Verso de Hoy

HOMBRES Y MUJERES CON MENTALIDAD DE LANGOSTAS



















































La anthroposakrisdianoialogía: es el estudio del hombre que piensa con mentalidad de langosta. En este tema enfocándolo en los hombres y mujeres que viven derrotados porque tienen pensamientos con mente de langostas. 

Y para ello me baso en la conquista de Canaán por Moisés. La conquista de aquella tierra donde habitaban los gigantes. Moisés envió doce hombres de los cuales solo dos tenían mente de conquistadores, Josué y Caleb. 

Los otros diez tenían pensamientos de temor, tenían mente de langosta, pensamientos dudosos, sin fe, negativos, el famoso “no se puede”. Y los pensamientos negativos pueden influenciar rápidamente a todos alrededor.

 Así que vale mucho, pero mucho, no juntarse con personas con pensamientos de langosta, personas negativas. Tu puedes decidir ser un hombre o mujer de éxito, o puedes cavar un hoyo y enterrarte, puedes alcanzar lo que quieras sin necesidad de envidiar al que ha alcanzado el éxito, mas puedes imitar a los exitosos, nunca a los derrotados. Veamos aquí dos mentalidades, con pensamientos distintos. 

Siempre serán más los de pensamientos negativos que los positivos, pero Dios está siempre con los que piensan en la conquista y ponen su fe en él, creyéndole a él sin condiciones ni circunstancias (Números 13). He aquí el pensamiento de un conquistador que le cree a Dios: “Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos” (v. 30). 

Ahora observemos a los de pensamientos langostinos y negativos, con los cuales Dios no puede hacer nada, porque sus pensamientos solo sirven para ver debilidades en si mismos y fortalezas en los enemigos: “Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. 

Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura.

También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos” (vv. 31-33). Dios siempre usará hombres y mujeres débiles, pero con pensamientos fuertes y seguros de creerle a Él. Nunca empleará a hombres de pensamientos negativos y sin fe para accionar hacia la conquista de la tierra llena de gigantes.

El problema con los hombres negativos es que ya tienen su propio parecer de las cosas. Por eso en vez de avanzar cuestionan: “y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas”. Además, para justificar el “no puedo” se convierten en mentirosos, “y así les parecíamos a ellos”, cuando nunca se dejaron ver de ellos. 

“Las murallas llegan hasta el cielo”, cuando ni las treparon para ver hacia dentro y entrar. Ahora bien, para llegar a ser hombres y mujeres de conquista tenemos que romper con los pensamientos de conformismo y miseria. Debemos tener una mente visionaria para alcanzar mediante Dios, grandes logros, pensar en grande, hablar en grande; y actuar en grande. 

El círculo vicioso donde hemos caído y vivido tiene que ser roto por un cambio de actitud y de aptitudes en nuestra mente, producto de la inyección de nuevos pensamientos y acciones de triunfo. 

Y no de critica aquellos que han logrado el éxito, yo debo llegar a ser una persona exitosa y conquistadora, si otros lo logran yo también lo puedo lograr, no importando los fracasos pues, estos son la avenida a mi éxito, el éxito del otro me debe motivar, ya que nadie sigue a un perdedor. 

Definimos círculo vicioso como “el conformismo montado en una rueda en la que un individuo o grupo nace, crece, se reproduce y muere”, y que para salir de ese círculo necesita un cambio de pensamiento y de mente. En el Antiguo Testamento en el libro de 1 Crónicas 4:9-10, las Escrituras hablan de un hombre que se negó a tener pensamiento de langosta. Ese hombre se llamó Jabes y decidió cambiar la tradición rompiendo el círculo vicioso del conformismo y negándose a aceptar la desgracia de su nombre.

En Oriente el nombre de una persona lo marcaba de carácter y penurias, para siempre. Por ejemplo, Isaac significa risa y riendo vivió, pero Jabes en hebreo (Yabes) significa dolor y también árido. Sin embargo, Jabes no se dejó llevar por su azaroso nombre, con el cual estaba perdido, y pensó positivamente diciendo: “Tengo que ser diferente a todos mis antepasados y lo voy hacer”, por lo que decidió pedirle y creerle a Dios con pensamientos positivos para triunfar. Mas el hombre con mentalidad de langosta vive en miseria por no saber estas verdades. Y dijo Jabes: “Yo quiero algo mejor y diferente que lo que obtuvieron los que fueron antes que yo y los que están conmigo ahora”. 

COPYRIGHT: DR.RAMON MURRAY

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