imparcialidad”.
La imparcialidad mira hacia las cualidades internas de la vida (2:1-4), armoniza con los propósitos electivos de Dios (2:5-7) y cumple la ley real (2:8-13).
2:14-26 “Una fe viviente da frutos en toda buena obra”.
Este es el pasaje central de la epístola, el cual enfatiza más que todos, la necesidad de una fe viva. La fe “muerta” (la que no da frutos) no puede salvar (v.14). La cuestión no es si la fe en Cristo puede salvar. El punto es que si alguien dice que tiene fe, pero no lo evidencia con frutos de justicia, entonces el tal no tiene más que una fe “muerta” aunque diga que tiene fe. Así que una fe que no obra, aunque esté relacionada con un credo ortodoxo (v.19) está muerta (v.17). Abraham (2:21-24) y Rahab (2:25-26) son ejemplos de fe viviente porque eligieron obedecer a Dios a pesar del costo.
“ Una fe viva , produce obras que honran a Dios.”
38.Resumen Capítulo 3
3:1-18 “Una fe viviente genera autocontrol”.
El autocontrol o dominio propio en el hablar se requiere sobre todo de los que están ocupados en la enseñanza de la Palabra de Dios (3:1-2).
Si una persona es capaz de controlar su lengua, posee sabiduría divina y Dios controla su vida (3:3-9).
Una lengua no controlada se convierte en un instrumento satánico y en evidencia de una sabiduría mundana (3:10-18).
“ Una fe viva , produce obras que honran a Dios.”
39.Resumen Capítulo 4-5a
4:1-12 “Una fe viviente produce humildad”.
Si no se practica la fe viva, el resultado es carnalidad (4:1-3), mundanalidad que se torna en enemistad contra Dios (4:4-10) y contienda con los hermanos.
4:13 – 5:6 “Una fe viva distingue entre lo permanente y lo temporal”.
Santiago advierte que la vida en este mundo es como vapor; por esto nuestros planes deben estar siempre humildemente supeditados a la voluntad de Dios (4:13-17). También las riquezas de esta tierra son temporales, perecederas y engañosas; por lo tanto no debemos poner nuestra confianza en las riquezas.
“ Una fe viva , produce obras que honran a Dios.”
40.Resumen Capítulo 5b
5:7-20 “Una fe viviente se apoya en las Santas Escrituras”.
Finalmente, Santiago concluye su argumentación enfatizando las Escrituras. Una fe viviente es impulsada por la esperanza de la segunda venida del Señor y ejemplificada por los sufrimientos y paciencia de los profetas. Santiago termina con la misma nota que comenzó al principio de su carta: oración. La oración es una evidencia sólida de una fe viviente. Alguien dijo que si la Palabra es el alimento, la oración es la “respiración” de la vida cristiana. Sólo los vivos respiran. Santiago habla aquí de “la oración de fe”.
En conclusión, reiteramos que Santiago no estaba escribiendo enseñanzas sin propósitos o ideas sin relación. El tenía un principio unificado que deja claramente establecido en su carta : “una fe viviente produce la clase de obras que glorifican a Dios”.
“ Una fe viva , produce obras que honran a Dios.”
41.Peculiaridades Ideas claves o características
La carta enfatiza la importancia de los frutos de una fe genuina. La palabra “obras” o su equivalente se repite unas 14 veces. La fe y las obras no son antitéticas, sino que las obras son producto de la fe.
Hay más de 40 alusiones al A.T. y más de 20 alusiones del Sermón del Monte de Mateo 5 al 7.
Es uno de los libros del NT que más utiliza el lenguaje figurado. Los tipos y figuras ayudan al autor a exponer su enseñanza a la luz de la vida práctica. Por ejemplo:
Olas del mar (1:6) es un símil de “inestabilidad”.
Viento (1:6) es un símil de “incertidumbre”.
Vapor (4:14) es una metáfora que alude a la “transitoriedad de la vida”.
Espejo (1:23) es un símbolo de la “Palabra de Dios”.
Anillo de oro y ropa espléndida (2:2) es un símbolo de “persona rica”.
Timón del barco (3:4) es un símil de un instrumento pequeño capaz de controlar algo grande.
El autor utiliza por lo menos 30 referencias a la naturaleza (“olas del mar”, “toda naturaleza de bestias, de aves, y de serpientes…”) lo cual indica una persona que ha pasado mucho tiempo en el campo observando.
42.Peculiaridades Grandes Doctrinas en la epístola de Santiago
Santiago no expone sobre un tema doctrinal en sí mismo ya que su objetivo no era el conocimiento teórico, sino más bien llevar a sus lectores a una conducta piadosa, basada en el conocimiento que ya tenían en la Palabra de Dios.
Como no hay práctica sin teoría, ni teoría sin práctica, podemos decir que Santiago complementa el énfasis de Pablo en la justificación por la fe, enfatizando por su lado, que la fe verdadera se demuestra por frutos espirituales de justicia.
“ la fe que condena Santiago no es la fe que recomienda Pablo”. Más bien, la fe que Pablo predica, es la misma fe que obra con los frutos que Santiago demanda de los que han creído. Pablo habla de la fe en relación con Dios por lo cual somos declarados justos por Jesucristo, sin las obras de la ley (Gal.2:16); Santiago habla de esa misma fe en relación con los hombres, la cual obra en frutos que adornan la doctrina, como dijo el mismo Pablo en Tito 2:10. También dijo el Señor, “por sus frutos los conoceréis” (Mat.7:16-17).
43.Peculiaridades Pasajes famosos escritos en la epístola de Santiago
1:2 “Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas”
1:5 “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.”
1:12 “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman”.
1:13-15 El proceso de la tentación
1:22-25 Hacedores de la Palabra, no tan solo oidores.
1:26-27 La religión pura: Refrenar la lengua, visitar a los necesitados, y guardarse en santidad.
2:10 cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.
2:14-26 La fe verdadera se evidencia por las obras
3:1-12 La lengua
4:17 “Al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.”
44.1 era Epístola Universal de Pedro Síntesis del Nuevo Testamento Arturo Pérez www.ibsj.org
45.Contenido de la Clase Primera Epístola Universal de Pedro
Introducción
Tema de 1era Pedro
Autor, fecha y lugar en que fue escrita
Destinatarios y propósito
Contenido de 1era Pedro
Resumen de 1era Pedro
Peculiaridades
Palabras claves o ideas características
Grandes Doctrinas
Pasajes famosos
46.1 era Pedro Introducción
Entre las epístolas universales ninguna ha sido más ampliamente usada y respetada durante la historia de la iglesia que 1Pedro.
Aunque no fue enviada a “todas las iglesias”, es considerada “universal” o “general” porque fue enviada a un grupo muy extenso de Asia Menor.
Se parece al caso de Gálatas, o Efesios.
1Pedro incluye un grupo de lectores que vivían en una zona geográfica más amplia. .
Las epístolas generales son nombradas por su Autor; este es el caso de las dos epístolas de Pedro.
