EL VALOR DE UNA MADRE. FELIZ DÍA DE LAS MADRES
EL VALOR DE UNA MADRE. FELIZ DÍA DE LAS MADRES
Dr. Ramón Murray
EE.UU., (Dominican Journal).
Cuando viniste a este mundo,
Ella te sostuvo en sus
brazos.
Tú se lo agradeciste
gritando.
Cuando tenías un 1 año.
Ella te alimentaba y te
bañaba.
Tú se lo agradeciste llorando
la noche entera.
Cuando tenías 2 años.
Ella te enseñó a caminar.
Tú se lo agradeciste huyendo
de Ella cuando te llamaba.
Cuando tenías 3 años.
Ella te hacía todas las
comidas con amor.
Tú se lo agradeciste tirando
el plato al piso.
Cuando tenías 4 años.
Ella te dió unos lápices de
colores.
Tú se lo agradeciste pintando
todas las paredes del comedor.
Cuando tenías 5 años.
Ella te vestía para las
ocasiones especiales.
Tú se lo Agradeciste
tirándote enlodándote a más no poder.
Cuando tenías 6 años.
Ella te llevaba a la escuela.
Tú se lo agradeciste
gritándole: ¡NO VOY A IR!
Cuando tenías 7 años.
Ella te regaló una pelota.
Tú se lo agradeciste
arrojándola contra la ventana del vecino.
Cuando tenías 8 años.
Ella te trajo un helado.
Tú se lo agradeciste
derramándoselo sobre su falda.
Cuando tenías 9 años.
Ella té pago unas clases de
piano.
Tú se lo agradeciste nunca
practicando.
Cuando tenías 10 años.
Ella te llevaba con el auto a
todas partes de Gimnasio al partido de fútbol, de fiestas de cumpleaños, a
otras fiestas.
Tú se lo agradeciste cuando
salías del coche y nunca mirabas atrás.
Cuando tenías 11 años.
Ella te llevó a ti y a tus
amigos a ver una película.
Tú se lo agradeciste
diciéndole que se sentara en otra fila.
Cuando tenías 12 años.
Ella te aconsejó que no
miraras ciertos programas.
Tú se lo agradeciste
esperando que ella se fuera de la casa.
Cuando tenías 13 años.
Ella te sugirió un corte de
pelo que estaba de moda.
Tú se lo agradeciste
diciéndole que Ella no tenia gusto.
Cuando tenías 14.
Ella té pagó un mes de
vacaciones en el campamento de verano.
Tú se lo agradeciste
olvidándote de escribirle una carta.
Cuando tenías 15.
Ella venía de trabajar y
quería darte un abrazo.
Tú se lo agradeciste cerrando
con llave la puerta de tu habitación.
Cuando tenías 16.
Ella te enseñó cómo manejar
su coche.
Tú se lo agradeciste
usándoselo todas las veces que podías.
Cuando tenías 17 años.
Ella esperaba una llamada
importante.
Tú se lo agradeciste,
hablando por teléfono toda la noche.
Cuando tenías 18.
Ella lloró en la fiesta de tu
graduación de la escuela.
Tú se lo agradeciste estando
de fiestas hasta el amanecer.
Cuando tenías 19 años.
Ella té pagó la cuota de la
universidad, te llevó en coche hasta el campus y cargó tus maletas.
Tú se lo agradeciste
diciéndole adiós desde fuera del dormitorio, así no te sentirías avergonzado
ante tus amigos.
Cuando tenías 20 años.
Ella te preguntó si estabas
saliendo con alguien.
Tú se lo agradeciste
diciéndole: 'A ti no te importa eso'
Cuando tenías 21 años.
Ella te sugirió algunas carreras
para tu futuro.
Tú se lo agradeciste
diciéndole: 'No quiero ser como Tú.'
Cuando tenías 22.
Ella te abrazó en la fiesta
de graduación de la Universidad.
Tú se lo agradeciste
diciéndole si te podía pagar un viaje a Europa.
Cuando tenías 23.
Ella te dio algunos muebles
para tu primer departamento.
Tú se lo agradeciste
diciéndoles a tus amigos que los muebles eran feos.
Cuando tenías 24.
Ella conoció a tu futura
esposa y le preguntó sus planes para el futuro.
Tú se lo agradeciste con una
mirada feroz y le gritaste '¡Cállate!
Cuando tenías 27.
Ella te ayudó a pagar los
gastos de tu boda y llorando te dijo que te amaba muchísimo.
Tú se lo agradeciste
mudándote por la mitad de el país.
Cuando tenías 30.
Ella te dio algunos consejos
para cuidar al bebé.
Tú se lo agradeciste,
diciéndole que las cosas son diferentes ahora.
Cuando tenías 40.
Ella te llamó para recordarte
el cumpleaños de tu Papá.
Tú se lo agradeciste
diciéndole que estabas muy ocupado.
Cuando tenías 50.
Ella se enfermó y necesitó que
la cuidaras.
Tú se lo agradeciste leyendo
sobre la carga que representan los padres hacia los hijos.
De repente, un día. Ella silenciosamente MURIÓ. Y todas las cosas que
nunca hiciste cayeron como un trueno.
Tomémonos un momento para
rendir honor y tributo a la persona que llamamos MAMÁ, aunque algunos no la
pueden llamar así de ese modo abiertamente.
No hay sustituto para Ella.
Alegra cada momento. Aunque a veces, Ella no parezca la mejor de las amigas,
quizás no concuerde con tu forma de pensar, pero aun así?
¡Es tú Madre!
Ella estará allí para
ayudarte con tus dolores, tus penas, tus frustraciones.
Pregúntate a ti mismo:
¿Has LIMITADO tu tiempo para
estar con Ella, para escuchar sus quejas sobre el trabajo en la cocina, su
cansancio?
Sé prudente, generoso y
muéstrale el debido respeto, aunque tú pienses diferente de Ella.
Una vez que se vaya de este
mundo, solamente los recuerdos cariñosos
del Ser Que Llamamos Mamá
Solo eso nos queda.
Bendícela y pide a Dios por
ella, porque Dios en su infinita misericordia le dio la dicha de ser Madre y a
ti el de tener una Mamá.
EFESIOS 6:1 Hijos, obedeced
en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. 6:2 Honra a tu padre y a
tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; 6:3 para que te vaya
bien, y seas de larga vida sobre la tierra. 6:4 Y vosotros, padres, no
provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación
del Señor.
SALMOS 127:3 He aquí,
herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre. 127:4
Como saetas en mano del valiente, Así son los hijos habidos en la juventud.
¡EL VALOR DE UNA MADRE. FELIZ
DIA DE LAS MADRES!
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