Verso de Hoy

HAITI: SANTO DOMINGO AL RESCATE.





Enviado a Helen Aguirre Ferré, DIARIO LAS AMERICAS, para este domingo
HAITI: SANTO DOMINGO AL RESCATE.

Marcos Antonio Ramos.

Esta semana, el Cónsul de la República Dominicana licenciado Manuel Almánzar Castillo publicó un artículo con el título: “Este es el pueblo dominicano: un pueblo solidario”. El representante de la nación en esta zona del país estadounidense hizo bien en hacer recordar a los lectores que la solidaridad del pueblo dominicano no terminará cuando se vayan de Haití las cámaras de CNN. Decía Don Manuel algo que mucho me alienta en esta hora trágica para el mundo y especialmente para la region del Caribe: “Seguiremos aquí, ayudando, cooperando, dando la mano al vecino y hermano pueblo haitiano”. El impacto del llamado del Cónsul, gladiador por el prestigio de su nación, fue inmediato. Dominicanos y amigos de la patria de Duarte recibieron nuevo aliento y experimentaron un renovado orgullo. Acompañado del economista Frank J. Díaz Pou, he estado en contacto con el Cónsul y con el Alcalde de Miami Tomás Regalado, funcionarios públicos que no han descansado un minuto en su loable y humanitaria tarea.

Santo Domingo ha acudido al rescate de la vecina nación haitiana, con la cual, independientemente de circunstancias y detalles del pasado, les ha unido la geografía y la historia, sin olvidar las palabras de un gran príncipe de la oratoria sagrada, el ex-presidente dominicano en el siglo XIX y Arzobispo Primado de Santo Domingo, el doctor Fernando Arturo de Meriño: “…los inescrutables designios de la Providencia”. Debe reconocerse además, que el actual Presidente de la República doctor Leonel Fernández Reyna no sólo ha movilizado a toda la población sino que ha puesto los recursos del país a disposición de quienes intentan aliviar la triste situación causada en Haití por esta catástrofe casi sin precedentes en la historia de los pueblos de América.

Además de asuntos que tienen que ver con compasion, misericordia y solidaridad, abundantemente demostradas desde el primer día, impresiona, aunque no sorprende, la pericia demostrada por el gobernante dominicano y su equipo. No se trata ahora de acudir a cuestiones ideológicas, políticas o de simpatía personal por el primer mandatario. Este momento obliga a situarse por encima de todo eso. Conozco personalmente, desde hace dos décadas, al ciudadano presidente. Se trata de uno de los estadistas con mayor capacidad en la historia contemporánea de Iberoamérica. Pero siempre es mucho lo que un gobernante con su inteligencia y capacidad de trabajo puede hacer cuando su pueblo, sin importar limitaciones económicas o coyunturas históricas apoya una labor humanitaria. Estos esfuerzos serán recogidos debidamente por futuros textos de historia.

Las emisiones radiales y televisadas procedentes de Santo Domingo han estado dedicadas a informarnos de la situación en Haití. Pude comprobar cómo miembros relevantes de diferentes partidos politicos ponían a un lado diferencias ideológicas y de otro tipo para apoyar un proyecto que tiene mucha mayor importancia que los enfrentamientos electorales. Otro asunto importante que debe señalarse es la voz autorizada y responsable de la Primera Dama de la nación, doña Margarita Cedeño, instando constantemente a intensificar los esfuerzos. Ella siempre ha dado el más alto ejemplo. Recuerdo su presencia en intentos realizados en fechas no muy lejanas por hacer

(2)
llegar ayuda a las víctimas de la inclemencia de ciclones e inundaciones. La Primera Dama se hizo presente en sitios aislados y peligrososo al lado de su amado pueblo.

En Miami se unen a esas notables figuras los Guías Espirituales Cubanos, movimiento encabezado por los obispos Agustín A. Román y Onell Soto y por el reverendo Martín Añorga, autores de una exhortación a la oración y la ayuda. El Arzobispo Favalora de la Iglesia Católica y el Obispo Frade de la diócesis episcopal han estado al lado de clérigos y comunidades de fe, muchas de ellas con presencia haitiana y dominicana, otras con amigos de Haití y Santo Domingo.

Retomando el llamamiento del Cónsul, éste era publicado junto al magnífico editorial del doctor Horacio Aguirre: “No hay experiencia para el caso de Haití”. Sus palabras reflejan perfectamente la situación: “Es evidente que frente a la gigantesca tragedia de Haití, que puede considerarse sin precedentes en sus proporciones, ha habido una movilización solidaria del mundo….sin embargo, no se ha logrado todo lo deseable, porque las proporciones del desastre no permiten soluciones rápidas”. Un país sin un gobierno que funcione y con una capital totalmente destruida, no es un lugar propicio ni siquiera para facilitar en forma minima la logística necesaria para una ayuda eficaz.

Hace horas se escuchaban por el programa “Prohibido callarse”de WQBA y Univisión, dirigido por Roberto Rodríguez Tejera, los mensajes del periodista Miguel Guerrero del diario El Caribe de Santo Domingo y del doctor José Rafael Vargas, presidente del Instituto Dominicano de Telecomunicaciones (INDOTEL). Guerrero es una persona sumamente reconocida en los medios internacionales de comunicación social, muy querido por los cubanos y otros hispanoamericanos, además de sus compatriotas dominicanos. Aquí se lle rindió recientemente un homenaje al que se unió el condado Miami-Dade..En cuanto al ilustre doctor Vargas, gran humanista dominicano, su participación ha sido fundamental. Siguiendo instrucciones del Jefe del Estado ha sido INDOTEL, dirigida por Vargas, la entidad que más ha hecho por establecer comunicación con Haití y por restaurar servicios eléctricos y telefónicos. Gracias a sus esfuerzos los haitianos residentes en República Dominicana se comunican con Haití sin costo alguno, logrando conocer así la suerte de sus familiars. Una labor benemérita es la que realizan dentro y fuera de Haití, el doctor Vargas y sus colaboradores de INDOTEL.

Finalmente, queridos colegas de Miami, Frank J. Díaz Pou y Oscar Haza explican admirablemente y con detalles impresionantes una realidad que también intento destacar en mis escritos y comentarios. La crisis de Haití es la de toda la isla de la Hispaniola (o La Española). Santo Domingo no es solamente la imprescindible base de operaciones de todo esfuerzo de ayuda al pueblo haitiano, sino que tendrá que enfrentar por muchos años la mayor parte del costo económico, social y humano de esta catástrofe de proporciones apocalípticas.. Alentado por el magnífico llamado procedente de un consulado totalmente entregado a tan hermosa tarea, seguiré insistiendo en que no dejemos solo al noble pueblo dominicano, tan cercano a cubanos y antillanos todos y que necesitará de nuestro apoyo en forma ininterrumpida. No abandonemos a Haití y tampoco a República Dominicana, la amada nación que ha ido al rescate de sus vecinos. (FIN)

Comentarios

Populares

Tema: Los 7 desiertos por los que el pueblo de Israel pasó

Por qué Dios convirtió a la mujer de Lot en estatua de sal y no de piedra, barro o madera?

HISTORIA DE LA TEOLOGIA DE LOS GRANDES AVIVAMIENTOS