47.Tema central de 1 era Pedro
Ánimo a los que sufren : 1:3-6
A los que sufren por causa de Cristo : 2:19-20
Anticipar las pruebas : 4:12
Cumpliendo nuestro llamamiento: 2:21-25
Sometidos a nuestras autoridades:
Al gobierno: 2:13-14
A nuestros empleadores: 2:18
A nuestros cabezas de familia: 3:1-6; 37; 3:8-9
A la cabeza de la iglesia: 5:1-4
A los ancianos: 5:5
Todos sumisos unos a otros: 2:17; 3:8-9; 5:5b
Fortalecidos en medio y por medio de las pruebas: 5:10
Con el gozo de la esperanza de la vida eterna : 1:1-12
Pero más allá de sobrevivir al sufrimiento, Pedro instruye a sus lectores a profundizar en la calidad de su vida cristiana para testimonio del mundo. (2:12; 15b; 3:1b; 3:16)
“ Animo a los cristianos que sufren por causa de su fe en Cristo, para anticipar y aceptar las dificultades que vienen, cumpliendo nuestro llamamiento, sometidos a nuestras autoridades, y fortalecidos en y por medio de las pruebas, con el gozo de la esperanza de la vida eterna, para testimonio de todo el mundo”.
48.Tema de 1Pedro
Los cristianos deben saber que aunque están grandemente privilegiados por ser parte del pueblo de Dios, son también objeto de injusticia por parte del mundo.
Nuestra ciudadanía está en los cielos y por tanto somos extranjeros en el mundo hostil de Satanás. Así que la vida cristiana puede ser resumida como un llamado a la santidad y a la piedad a través del sufrimiento.
La pregunta básica que Pedro contesta en esta epístola es: ¿Cómo deben responder los cristianos a la hostilidad del mundo?
La respuesta de Pedro presenta verdades prácticas y se concentra en Jesucristo como el modelo de uno que mantuvo todo el tiempo una actitud piadosa en medio de la hostilidad.
1Pedro también responde otras preguntas prácticas acerca de la vida cristiana tales como:
¿Cuál debe ser la actitud del cristiano ante el gobierno civil o las autoridades que nos han tocado (2:13–17)?
¿Cuál debe ser la actitud de un empleado cuando tiene un empleador hostil (2:18)?
¿Cómo debe conducirse una mujer cristiana para con su marido (3:3,4)?
¿Qué actitud debe tener el marido al vivir con su mujer (3:7)?
49.Autor: el Apóstol Pedro
El primer versículo de esta carta nos dice que “Simón Pedro” fue el autor.
Los evangelios enfatizan el hecho de que Pedro tenía un gran liderazgo entre los discípulos del Señor.
Pedro originalmente era conocido como Simón (gr.) o Simeón (heb.) Era hijo de Jonás, y de familia de pescadores en Betsaida y luego en Capernaum. Andrés, el hermano de Pedro, fue quien lo trajo a Cristo. Pedro estaba casado, y su esposa aparentemente le acompañó en su ministerio (Mar. 1:29–31; 1 Cor. 9:5).
Cuando Jesús empezó su ministerio público, llamó a Simón a seguirle abandonando su ministerio y prometiéndoles hacerles “pescadores de hombres” (Mr. 1:16,17); luego Simón fue señalado para el apostolado (Mat. 10:2; Mr. 3:14–16). Cristo lo renombró “Pedro” (gr) o “Cefas” (arameo), palabras que significan “piedra” o “roca” (Juan 1:42).
Era el vocero de los 12, articulando sus pensamientos y preguntas así como los suyos propios. Sus triunfos y debilidades son narrados en los evangelios y en Hechos 1 -12.
Después de la resurrección y ascensión del Señor, Pedro dio inicio al plan de escoger el reemplazo de Judas Iscariote (Hch. 1:15).
Después de la venida del Espíritu Santo (Hch. 2:1–4), él fue capacitado para dirigir la predicación del evangelio desde el Día de Pentecostés (Hch.2:12).
También realizó notables Milagros en los primeros días de la Iglesia (Hch. 3–9), y abrió la puerta del evangelio a los samaritanos (Hch 8) y a los gentiles (Hch. 10).
De acuerdo a la tradición, dicen que Pedro murió martirizado en Roma para el 67 o 68 d.C.
50.Fecha (64 – 65 d.C.)
Pedro alude a los escritos de Pablo, así que debe ser después del 63 d.C.
Si Pedro murió en Roma a manos de Nerón tuvo que ser antes del 68 d.C.
El contexto de la carta y las circunstancias históricas (persecución de Nerón luego de incendiar Roma en Julio del 64 d.C.) nos dan un rango entre el 64 al 65 d.C.
51.Lugar (Roma?)
Pedro dice en 5:13 que escribe desde Babilonia.
Este nombre puede aplicar a tres lugares:
Había un puesto militar al norte de Egipto llamado Babilonia;
estaba también la ciudad de Babilonia en Mesopotamia;
y en un sentido figurado se puede interpretar Babilonia como una alusión a Roma.
Nadie cree posible que se refiriera al puesto militar romano al norte de Egipto, porque no hay evidencias de ningún tipo que nos hagan sospechar tal cosa; tampoco creemos que se refiera a Babilonia en Mesopotamia porque no tendría mucho sentido que Pedro estuviera en Mesopotamia conjuntamente con Silvano (Silas) y Marcos.
Esta expresión de Pedro (“Babilonia”) tradicionalmente se interpreta como una alusión a Roma (Ap.16:19; 17:5; 18:2). De esta posibilidad hay más evidencias que nos permiten pensar que Pedro y su equipo estuvieran en Roma, además de que según la tradición Pedro murió en esta ciudad.
52.Destinatarios: ¿Dónde estaban?
“ Extranjeros de la dispersión” en:
Ponto, Galacia, Capadocia, Asia, Bitinia
Ponto Bitinia Capadocia Galacia Asia
53.Destinatarios: ¿Qué son los “expatriados de la dispersión?”
expresión figurada para referirse a los extranjeros o peregrinos cristianos (sobre todo más gentiles que judíos) que no pertenecen a este mundo, y están dispersos como minoría entre estas regiones paganas.
Recordemos que Pedro está escribiendo “en lenguaje código” para no revelar sus destinatarios evitando que la iglesia sea objeto de daño por los perseguidores.
54.Destinatarios: Más gentiles que judíos
Aunque es cierto que Pedro era “el apóstol de los judíos” y Pablo el de los gentiles, no es menos cierto que Pedro nunca se desligo de los gentiles (Gal.2:12; Hch.10:34-48; Hch.15:7-11).
Pedro les exhorta a vivir con un buen testimonio en medio de los gentiles (2:12), y se afirma que ellos vivían en pecados típicos de los gentiles (4:3), incluyendo la idolatría, un pecado que no se veía en los judíos de esta época.
Al principio de la carta Pedro les advierte sobre las pasiones de su anterior ignorancia, que heredaron de sus padres (1:14,18) lo cual encaja más con un gentil que con un judío.
Pedro dice que estos lectores anteriormente no eran pueblo de Dios pero que ahora son pueblo de Dios (2:10).
Pedro no utiliza su nombre arameo (Cefas) sino su nombre griego, Pedro (1:1).
55.Propósito de 1Pedro
Pedro escribe con el propósito de alentar a los cristianos que estaban atravesando tiempos difíciles de persecución por causa de su fe (5:12).
el propósito de esta carta era enseñarles a vivir en medio de las hostilidades de la manera que agrada a Dios:
Sin perder las esperanzas
Sin amarguras
Confiando en el Señor
Esperando la Segunda venida del Señor
Pedro deseaba enseñar a sus lectores que al vivir de manera obediente y piadosa en medio de las pruebas, un cristiano puede evangelizar aún ese ambiente hostil
Los creyentes estamos expuestos constantemente al sistema del mundo influido por Satán y sus demonios. Su esfuerzo es desacreditar a la Iglesia y destruir su credibilidad e integridad.
