RECONSTRUYENDO LOS MUROS DEL MATRIMONIO
DR. RAMON MURRAY, Ph.D.,Th.D.
Consejero Pastoral y familiar
EFESIOS 5:25
Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.
1 Pedro 3:1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,
3:2 considerando vuestra conducta casta y respetuosa.
Dentro del matrimonio es importante alimentar sueños, esperanzas y estar seguro de que Dios no se equivocó y nos dio la persona ideal; es una gran bendición rescatar los sueños, el amor que Dios dio cuando una pareja se casa en ese momento estaban llenos de ilusiones, sueños, tenían tantos deseos y anhelos en el corazón, a los pocos meses con la primera experiencia negativa, empezaron a sentir que los sueños se iban desmoronando y con el paso de los años, el matrimonio paso de ser un sueño a ser una pesadilla. Las ilusiones más grandiosas que se tenían, pasaron a convertirse en una pesada carga, el anhelo de estar compartiendo con el cónyuge, esperanzas, ilusiones, hasta las cosas pequeñas, pasaron a un segundo plano porque nunca tuvieron tiempo, no estaban interesados en lo que su cónyuge quería. Dios quiere que entremos a rescatar esos sueños.
Hay algunos aspectos en los cuales como pareja no se deben hacer y serán de punto de partida para reconstruir una relación:
1. NO TOCAR LA ESTIMA PROPIA DEL COMPAÑERO: Cada persona tiene su propia dignidad y cuando esta es pisoteada se destruye, por esta razón muchas personas dicen - tengo el alma rota, el corazón hecho pedazos. La Biblia habla de que la mujer es un vaso frágil;, en esta parte de la escritura el Señor está diciendo que tiene una estima propia muy frágil, más frágil que la del hombre y solamente con que el hombre levante la voz, la mujer siente que le está hiriendo su estima propia, siente que está siendo afrentada. Cuando el hombre le levanta la voz y usa un tono despectivo, esto hace que este vaso frágil se quiebre, empiece a vencerse y cuando el hombre apela a la violencia física, el vaso se destruye, por eso muchas mujeres perdieron sus esperanzas, sus ilusiones, sus sueños porque la experiencia que vivieron dentro del matrimonio ha sido negativa. Gracias a Dios que hay una persona llamada Jesucristo, que vino a restaurar los corazones heridos.
2. NUNCA CULPAR AL CÓNYUGE POR LO QUE HAYA SUCEDIDO: El ser humano tiende a justificarse a sí mismo y culpar a los demás, en el matrimonio siempre hay la tendencia de señalar al otro. Cada cual debe ser responsable de sus propios actos, reconocer que se ha fallado, tener el valor de pedir perdón y ceder; Dios mismo va dando esa sensibilidad; la Biblia dice que la senda del justo es como la luz de la aurora, va en aumento, el matrimonio es así, como la senda del justo que va en aumento, cada día es mejor, cada mañana es una mayor bendición, va en aumento, a la bendición, la armonía, la comprensión, la comunicación y él dialogo, todo eso va en aumento hasta que el día es pleno, hasta que se llega a una plena madurez. Dios quiere que cada hogar y cada matrimonio aprendan a superar las diferencias. El mayor mal para un hogar es vivir recordando las heridas es importante sacar estas heridas del pasado, llévenlas a la cruz, cancelarlas y decidir perdonar de todo corazón.
3. NO MENOSPRECIE A SU CÓNYUGE: Hay personas que dicen - dale gracias a Dios que te casaste conmigo. ¿qué seria de tu vida si yo no hubiera aparecido en tu camino?¿dónde estarías?-. esas son actitudes soberbias y de orgullo.
Nunca humille a su cónyuge, nunca haga que se sienta inferior; el hombre no es más que la mujer ni la mujer mas que el hombre. Malaquías 2:15 dice No los hizo Dios uno solo habiendo en él abundancia de espíritu?. A los dos los hizo uno. No se puede tomar una parte de su cuerpo, un brazo y decir - tú eres menos que el cuello-. No, todos los miembros son necesarios, la Biblia dice que la mujer viene a ser ese complemento perfecto. Adán estuvo por un tiempo solo pero Dios, lo bendijo cuando ya tenia su compañera, hizo de los dos uno solo.
