No devolviendo mal por mal.

Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables;
no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición¨. I Pedro 3:8-9.
Cuanto cuesta no reaccionar, cuando somos atacados o heridos en nuestros sentimientos, cuando nos sentimos defraudados por las personas, en las cuales hemos depositado nuestra confianza o amistad; también cuando somos atacados sin tener causa para hacerlo. Es en ese instante donde mostramos si somos hijos de Dios o no, porque el nos enseña, que tenemos que ser todos de un mismo sentir, como lo hubo en El, que es amar no importando lo que los demás hagan, solo lo que nosotros hacemos: Que amemos, no devolvamos el mal, ni las malas palabras que dicen de nosotros, sino que sigamos haciendo el bien, es que de esa manera haremos, primero que la bendición venga sobre nosotros, porque dice ¨que lo que sembramos, eso cosecharemos¨, y además mostraremos que el Dios que servimos, nos transformo y vale la pena servirlo.
Vamos solo tienes que mirar, que más ganamos haciendo el bien, obedeciendo a Dios, que devolviendo el mal que nos hacen, que solo traerá problemas en ves de bendición, como Dios quiere que vivamos.


Dr. Ramón Murray, Ph. D. Th. D. Ed. D.

Teólogo, Filosofo, Educador.