La iglesia es desacreditada con el mal testimonio.
Los cristianos fieles deben permanecer firmes ante el enemigo y deben silenciar las críticas de los inconversos por medio de un testimonio intachable.
56.Contenido de 1 era Pedro Fuente: Peter Jeffery Siendo cristiano en la comunión de la iglesia 5:1-14 Siendo cristiano en un mundo extranjero 3:8 – 4:19 Esposas y esposos 3:1-7 Respeto hacia aquellos en autoridad 2:13-25 La santidad necesaria para un pueblo especial 2:1-12 La grandeza de la salvación y su costo 1:1-25
57.Resumen de 1Pedro A. La grandeza de la salvación y su costo (1:1-25)
Después del saludo, Pedro inicia una exposición de la salvación viéndola:
como una herencia celestial gloriosa, inmarchitable y pura reservada para los creyentes (1:3-5);
Como una vida de fe y amor sujeta a severas pruebas y acrisolamientos (1:6-9);
Y como tema de los profetas del Antiguo Testamento (1:10-12);
Luego viene una exhortación a favor de la santidad (1:13-21) y del amor mutuo, basado en la regeneración (1:22-25).
58.Resumen de 1Pedro B. La santidad necesaria para un pueblo especial (2:1-12)
Los lectores son comparados a niños que crecen en la medida en que se alimentan de la leche de la Palabra (2:1-3);
Y son llamados piedras vivas edificadas sobre el Cristo resucitado (2:4-10).
Se los llama a vivir como extranjeros y peregrinos que deben mantenerse sin mancha delante de los ojos de los hombres (2:11-12).
59.Resumen de 1Pedro C. Respeto hacia aquellos en autoridad (2:13-25)
Se los llama a estar sujetos a la autoridad del gobierno (2:13-17).
Igualmente los siervos deben permanecer sujetos a sus amos, ayudados por el ejemplo de la conducta de Cristo al ser maltratado (2:18-25).
60.Resumen de 1Pedro D. Esposas y esposos (3:1-7)
Del mismo modo que todos deben estar sujetos al gobierno, y que los siervos deben estar sujetos a sus amos, asimismo, las mujeres tienen la obligación de someterse a sus esposos (3:1-6);
Y los esposos tienen el deber vivir sabiamente con sus mujeres de un modo considerado y amable para con ellas (3:7).
61.Resumen de 1Pedro E. Siendo cristianos en un mundo extranjero (3:8 – 4:19)
Los cristianos deben ser dominados por un espíritu tal de amor y ternura que les asegure la bendición divina (3:8-12).
En el caso en que la buena conducta del creyente traiga de todos modos sufrimiento a manos del mundo, habrá una defensa de parte de Dios como la hubo para Cristo, el crucificado y exaltado (3:13-22).
Uno no debe volver a caer en los pecados pasados (4:1-6);
En lugar de esto debemos ocuparnos en la oración, hospitalidad, y el servicio cristiano como conviene a santos (4:7-11).
Los creyentes deben estar preparados para sufrir por Cristo, de acuerdo a la voluntad de Dios (4:12-19).
62.Resumen de 1Pedro F. Siendo cristianos en la comunión de la iglesia (5:1-14)
Los líderes deben cuidar el rebaño de Dios con la debida humildad (5:1-5).
Se exhorta a todos los santos a encontrar su refugio y su fortaleza en Dios cuando resisten al malo (5:6-11).
La epístola concluye con saludos (5:12-14).
63.Peculiaridades Ideas claves o características
Los términos más importantes incluyen modo de vida, vivir, hacer el bien, someterse, sufrimiento / sufrir, carne y espíritu, gracia, salvación, esperanza, tiempo, fin, edad, gloria, y glorificar.
Otra característica en la forma de enseñanza de Pedro es que no se nota que haya una división marcada entre la doctrina y el deber . Pedro pasa libremente del uno al otro. Al final de la carta la describe como una “exhortación” (5:12).
Como ya se dijo, el tema radical es el sufrimiento como cristianos, y cómo soportarlo de manera piadosa. Relacionado con esto, Pedro recalca la idea del efecto que la vida y el testimonio cristiano tiene sobre una sociedad impía.
64.Peculiaridades Grandes Doctrinas en 1 era Pedro
Teología y ética cristiana. Combina la instrucción teológica con el consejo adecuado para la vida cristiana de tal modo que su carta es un documento didáctico.
Menciona las características divinas de la santidad, bondad, fidelidad y gracia.
Se refiere a la obra de Dios de elegir, regenerar, redimir y juzgar a su pueblo.
Define la doctrina de Cristo revelando la divinidad, humanidad e impecabilidad de Jesús, destacando además la resurrección y ascensión de Cristo.
También habla del ministerio del Espíritu Santo, tanto en los tiempos de los profetas del AT, como en la iglesia primitiva, y hasta el final de los tiempos.
En cuanto a la ética cristiana, encontramos consejos prácticos para el matrimonio, para el trabajo, para nuestra relación con el gobierno, para el testimonio a los incrédulos, para el uso de los dones espirituales y para el servicio de los pastores en la iglesia.
65.Peculiaridades Pasajes famosos escritos en 1 era Pedro
1:1-2 “elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo.”
1:5 “que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.”
1:10-12 “Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros…se les reveló que no para sí mismos sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas””
1:15-16 “Como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”.
2:1-2 Desechando el pecado, desear la leche espiritual no adulterada.
2:4-8 Cristo es la Piedra Angular
2:9-10 Vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa…”
2:11 “…os ruego… que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma”.
3:1-2 “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa”.
3:15 estar preparado para dar razón de nuestra esperanza
4:1-5 “Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles”
4:12-13 No nos sorprendamos de las pruebas
66.Próximos temas
Segunda Epístola de Pedro
Leer 2 da de Pedro
Leer cap 23 de Jeffery
Libro “De Piedra en Piedra”
2 de marzo www.ibsj.org
67.2 da Epístola Universal de Pedro Síntesis del Nuevo Testamento Arturo Pérez www.ibsj.org
68.Contenido de la Clase Segunda Epístola Universal de Pedro
Introducción
Tema de 2da Pedro
Autor, fecha y lugar en que fue escrita
Destinatarios y propósito
Contenido de 2da Pedro
Resumen de 2da Pedro
Peculiaridades
Palabras claves o ideas características
Grandes Doctrinas
Pasajes famosos
69.2 da Pedro Introducción – El Peligro de las Herejías
La palabra herejía viene del griego hairesis y significa “una opinión escogida”.
Herejía es “una negación deliberada de la verdad revelada que se une con la aceptación del error”.
Herejía no es lo mismo que “Cisma” (división).
la herejía es doctrinal en su esencia, y se opone a la fe cristiana misma.
el cisma se opone al amor y no es doctrinal en su esencia.
2Pedro hasta Judas hablan sobre el peligro de las herejías, lo cual era ya conocido en la Iglesia primitiva.
70.2 da Pedro Introducción – Las Herejías en la Iglesia Primitiva
Desde los 40’s d.C. la iglesia se vió amenazada por herejías destructoras.
Judaizantes en Antioquía – caldo de cultivo.
48 al 50 d.C. – concilio en Jerusalén.
50 d.C. Pablo escribe a los Gálatas.
55 d.C. Pablo escribe desde Efeso a los Corintios para corregir el error de que no había resurrección de los muertos (1Co.15:12) .
