Verso de Hoy

La mente versus el cuerpo.



EE.UU., (ORBITA) Por el Dr. Ramón Murray.- “Si alguno no ofende en palabra, este es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo”. Es interesante ver como este versículo de la Biblia nos revela una notoria separación entre varón y cuerpo. Nos presenta dos entidades autónomas.

Dice que el varón perfecto, hablando genéricamente hombre o mujer, es capaz de “refrenar”. La separación o individualidad se ve claramente en el hecho de que el varón perfecto tiene el control sobre otra entidad que es el cuerpo, y está capacitado o facultado para refrenarlo, si así lo quiere. Sabemos perfectamente que el cuerpo no se manda por sí sólo, más bien tiene alguien que, supuestamente, controla lo que hace.

Para entenderlo mejor, pudiéramos decir que uno es el objeto y el otro es el sujeto. Es decir, el cuerpo es el objeto y la mente el sujeto. Y, está de más decir, que el cuerpo hace lo que la mente le dirige a hacer. Esto es tan cierto que la Biblia, hablando de la mente (alma), nos dice que “cada uno recibirá según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo”, dando a entender que el cuerpo no es nada más que una especie de vehículo guiado por la mente.

Es decir, la responsabilidad no está en el cuerpo sino en el “varón” que dirige el cuerpo. Claro está que el cuerpo recibe directamente el impacto de las consecuencias contraídas por las malas decisiones tomadas por quien lo controla, de la misma forma que un vehículo se estrella y sufre consecuencias, por imprudencia de su chofer. Entonces, cuando hablamos de dominio propio, hablamos del dominio que tiene este varón sobre el cuerpo que maneja.

El cuerpo en tal caso, es la combinación de miembros que son dirigidos por el alma, que es la mente, y también la Biblia le llama corazón. Cada acción, movimiento y pensamiento están bien orquestados por la mente, que básicamente se compone de tres partes que son: intelecto, voluntad y emoción.

Estos constituyen el alma, y a su vez son los elementos inmateriales que cumplen en pleno la expresión físico-material manifestada en cada individuo a través de su cuerpo. Sin el debido control ejercido por la mente, tendríamos un cuerpo muerto o descontrolado, como un vehículo sin chofer.


Dr. Ramón Murray, Ph. D. Th. D. Ed. D.

Teólogo, Filosofo, Educador.

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