4. NUNCA SE IGNOREN. A veces, el ser humano tiene la tendencia de que si algo no le gustó trata con indiferencia a su pareja y llegan a la casa y miran a su cónyuge como si miraran un mueble, lo ignoran completamente. Nunca la ignore, valore siempre a su cónyuge. Generalmente esto pasa cuando se permite el pecado en el corazón ya sea el pecado del orgullo, de la impureza, de la inmoralidad, etc.
5. NO OCASIONAR HERIDAS: Nuestras heridas más profundas en el ámbito emocional son las causadas por quien más dijo amarnos, las heridas del espiritu van más allá de la memoria; son tan profundas que nuestra mente no llega a ver donde se encuentran. Una de las armas más fuertes para ocasionar las heridas son las palabras, son tan poderosas ya que activan inmediatamente la esfera espiritual, y quedan martillando en nuestra mente ocasionando graves heridas. Estas heridas traen como consecuencia el rencor, incluso el odio y la venganza. Si aprendemos a usar un lenguaje de fe en nuestros hogares, lo llenaremos de un ambiente de gloria, y les brindaremos seguridad y confianza a quienes convivan con nosotros.
6. NO MALTRATAR FÍSICAMENTE: El maltrato físico o verbal es una manifestación de desamor dentro del matrimonio: lo mejor para tratar de solucionar estas situaciones desagradables, es encontrar un momento para el dialogo, sin recurrir a gritos, ofensas y menos a la violencia. La clave es abrir el corazón y llegar ala raíz del problema, arrepentirse, pedir perdón y darse una segunda oportunidad.
NUESTRA FORMA DE RELACIONARNOS CON NUESTRO CÓNYUGE, SE REFLEJARA EN TODAS LAS ÁREAS DE NUESTRA VIDA. ABRIRLE LA PUERTA A LA AMABILIDAD SIGNIFICA CONTRARRESTAR LA AMARGURA Y TODO LO QUE RESULTA DE UN MAL CARÁCTER.
BIBLIOGRAFÍA: Manual Practico para el ministerio juvenil familiar: Dr. Ramon Murray, Ph.D.
Consejero Pastoral y familiar
Consejero Pastoral y familiar
EFESIOS 5:25
Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.
1 Pedro 3:1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,
3:2 considerando vuestra conducta casta y respetuosa.
Dentro del matrimonio es importante alimentar sueños, esperanzas y estar seguro de que Dios no se equivocó y nos dio la persona ideal; es una gran bendición rescatar los sueños, el amor que Dios dio cuando una pareja se casa en ese momento estaban llenos de ilusiones, sueños, tenían tantos deseos y anhelos en el corazón, a los pocos meses con la primera experiencia negativa, empezaron a sentir que los sueños se iban desmoronando y con el paso de los años, el matrimonio paso de ser un sueño a ser una pesadilla. Las ilusiones más grandiosas que se tenían, pasaron a convertirse en una pesada carga, el anhelo de estar compartiendo con el cónyuge, esperanzas, ilusiones, hasta las cosas pequeñas, pasaron a un segundo plano porque nunca tuvieron tiempo, no estaban interesados en lo que su cónyuge quería. Dios quiere que entremos a rescatar esos sueños.
Hay algunos aspectos en los cuales como pareja no se deben hacer y serán de punto de partida para reconstruir una relación:
1. NO TOCAR LA ESTIMA PROPIA DEL COMPAÑERO: Cada persona tiene su propia dignidad y cuando esta es pisoteada se destruye, por esta razón muchas personas dicen - tengo el alma rota, el corazón hecho pedazos. La Biblia habla de que la mujer es un vaso frágil;, en esta parte de la escritura el Señor está diciendo que tiene una estima propia muy frágil, más frágil que la del hombre y solamente con que el hombre levante la voz, la mujer siente que le está hiriendo su estima propia, siente que está siendo afrentada. Cuando el hombre le levanta la voz y usa un tono despectivo, esto hace que este vaso frágil se quiebre, empiece a vencerse y cuando el hombre apela a la violencia física, el vaso se destruye, por eso muchas mujeres perdieron sus esperanzas, sus ilusiones, sus sueños porque la experiencia que vivieron dentro del matrimonio ha sido negativa. Gracias a Dios que hay una persona llamada Jesucristo, que vino a restaurar los corazones heridos.