71.2 da Pedro Introducción – Las Herejías en la Iglesia Primitiva
Despedida de Pablo en Mileto hablando a los ancianos de Efeso… “que después de su partida entrarían lobos rapaces que no perdonarían al rebaño y que de entre ellos mismos se levantarían hombres perversos que arrastrarían a muchos de los discípulos” (Hch.20:29,30).
Para el 60 al 63 d.C. Pablo (preso en Roma) escribió a los Colosenses para contrarrestar el error de falsas enseñanzas ritualistas, místicas y ascéticas.
(63-65d.C.) Pablo (en libertad) escribió a Timoteo y a Tito prediciendo que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios (1Ti.4:1).
(65-67d.C.) Y en su última carta que fue dirigida a su hijo en la fe, Timoteo, predijo que las iglesias mismas degenerarían hasta el punto de que no soportarían la sana doctrina sino que, teniendo comezón de oír, se volverían de la verdad a las fábulas (2Ti.4:4).
72.2 da Pedro Introducción – Las Herejías en la Iglesia Primitiva
Las últimas epístolas universales, 2Pedro, Judas, Primera, Segunda y Tercera de Juan, fueron escritas para resistir estas tendencias hacia las falsas doctrinas dentro de la iglesia.
Es interesante que muchos de esos errores que combatieron los apóstoles son vistos al día de hoy.
“ El error, como la naturaleza humana, no varía mucho a través de los siglos. “
“ Los letreros cambian; los errores persisten”.
En el caso del Apóstol Pedro, él estaba muy preocupado por los falsos maestros que se estaban infiltrando en Asia Menor.
Aunque estos falsos maestros ya estaban causando daño, Pedro esperaba que sus doctrinas heréticas y sus vidas inmorales resultasen más dañinas en el futuro.
“ testamento” o “último deseo” (1:13–15), escribió para advertir a sus amados creyentes en Cristo acerca de los peligros doctrinales.
73.Tema central de 2 da Pedro
Los falsos maestros. (solamente comparable al libro de Judas).
La descripción de los falsos maestros es genérica
Describe el carácter inmoral no sus doctrinas.
El “conocimiento” (aparece 16 veces).
Vida de piedad.
La segunda venida de Cristo. Alentarlos por la aparente “dilación”.
“ Exhortación a los cristianos a guardarse de los falsos maestros concentrándose en el verdadero conocimiento de Dios y viviendo como aquellos que esperan la venida del Señor Jesucristo.”
74.Autor: el Apóstol Pedro
La evidencia interna de la epístola apoya la idea de que el autor fue el Apóstol Pedro.
En 1:1 dice que el autor es el apóstol Pedro.
En 3:1 el autor se refiere a su primera carta.
En 1:14, se refiere a las predicciones del Señor acerca de su muerte (Jn. 21:18,19);
Y en 1:16–18, el clama haber sido testigo en la Transfiguración (Mat. 17:1–4).
75.Autor: el Apóstol Pedro Algunos que dudan sobre el autor
los padres de la Iglesia, se tardaron en aceptar esta epístola como parte del canon del Nuevo Testamento.
Problemas con muchos apócrifos de la época. Finalmente se aprobó en el canon.
La carta de 2Pedro no es citada por los padres de la Iglesia sino hasta que Orígenes, cerca del comienzo del siglo III se refiere a ella..
Heródoto, es citado solamente una vez en el siglo que precedió a su obra, y solamente es citado dos veces en el siglo siguiente. De igual manera Tucídides no es tan citado hasta segundo siglo después de su composición.
Estilos literarios diferentes. 1Pedro tiene un estilo de presentación fluido y pulido. En 2Pedro el estilo es abrupto y el significado de muchas palabras es oscuro.
Pedro escribió su primera carta utilizando un amanuense, Silvano (1Pe.5:12).
En 2Pedro, Pedro quizás utilizó un diferente amanuense o escribió la carta por sí mismo. Recordemos que el griego era una segunda lengua para Pedro.
Las cartas hablan de temas diferentes. 1Pedro fue escrita para consolar a cristianos que estaban sufriendo mientras que 2Pedro fue escrita para exponer y frenar a los falsos maestros. Además de esto, podemos encontrar grandes similitudes en el vocabulario de ambos libros. La salutación “gracia y paz os sean multiplicadas” es esencialmente la misma en ambos. El autor utiliza las palabras “preciosa”, “virtud”, “desechar”, y “testigo”, para mencionar algunos pocos ejemplos.
76.Vocabulario en común 1&2Pedro “ Hay más similitud de vocabulario entre 1&2 Pedro que entre 1Timoteo y Tito que fueron de Pablo hablando del mismo tema.” ¿Cómo aceptarían los padres de la Iglesia dentro del canon sagrado una epístola que fue escrita por alguien que decía él mismo ser Simón Pedro, y que realmente fuera un impostor o un secretario haciéndose pasar por Pedro. ¿Sería un engaño de esta magnitud inspirado por el Espíritu Santo? 3:18 Doxología 4:11 3:14-18 Exhortación a vivir como cristiano 4:7-11 2:10-22 Inmoralidad y juicio 4:2-4 2:5 Noé y su familia protegidos 3:20 2:4 Ángeles pecadores en prisión 3:19 1:5-9 Necesidad de santidad 2:11-12 1:4 Doctrina del nuevo nacimiento 1:23 1:10 Doctrina de la elección 1:2 1:19-21 Inspiración del Antiguo Testamento 1:10-12 2 Pedro Paralelo 1 Pedro
77.Fecha (67 – 68 d.C.) Lugar: Roma, antes de su martirio
Fecha: Los que dudan que Pedro fuera el autor especulan que quien escribió esta carta lo hizo entre el año 100 hasta el 150. Pero los que pensamos que Pedro fue el autor creemos que lógicamente tuvo que haber escrito poco antes de su muerte entre el 67 al 68 d.C.
Pedro no dice explícitamente dónde él se encontraba cuando escribió esta carta como lo hace al escribir su primera carta (1 Pe. 5:13). El consenso de los estudiosos parece indicar que Pedro escribió esta carta desde una prisión en Roma, poco tiempo antes de su muerte. Luego de esta carta, Pedro fue martirizado en una cruz, según la tradición, crucificado boca abajo.
78.Destinatarios: ¿Dónde estaban? (2Pe.3:1)
“ Extranjeros de la dispersión” en:
Ponto, Galacia, Capadocia, Asia, Bitinia
Ponto Bitinia Capadocia Galacia Asia
79.Propósito de 2Pedro Advertir y vencer en contra de los falsos maestros
Pedro dirige dos cartas a los cristianos del Asia Menor de la misma manera que Pablo escribe dos cartas a los tesalonicenses y a los corintios.
Y así como Pablo muestra su interés y preocupación espiritual por estos creyentes, Pedro también manifiesta ser un padre espiritual de sus lectores de la primera carta, y ahora completa si obra redactando otra epístola en la cual alerta a los creyentes contra los peligros de los falsos maestros que se han infiltrado en las comunidades cristianas.
Pedro escribe con el propósito de exponer, atacar y derrotar la invasión de los falsos maestros dentro de la iglesia.
Pedro intenta instruir a los cristianos en cómo saber defenderse en contra de los falsos maestros y sus vidas inmorales.
80.Contenido de 2 da Pedro Conozcan sus profecías, la certeza de la segunda venida del Señor 3:1-18 Conozcan sus adversarios, los falsos maestros 2:1-22 Conozcan la Escritura 1:12-21 Conozcan su salvación 1:1-11
81.Resumen de 2Pedro A. Conozcan su salvación (1:1-11)
Saludo del autor (1:1-2): el conocimiento, que se basa en la fe.
Es probable que el conocimiento que habla Pedro aquí incluya las cosas futuras que tienen que ver con gran parte de esta carta.
Pero Pedro inicia la primera sección de la carta hablando de la importancia del conocimiento nuestro Señor (1:2, 3b, 8), y del conocimiento nuestra salvación en general (toda nuestra vida de piedad).
Practicar estas gracias cristianas nos ejercitará en el conocimiento de nuestro Dios y de nuestra salvación, y además :
nos hará fructíferos (1:8),
nos hará más santos (1:9,10)
y nos dará seguridad de salvación (1:11).
82.Resumen de 2Pedro B. Conozcan la Escritura (1:12-21)
Pedro es una autoridad, fue un testigo.
Transfiguración, cuando el Padre aprobó al Hijo, fue un evento que sirvió para asegurar el cumplimiento de la promesa del regreso de Cristo, y de toda la gama de revelación profética que tiene su origen en el Espíritu Santo (1:12-21).
De ahí la importancia de aferrarnos a la Escritura que nos queda como testimonio de lo que Dios habló por sus profetas.
83.Resumen de 2Pedro C. Conozcan sus adversarios, los falsos profetas (2:1-22)
Penosamente hay una falsa revelación que no viene de Dios y que está compitiendo en contra de la verdad. Pero así como Dios juzgó a los falsos profetas del pasado, así también juzgará a los falsos maestros que surgirán.
Y así como Dios libró del juicio a su pueblo fiel en los días del AT, de la misma manera librará a los santos de esta dispensación (2:1-9). Los falsos maestros son descritos en términos de su inmundicia, arrogancia, dureza, avaricia, esclavitud desesperada del pecado y ruina final (2:10-22).
84.Resumen de 2Pedro D. Conozcan sus profecías, la certeza de la segunda venida del Señor (3:1-18)
Recuerden las palabras dichas por los profetas y por el Señor Jesucristo, sabiendo que en los postreros tiempos vendrían burladores que negarán y querrán ridiculizar la verdad del regreso de Cristo (3:1-4).
Ese mismo Dios que juzgó a la tierra en tiempos antiguos a través del diluvio destruirá el orden presente por medio del fuego, dando así lugar a los cielos nuevos y nueva tierra en los cuales mora la justicia (3:5-13).
La epístola concluye con una exhortación a ser diligentes en la búsqueda de la santidad y crecer en la gracia y en el conocimiento de Cristo. En esta parte Pedro elogia las epístolas de Pablo (3:14-18).
85.Peculiaridades Ideas claves o características
Es la epístola que más concretamente expone sobre el tema de los falsos maestros.
Los falsos maestros rehúsan aceptar la segunda venida del Señor, lo cual significa juicio para ellos, por lo que sin esta amenaza ellos se sienten seguros en su maldad.
Su parecido con Judas ha traído debates sobre quién copió a quién, ya de los 25 versículos que tiene la carta de Judas, 19 de los mismos tienen un paralelo en 2Pedro.
La palabra “conocimiento” o sus variantes aparece unas 16 veces en estos 3 cortos capítulos. La solución principal que Pedro propone para contrarrestar a los falsos maestros es el conocimiento de la verdadera doctrina.
86.Peculiaridades Grandes Doctrinas en 2 da Pedro
El conocimiento de Dios, la ética y la escatología son los intereses dominantes mezclados con los elementos de advertencia contra los falsos maestros que ignoran las lecciones del pasado, que al presente están abusando de la gracia de Dios, y que enfrentan la perspectiva de un juicio cierto.
En cuanto a la escatología menciona la segunda venida del Señor (3:1-7) y la futura destrucción del mundo por fuego (3:8-13)
El origen divino de las Escrituras, que proceden de la inspiración del Espíritu de Dios (1:20-21).
Pedro reconoce las cartas de Pablo como inspiradas por Dios y las compara como iguales al resto de la Escritura (3:15,16).
87.Peculiaridades Pasajes famosos escritos en 2 da Pedro
El ejercicio de las gracias espirituales (1:3-11)
La Escritura es inspirada por Dios y no es de interpretación privada (1:19–21)
La referencia a las Escrituras y las cartas de Pablo (3:15,16)
El capítulo 2: los falsos maestros.
2:20-21 mejor no haber conocido, que conociendo apostatar.
“ Para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día” (3:8).
“ El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (3:9).
Creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo (3:18)
88.Próximos temas
Epistolas de Juan (1-2-3)
Leer 1-2-3 de Juan
Leer cap 24 de Jeffery
Libro “De Piedra en Piedra”
9 de marzo www.ibsj.org
89.Epístolas Universales de Juan Síntesis del Nuevo Testamento Arturo Pérez www.ibsj.org
90.Contenido de la Clase Epístolas Universales de Juan
Introducción
Tema de cada epístola
Autor, fecha y lugar en que fueron escritas
Destinatarios y propósitos
Contenido de cada epístola
Resumen de cada epístola
Peculiaridades
Palabras claves o ideas características
Grandes Doctrinas
Pasajes famosos
91.Las epístolas de Juan Introducción – Trasfondo histórico
Aunque Juan era un anciano avanzado en edad al momento de escribir estas epístolas, él estaba ministrando activamente a las iglesias de Asia Menor.
El era el único apóstol sobreviviente que estuvo íntimamente cerca de Jesús a lo largo de Su ministerio terrenal, muerte, resurrección y ascensión.
Los Padres de la Iglesia (Justino Martir, Ireneo, Clemente de Alejandría, Eusebio) dicen que vivió en Efeso en Asia, llevando un intenso programa evangelístico, supervisando las tantas iglesias que se habían levantado, y conduciendo un ministerio escrito (Evangelio y Apocalipsis).
Como ultimo apóstol que era, el testimonio de Juan era de reverente e incuestionable autoridad en medio de las iglesias.
92.Las epístolas de Juan Introducción – Herejías Gnósticas
Efeso, centro intelectual de Asia.
Pablo predijo falsos maestros (Hch.20:28-31)
Gnósticos (conocimiento); platonismo.
Espíritu: “bueno”; Cuerpo: “malo”.
Docetismo: “parecía” que era un cuerpo, pero era un espíritu o fantasma. 1Jn.1:1-4; 4:2,3
Cerinto: (Según Ireneo) Negaba que Cristo vino en la carne, sino que entró en el Jesús humano en el bautismo y salió antes de morir.
Atenta contra la humanidad de Cristo y Su sacrificio expiatorio; y alienta el ascetismo para tratar mal el cuerpo.
93.Las epístolas de Juan Introducción – Herejías Gnósticas
Los falsos maestros concluyeron que:
el pecado cometido en el cuerpo físico no importaba;
que una indulgencia en la inmoralidad era permisible;
uno podía negar que el pecado existiera (1Jn.1:8-10)
y rechazar la ley de Dios (1Jn.3:4).
Juan: Este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos (5:3).
Una de las características de los falsos maestros es la falta de amor , especialmente en la manera en que reaccionan ante cualquiera que rechace su forma de pensar (1Jn.3:10-18).