2. NUNCA CULPAR AL CÓNYUGE POR LO QUE HAYA SUCEDIDO: El ser humano tiende a justificarse a sí mismo y culpar a los demás, en el matrimonio siempre hay la tendencia de señalar al otro. Cada cual debe ser responsable de sus propios actos, reconocer que se ha fallado, tener el valor de pedir perdón y ceder; Dios mismo va dando esa sensibilidad; la Biblia dice que la senda del justo es como la luz de la aurora, va en aumento, el matrimonio es así, como la senda del justo que va en aumento, cada día es mejor, cada mañana es una mayor bendición, va en aumento, a la bendición, la armonía, la comprensión, la comunicación y él dialogo, todo eso va en aumento hasta que el día es pleno, hasta que se llega a una plena madurez. Dios quiere que cada hogar y cada matrimonio aprendan a superar las diferencias. El mayor mal para un hogar es vivir recordando las heridas es importante sacar estas heridas del pasado, llévenlas a la cruz, cancelarlas y decidir perdonar de todo corazón.
3. NO MENOSPRECIE A SU CÓNYUGE: Hay personas que dicen - dale gracias a Dios que te casaste conmigo. ¿qué seria de tu vida si yo no hubiera aparecido en tu camino?¿dónde estarías?-. esas son actitudes soberbias y de orgullo.
Nunca humille a su cónyuge, nunca haga que se sienta inferior; el hombre no es más que la mujer ni la mujer mas que el hombre. Malaquías 2:15 dice No los hizo Dios uno solo habiendo en él abundancia de espíritu?. A los dos los hizo uno. No se puede tomar una parte de su cuerpo, un brazo y decir - tú eres menos que el cuello-. No, todos los miembros son necesarios, la Biblia dice que la mujer viene a ser ese complemento perfecto. Adán estuvo por un tiempo solo pero Dios, lo bendijo cuando ya tenia su compañera, hizo de los dos uno solo.
4. NUNCA SE IGNOREN. A veces, el ser humano tiene la tendencia de que si algo no le gustó trata con indiferencia a su pareja y llegan a la casa y miran a su cónyuge como si miraran un mueble, lo ignoran completamente. Nunca la ignore, valore siempre a su cónyuge. Generalmente esto pasa cuando se permite el pecado en el corazón ya sea el pecado del orgullo, de la impureza, de la inmoralidad, etc.
5. NO OCASIONAR HERIDAS: Nuestras heridas más profundas en el ámbito emocional son las causadas por quien más dijo amarnos, las heridas del espiritu van más allá de la memoria; son tan profundas que nuestra mente no llega a ver donde se encuentran. Una de las armas más fuertes para ocasionar las heridas son las palabras, son tan poderosas ya que activan inmediatamente la esfera espiritual, y quedan martillando en nuestra mente ocasionando graves heridas. Estas heridas traen como consecuencia el rencor, incluso el odio y la venganza. Si aprendemos a usar un lenguaje de fe en nuestros hogares, lo llenaremos de un ambiente de gloria, y les brindaremos seguridad y confianza a quienes convivan con nosotros.
6. NO MALTRATAR FÍSICAMENTE: El maltrato físico o verbal es una manifestación de desamor dentro del matrimonio: lo mejor para tratar de solucionar estas situaciones desagradables, es encontrar un momento para el dialogo, sin recurrir a gritos, ofensas y menos a la violencia. La clave es abrir el corazón y llegar ala raíz del problema, arrepentirse, pedir perdón y darse una segunda oportunidad.
NUESTRA FORMA DE RELACIONARNOS CON NUESTRO CÓNYUGE, SE REFLEJARA EN TODAS LAS ÁREAS DE NUESTRA VIDA. ABRIRLE LA PUERTA A LA AMABILIDAD SIGNIFICA CONTRARRESTAR LA AMARGURA Y TODO LO QUE RESULTA DE UN MAL CARÁCTER.
BIBLIOGRAFÍA: Manual Practico para el ministerio juvenil familiar: Dr. Ramon Murray, Ph.D.
Consejero Pastoral y familiar
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