94.Tema central de 1 era Juan
Al ir a los fundamentos de la fe, los lectores de esta carta podrán probar quién es un falso maestro o quién es el verdadero.
Fundamentos de la fe:
Fe verdadera en Jesús (sana doctrina) (1Jn.1:1-4)
Obediencia a Sus mandamientos (1Jn.1:6; 2:4,6)
Amor a Dios y a nuestros hermanos (1Jn.3:23, 24).
Un llamado a evaluarse a la luz de los fundamentos de la fe , esto es, sana doctrina, obediencia, y amor, para ayudar a creyentes atacados por falsos maestros , a que tengan gozo, santidad y seguridad en Cristo Jesús.
95.Tema central de 1 era Juan
Fundamentos de la fe:
Fe verdadera en Jesús ( sana doctrina ) (1Jn.1:1-4)
Obediencia a Sus mandamientos (1Jn.1:6; 2:4,6)
Amor a Dios y a nuestros hermanos (1Jn.3:23, 24).
Para que tengan:
Gozo (1:4)
Santidad (2:1)
Seguridad (confianza) (5:13)
Un llamado a evaluarse a la luz de los fundamentos de la fe , esto es, sana doctrina, obediencia, y amor, para ayudar a creyentes atacados por falsos maestros , a que tengan gozo, santidad y seguridad en Cristo Jesús.
96.Tema central de 2 da Juan
Fundamentos de la fe
Adherencia a la verdad (sana doctrina) (2Jn.4)
Adherencia al amor (2Jn.5)
Adherencia a la obediencia (2Jn.6).
Y al uso adecuado de la hospitalidad
No estamos llamados a una aceptación universal de cualquiera que clame ser un creyente.
El amor debe tener discernimiento.
La hospitalidad y la amabilidad deben concentrarse en aquellos que se adhieren a los fundamentos de la fe.
De lo contrario, los cristianos estaríamos ayudando a los falsos maestros
La Sana doctrina debe servir como la prueba del cristianismo genuino y como la base de la separación entre aquellos que profesan ser cristianos y aquellos que realmente lo son (1Jn.10,11; comp. Rom. 16:17; Gal. 1:8,9; 2 Ts. 3:6,14; Tit. 3:10).
“ Un llamado a los fundamentos de la fe y al uso adecuado de la hospitalidad cristiana”.
97.Tema central de 3 era Juan
2&3 Juan tratan tema común: hospitalidad. Pero de diferentes perspectivas:
2 Juan condena a los que hospedan a falsos maestros.
3 Juan condena al que NO hospeda al siervo de Dios.
Caso Diótrefes
Buen ejemplo de Gayo
Buen testimonio de Demetrio
“ Recomendación del uso correcto de la hospitalidad cristiana y la condenación por faltar a ese uso correcto de la hospitalidad”.
98.Autor: el Apóstol Juan
Las epístolas no identificas al autor, pero el testimonio de la iglesia las adjudica al Apóstol Juan (ver Lucas 6:13,14).
Solo alguien tan conocido y con el estatus y preeminencia que tenía Juan en la iglesia, pudo haber escrito una carta con tanta autoridad, esperando obediencia de sus lectores, y sin tan siquiera identificarse al principio de la misma como su autor (por ejemplo ver 1Jn. 4:6).
Como era conocido, sólo firmó como “EL anciano” en 2&3 de Juan.
99.Fecha (90 – 95 d.C.) Lugar: Efeso, en Asia Menor.
La tradición de la Iglesia consistentemente identifica a Juan en un momento de avanzada edad viviendo activamente y escribiendo desde Efeso en Asia Menor.
El tono de la epístola soporta la evidencia de que el autor era un anciano en edad comparado con sus lectores (por ejemplo, “hijitos”— 1Jn.2:1,18,28).
Otro punto que hace pensar que la fecha tuvo que ser al final del siglo I es el tema de la herejía que Juan combate, lo cual refleja los inicios del Gnosticismo que apareció en los últimos 30 años del siglo I.
Y debido a que Juan no menciona nada acerca de la persecución bajo el emperador Domiciano, la cual comenzó para el 95 d.C., es posible que hayan sido escritas entre el 90 y el 95 d.C.
100.Destinatarios Propósito de 1 Juan
Ninguna de las cartas da algún indicio de quiénes son los destinatarios, pero se acepta que estas cartas fueron dirigidas principalmente a iglesias de Asia Menor sobre las que Juan ejerció su ministerio apostólico.
Propósito 1 Juan
Los falsos maestros (gnosticismo) estaban dañando la sana doctrina y la vida de estos cristianos a quienes Juan tanto amaba. Por esto ellos habían perdido su confianza y certeza en la fe, habían perdido su gozo, y estaban confundidos por estos falsos maestros.
Por eso Juan reitera 3 propósitos para lo cual él dice haber escrito su carta:
El Gozo . “Para que vuestro gozo sea cumplido” (1:4);
La Santidad. “Para que no pequéis” (2:1);
La Seguridad . “Para que sepáis que tenéis vida eterna” (5:13).
101.Destinatarios Propósito de 2 Juan
Destinatarios.
Los mismos de 1 Juan. Iglesias en Asia Menor.
Propósito 2 Juan
Aparte de reiterarles el permanecer en los fundamentos de la fe (sana doctrina, amor y obediencia), Juan les escribe para advertirles cómo deben ejercer su deber de ser hospitalarios, con discernimiento, no recibiendo a los falsos maestros.
102.Destinatarios Propósito de 3 Juan
Destinatarios.
Del mismo grupo de iglesias de Asia Menor, un individuo particular de una de ellas: GAYO.
Propósito 3 Juan
Dar testimonio de lo que es el buen ejemplo de la hospitalidad que mostraba Gayo como un digno representante del evangelio (3Jn. 6–8)
y para condenar las acciones pecaminosas de Diótrefes que no hospedaba a fieles misioneros itinerantes (3Jn. 10).
103.Contenido de 1 era Juan Fe en el Señor Jesucristo 5:1-21 Amor de Dios 4:7-21 Probar a los espíritus 4:1-6 Justicia y amor 3:1-24 Advertencias contra los anticristos 2:18-29 No amar al mundo 2:15-17 Amor hacia los demás cristianos 2:1-14 Vida y luz 1:1-10
104.Resumen de 1Juan (1 de 2)
La introducción presenta el conocimiento de la palabra de vida encarnada (Cristo Jesús) como base necesaria para tener comunión con Dios (1:1-4)
Nótese que Juan introduce diciendo que ellos habían visto, oído y palpado con sus manos. Porque Jesucristo no era un espíritu, El vino en carne, era hombre y Dios.
Para mantener esa condición de creyente se deben verificar ciertas condiciones. Andar en luz, tener comunión unos con otros, reconocer y confesar nuestros pecados amparados en la expiación de Cristo. (1:5-2:2)
La prueba de que se conoce y ama a Dios está en la obediencia (2:3-11).
Al tener ciertos beneficios espirituales (2:12-14) los lectores deben amar al Padre en vez de al mundo (2:15-17).
Las influencias de los anticristos amenazan a la iglesia (2:18-25), pero existe un antídoto contra la falsa enseñanza – la unción divina que da discernimiento espiritual (2:26-27).
El permanecer en Dios trae justicia y una disposición favorable para la venida del Señor (2:28-29).
La venida del Señor significará parecerse a Cristo, mientras que la esperanza de su venida tiene un poder purificador (3:1-3).
Una vida que se caracteriza por permanecer en Cristo produce libertad del dominio del pecado (3:4-10).
105.Resumen de 1Juan (2 de 2)
Los hermanos tienen la obligación de amarse unos a otros (3:11-18).
El permanecer da confianza en la oración (3:19-24).
La encarnación es la prueba entre la verdad y el error (4:1-6).
El amor hacia los hermanos está basado en el amor de Dios por ellos (4:7-12).
El amor perfecto elimina el temor y lo prepara a uno para el día del juicio (4:13-21).
La fe tiene poder para vencer al mundo (5:1-5)
Dios ha dado suficiente testimonio respecto a su Hijo como para garantizar la fe (5:6-12).
La conclusión se trata de las certezas que da la fe en términos de la oración, de la restauración del hermano, del conocimiento, y de la posesión de una nueva vida en Cristo (5:13-21).
106.Contenido/resumen de 2 da Juan IV. Las Bendiciones de la Hospitalidad Cristiana vv. 12-13 III. Los Límites de la Hospitalidad Cristiana vv. 7-11 II. La Conducta de la Hospitalidad Cristiana vv. 4-6 I. La Base de la Hospitalidad Cristiana vv. 1-3
107.Contenido/resumen de 3 era Juan III. La Conclusión Respecto a la Hospitalidad Cristiana vv. 12-14 II. Los Mandamientos con Respecto a la Violación de la Hospitalidad Cristiana vv. 9-11 I. Los Mandamientos con Respecto a la Hospitalidad Cristiana vv. 1-8
108.Peculiaridades Ideas claves o características
1Juan
La repetición. El autor vuelve una y otra vez a ciertas ideas y términos principales, tales como luz, verdad, creer, amor y justicia, pero con énfasis cambiantes.
Simplicidad de las oraciones. Para los estudiantes de griego, esta es la carta menos complicada de leer, por la sencillez y claridad de sus oraciones y sintaxis.
1Juan se desenvuelve en un tono cálido, amante, como cuando un padre habla tiernamente en una conversación íntima con sus hijos.
1 Juan también es bastante “pastoral”, escrita desde el corazón de un pastor que tiene ciertas preocupaciones por sus ovejas. Como pastor, Juan comunicaba a su rebaño algunos principios muy básicos y esenciales de la fe.
Hay mucho parecido entre 1 Juan y el evangelio de Juan. Vocabulario: Padre, Hijo, Espíritu, principio, Palabra o Verbo (Logos), Paracleto, creer, vida, eterno, amor, permanercer, guardar, mandamiento, verdadero, conocer, tener, nacer, testificar, luz, oscuridad, mundo, pecado, diablo.
2 & 3 de Juan
2&3 de Juan representan en el NT el modelo más cercano de lo que era una carta convencional en el mundo contemporáneo Greco-Romano, ya que fueron dirigidas a uno o más individuos.
Estas dos cartas son las epístolas más cortas en el NT, conteniendo cada una de ellas unas 300 palabras giegas. Cada una de estas cartas cabe en un solo pliego de papiro (ver 3 John 13).
109.Peculiaridades Grandes Doctrinas
1Juan
La cristología es utilizada para ser refutada del error, de allí el énfasis en la encarnación y en la redención por la sangre.
No se hace énfasis en la resurrección.
Parácleto (abogado) (1Jn.2:1). Es un término interesante donde aprendemos que Jesucristo intercede por nosotros ya que él es la propiciación por nuestros pecados.
Confesión de pecados (1Jn.1:5-10).
Aborrecer la mundanalidad (1Jn.1:15-17).
Ahora somos hijos de Dios (1Jn.3:1-3).
2 & 3 de Juan
La hospitalidad cristiana y el buen discernimiento en el uso de ella.
110.Peculiaridades Pasajes famosos escritos
1Juan
1Jn.1:9 Confesar nuestros pecados
1Jn.2:1 Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos…
1Jn.2:4 El que no guarda sus mandamientos.
1Jn.2:6 El que dice que permanece en él debe andar como él anduvo.
1Jn.2:15 No améis al mundo
1Jn.3:1 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre…
1Jn.3:8 El que practica el pecado es del diablo…
1Jn.3:18 No amemos de palabra… sino de hecho y en verdad
1Jn.4:8 El que no ama no ha conocido a Dios porque Dios es amor
1Jn.4:19 Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.
1Jn.5:13 Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.
1Jn.5:20 “…y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.”
1Jn.5:21 “Hijitos, guardaos de los ídolos”.
2 & 3 de Juan
2Jn.10 “Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!
3Jn.11 “Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios”.
111.Epístola Universal de Judas Síntesis del Nuevo Testamento Arturo Pérez www.ibsj.org
112.Contenido de la Clase Segunda Epístola Universal de Judas
Introducción
Tema Central de Judas
Autor, fecha y lugar en que fue escrita
Destinatarios y propósito
Contenido & Resumen de Judas
Peculiaridades
Palabras claves o ideas características
Grandes Doctrinas
Pasajes famosos
113.Judas: “Los Hechos de los Apóstatas” Introducción
Judas es la última de las 8 epístolas generales o universales
Título por su autor (Jud.1:1), uno de los cuatro medio hermanos de Cristo (Mat.13:55; Mr.6:3).
Es la 4ta epístola más corta del NT (Filemón, 2 Juan, y 3 Juan).
La palabra “apostasía” no es mencionada por Judas, sin embargo este es el tema que trata: los apóstatas.
Apostasía = “apartarse”
acusaban a Pablo que enseñaba “a todos los judíos que están entre los gentiles a apostatar de Moisés , diciéndoles que no circunciden a sus hijos, ni observen las costumbres” (Hch.21:21).
Pablo en 2Tes.2:3 donde dice que el Señor no puede venir sin que antes se manifieste “la apostasía”
1Tim.4:1 “el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios…”
apostasía implica una profesión de la fe que se abandona de manera deliberada, destinados de antemano a condenación (Jud.4).
114.Judas Trasfondo histórico
Judas escribió en una época (68 al 70 DC)
el cristianismo estaba bajo un severo ataque político de Roma
y una agresiva influencia de apóstatas gnósticos
25 años más tarde Juan los combate en sus epístolas.
A excepción del apóstol Juan, para el año 70DC, los apóstoles ya habían sido martirizados, y el cristianismo era en cierta manera vulnerable.
Es por esto que Judas hace este vehemente llamado a la iglesia a pelear, para “contender ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Jud.3).
115.Tema central de Judas
Es un llamado o exhortación a los cristianos (Jud.3)
A la confrontación (Jud.3 “que contendáis ardientemente”).
Contra los falsos maestros (Jud.4, 10, 12-16, 19)
A la defensa de la fe verdadera (Jud.3 “que contendáis… por la fe que ha sido una vez dada a los santos”).
Contrastando el error por una vida de piedad (Jud. 20, 21) “Pero nosotros: edificamos sobre la fe, oramos en el Espíritu, nos conservamos en el amor de Dios, esperamos la misericordia de Jesucristo para vida eterna”.
“ Un llamado a los cristianos a la confrontación de los falsos maestros y a la defensa de la fe verdadera que contrasta el error mediante una vida de piedad”.
116.Tema central de Judas
El mensaje de Judas es muy importante: “la sana doctrina y la práctica piadosa van de la mano; por tanto el error debe ser resistido y expuesto”.
El escribió para condenar a los apóstatas y urgir a los creyentes a contender por la fe que nos ha sido dada. Judas hace una llamado al discernimiento por parte de la iglesia y a la defensa de la verdad bíblica.
Judas siguió el ejemplo de los apóstoles y del Señor Jesucristo:
El Señor Jesucristo pidió que nos guardáramos de los falsos profetas (Mat. 7:15 y sigt.; 16:6–12; 24:11 y sigt.);
Pablo advirtió la presencia de los lobos rapaces: (Hech. 20:29,30; 1 Tim. 4:1; 2 Tim. 3:1–5; 4:3,4);
Pedro dedicó parte de su carta a este tema: (2 Pe. 2:1,2; 3:3,4).
“ Un llamado a los cristianos a la confrontación de los falsos maestros y a la defensa de la fe verdadera que contrasta el error mediante una vida de piedad”.
117.Autor: Judas, hermano de Jacobo
Judá (hebreo) o Judas (griego) era un nombre común en Palestina (mencionan 8 NT), el autor que escribió esta epístola general ha sido aceptado como Judas, el medio hermano de Cristo, que también era hermano de Jacobo (Santiago), líder de la iglesia en Jerusalén.
No se trata de Judas Iscariote hijo de Jacobo (Lucas 6:16; Hch. 1:13), el traidor.
No es Judas Tadeo apóstol del Señor Jesucristo (Lc.6:16; Hch.1:13) ya que el autor de Judas no se identifica como apóstol, y habla de los apóstoles en tercera persona excluyéndose de ese grupo (Jud.17).
El autor de esta epístola se hace llamar Judas “el hermano de Jacobo”.
Jacobo el hermano de Juan ya había muerto en Hech.12
el “hermano de Jacobo” tenía que referirse a alguien tan conocido como Jacobo, el líder del Concilio de Jerusalén (Hch.15) y también medio hermano de Jesús (Gal.1:19).
La salutación de Judas es similar a la de Jacobo (Santiago).
Aunque Judas había rechazado a Jesús como Mesías anteriormente (Juan 7:1-9), él se convirtió a Jesucristo conjuntamente con otros de sus hermanos después de la resurrección de Cristo (Hch. 1:14; 1Co.15:7).
A causa de su relación con Jesús, y habiendo sido testigo del Cristo resucitado, y a causa del contenido de esta epístola, su carta fue aceptada universalmente dentro del canon bíblico como Palabra de Dios.
118.Fecha: 68 – 70DC Lugar: Desconocido (Jerusalén?)
Al no mencionar nada de la destrucción de Jerusalén en el 70 DC, es muy posible que Judas haya escrito su epístola después de 2 Pedro, entre el 68 y el 70 DC, antes de la destrucción de Jerusalén.
Existe la posibilidad de que haya sido escrita entre el 70 al 80DC pero no tenemos ningún argumento para probarlo.
Pablo menciona que los hermanos del Señor y los demás apóstoles tenían esposas (1 Cor. 9:5) que aparentemente los acompañaban en sus viajes misioneros, así que es posible que Judas estuviera en cualquier lugar al escribir esta carta. Pero al pensar en sus destinatarios y en que su hermano Jacobo ministraba en la Iglesia en Jerusalén, es probable que también Judas haya escrito desde Jerusalén.
119.Destinatarios y Propósito de Judas
Destinatarios : No conocemos la identidad y ubicación exacta de los destinatarios porque Judas no lo especifica en la carta. (“se perdió el sobre”)
Se estila que Judas no escribió a ninguna iglesia en particular, sino a “la iglesia universal”.
Por el contenido de la carta, sus lectores serían principalmente judíos convertidos debido a la gran cantidad de ilustraciones que Judas utiliza del Antiguo Testamento y de la tradición judía.
El propósito es bien claro en la carta. Judas quería escribirles acerca de la salvación que tienen en común pero en lugar de eso, dice que le ha sido necesario escribirles para “exhortarles a contender ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a todos los santos” (Jud.3).
Judas se propone fortalecer a los cristianos instándolos por medio de una vehemente exhortación a combatir a los falsos maestros.
120.Contenido & Resumen de Judas VI. Doxología de Judas v.24-25
V. Exhortación a los Creyentes a Defenderse en Contra de los Apóstatas
Recuerden el evangelio (v.17-18)
Huyan de los herejes (v.19)
Perseveren y oren (v.20-21)
Demuestre misericordia (v.22-23)
v.17-23
IV. La Denuncia en contra de los Apóstatas
Ejemplos:
Soñadores (v.8)
Miguel y Satanás (v.9-10)
Caín, Balaam y Coré (v.11)
Descripciones de los apóstatas de esa época:
Semejantes a desastres los desastres de la naturaleza (v.12-13)
Impíos que serán juzgados por Jesús y sus santos (v.14-15)
Murmuradores (v.16)
v.8-16
III. Ejemplos de la historia en la condenación final de los apóstatas
Israel incrédula en Egipto (v.5)
Ángeles malos (v.6)
Sodoma y Gomorra (v.7)
v.5-7 II. Propósito de la carta: La declaración de guerra en contra de los apóstatas v.3-4 I. Salutación v.1-2
121.Peculiaridades Ideas claves o características
Judas está repleto de ilustraciones históricas del Antiguo Testamento que incluyen:
El Exodo de Isarael saliendo de Egipto (v.5)
La rebelión de Satanás (v.6)
Sodoma y Gomorra (v.7)
La muerte de Moisés (v.9)
Caín (v.11)
Balaam (v.11)
Coré (v.11)
Enoc (v.15-15)
Adán (v.14)
Además de las citas del AT, Judas cita muchas fuentes extra-bíblicas como 1 Enoc (v. 14) y las Asunciones de Moisés (v. 9) para probar sus aseveraciones.
inspirado por el Espíritu Santo (2Ti.3:16; 2Pe.1:20,21).
Pablo citó fuentes externas (Hch.17:28; 1Cor.15:33; Tit.1:12).
Judas se toma el tiempo de describir el carácter de los apóstatas y de sus actividades impropias (vv. 4,8,10,16,18,19) en lugar de hablar de sus falsas doctrinas.
También Judas toma prestado las ilustraciones de los fenómenos de la naturaleza (vv. 12,13).
La apostasía que trata Judas (vs. 4-18) es un paralelo muy cercano a 2 Pedro 2:1 – 3:4).
2 Pedro anticipa la venida de los falsos maestros (2Pe.2:1,2; 3:3), mientras que Judas más bien trata con su llegada (Jud.4, 11,12,17,18).
Judas cita directamente 2Pe.3:3 y reconoce que esta referencia viene de un apóstol (Jud.17,18).
122.Peculiaridades Grandes Doctrinas en Judas
Judas no es una carta doctrinal, sino más bien una exhortación vehemente que insta la defensa de la sana doctrina.
Expone el tema de los falsos maestros, denunciando sus hechos impíos, pero no entra a enseñar una doctrina específica.
123.Peculiaridades Pasajes famosos escritos en Judas
Judas 3. Su propósito a que “contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos”.
Judas 6. Los ángeles que no guardaron su dignidad .
Judas 11 “el camino de Caín; el error de Balaam; perecieron en la contradicción de Coré”.
Judas 12-13. La comparación con los fenómenos naturales.
Judas 14-15. La profecía de Enoc acerca de la segunda venida del Señor a juzgar el mundo con sus santos.
Judas 24-25 La más hermosa y consoladora doxología del NT
23 de marzo www.ibsj.org

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